Todo viaje tiene un principio y un final. Será más largo o corto, pero el camino que se empieza siempre termina por llegar a algún sitio… o no. Y es que esto es lo que le sucedió a Peter David cuando era el encargado de escribir la serie de Aquaman durante los años noventa. Su viaje empezó, pero nunca llegó a terminar, no al menos como él quería que acabara. Cuatro años de historias profundamente ancladas a su tiempo que, debido a desavenencias editoriales, acabó de forma abrupta rompiendo la relación del personaje con un David que sentía que no había sido capaz de cumplir el objetivo con el que empezó a escribir la serie: establecer a Aquaman de manera sólida, tanto que pudiera sostenerse tras su partida.
La serie se desangraba en ventas, perdiendo 10.000 lectores en tan solo un año y desplomándose al puesto 100 con unas ventas alrededor de los 27.000 ejemplares. Algo que llama poderosamente la atención si tenemos en cuenta que el trabajo de David mejora en enfoque respecto a sus primeros dos años en la serie.
David fue informado de esta caída de las ventas y comenzó a proponer ideas con la que poder recuperar a esos lectores que habían ido dejando la serie. Ideas que chocaban con la línea editorial y que fueron tensando la relación con el guionista de Young Justice que, harto, dejó la serie en el número 47.
Si os apetece saber algo más al respecto de este momento concreto, podéis pasaros por aquí..
La historia hasta ahora había relatado como Aquaman afronta la muerte de su madre adoptiva, Porm, para asociarse posteriormente con los Diablos Marinos a fin de explorar una sima oceánica en la que se han avistado mutaciones grotescas de la fauna marina. El viaje a la sima (una de las ideas de David era usarla a modo de historia de largo recorrido siendo el equivalente al Infierno de Dante) le descubre a su peor enemigo, Manta Negra, que también ha mutado…
En este punto comienza este tercer y último tomo del Aquaman de Peter David, con Arthur perdido en la sima y viéndose afectado por las aguas infectadas con algún agente mutágeno, mientras ha de lidiar con sus súbditos, la actitud de su hijo e incluso hacer frente a la estirpe misma de los dioses. Un sinfín de situaciones en las que David también recurre a otros héroes del Universo DC, como Power Girl, Superman (en su etapa más eléctrica) y la Cosa del Pantano a fin de intentar que pueda sobrevivir a todo este batallón de situación con las que el hijo de Atlan se ve obligado a batallar.
Los números 30-48 que se recopilan en este tomo resultan tan intensos como los anteriores, manteniendo el tono que imperaba en los años 90, con acción incasable, batallas de alto voltaje y situaciones que están al servicio de la nueva forma de proceder y de ser de Arthur. Sin embargo, entre sus páginas si se puede ir detectado un claro movimiento dulcificador, en una clara tendencia del guionista por comenzar a cerrar el tema del arpón, puesto que manifestaba abiertamente que dicha situación ya había dado todo lo que podía dar de sí.
David mira al pasado de Aquaman y concretamente a su propio trabajo en las Crónicas de Atlantis, para alimentar las tramas. Un claro ejemplo de nostalgia personal que además le permite poder explorar aspectos más humanos y emocionales de Arthur como rey de Atlantis. Hay más espacio para explorar el aspecto emocional de Aquaman y su relación con los secundarios, su entorno personal y su papel como héroe dentro del Universo DC. Un espacio que David aprovecha para elaborar tramas algo más complejas, en las que no abusa tanto de sus herramientas narrativas, ni sus vicios, dejándose llevar por la inercia editorial y el no hay nada que perder, cuando le indicaron que la serie se estaba ahogando a nivel de ventas.
Sin embargo, de manera natural, David contamina su trabajo con su propio hastío y sus números finales no son sino una sombra de lo que podría haberse hecho, cerrando tramas y dejando al personaje en un punto en el que es posible poder emprender cualquier tipo de acción. Su plan para matarlo, algo que no le dejaron hacer, así como recuperar su mano, algo que tampoco era del beneplácito de DC, acabaría llegando a la serie, dejando claro que Aquaman, al menos entonces, continuaba sufriendo un particular y doloroso via crucis editorial.
El apartado gráfico de la obra, el eslabón débil de las tres entregas, se asienta gracias a una mayor regularidad de Calafiore (al que se le pudo ver en los Red Lanterns de los Nuevos 52) que logra imprimir personalidad al conjunto, sin dejar de lado su trazo geométrico de línea gruesa, algo rígido, con propensión a la falta de fondos. Que mejore no significa que sea el más adecuado, siendo un punto en el que el lector de hoy puede encontrar un fuerte punto refractario hacía la obra.
