Aquel que sostenga este martillo….

… Si es digno, poseerá el poder de Thor. Así reza la famosa leyenda escrita en Mjolnir, forjado en uno de los nueve mundos por los enanos conocedores del metal Uru, un material casi irrompible. En principio, nadie más que Thor, el hijo de Odín, debiera ser capaz de levantarlo. Pero la realidad nos ha mostrado a no pocos dignos de hacerse con el Mjolnir: Steve Rogers, el Destructor, Superman, Wonder Woman, hasta el mítico Conan fue capaz de asir el legendario martillo. El malvado Loki, en uno de sus desesperados planes, incluso llegó a convencer a la mutante Tormenta de que se convirtiera en la nueva encarnación del Dios del Trueno, ante la ausencia del auténtico. Obviamente, todos estos han sido casos circunstanciales. Pero la noticia de que un nuevo portador del Mjolnir va a comenzar sus aventuras en breve, y de género femenino para que conste, nos ha hecho pensar en aquellos que sí que han sido aptos para levantar el martillo y, por tanto, poseer el poder de Thor. Las razones de su dignidad son difíciles de concretar, ya que son muy diferentes unos de otros: tenemos un cámara de televisión, un alienígena o un arquitecto neoyorkino. Esto nos lleva a analizarlos de manera individual, pero antes conozcamos un poco mejor el mundo de Thor, de donde viene el Dios del Trueno y la fuente de su poder.

Realmente, deberíamos hablar de los Diez Reinos, ya que con carácter reciente hemos sabido que nos faltaba un mundo por descubrir, el de procedencia de Ángela, personaje recién adquirido por Marvel y convertida en una nueva hija de Odín (llamado amablemente, el padre de todos). Este nuevo origen está siendo narrado actualmente por Jason Aaron y Al Ewing, por lo que de momento poco podemos apuntar. Así que hemos decidido quedarnos con la versión tradicional de los nueve reinos, que es la conocida hasta hace pocas fechas. Todos ellos se hallan conectados por Yggdrasil, el maravilloso Árbol-Mundo que todo lo une. Según la leyenda, Odín permaneció colgado nueve días y nueve noches para alcanzar el máximo grado de sabiduría. Nos sirve de referencia para observar la distribución de todos los reinos, siendo la cúspide la reluciente Asgard, morada de los dioses nórdicos. Descendiendo, nos encontramos con Vanaheim, hogar de los dioses hermanos de los asgardianos, los vanires; Alfheim, lugar de residencia de los elfos de la luz y Nidavellir, allí donde los enanos se dedican a hacer lo que mejor saben, forjar armas. Es este lugar al que acudió el Padre de Todos para la creación de Mjolnir. Nadie como ellos para malear el poderoso metal conocido como Uru. Midgard es el siguiente, forjando una clara separación entre reinos aliados. Cuando hablamos de Midgard nos referimos a nuestro planeta Tierra, solo que el acceso se realiza vía dimensión alternativa. Para tal cometido fue construido el puente Bifrost o coloquialmente conocido como el Puente del Arco Iris, por su colorida forma. Es el único acceso directo a Asgard; pero si nuestro planeta está bendecido por el Bifrost, también tenemos rodeándonos a la temible Serpiente de Midgard, hija de Loki (dios asgardiano de la mentira, del que hablaremos largo y tendido), poderosa e inerte, dispuesta a despertar cuando la situación lo requiera. En niveles inferiores a la Tierra (o Midgard ya que estamos en modo mitología) nos encontramos con reinos claramente enfrentados a los asgardianos. El más cercano es Jotunheim, lugar donde se concentran los Gigantes de Hielo, enemigos jurados de los dioses nórdicos. Continúa con Svarthlfeim, tierra de donde provienen los elfos oscuros, con Malekith a la cabeza y todavía más conjurados enemigos, y Hel, el lugar de los muertos, dominado por Hela, la diosa nórdica de la muerte. Ya cercano a las raíces del árbol nos encontramos con Niffleheim, territorio de muerte y deshonor. Y que no se nos olvide Muspelheim, donde encontramos a los demonios de fuego y a uno de los más imponentes enemigos del reino dorado, Surtur.

