24 años han tenido que pasar para que muchos aficionados, entre los que me incluyo (ya me perdonareis, pero esta reseña va a estar cargada de comentarios personales), hayan podido continuar lo que empezó en 1995 (en USA empezó en diciembre 1993) con la publicación, por parte de Ediciones Zinco, de la miniserie de Aquaman, Tiempo y Marea. Escribir estas líneas tan solo me ha llevado unos segundos, pero ayuda a ser consciente del tiempo que ha pasado en realidad desde que disfruté de aquel tomo, de 775 pesetas, en el que la maquinaria de marketing del momento tituló como Aquaman: Año Uno. Fue el principio, o más bien la continuación del trabajo de Peter David tras su excelente miniserie, Las Crónicas de Atlantis. Fue un encuentro puesto que en España no se había editado nada, absolutamente nada, (salvo la miniserie de escrita por Pozner y eliminada de un plumazo de la historia y continuidad DC) hasta ese momento, dedicado a la figura de Aquaman en solitario. Sus series regulares anteriores ni siquiera entraban en lo planes más locos de la editorial que apostaba por el personaje gracias al éxito del que gozaba en USA y el renombre de su escritor. Pero fueran las que fueran las razones, lo que importaba era que Aquaman se iba a publicar en España.
La alegría de aquello duró muy poco.
Con la llegada del segundo tomo, ya en 1996, Zinco encaraba el que iba a ser el año de su cese como editorial, quedando ese segundo tomo como el intento inconcluso de dar continuidad a Aquaman en nuestro país. La aventura fue breve y con tan solo cinco números de la serie regular publicados en el citado tomo, los aficionados tenían que despedirse de DC, de Aquaman y de Zinco. Una triple despedida que sabía a bilis, puesto que se cerraba uno de los capítulos más importantes para la editorial de Burbank en nuestro país y cerraba una editorial fundamental para DC en la historia de España.
Y casi un cuarto de siglo más tarde podemos saludar de nuevo a ese Aquaman del que tuvimos que despedirnos y poder continuar esa historia inconclusa que fue la etapa de Peter David con el Rey de los Siete Mares como protagonista.
Tener entre las manos el primer tomo de los tres que van a recopilar todo el trabajo de David en la serie, es, sin duda, un momento muy especial para todos aquellos aficionados a DC. ECC apuesta fuerte por el personaje, por su serie más relevante en aquellos días, aprovechando el tirón de su película en solitario, para rescatar uno de los momentos claves en la historia editorial de Aquaman y atraer al lector de hoy y al que vivió aquellos amargos momentos. Una etapa que toca analizar en detalle.
¿Está a la altura de lo que se ha dicho de ella? ¿Ha soportado bien el paso del tiempo? Solo hay una forma de saberlo, continuar leyendo.
El primer tomo comienza con la miniserie de Tiempo y Marea, en la que David dedica cada uno de los cuatro números a explorar diferentes instantes de su vida, anteriores a lo que se había definido del personaje hasta el momento. El escritor de Hulk da continuidad a su trabajo en Las Crónicas de Atlantis y arranca con el propio Aquaman intentando emular el trabajo de cronista de Atlantis. Esta forma narrativa le permite al guionista retroceder en el tiempo y centrar la atención en aspectos relevantes y fundamentales de Arthur, claves para definir su forma de ser y actuar en el presente. Factores como la primera impresión de Aquaman con los habitantes de la superficie, su crianza con un grupo de delfines (con un número arriesgado y valiente de elegante factura y exquisita carga emocional), su primer amor y sus consecuencias y su primer enfrentamiento con el que llegará a ser uno de sus más grandes enemigos. Todo esto perfila la personalidad de Arthur y sirve como pedestal sobre el que poder sustentar lo que David irá desarrollando posteriormente.
La miniserie funciona hoy en día tan bien como hace 24 años, con historias auto conclusivas que en realidad tejen un tapiz mucho más denso, permitiendo a todo aficionado sumergirse de lleno en la parte más emocional del personaje. David juega con conceptos cercanos al lector como son la exposición social, la infancia, la pasión y el autodescubrimiento como herramientas para hacer madurar al personaje y despojarlo de forma clara y definitiva de la fama que acarreaba desde los años 70. Y la miniserie lo consigue con contundencia, mostrándose sólida y bien planteada, con un objetivo que no busca solo sorprender por sorprender, sino usar dicha sorpresa para elevar a todo el conjunto de tal manera que sea ese trampolín con el poder poner en marcha la serie regular de Aquaman, haciendo que Tiempo y Marea sea hoy lo que fue en los años noventa: una de las mejores historias del personaje.
