Edición original: Aquaman núms. 30 a 33 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Jeff Parker
Dibujo: Álvaro Martínez, Paul Pelletier
Entintado: Raúl Fernández, Sean Parsons
Color: Rain Beredo
Formato: Rústica, 96 págs. A color.
Precio: 8,95 euros
Olor a salitre.
Espuma marina sobre las rocas costeras.
Olas que abrazan los acantilados.
El océano es un lugar bello e invita a la reflexión sobre nuestra insignificancia en este planeta. Pero esa belleza encierra también un entorno hostil y competitivo. Las especies marinas, bien sean animales o vegetales, pugnan por la supervivencia mientras en la nosotros seguimos con nuestras vidas como si solo la superficie del océano fuera lo importante. Y es aquí, en esta colección, en la que no solo vamos a descubrir ese entorno hostil propio del medio natural, sino que vamos a ser conscientes de como el ser humano, sin importar si es atlante o terrestre, complica hasta el extremo lo que para la naturaleza es algo tan sencillo como la vida en si misma.
Hasta ahora no hemos hablado mucho de la figura de Jeff Parker. Hemos comentado que su trabajo está siendo muy sólido tras la marcha de Geoff Johns, pero no sabemos de dónde viene este guionista que además es también dibujante.
Parker empezó su carrera dibujando en la editorial Malibu la serie de Gerard Jones, Solitario. No tardó mucho en empezar a trabajar para otras editoriales como Image, Marvel y Dc Comics. Aunque su grueso de producción había sido para La Casa de las Ideas con trabajos como Thunderbolts o Agentes de Atlas, es tal vez ahora en DC Comics donde esté más bajo los focos al tener en sus manos en destino de uno de los personajes más complicados de escribir de esta editorial.
Aquaman es un rey. Un soberano divido por su propia herencia genética y su condición de héroe. Son muchas las facetas sobre las que este personaje se sustenta y saber bailar adecuadamente el son de cada una de ellas es una labor para nada desdeñable. ¿Dónde está el mérito de escribir sobre personajes con un ruido mediático enorme y cuya popularidad hace que sus cómics vendan casi por inercia? En ningún sitio. Y aun así, con el mérito de trabajar con un personaje alejado de los focos, Jeff Parker hinca la rodilla y nos trae la que tal vez sea su historia más floja hasta el momento.
En este número asistimos a las consecuencias de la apertura del portal dimensional que tenía prisioneros a los Hijos de los Gigantes. Aquaman a duras penas puede controlar la invasión de seres que brotan del portal, más cuando Hércules parece empeñado en matar al que considera su enemigo directo por ser atlante. Mientras tanto Mera lidia con las facciones rebeldes que siguen esforzandose en derrocar a Arthur del trono. Pero si esto no fuera suficiente, Aquaman, va a conocer a un nuevo enemigo nacido de la mente humana y una serie de experimentos en cuya base están los restos cerebrales del recientemente vencido Karaqan.
Dicho esto solo queda desgranar algunos porqués de este bajón de intensidad.
No lo expuse en la reseña de la Cosa del Pantano número 7, pero estas dos serie sufren una especie de no crossover en el que ambos personajes cruzan más que palabras. Lo que podría haber dado como fruto una historia interesante queda reducida a poco más que una conversación entre puñetazos, si bien es cierto que el número que le corresponde a Soule muestra más solidez tanto en el concepto como en el desarrollo, que el que es capaz de mostrarnos Parker.
Enfrentar a Aquaman a una interminable serie de amenazas está bien un rato, pero llega a saturar cuando no hay un momento para parar y reflexionar un poco. Sería interesante poder ver a Arthur más metido en sus labores como monarca de manera que Atlantis no quedara como una segundona frente a la superficie. En el número anterior Parker quita el pie del acelerador un momento y nos hace disfrutar de un Arthur entre su excompañeros de instituto y eso resulta muy refrescante en una serie donde la presión, permitirme le chiste fácil, es constante. Una alternancia más equilibrada entre las diferentes facetas del personaje se agradecería ya que hay mucho sobre lo que poder trabajar. Recordemos que tenemos a un monarca, un líder, un héroe y todo ello condicionado a ser humano y atlante al mismo tiempo.