En un mundo tan rico y con tantas posibilidades, destaca en el Universo Marvel la figura de Thor, el Dios del Trueno. Hijo de Odín y Gaea, aunque fue criado por Frigga, la esposa del Padre de Todos, como hijo propio. Destinado a ser el sucesor de Odín, su carácter guerrero y sus fenomenales poderes le hacen ser el paladín al que sus conciudadanos miran en la batalla. Porque Asgard no se cansa de librar batallas por los Nueve Mundos. Y es que sus habitantes son guerreros por definición, con la mente puesta en entrar por la puerta grande al Valhalla y sus interminables banquetes, privilegio al que solo se podía acceder mediante una muerte heroica en la guerra. Pero Thor no es el único hijo de Odín; tenemos a Loki, el dios del engaño, cuyo origen está en los páramos de Jotunheim. Hijo de uno de los enemigos del señor de Asgard, fue recogido con la firme intención de convertirlo en alguien valioso, pero su carácter malvado le ha hecho ser el villano por definición de su hermanastro. No en vano, está marcado como el causante del Ragnarok, la eterna batalla entre el bien y el mal que acaba con la muerte de todos los dioses, para volver a resurgir. El carácter cíclico de este evento le resta dramatismo a algo que en la mitología nórdica tradicional es el fin de todo, la batalla que termina con la existencia. Hay que decir que en el Universo Marvel este personaje ha sufrido una evolución muy interesante para llegar al punto en que se encuentra actualmente. Otros villanos asgardianos que se las verán con Thor son la Encantadora, siempre enamorada del Dios del Trueno y el Verdugo, compañero habitual de correrías de esta última. Pero no todos son enemigos, ya que el hijo de Odín también tendrá sus queridos aliados, los llamados tres guerreros. Fandral, Hogun y el voluminoso Volstagg son los eternos compañeros de armas de Thor, siempre fieles a su causa y siempre prestos a ayudar en la batalla. Qué decir de Lady Sif, portentosa guerrera y muchos años interés romántico del Dios del Trueno (en la mitología tradicional es la madre de sus hijos). Completan el reparto de los principales papeles en Asgard Heimdall, el eterno vigilante del puente del Bifrost con su poderosa visión y Balder el bravo, uno de los más nobles combatientes asgardianos, que no pocas veces ha asumido la regencia del reino dorado cuando Odín ha pasado a mejor vida, cosa que ocurre más a menudo de lo que uno pensaría de un poderoso dios nórdico. La causa es la ausencia continuada de Thor, declarado defensor de Midgard. Al principio fue arrojado por su padre a este territorio contra su voluntad, pero ha acabado amándolo como si fuera su hogar.

De cómo un dios nórdico acabó siendo un personaje de cómic podría ser el título del siguiente relato. Lo cierto es que estamos en los albores del Universo Marvel. Un Stan Lee pletórico, que veía como sus primeras creaciones(4 Fantásticos, Spiderman, Hulk y Hombre Hormiga) tenían un éxito inesperado, decidió ir un paso más allá: había llegado el momento de crear un dios superpoderoso. Stan, que comprendía que tocar aspectos religiosos le podía acarrear problemas, buscó en mitologías abandonadas, encontrando un personaje que le llamó la atención. La mitología era la nórdica y el elegido Thor, el Dios del Trueno. Lo que más le interesó fue que portaba un martillo mágico capaz de increíbles proezas. Ahí había un filón, por lo que se puso en contacto con su colaborador habitual en labores gráficas, Jack Kirby, que definió al Dios del Trueno como solo el bueno de Jack podía hacerlo. Le cedió el tratamiento inicial a Larry Lieber, su hermano y entonces guionista de Marvel Comics, debutando en Journey into Mistery#83. Para ser precisos, Lee ya hizo debutar a un Dios del Trueno en Venus#11, una publicación dibujada por Werner Roth donde los protagonistas eran dioses, pero este precedente no se tiene en cuenta ya que se considera de la Golden Age.