Cuando el guionista de Supergirl se hizo cargo de la colección de Rey de los Mares, el público en general reaccionaba con incredulidad al respecto. David por aquel entonces gozaba de una alta cuota de popularidad y parecía que su talento se iba a infrautilizar trabajando en una serie dedicada a Aquaman, el personaje que parecía no tener el respeto por parte de los aficionados.
Unir a un guionista con fama de poder levantar las ventas de cualquier cosa que escribiera y a uno de los personajes con peor imagen (cuanto daño hizo la serie de animación Superamigos) de los comics de superhéroes, despertaba el recelo tanto de libreros como de aficionados… la expectación estaba servida.
David se declaraba admirador de Aquaman y tenia ideas muy concretas de lo que tenía que hacer con él, poniendo en marcha un proceso de lavado de imagen, de reconversión total, cambiando su aspecto de forma radical, mostrándolo más intenso, más duro, más único (visualmente), y letal que nunca. Para ello los primeros pasos de la colección están encaminados precisamente a remarcar este cambio, centrando la atención en la evolución personal de su protagonista que empieza a manifestar un más que profundo hartazgo por la imagen que transmite de si mismo. Sin embargo, no todo se queda en un mero trabajo de chapa y pintura. Aquaman, en manos de David, evoluciona y se dignifica, al mostrar un nivel de poder alto y haciendo de uno de los motivos de mofa (su habilidad para comunicarse con las criaturas marinas) todo un elemento diferenciador respecto a otras etapas del personaje. Nunca Aquaman tuvo tantos secundarios en una colección, puesto que los tiburones y los delfines adquieren un valor fundamental para el tratamiento de las historias. Combínalo todo y tienes la receta del éxito.
Con Arthur convenientemente actualizado, David, puede comenzar a centrar más su labor en el desarrollo de los personajes, con un tratamiento muy interesante de la relación entre Aqualad y Aquaman, aderezado con la llegada de ciertos personajes de antaño, el tratamiento de la ciudad de Atlantis y un constante contacto con diversos héroes y heroínas del Universo DC, a fin de poder usarlos como espejo con el que poder medir a este nuevo Aquaman. Un todo que subyace tras las tramas centradas en la acción y que van generando nuevas subtramas que recorren, de forma muy acertada, el núcleo central de la historia global que lleva en mente David.
El humor de David está presente en todo momento, un humor sutil en ocasiones, directo en otras, elegante, honesto, absurdo incluso, si así es necesario, en lo que ya era entonces una marca de la casa. ¿Pero cómo aguanta el humor el paso del tiempo? El humor es un arma de doble filo y uno de los géneros que peor aguanta que pasen los años, puesto que es algo que evoluciona muy rápido a nivel cultural y lo que era gracioso hace quince años no tiene por qué serlo hoy. El humor del que hace gala David soporta bien las inclemencias del tiempo, salvo contadas ocasiones en las que se siente a la perfección que no estamos ya en los años noventa. Sin embargo, en general, es una de las grandes bazas de su trabajo con Aquaman.
¿Y el resto de la obra es robusta temporalmente?
No es temerario decir que el trabajo del guionista resiste muy bien el tiempo (salvo contadas ocasiones en las que se ven las costuras a acciones y diálogos), siendo el eslabón débil de esta obra el pobre apartado gráfico del que disfruta (o sufre). Si ya en su momento no era especialmente llamativo, hoy, tras casi un cuarto de siglo de evolución visual, se muestra absolutamente desgastado.
Hay momentos concretos en los que los dibujantes encargados de llevar a cabo este proyecto de forma regular, Kirk Jarvinen, Marin Egeland y Jim Calafiore, son capaces de aportar a la historia de David gracias a que sus aburridos dibujos, carentes de fondos y detalles, destacan puntualmente en expresividad facial y corporal. Una compensación que no es capaz de mantener a flote al dibujo y del que hay que abstraerse para no salpicar la lectura de la obra con la influencia negativa de este. Su composición visual y puesta ene escena resultan anodinas y se convierten en un ruido de fondo del que el lector acaba por desconectar.