Sin duda esta trilogía cierra la deuda contraída que había con los lectores, dejando claro que el trabajo de David con el personaje tuvo un valor más que significativo en su momento pero que, con el paso del tiempo, el cambio de tendencias y estilos, su aportación global queda en entredicho. David logró un objetivo, pero fue un objetivo puntual, anclado a su tiempo, con un apartado gráfico deficiente e irregular (que no benefició a su trabajo), y que debe leerse sin perder de vista la época a la que pertenece.
Un divertimento, un punto de inflexión para Aquaman, un loable intento de darle la importancia que tiene y que no alcanza la magnificencia de la que tanto se habla, pero que convence por todo el ecosistema que es capaz de crear alrededor del personaje. No decepciona y no emociona, es un trabajo interesante que se disfruta, sin ser capaz de dejar un poso sólido, que llena un vacío histórico en nuestro país, y verlo de otra forma puede llevar a serias decepciones.
Puros años 90.
Guion - 6
Dibujo - 6
Interés - 8
6.7
Una tercera entrega que mejora en complejidad argumental y gráfica, pero que continua rodeada del intenso aroma de los años 90. Un trabajo, global de David, correcto y significativo, pero que se pierde en forma y fondo, ara no ser capaz de aportar poso temporal.
Pique con el primero gracias a las alabanzas que se le dedicaban por aqui y sobretodo por las cronicas de atlantis , mismo autor ,ademas de mi gusto por Peter David , y «mismo personaje » entre comillas por lo particulares que son las cronicas , conseguian interesarme por la etapa. Y me quede en el primero. Me gustaria decir que la decision de ecc de jibarizarlo ,ayudo a la no compra, pero ni 5 euros mas barato y en una edicion de puta madre hubiese caido. Lastima las historias ineditas de aqualand que para mi seguiran siendo ineditas.
Creo que la decepción que experimentamos con el Aquaman de Peter David es una consecuencia inetivable generada por las expectativas que provoca una obra no disponible en el mercado español y que gozaba de cierto prestigio en su país de origen. Estoy seguro que analizaríamos a esta etapa de una manera diferente si Zinco hubiese publicado la mayor parte de la obra. Y coincido que la parte gráfica es su mayor lastre, pero cuando el guión es bueno hasta eso es llevadero. El ejemplo más claro es el Animal Man de Grant Morrison: no podía tener peor dibujante, sin embargo todos llevamos en el corazón ese pedazo de comic.
Esto igual bordea un poco el off-topic, pero vuestros comentarios son muy interesantes, en cuanto a un posible debate sobre la viabilidad real de ciertos comics. No voy a defender a ECC (que lo hagan ellos si quieren y pueden) pero el Aquaman de PAD era una deuda muy solicitada a la editorial. Pau no ha pasado del primer tomo y piensa que no lo haria ni con mejor edición abaratada y Nippur habla de expectativa agrandada por circunstancias históricas de nuestro mercado. Habría que ver por ejemplo si la nueva coleccion de los Masters del Universo que se pidio hasta la extenuación fue un exito editorial. Yo no tengo ni idea pero la reseña en esta pagina no fue muy buena. Igual hay que asumir que obras menores requieren formatos peores y precios mas caros por su pobre salida. Al final el no apoyar una obra poco comercial por formato o precio (una opción muy respetable) implica no que la publiquen de la forma que más nos gustaría, si no que no se publique en absoluto esa y otras de corte similar. Que siempre se pueden conseguir directamente en inglés, pero vamos, si tuviera buena soltura con el idioma (egad!) no lo dudaba, lo leeria todo en su idioma original de todas todas!
Me parece muy interesante el tema que planteas.
Yo creo que Aquaman si ha vendido bien, o al menos es mi percepción (en mi tienda habitual no sé cuántos traían pero volaban el día que lo sacaban).
Sobre si hay mercado para según qué colecciones, yo creo que si, el problema ahora es que “mercado” quiere decir que podemos sacar tal serie a 40 euros el tomo en tapa dura. Pues mira, no.
A mi por ejemplo me encanta el formato Universo DC que utilizaba planeta, reducido, tapa blanda, peor calidad de papel pero 500 pgs por 20 euros. Y vendían como churros (o eso entiendo yo cuando había un montón de series con estas características abiertas a la vez con periodicidad mensual y muchas a día de hoy son inencontrables de segunda mano).
Con ese formato se podía acceder a un montón de series que seguro tenían muchos lectores interesados en leerlas y no tanto en poseerlas, es decir que buscaban leerlas sin pagar un dineral por ello y no necesitaban una edición de lujo para lucir en la estantería.