La integración de un dios nórdico en el recién creado panorama suponía darle el toque justo de conflicto, con los necesarios puntos flacos que hacían a estos personajes más cercanos al lector y un toque de melodrama para enganchar. Así que para Thor dispusieron un enfrentamiento directo con Odín, ya que su hijo era un excelente guerrero pero no su corazón no albergaba la compasión y paciencia necesarias. El Padre de Todos decidió exiliarlo a Midgard, arrebatándole su martillo y haciéndole compartir experiencia vital con un humano de mermadas capacidades físicas. Éste es el doctor Donald Blake, alter ego del Dios del Trueno durante largos años. Este médico estadounidense realizó un viaje a Noruega, por una extraña necesidad interna, dándose de bruces con una invasión alienígena. Asustado por la situación se refugió en una cueva, donde localizó un bastón de los que ayudan a caminar. Ese bastón escondía un poderoso secreto: al golpear el suelo se transforma en Mjolnir, el martillo de Thor, y convierte al buen doctor en el poderoso hijo de Odín. En ese instante Thor toma consciencia de la importante lección que ha intentado trasmitirle su padre, quedando vinculado a la Tierra. El guionista le da un tono ampuloso y recargado a los diálogos, intentando recrear la apariencia que en su opinión debían tener las conversaciones entre deidades. Su papel de protector de Midgard se hará más evidente cuando pase a formar parte de la primera encarnación de los Vengadores, unidos además contra la amenaza de su hermano Loki. El martillo es la fuente de su poder, por lo que en las primeras historias gran cantidad de villanos intentarán arrebatárselo. Con los problemas que daba el hecho de que al pasar un minuto fuera de las manos de su legítimo dueño, conllevaba la automática conversión en el inválido doctor. Sus cada vez mayores intereses en la Tierra le generan de nuevo conflictos con el Señor de Asgard. Y su personalidad humana acarrea muchas responsabilidades, además de enamorase de una mortal. La dulce enfermera Jane Foster le permitía al guionista el explotar el melodrama fácil, tan clásico de la Silver Age. El doctor se halla enamorado de la bella enfermera, pero ésta bebía los vientos por el poderoso Thor, alter ego de Blake, que tenía que mantener en secreto su identidad para continuar con su labor protectora de la Tierra. El Padre de Todos era muy reacio a esta relación entre la mortal y su hijo. El triangulo Thor, Jane y Donald fue una constante de la colección mientras ésta se desarrollaba en Midgard. Porque el campo de operaciones se podía expandir por el cosmos y demás panteones. Kirby era un declarado fanático de la mitología nórdica e influyó mucho en el tono y las ideas de la cabecera, siendo los llamados Relatos de Asgard su gran oda a la grandeza de estos dioses. Eran complementos de la serie regular y allí el tándem Lee-Kirby establecieron las bases en las que se sustentan los dioses nórdicos Marvel.

Muy influenciado por esa parte mitológica se encontraba un guionista fundamental de los setenta ( aunque ya llevaba rondando desde finales de los 60) en la editorial. Hablamos de Roy Thomas, el gran sucesor designado por Stan Lee para regir los destinos de la Casa de la Ideas. Estaba interesado en los grandes conceptos más que en los mundanos, por lo que alejó al Dios del Trueno de la Tierra y, en la medida de lo posible, lo acercó a su reino de origen. En una de las muchas aventuras de las que Thomas fue responsable, planteó un ciclo que acabaría con la primera vez que Thor sufrió la pérdida del poderoso martillo. Un antiguo conocido, Hobbie Hobbs, periodista a más señas, aborda al asgardiano para pedirle que le lleve a él y a su equipo al reino dorado para grabar un programa de televisión. Por supuesto, Thor no puede consentir los deseos del periodista, pero sí el malvado Loki, que con un truco consigue que el equipo de TV acceda a la sagrada Asgard. El dios del engaño se dedica a lanzar terribles augurios sobre el Ragnarok. Uno de sus integrantes, el cámara, es Red Norvell, un personaje ambicioso y dispuesto a conseguir poder a toda costa. En medio de una crisis entre los dioses nórdicos, es engañado por Loki para que se haga con ciertos elementos mágicos (un cinturón y unos guantes) que le confieren grandes poderes. Todo esto con Balder agonizante, Odín en lo más bajo de su poder y Loki maquinando. Red Norvell se presenta como el auténtico Dios del Trueno, quitándole el Mjolnir a Thor como si fuera un aficionado. Extrañamente, este personaje se manifiesta digno de portar el martillo, por lo que durante algunos números ( Mighty Thor#276-278) pasó a ser el Dios del Trueno, repartiendo mandobles a diestro y siniestro, totalmente encaprichado de la señora Sif. Sólo que Asgard está bajo asedio desde distintos puntos, con Hela a la cabeza y la Serpiente de Midgard desatada. Norvell cede el martillo a su portador original, cuando se ve incapaz de luchar contra la serpiente, y Thor consigue acabar con la amenaza. Red Norvell murió protegiendo el reino dorado, lo que le confiere la necesaria dignidad. Este personaje volvería a ser recuperado circunstancialmente en los años 90, a cargo del mismo Roy Thomas. Odín le devolvió a la vida en uno de los muchos distanciamientos entre padre e hijo. Alguna aventura perdida que no ha tenido mucha trascendencia.

