Rechazan la civilización romana…¡He decidido obligarles a aceptar esa civilización!
En febrero del 2014 Salvat publicó el tomo número dieciseis de La gran Colección y sin dar ninguna explicación pararon la colección. Así que ya había perdido la esperanza de completarla, pero cuando hace dos meses apareció por las listas de novedades
René Goscinny fue un historietista francés nacido en 1926 y fallecido en 1977. Junto a Charlier y Greg fue uno de los grandes guionistas de la BD clásica, aunque si nos ceñimos solamente al humor es sin duda el mejor. Además de ser el creador de Astérix, también creó otras series de éxito como Iznogud (con Tabary), y guionizó álbumes de otras para sus creadores como Lucky Luke (con Morris), El pequeño Nícolas (con Sempé) o Modesto y Pompón (con Franquin), por nombrar las más exitosas. Además fue junto a Charlier y Uderzo uno de los fundadores de la revista Pilote, que supuso una necesaria modernización para la BD. Una pena que nos dejara huérfanos de su humor tan pronto.
Albert Uderzo es un historietista francés nacido en 1927. Capaz de dibujar tanto en estilo realista como en humorístico. Su carrera estuvo estrechamente ligada a la de Goscinny y con el que en 1959 creó Astérix, el personaje al que está asociado de por vida. Con Goscinny también creó otras series humorísticas como Juan Pistola o Umpa-pah que son el germén de Astérix. En su faceta realista destaca su colaboración con Charlier en la serie bélica Tanguy y Laverdure. Cuando falleció Goscinny decidió guionizar él mismo los nuevos álbumes de Astérix pero sin llegar nunca a las cotas de excelencia de su compañero, provocando el lento languidecer de la serie. Sus nuevos autores, Ferri y Conrad, tampoco han conseguido gran cosa firmando tres álbumes del montón que mejoran ¡El cielo se nos cae encima!, cosa muy fácil.
Julio César tiene la idea de construir una urbanización de lujo junto a la aldea gala donde vive Astérix, con la intención de que la aldea acabe sucumbiendo a la atracción de la modernidad romana y abandone su lucha contra los romanos.
Los álbumes de Astérix siempre se han podido separar en dos tipos que se iban alternando: los que se desarrollaban en la aldea y sus alrededores y otros en los que los galos viajaban a otros países. Estos dos tipos se han mantenido tanto en la etapa de Uderzo en solitario como con los tres mediocres álbumes realizados por Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, pero sin llegar nunca a los niveles de genialidad de Goscinny. En los primeros, Goscinny solía realizar críticas a la sociedad en general, mientras que en los segundos acostumbran a jugar con los tópicos y prejuicios sobre los países que visitaban Astérix y Obélix, no los del pasado, sino los de la época contemporánea a la realización del cómic. Esto hacía que los que se desarrollaban fuera de la aldea fueran más ligeros y mucho más enfocados hacia el humor y la aventura. En cambio en los que se desarrollan en la aldea, debajo de la aventura, las peleas y el humor encerraban unas críticas muy profundas a la sociedad occidental. De este segundo tipo brillan por encima del resto La residencia de los Dioses y Obélix y compañía, ambos son la mejor explicación y crítica al capitalismo que se ha realizado nunca en el medio.
La residencia de los dioses tiene todos los elementos que conforman una aventura de Astérix: un antagonista recordable, peleas entre los habitantes de la aldea, Obélix atizando a romanos, los piratas, encuentros con habitantes de otros países, jefes de la legión superados por los acontecimientos y la estulticia de sus hombres, una gran pelea final donde los galos salen triunfantes y por último el banquete que cierra el álbum. Todo lo que me fascinaba de niño. Pero encierra mucho más, que es lo que me fascina de mayor. Esto es lo que convierte a Astérix en una serie que se puede disfrutar por igual a los siete años y a los cuarenta, ya que según pasa el tiempo descubres cosas nuevas. Y en este álbum Goscinny está en su mejor momento, con un guion repleto de dobles lecturas. Así vemos a un Julio César consciente de que nunca podrá derrotar a los galos por la fuerza, decide derrotarlos mediante la asimilación cultural, una práctica que solía emplear el Imperio Romano y que hoy en día sigue haciendo Estados Unidos. Las sociedades siempre progresan al entrar en contacto con otras, pero el peligro está cuando una cultura pretende fagocitar a otra. También vemos una reflexión sobre las nefastas consecuencias de la urbanización descontrolada y la promoción inmobiliaria, de los nocivos efectos que el turismo tiene sobre la economía en los pueblos pequeños alterando su forma de vida (esto es el tema principal de Obélix y compañía donde se desarrolla mucho más) y las reivindicaciones de derechos laborales (algo que se sale de lo habitual en la colección, casi siempre más preocupada en reflejar las reclamaciones de las clases medias). Todos estos problemas persisten en nuestros días, lo cual convierte a la obra en tremendamente actual. De hecho, la conversación final entre Astérix y Panorámix refleja que Goscinny era conocedor de que los galos, y nosotros, se enfrentaban a un problema imposible de evitar.