Por ejemplo yo me hice con el Demon de Ennis en la edición de planeta (a unos 24 euros la serie entera) porque me gusta el autor y las críticas la ponían entretenida dentro de que es un trabajo menor del autor. La misma serie la sacó ECC en formato de lujo costando más del doble (y de tal forma que yo no me la hubiese comprado ni de coña porque no es una obra que me interese tanto ni de lejos como para pagar ese precio).
Por otra parte siempre me ha llamado la atención que ECC sea incapaz de sacar con regularidad obras como JLA de Giffen y las hayan pasado canutas para acabar el Escuadrón Suicida de Ostrander y Panini se pueda permitir sacar una edición limitada de súper lujo a 45 euros de materiales como El Tigre Blanco, que son de vigésimo quinta fila dentro del fondo de la editorial en cuanto a popularidad.
En definitiva, yo creo que esas obras tan demandadas por el publico si que tienen siempre viabilidad pero teniendo en cuenta que no estás sacando Watchmen. La gente no está dispuesta a arruinarse en algo que llevan tiempo queriendo leer pero que no va a ser la joya de la corona para la inmensa mayoría de estos interesados.
Os leo con mucho interés, ya que veo grandes reflexiones que me llevan a exponer una idea loca a este respecto.
Hace años desde Forum, se lanzó la iniciativa Biblioteca marvel, una edición reducida de tamaño, en blanco y negro, donde se editaban los comics primigenios de Marvel. Esta edición permitía el acceso a una ingente cantidad de obras a un precio reducido y en mi modesta opinión son los responsables de que hoy pueda haber ediciones en tomos de tapa dura a color editando material Marvel de, como se comenta, quinta división, con resultados editoriales, al parecer, notables. (También se publica material muy interesante, ojo)
Esa edición de Forum creó una necesidad, satisfaciendo una demanda muy importante por parte de los lectores de entonces, educando para a los que llegaría más tarde.
Leo que se recuerdan los tomos reducidos de 500 páginas de Plantea como la evolución de esa Biblioteca Marvel pero en DC, acercando obras inéditas a los lectores en un formato asequible. ¿Puede ser que en si día fuera criticado este formato? Sinceramente no soy capaz de recordarlo, por lo que sería interesante si alguien puede aclarar este tema.
Ahora llegan obras como la Aquaman de PAD en un formato reducido a un precio enorme, que no es bien recibido ni apoyado por los lectores, haciendo que iniciativas como estas se queden en intentos editoriales por publicar inéditos. Creo que este formato viene a ser una evolución del propuesto por Planeta, pero que llega demasiado pronto, puesto que Planeta no puedo generar el suficiente empuje como para que se justifique el salto de formato.
En mi opinión creo que se ha querido correr antes de saber andar y que este material debería haber llegado a las tiendas en un formato más cercano al de Planeta, a fin de poder seguir penetrando en el mercado de manera más amable con los bolsillos.
Os estamos muy agradecidos por el interesante debate generado, no solo alrededor dela obra, sino de la propia edición de la misma.
Me siento muy identificado con varias de las ideas que apuntais. En su momento me hice con varias obras en ese formato. Efectivamente en algunas me habria gustado más otro formato distinto pero en líneas generales estoy satisfecho con ellas. Demon, Hitman, Chase, Jovenes Titanes, JLA/JLE, Supergirl de PAD,Demon de Ennis… En mas de una pique por el precio, muy asequible. A otro precio no habria caido en más de una. Eso sí, mejor en color!
En general echo de menos ediciones «de batalla». Algo formato libro de bolsillo es ideal, porque es como un manga y lo puedes echar en la mochila, leer en el tren, en el bus… Los tochales van de la estantería al atril. Estamos hablando de productos pretendidamente de consumo masivo y popular que salen en grapas. La mayor parte de los comics preCrisis en un formato libro de bolsillo, barato, con papel poroso a color tendrian salida. Y reservar formatos caros para un sector mas minoritario, que posiblemente se ampliaria a medio-largo plazo al enrolar a gente en el formato economico. Seria mejor en formato original, pero seria muy loco sacar las etapas de Conway o Moench en el Batman preCrisis en formato Universo DC? O los primeros numeros de la Liga de la Justicia, o el Creeper de Kaminski y Martinbrough? El formato Universo DC y las grapas clasicas que saca Panini son dos opciones fáciles que dan juego y que podrían contribuir a que los comics de supers no sean el nuevo vinilo.
Saludos a todos, un placer leeros!