Nos encontramos en el año 1983, tres años después de la salida del último guionista que había dado lustre a la figura del Dios del Trueno, Roy Thomas. La colección languidecía, ya no solo a nivel de ventas, sino también a nivel creativo. Distintos guionistas, entre los que sobresale Mark Gruenwald, habían intentado revitalizar la serie con escasos resultados. La respuesta a esta crisis de identidad vino de parte de Walter Simonson, uno de los dibujantes estrella de la Marvel de los ochenta, que además tuvo la oportunidad de haber puesto sus lápices al servicio de Thor en épocas anteriores. Y su tratamiento inicial no podía ser más rompedor, ya que de un plumazo parecía eliminar de la ecuación al auténtico Thor, para dejarnos como protagonista a un nuevo personaje. Además, el bueno de Walt se sacó de la manga una nueva encarnación bastante alejada de los cánones, como bien podemos observar en la mítica portada del The Mighty Thor#337. Un extraño ser con una cara mezcla de equino y calavera ataviado como el Dios del Trueno y portando el poderoso Mjolnir. Simonson abría la caja de los truenos y daba infinitas posibilidades la cabecera.

El número en cuestión comienza con el Donald Blake dando un agradable paseo por el Grant Park de Chicago, ciudad a la que recientemente se había traslado, cuando es urgentemente requerido por Nick Furia ( no sabemos si es el mismo Nick o un SDV, que uno ya no sabe que pensar después de las últimas revelaciones de Original Sin). Es trasladado al Helitransporte y ya con su forma de Thor es informado del avance de una extraña nave catalogada como muy poderosa. Resuelto a detenerla, el Dios del Trueno parte hacia el espacio exterior, a encontrarse con su destino. La nave estelar es bastante parecida a un organismo vivo, con su propio sistema de defensa. Thor consigue esquivar todo lo que le envía, para descubrir un misterioso tripulante que va dar mucho juego. Hace su aparición Bill Rayos Beta, un alienígena con una particular fisionomía y enemigo acérrimo de los demonios. Por supuesto, el enfrentamiento con Thor es instantáneo, dando lugar a un acalorado duelo donde el asgardiano pierde su martillo el tiempo suficiente para transformarse en su alter ego humano. Así no es rival para Bill que consigue noquearlo fácilmente. Justo en ese momento Odín reclama a su hijo en Asgard. La sorpresa para todos los habitantes del reino dorado es grande cuando descubren que ese no el Thor habitual. El Padre de Todos conversa con ambos y así conocemos el origen del alienígena: su galaxia explotó provocando numerosas muertes en su pueblo y su consiguiente éxodo por la galaxia. Bill fue denominado el guardián de su raza y para ello se le entregó la más poderosa nave de guerra, Skutlebutt, con la que trata de defender a los suyos de los continuos ataques de demonios. Bill Rayos Beta está convencido de que ha ganado el martillo de forma justa, mientras que Thor no acepta la derrota al haberse producido el cambio con su alter ego humano. Odín propone una lucha singular entre los dos aspirantes y, contra todo pronóstico, el alienígena vence al asgardiano y además lo rescata de las garras de la muerte. Rayos Beta ha demostrado su dignidad y el señor de Asgard mandará forjar otro martillo, Destructor de Tormentas, para él. Devuelve el Mjolnir a su hijo, eliminando de un plumazo la personalidad de Donald Blake y sus limitaciones. Eso sí, necesita una nueva identidad secreta, Sigurd Jarlson, un simple trabajador de la construcción afincado en Nueva York. En cuanto a Bill Rayos Beta, se convierte en un habitual de la cabecera, compartiendo aventuras con el Dios del Trueno, en la que es una de las mejores etapas de la serie en su larga andadura. Simonson moldea un personaje con una gran dignidad, capaz de luchar al lado de los poderosos dioses nórdicos. Y fruto de ese buen hacer es la pervivencia del personaje en el Universo Marvel: Omega Flight, Aniquiladores y, recientemente, lo hemos visto con el nuevo Nova, Sam Alexander. Nadie ha sabido tratarlo tan bien como su creador, pero ver al bueno de Bill en alguna colección, aunque sea de secundario, es motivo de alegría. No puedo dejar pasar por alto el comentar, aunque sea de pasada, uno de esos momentos que se te quedan grabados en la memoria: la transformación de Thor en una rana ( y no en número suelto, toda una epopeya!!).Genial Walter Simonson, siempre te estaremos agradecidos por los servicios prestados.