Y por último se nota que Parker se esfuerza por diversificar las amenazas, pero algunas no parecen de engranar bien con el personaje y otras se antojan demasiado obvias cuando se trata de un personaje cuyo entorno es el mar (y eso que su nuevo enemigo no solo rivaliza en lo físico, sino también en habilidades psíquicas). Más interacción con Mera ayudaría a la serie a cohesionarla más y mejor, pero de momento parecen condenados a reunirse brevemente mientras Arthur sale en pos de una nueva amenaza.
Por su parte Paul Pelletier muestra signos de agotamiento que se traducen en un dibujo algo irregular. Atrás quedan sus majestuosos fondos marinos o sus espectaculares viñetas de dos páginas, que han dado paso a composiciones más conservadoras y fondos menos detallados. Aunque se pueden seguir viendo destellos de su enorme talento a lo largo del cómic, queda patente donde está disfrutando con su trabajo del que realiza de manera mecánica.
Y aun así estamos ante un cómic muy entretenido y bien dibujado en su conjunto que para nada hace querer abandonar la serie. Se nota que estamos ante un pequeño periodo de transición entre acontecimientos y se puede apreciar como las semillas se han plantado. Ahora solo queda esperar a que germinen entre el coral y podamos volver a emocionarnos con este personaje tal y como se merece.
Review Overview
Guion - 6
Dibujo - 7.5
Interés - 7
6.8
Valoración Global
Un número entretenido que presenta el camino por le que le personaje va a discurrir en próximas entregas. Un cómic de historias entre historias muy entretenido.
Hemos dado tanta caña a lo chungas que han sido las reimaginaciones de la muchos de los personajes clásicos de DC con los Nuevos 52, que en ocasiones se nos olvida destacar aquellas que han sabido hacerlo muy bien. El Aquaman de Johns y Parker es uno de los mejores ejemplos, y aunque me fastidie que se hayan perdido o -todavía no se hayan recuperado- algunos de los elementos de que se habían contruido alrededor del personaje durante las dos décadas anteriores, si que me atrevería a decir que es la etapa más sólida que ha tenido el señor del trono de Atlantis desde la Crisis en Tierras Infinitas de Wolfman.
Que se que el Aquaman de la Silver Age tiene bastante mala fama por todo el rollo naif de sus primeros tiempos, pero conforme iban llegando los setenta y se subían al carro gente como Jim Aparo o Paul Levitz, la cosa mejoró enormemente hasta el punto de que -a pesar de ser todavía cómics hijos de su época- es la única etapa del personaje que de verdad se puede considerar clásica.
¿El resto? El de Pozner y Craig Hamilton tuvo los aciertos de potenciar el aspecto nigromántico de atlantis, hacer del Ocean Master un villano de peso y gráficamente es un caramelo para los ojos, pero pasó a los libros de la infamia por el rediseño del traje de Aquaman con el uniforme de camuflaje.
La mini posterior de Giffen es un soberano desastre, y aunque lo de MccLaughlin, Maguire and cía consiguió mejorarlo con cierto rollo de políticas internas a medio camino entre Conan y Juego de Tronos, duró muy poco y no terminó de cuajar lo suficiente.
Y luego vino lo de Peter David, que sí, se marcó todo un órdago con Crónicas de Atlantis e incluyó muchs ideas chulas. Pero también muchos disparates que -a Poseidón gracias- han pasado al olvido, siendo en general una etapa tremendamente irregular y bastante dura de leer a día de hoy, empezando por la forma de retorcer la imagen del personaje, tan en la línea de la moda de entonces.