Peter David y Aquaman demuestran en este primer tomo que es uno de los mejores momentos del personaje, con ideas muy atractivas, un potente desarrollo argumental, en el que los perosanjes lo son todo, aderezado con una pizca de exageración noventera que sigue funcionando a la perfección. Un primer tomo que deja con ganas de más, mucho más… afortunadamente no tendremos que esperar otros 25 años para poder leerlo.
Aquaman en estado puro.
Guion - 8
Dibujo - 6
Interés - 10
8
David entiende al personaje y lo somete a un riguroso proceso de actualización. EL tono de sus aventuras, el enfoque, su actitud, su agresivo aspecto visual... un todo que hacen de esta serie uno de los momentos cumbres del personaje.
Una obra que había que tener en España si o si. Que está etapa, la mejor del personaje junto a la de Geoff Johns, no estuviera publicada aquí era una mancha en el catálogo español de DC. Por suerte aquí la tenemos. Decisiones editoriales cuestionables al margen, es una alegría y una gran noticia.
Para mí Peter David siempre ha estado muy alto en el ranking de mejores guionistas de todos los tiempos.
No se puede negar que tenga algunas obras puntuales flojas, pero nunca han podido empañar una carrera llena de obras maestras.
Y quien lo dude, que se pregunte si se puede basar un cómic en un bote de mayonesa.
Perdona pero sí se había publicado anteriormente y por Zinco la miniserie de Neal Pozner y Craig Hamilton
Cierto, el subconsciente me jugó una mala pasada. Subsanado. Gracias por el apunte.
La miniserie fue un visto y no visto en la historia del personaje a nivel de continuidad y de ahí mi error.
Nunca he seguido a este personaje, me apunto entre los que lo minusvaloraban, más por desconocimiento (y por pereza) que por razones objetivas.
Hace unos meses decidí leer Crónicas de Atlantis, una de las muchas recomendaciones que hacéis en vuestros geniales podcasts. Eché un ojo al tomo y ni lo dudé. Y la historia me encantó!
Había que seguir leyendo cosas sobre este personaje. Lo siguiente sería la etapa de Peter David. Pero al llegar a la tienda y abrir el primer volumen…..oh Dios mío! Me sangraron los ojos con ese horrible dibujo. Prácticamente todo lo malo que tenían los cómics en los 90 (gráficamente hablando) lo vi en esas páginas. Y no estaba dispuesto a rememorar viejas pesadillas. Lo siento, pero aún no soy capaz de superar viejos traumas.
Nunca dudaré que esta etapa de Aquaman es una de las mejores, si lo decís vosotros (y mucha más gente), por algo será. Pero el apartado gráfico me parece tan infame que soy incapaz de leerlo.
Me viene a la cabeza la pregunta que a veces hace Pedro Monje: ¿un mal dibujo destroza un buen guión? Personalmente, en este caso concreto, si. Definitivamente.
Échale un ojo a la etapa de Geoff Johns. Magnífico dibujo de Iván Reís y un argumento muy bueno, divertido y superheroico. Para mí la mejor etapa del personaje, y como te digo sin tener que aguantar dibujos noventeros.
Muchas gracias por la recomendación! Le echaré un ojo!
Etapa imprescindible de Aquaman,una pena la edición que se ha sacado de la manga Ecc. Editan “Crónicas de Atlantis” en tamaño cómic book y esta serie que es su continuación directa en tamaño reducido.
Me sumo a la recomendación de la etapa de Geoff Johns. Buenas historias y un dibujo superlativo.
Algo le hace este formato a los tebeos de Aquaman que no pasa con otros. He leído Flash, Detective Marciano, Hitman o Thor en este tamaño y funcionan bien. Por sus características esta cole se ahoga en reducido. Tenía que decirlo. Los tebeos que están sacando bien valen el esfuerzo pero no deja de ser una lástima tenerlo tan cerca y tan lejos a la vez.
Y haces muy bien en decirlo. Esta reducción de tamaño solo tendría algo de lógica si fuera acompañado de una reduccion de precio significativa. Valiendo igual que un tomo normal como vale, es una merma de la calidad del producto. Una pena y una mala decisión editorial al margen de la calidad del contenido,que se agrava siendo este tan demandado durante tanto tiempo.