La salida de Simonson debía comportar un nuevo cambio de rumbo para el personaje. El tándem elegido fue Tom DeFalco y Ron Frenz, que habían realizado una buena etapa en Amazing Spider-man. Y de momento lidiaron con los cambios introducidos por el anterior responsable de la cabecera, la nueva identidad civil del Dios del Trueno. El guionista tenía planes ambiciosos y un nuevo personaje, hijo de esta época, venía para instalarse una larga temporada. Su nombre era Eric Masterson, de profesión arquitecto, por lo que tenía relación con Sigurd Jarlson ( vamos, Thor disfrazado de obrero). En una de esas escaramuzas con villanos de tres al cuarto, en este caso Mangosta, Masterson acabó en tal mal estado, que la única solución que vio el hijo de Odín fue fusionar su esencia vital con el mortal. A las primeras de cambio, DeFalco se trajo del futuro, de otra tierra alternativa a “otro Thor”. Su nombre es Dargo Ktor, y en su época, como si fuera la mítica Excalibur, se hallaba enclavado en una roca el poderoso Mjolnir preparado para alguien que fuera digno de levantarlo. En un mundo dominado por la poderosa Corporación, el Culto del Martillo mantenía la esperanza de encontrar a un nuevo portador. Dargo era miembro del culto, pero no era un gran creyente. De nuevo, la aparición de Loki fue fundamental para que el nuevo personaje asiera el martillo, desatando todo el poder del Dios del Trueno. Este Thor del futuro participó de varias historias en esta nueva temporada, aunque hay que decir que su relevancia es muy pequeña.

Defalco recupera con Masterson dos conceptos que parecían superados tras la etapa anterior, la contrapartida humana y el bastón para cambiar de personalidades. En esta aparente vuelta a los orígenes, el cambio de cromos que suponía la personalidad de Masterson no iba a ser relevante, más allá de que Eric tenía esposa e hijo. Pero el guionista( y ya editor jefe, tras la salida de Jim Shooter) siguió forzando la maquina hasta un punto de no retorno. Todo comienza con la enésima batalla entre Thor y Loki. Este último había intentado asesinar al hijo de la personalidad humana del Dios del Trueno, cosa que pudo con la paciencia de Thor que acabó matando a su hermanastro. En el obligado cumplimiento de la ley asgardiana, Thor fue desterrado de esta realidad. En su última petición, hizo constar que hubiera un protector de Midgard. La respuesta a su petición fue que el terrestre fue habilitado con la capacidad de alzar el Mjolnir, asumiendo el manto del Dios del Trueno. El cambio fue importante; de un noble asgardiano pasamos a un neoyorkino con todas las actitudes de la época ( estamos en los años noventa), además de las inseguridades que conlleva hacer el papel de un dios. De todas formas, el equipo creativo dejó claro que uno de los objetivos de Eric era encontrar al Thor original, objetivo que tuvo que compaginar con las amenazas del día a día y con su participación en los Vengadores.