Lo de Larssen es mejor ni recordarlo, mientras que las etapas de Jurgens, Veitch o Pfeifer pueden considerarse -con sus más y sus menos- tramas a largo plazo protagonizadas por Aquaman que como etapas que realmente definan a Aquaman. Tras esto llega un intento de Busiek de rebootear al personaje dentro de la continuidad por medio de un «Barry Allen / Wally West» que solo se puede considerar un batacazo de proporciones épicas, que obligo a la editorial a esconder al personaje en el baúl de los juguetes rotos hasta que la gente se olvidase de aquello.
Y así llegamos a Johns y su recuperación desde la Noche Más Oscura hasta la etapa de Parker actual, en la que no deja de ser un cómic de superhéroes de corte clásico con ciertos añadidos de épica contemporánea, pero que en los treinta y tantos números que lleva hasta el momento ha sabido condensar todos los aciertos de las etapas anteriores erradicando todos los errores que se cometieron desde la crisis de Wolfman, ofreciéndonos un cómic de Aquaman en el que de verdad tienes Aquaman, haciendo que el entorno submarino de nuevo vuelva a ser interesante, con unos enemigos que al fin tienen lustre, una trama con unas reliquias que remite directamente a lo de Pozner, las guerras de poder de McLaughlin, la importancia del pasado de Atlantis made in Peter David -sin alienígenas de por medio, gracias a dios-, las tensiones con la superficie de Jurgens, etc…
Actualmente, todo lo que está montando Parker con la vinculacion a la mitología griega, el Creature King o lo de los tronos también me parece muy lúcido, respetuoso con la historia del personaje y -para colmo- cojonudamente dibujado, por lo que no me tiembla en pulso que esta colección no solo ha sido uno de los mejores hallazgos de los nuevos 52, sino lo mejor que se ha hecho con Aquaman en mucho, mucho tiempo. No es que sea ninguna Cosa del Pantano de Alan Moore, pero es que el de Atlantis necesitaba una serie como esta como el respirar
Pues sí, Aquaman llevaba años sin estar a tan buen nivel. Johns lo hizo muy bien pero la etapa de Jeff Parker no tiene nada que envidiarle a la primera (quizás más promoción, eso sí).
La etapa de Peter David ha sido de las mejores etapas del personaje, invasiones alienígenas incluidas. Que la etapa actual está mejor dibujada, sin duda, pero no tiene los cierres en suspense que el maestro David dominaba y tenía personajes secundarios interesantes (hijo bastardo incluido).
Vería con buenos ojos que Peter David volviera a Aquaman con los dibujantes actuales, aprovechando que le han cancelado All new X-Factor. Y eso de que ha envejecido mal la etapa de David, no es mi caso, me leí los 45 números de la serie regular del tirón -lo mismo que sus miniseries-, mucho mejor que otras series más cacareadas de los noventa.
Y sí, Aquaman es de las mejores series de los nuevos 52 pero tendrían que arriesgar con algo nuevo que el 75 aniversario de Aquaman es el año que viene.
Es un buen cómic, hay que reconocerlo, y aunque no tiene nada que envidiarle a la etapa anterior de Geoff J., tampoco es que lo supere.
Coincido que estos números han sido más bajos en nivel, pero tiene pinta de que mejorará mas temprano que tarde
El siguiente arco ya tenemos a un Jeff Parker desatado. El «problema» que tiene es que es un escritor «lento/pausado», que le gusta cocinar sus obras a fuego lento. Pero si el nivel de ahora – nivel USA – se mantiene o incluso aún mejora más, no sólo superará claramente a Johns, sino que podrá mirarle de tu a tu a Peter David sin demasiados problemas.
A mi la última etapa «buena» que recuerdo pre-New52 fue la de «sub-Diego», guionizada por Will Pfeifer, con dibujos de Patrick Gleason y portadacas de Alan Davis. Unos pocos números que lo tienen todo y todo bueno.