Antología Básica de Peter David

Mientras seguimos enviándole a Peter David nuestros mejores deseos, imploramos por que tenga una pronta recuperación y que pueda volver a deleitarnos con el medio hacia el que tanto cariño siente y con el que tantos buenos momentos nos ha dado, hemos decidido ofreceros una pequeña selección de trabajos con la que celebrar su obra y que además sirva para que todos los que no hayan tenido la suerte de leerle puedan conocer su obra. O en definitiva, un Peter David for Dummies Newcomers fácil y accesible, que pueda servir tanto de puerta de entrada a sus obras mayores como para que aquellos que lo hemos disfrutado durante años podamos reencontrarnos con algunas de sus grandes obras mientras aguardamos a que se mejore. Tomad papel y lápiz y apuntaos las siguientes:

1. Hulk: ¿Fin o Principio?: Once años permaneció David al frente de las aventuras del Coloso Esmeralda firmando la que posiblemente sea la mejor etapa del Increíble Hulk. Y aunque parezca paradójico, para aproximarnos a su trabajo con el gigante gamma vamos a recomendar empezar… por el final. Parte de una iniciativa de Marvel Comics en la que varios artistas reimaginaban a los grandes iconos de la editorial en el final de sus días, serviría para que David se reencontrase con Bruce Banner y su monstruosa contrapartida, dando vida a un terrible relato de 48 páginas con sabor a epopeya del mundo antiguo, con el que define magistralmente la relación entre ambos seres condenados a compartir el mismo cuerpo, así como su relación con el personaje. Aunque se podrían citar otras muchas historias con las que dar los primeros pasos dentro de su etapa en El Increíble Hulk el que se trate de un especial contenido completamente fuera de continuidad, lo hace especialmente propicio como aperitivo para decidirse a meterse de lleno en el grueso de su trabajo en la serie regular.



2. Madrox: Elecciones Múltiples: A principios de los noventa, David supuso todo un soplo de aire fresco para la franquicia mutante a través de su etapa al frente de un ecléctico elenco de personajes que solo a él parecían importarles. Eso fue hasta que gracias a su buen hacer consiguió que personajes como Madrox, Fortachón, Loba Venenosa o Mercurio se convirtieran en parte de nuestras vidas. Y aunque se vio forzado a dejar la serie antes de tiempo, Joe Quesada proveería su regreso a mediados de la década pasada, reencontrándose con sus personajes para brindarnos una de las etapas más longevas y estimulantes del panorama actual. Y aunque para adentrarnos en sus dos etapas (conectadas, pero a la vez independientes) bien podríamos haber elegido los números centrados en la evaluación psicológica, creemos que lo más apropiado es comenzar con la miniserie que daría comienzo al segundo volumen de las aventuras del Hombre Múltiple y compañía. Sit com noir repleta de ingenio a la hora de abordar como la relación de sus protagonistas con el mundo se ve comprometida por la particularidad de su condición metahumana, esta miniserie de cuatro números es la plataforma perfecta para aproximarse al trabajo de David con este personal rincón del universo mutante.



3. Crónicas de Atlantis: Considerada por muchos como la mejor etapa del señor de los Océanos, la forma más indicada para aproximarse a su andadura al frente de las aventuras del personaje es -contra todo pronóstico- una maxiserie en la que no aparece Aquaman. Con el magnífico dibujo de Esteban Maroto, estos siete números nos adentran en el pasado de Atlantis, narrándonos una saga de tintes mitológicos en el que nos descubre generación tras generación, los secretos sobre el legado y la maldición de la nación sumergida, y como los pecados de su pasado han determinado irrevocablemente el destino de sus herederos.



4. La Muerte de Jean DeWolff: De los numerosos trabajos firmados por David en compañía del trepamuros, pocos hay probablemente tan emblemáticos como esta saga de explícito título en la que el guionista usaba a un secundario regular de las aventuras de Spider-Man para narrarnos una trágica historia en cuatro actos con la ola de asesinatos del Come-Pecados como motivo central. Un clásico tanto del personaje que supuso además la primera toma de contacto de Peter David con sus aventuras (y con Marvel y el cómic en general), sirviendo de punto de acceso perfecto para conocer la relación entre ambos.