Y el engaño pronto sería revelado. Loki no estaba muerto ( ¿alguien lo dudaba?) y no solo eso, sino que había suplantado a Odín, con lo que el empeño de Eric por recuperar al asgardiano fue prioritario, introduciéndose en su propia mente para rescatarle. Una vez de vuelta a la normalidad, con Thor y Odín en el sitio que les corresponde, Eric Masterson fue agraciado con un nuevo martillo, Thunderstrike, nombre que asumió él mismo en su nueva carrera de superhéroe. El personaje tuvo la aceptación suficiente para sostener su propia cabecera durante más de dos años. Fue miembro de una curiosa reunión de “Thor Corps”, obra también de DeFalco, que juntaba a algunos de los dignos que habían sostenido el martillo: Bill Rayos Beta, Dargo y Thunderstrike. Pero no todo es para siempre, ya que Eric sucumbió a los malvados influjos del dios serpiente de la muerte, Seth. Masterson había derrotado a una villana conocida como Hacha sangrienta, cuya arma encantada era la fuente de su poder. En el enfrentamiento con Seth, Thunderstrike fusionó su martillo con el hacha, acabando con la vida del dios serpiente. Este acto provocó que la sed de sangre del hacha encantada dominase a Eric, con terribles resultados. Thor fue el encargado de contenerle, pero su poder había aumentado en demasía. Masterson, consciente de su destino, le pidió al Dios del Trueno que acabará con su vida. DeFalco y Frenz todavía se marcarían una serie de cinco números con el personaje de Thunderstrike en 2011, solo que el protagonista sería su hijo Kevin. Desde entonces, sin novedad en el frente.

Tras el desastre que supuso Heroes Reborn para Thor, por lo menos a nivel creativo,  se imponía el pensar con calma y hacer un retorno a lo básico del personaje. Para ello se contó con los servicios de Dan Jurgens y la innegable calidad gráfica de John Romita Jr. Y ambos tiraron de todas las esencias habidas y por haber en la historia del Dios del Trueno: conflictos con Odín, los tres guerreros, Malekith, Hércules, Bill Rayos Beta, Mangog… Las referencias son muchas y variadas. Pero el escritor de ”La muerte de Superman” no se quedó ahí, sino que introdujo interesantes conceptos a desarrollar en la serie, como el tema del culto a Thor y el traslado de Asgard a la Tierra para intervenir en los asuntos mundanos, que acabó con conflictos con sus compañeros y su salida de los Vengadores, y la incorporación de un sidekick femenino llamada Thor Girl. Detalle este que quizás sí nos interese comentar, a sabiendas del futuro del Dios del Trueno. Este personaje, originariamente conocido como Tarene, se vio envuelto en una gran epopeya cósmica con Thanos como máximo responsable. Ella había sido designada como “El Elegido” y el Titán Loco la necesitaba para conseguir el poder suficiente para destruir el universo. Thor se interpuso y consiguió derrotar a Thanos. Esto provocó un gran nivel de admiración en Tarene que decidió irse a la Tierra, luchar junto al Dios del Trueno y ser conocida como Thor Girl. Más allá de la etapa de Jurgens, este personaje tuvo su momento con la Iniciativa, ya que formó parte del Campamento Hammond y su intento de crear superhéroes registrados.

En ese retorno a las esencias, Jurgens vuelve a recuperar la contrapartida humana de Thor y sus clásicas transformaciones si se quedaba sin martillo el tiempo necesario. Pero el guionista le da un nuevo alter ego, Jake Olson. Éste, enfermero de profesión, se vio inmerso en una refriega entre Vengadores y el Destructor, muriendo al intentar ayudar a una inocente. Casi al mismo tiempo, Thor muere a manos del temible Destructor. Los caminos de ambos se juntan, de forma inesperada, teniendo el Dios del Trueno una nueva oportunidad de vivir, ahora unido a Olson. Lo que añade toda una nueva galería de personajes secundarios en el lado humano. Y además, Jurgens juega con un elemento de misterio al señalar al enfermero como posible responsable de ciertas fechorías, lo que pone a Thor en una difícil posición. En esta larga etapa no tenemos a ningún “digno” capaz de arrebatarle el poderoso Mjolnir, pero los detalles de Thor Girl y su nueva personalidad debían ser reseñados.

