El rey de los mares
El sello Black Label nos ha traído en tiempos recientes una serie de cabeceras notables, permitiendo dar autentico contenido a la iniciativa, que parecía perdida entre murciélagos y payasos. Desde The Nice House on the Lake, completamente fuera de los universos superheroicos, a WW Historia.
Fruto del mismo objetivo, nos llega Aquaman Andrómeda, de Ram V y Christian Ward. Un tebeo que nos lleva al filo de las profundidades, al hogar de los monstruos más alejados de la condición humana. A través de un mcguffin de rigor, un artefacto alienígena, se va a desencadenar un conflicto que atañe a los principales personajes de la tradición del rey de Atlantis.
Ram V goza aquí de mayor libertad a la hora de desarrollar su estilo que el que puede tener como escritor en las colecciones clásicas de DC Comics. En ese sentido, Aquaman Andrómeda tiene mucho más que ver con propuestas como Costas Salvajes. Deudor de obras históricas como el Drácula de Bram Stoker o Moby Dick de Melville, en cuanto a la construcción del terror.
Siempre a partir de pequeñas puntualizaciones en los largos parlamentos de sus personajes. Es un autor que disfruta a la hora de el drama y el contenido inicial de su obra. Las aportaciones que realiza en la fase primeriza del protagonista pretenden alejar al personaje de una concepción arcaica de Aquaman y acercarlo al de las tragedias de los grandes nombres de la literatura clásica. Es un héroe profundo, en todos los sentidos de la palabra, individualista, marcado por la desgracia y un poder incomprensible para aquellos que moran la tierra.
En este primer número, funciona más como secundario de ocasión, acompañándose sus intervenciones de un discurso elevado, que se inserta directamente en el desarrollo del gran vigilante que Ram V quiere para su tebeo.
El resto de personajes sirven al mismo propósito, al ser sujetos del gran conflicto que se crea desde el mar. El autor recurre a un aspecto propio de su trayectoria, como es la multiplicidad de narradores de la aventura. A partir de estos, el conflicto general, del que apenas se nos dan un par de pinceladas en la introducción, se va convirtiendo en algo mayor y común. Más complejo y distinto de cara al lector.
Si bien el argumento no sorprende con excentricidades de guionista, y recurre a lugares comunes que todo lector ha visitado con anterioridad, sí tiene ingenio y garra en cuanto a la exposición de las motivaciones de Aquaman y el lugar que ocupa en el conjunto. Ram V sabe cómo ofrecer un lugar de honor al protagonista en su desarrollo, y aprecia las bondades que este ofrece como personaje a disposición.
Christian Ward se mimetiza con la premisa del horror y sirve todo su talento al espectáculo y la belleza que guardan las profundidades. Es capaz de cautivar con páginas de viñeta completa, a partir de una concepción muy personal de lo que ha de ser el espacio marino. Es tremendamente original a partir de este dualismo, por un lado, el innegable atractivo de lo que se ve, y por el otro, el pavor que no ha surgido todavía y que se espera a partir de los detalles interiores.
Es un cómic que tiene detalles de terror, pero que es lo suficiente inteligente como para no permanecer anclado o adscrito a un género único. Tiene peleas y acción, como buena aventura de superhéroes, pero también elementos tomados de la ciencia ficción, que sirven con gracia a la intención de sus autores.
Ward ofrece un despliegue visual no solo a partir de sus composiciones, también en el uso del color. Principalmente por cómo no permanece anclado en un tono, sino que partiendo de una visión más plana del mar, va añadiendo nuevas capas y nuevos colores que alimentan el relato principal.
También es importante destacar que Aquaman Andrómeda bien puede ser considerado el ejemplo perfecto de lo que la línea de Black Label debe aspirar a ser. Fuera de la sobrecarga de propuestas genéricas que pueblan el mercado americano, no solo en DC Comics, es refrescante comprobar que las grandes editoriales continúan ofreciendo un espacio para este tipo de tebeos.
En conclusión, nos encontramos ante un inicio impecable. Todavía se guarda las sorpresas para el nudo y desenlace, pero resulta fascinante por su manejo de los tiempos y su particular concepción del elemento espacial, infinito como solo pueden serlo las profundidades de la tierra. Una nueva demostración del talento como narrador Ward, que le consolida como uno de los mejores dibujantes del mercado americano, así como el tebeo que necesita Ram V para seguir ganando peso y nombre en una industria que necesita y merece escritores de su talento.
Lo mejor
• El dibujo de Christian Ward.
• El modo que tiene Ram V de construir su propio relato.
• Sus referencias en la historia de la literatura.
Lo peor
• Es introductorio, a la espera de ver cómo se resuelve la acción.
Guion - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 8
7.8
NOTABLE
Un tebeo muy interesante, que deja con ganas de más de cara a su continuación.