5. La Joya Gehenna: Tras la salida de Chris Claremont de la cabecera del personaje, David firmaría un arco autoconclusivo que no solo terminó convirtiéndose en uno de los clásicos de Lobezno, sino también en una de las mejores sagas de Indiana Jones jamás rodadas. Una misteriosa reliquia se convierte en el detonante de una búsqueda a través de todo el mundo, en la que David supo valerse de la condición como héroe de acción del canadiense para narrar una trepidante historia de aventuras a la mejor tradición de los años treinta.



6. Capitán Marvel: Primer Contacto: Surgida a raíz de los acontecimientos de Siempre Vengadores, esta singular etapa en la que el eterno sidekick Rick Jones y el hijo del Capitán Marvel se veían obligados a compartir cuerpo se convirtió en una serie de culto a principios del actual siglo, gracias a la imaginación única de David. Tal fue el caso, que la serie que constantemente flirteaba con el desastre en la lista de ventas acabó resistiendo 60 números (cifra inalcanzable para la mayoría de las series de nuevo cuño de la actualidad). El tomo de la colección Especial Superhéroes que recopilará las primeras sagas de la serie (y que Panini sacará a la venta durante Marzo del año próximo) podría ser un buen punto para descubrir esta divertida serie.



7. Young Justice: A League of Their Own: A mediados de los años 90, DC Comics se dio cuenta de los Jóvenes Titanes ya estaban demasiado cuajados para hacer encajar con el primer adjetivo de su cabecera, así que decidió crear a un nuevo grupo de superhéroes adolescentes. Con un tono mucho más distendido y cómico que sus predecesores, la divertida serie protagonizada por Tim Drake, Superboy (quien te ha visto y quien te ve), Bart Allen (lo mismo que el anterior) y compañía se labrarían un fiel núcleo de adeptos por medio de la frescura de sus disparatadas aventuras. Para sumergirse en esta cabecera, lo más recomendable podría ser acudir al primer TOB americano en el que se recopilaban sus primeros números.



8. Supergirl: Cuerpo y Alma: A mediados de los noventa, Peter David recibiría la difícil misión de reintroducir a Supergirl en el Universo DC después de su trágico destino en la Crisis en Tierras Infinitas de Wolfman. Para ello, el guionista reinventó completamente al personaje y su universo a raíz de una alambicada premisa dando vida a esta serie que -a pesar de que con frecuencia suele quedar en un segundo plano respecto a otras obras del guionista- es recordada como una de las etapas más interesantes del personaje aun no siendo del todo canónica. Como ocurre con la Young Justice, lo más recomendable con esta serie también puede ser acudir al primer TPB americano.



9. Ángel Caído: Englobada dentro de la moda de la desmitificación sucia de finales de los noventa y principios del actual siglo (en la línea de lo que podía verse en Vértigo o Marvel Knights), esta polémica obra centrada en las andanzas de una fantasmagórica justiciera que vagaba por los callejones de una ciudad asfixiada por el crimen y la corrupción en defensa de los inocentes. Alejándose de los habituales derroteros del guionista para apostar por un enfoque mucho más oscuro y deprimente, esta serie con tantos partidarios como detractores a causa de la habitual dispersión del guionista, contaría con los lápices de nuestro compatriota David López, pudiendo ser localizable a través de los tomos de Norma Editorial.

Pero como ya decimos, esto es solo una ligera selección de las muchas obras que nos ha dado el guionista. Probablemente algunos echéis en falta la inclusión de títulos como Spider-Man 2099, La Última Historia de los Vengadores, Spyboy, Dreadstar, la adaptación de las novelas de Stephen King o que hubiéramos elegido alguna que otra saga o relato en lugar de los incluidos, pero ya sea por preferencias personales o la simple experiencia de cada uno, hemos preferido quedarnos con los citados. Si hubierais visto mejor la presencia de tal o cual obra, no dudéis en citarla, así recordamos entre todos los grandes momentos de su carrera mientras entre todos aguardamos a que el bueno de PAD se recuperé y podamos seguir disfrutando de sus trabajos y sus siempre mordaces aportaciones.