Efectivamente, esa pregunta debieron de hacerse los aficionados cuando vieron aparecer al Dios del Trueno al final de Civil War#3. La cuestión es que Thor llevaba muerto desde el Ragnarok que preparó Michael Avon Oeming como epílogo a la etapa Jurgens años atrás. Nadie había hablado de recuperar a los dioses nórdicos, que descansaban en su Valhalla particular. Pero sí, Thor hizo acto de presencia en la Guerra Civil, y, con un comportamiento demasiado agresivo, marcó el inicio de lo terriblemente feo que se iba a tornar el conflicto con la muerte de Bill Foster, el Goliath Negro. La respuesta la teníamos poco tiempo después cuando Reed Richards apagaba con un simple código al susodicho Thor. Era un clon construido por Mr. Fantástico y Tony Stark a raíz de un pelo que conservaba este último. Todo, desde su apariencia hasta sus poderes (incluido su réplica de Mjolnir), era un experimento cibernético y, desgraciadamente para los dos héroes, bastante fallido. En la batalla final donde todos los héroes se enfrentan entre sí, el Thor cibernético volvió con todo su poder. Hércules, muchos años compañero y amigo del hijo de Odín, se enfrenta a él, acabando con la replica con su propio martillo. Pero no fue desmantelado de forma definitiva, ya que fue recuperado años después por el guionista Jeff Parker, para incluirlo en la última formación de Vengadores Oscuros ( previo paso por los Vengadores Ocuros de Norman Osborn), conocido allí como Ragnarok, justo antes del relanzamiento que supuso Marvel Now!

La vuelta del auténtico Thor se produjo gracias al equipo creativo formado por J.M. Straczynski y Olivier Coipel. Además de recuperar la vieja personalidad de Donald Blake, ambos prepararon un encuentro con Iron Man, donde el vengador dorado no sale muy bien parado. El Dios del Trueno no le perdona que creara un clon de su persona, que además atacó a amigos suyos, traicionando la confianza que tenían como compañeros de armas por tan largo tiempo. Esa tirantez entre ambos personajes solo se verá resuelta tras los sucesos de Asedio, donde la triada vengadora por excelencia ( Thor, Capitán América e Iron Man) liman sus asperezas de cara al nuevo landscape que supone la Edad Heroica.

A modo de resumen, se puede decir que a pesar de que Odín encantó el martillo Mjolnir para que solo su hijo pudiera utilizarlo, no pocos han sido los aptos para levantarlo. Desde aquel Red Norvell de la época Thomas, hasta los más consistentes Bill Rayos Beta o Eric Masterson, reconvertidos a posteriori en colaboradores del Dios del Trueno, cada uno con su propio martillo. Hemos conocido versiones del futuro como Dargo Ktor o clones como Ragnarok. El bueno de Thor ha sufrido los problemas de sus contrapartidas humanas, ya fuera Donald Blake o Jake Olson. Muchas cosas han pasado desde los tiempos en que Stan Y Jack dieron forma a las primigenias aventuras de los asgardianos. Pero el show debe continuar y las noticias que nos llegan por parte de la editorial nos hablan de una caída en desgracia del hijo de Odín. Por razones todavía desconocidas, nuestro Thor de toda la vida va a dejar de ser digno de portar el Mjolnir y el testigo será recogido por una mujer, cuya identidad es un secreto. Por lo que tendremos las nuevas aventuras del Thor femenino, con el ya confirmado Jason Aaron al procesador de textos, junto a las más que probables andanzas del indigno Thor. El guionista ya ha declarado que no hay salida a corto plazo de esta situación, por lo que hay que hacerse a la idea de que esta nueva encarnación va estar con nosotros bastante tiempo. Por lo menos los interesados en las aventuras de los dioses nórdicos. Porque más allá de su impacto mediático, lo importante son las historias y los personajes. Si todo fluye en el camino correcto, debemos estar en el preludio del nacimiento de un gran acontecimiento y como tal lo saludamos. Larga vida a Asgard; larga vida al Dios del Trueno; larga vida a Thor.