Además de toda la parte crítica, este álbum contiene algunos de los momentos más divertidos de la serie, como casi todos en los que aparece el centurión Plantígradus, o los de Ordenalfabetix y Esautomátix, entre otros. Pero sin duda la escenas más recordada es la de la última pelea dentro de la residencia, que es una splash-page genial. Cuando aparece este álbum el universo de Astérix está asentado del todo y no hay necesidad de presentar a ningún personaje, así que todas las páginas se pueden dedicar a contar la historia. Además la premisa argumental está muy bien pensada, no como en los primeros con situaciones bastante inverosímiles, como secuestros, pensar que el miedo te hace volar, etc.. Es un álbum en el que hay menos juegos de palabras que en otros anteriores, además hay alguno que se pierde por ser muy localista, como cuando Julio César dice que el nombre que se le quería dar a la residencia era Roma-2. Esto hace referencia un proyecto urbanístico megalómano que se desarrolló cerca de París en la época que apareció el álbum y que se iba a llamar París II. Más afortunado estuvo Víctor Mora con el nombre del presentador del circo, que era un famoso presentador de concursos francés y que aquí paso a llamarse Matíus Pratus.
Si decíamos que Goscinny estaba en su mejor momento, lo mismo es aplicable a Uderzo. Este es posiblemente el álbum mejor dibujado de Astérix con el diseño de los personajes ya asentado desde hace varios álbumes. Su estilo, que es una perfecta mezcla entre el realismo de los fondos y la caricatura, le permite dibujar una Roma imperial y a la vez unos personajes tremendamente expresivos. Su amor al detalle se ve en la absoluta minuciosidad de su trabajo que hace que cada escenario y traje sea creíble. La composición de página es la habitual de cuatro tiras, pero muchas veces la rompe en favor de la espectacularidad como en la doble página de la publicidad de la residencia o en la batalla final. Aunque mi favorita es la página cuarenta, que se desarrolla de noche dentro de la residencia, una maravilla. Uderzo es un dibujante espectacular, seguramente con Franquin el mejor de estilo humorístico, pero parece que siempre ha sido infravalorado, primero por la presencia estelar de Goscinny y luego por los guiones de su etapa en solitario, lo cual es profundamente injusto.
La edición de Salvat es muy buena, con un reproducción genial, un gran tamaño, además de la nueva rotulación que sustituye, por fin, a la mecánica que tenían las ediciones viejas. El nuevo color de la edición de Hachette es una maravilla que hace justicia a una serie como esta. Esperemos que esta vez completen la edición. Si lo hacen les perdonaré el elevado precio, que cada vez sube más, y la larga espera.
Al hacer la reseña me preguntaba a mí mismo cual es mi álbum de Astérix favorito, y la verdad es que no lo puedo decir, tengo debilidad por Astérix legionario y Obélix y compañía, pero creo que La residencia de los dioses es objetivamente el mejor. Es el mejor dibujado y escrito, el que mejor mezcla el humor con la crítica y el más ambicioso en sus planteamientos. Al igual que me sucede con Tintín, Valerian y el Spirou de Franquin, nunca me canso de releer Astérix.
Guión - 10
Dibujo - 10
Interés - 10
10
Obra maestra
Un álbum que mezcla a la perfeción la diversión con la critica social. Uderzo en su mejor momento como dibujante y con un Goscinny más mordaz que nunca.
Mi primer álbum de Astérix -regalo de comunión-. Una de mis aventuras favoritas, con muchas lecturas, muchos niveles de lectura y bastantes enseñanzas.
Una pena que, al día de hoy, las críticas a la sociedad sigan siendo vigentes. Pero qué alegría disfrutar de esta obra en una edición que le hace justicia. Yo también pienso que está en el podio de las mejores y agregaría a La Cizaña
¡Y la adaptación cinematográfica es una delicia!
En su día no me atreví con la colección, pese a que me parece la mayor obra maestra del cómic. ¿Qué tal la nueva traducción?. ¿Cambia mucho?. Me da miedo esa sensación de que estos no son «mis cómics», cuando te sabes de memoria los diálogos y te los cambian por completo.
También he visto que Salvat está reeditando los tomos pequeños, uno de ellos con extras… No sé que merecerá más la pena.
Tengo un coleccionable que salió hace años de Salvat, con las tapas azules, y me arrepiento un poco, porque el tamaño es más pequeño, y las portadas horribles.
La traducción es la misma de Victor Mora, de toda la vida. Hace poco salió una noticia de una nueva traducción pero era para Argentina.
En La gran Colección lo que han cambiado es la rotulación y el color. Sin duda es la mejor edicción que hay de Astérix, esperemos que la completen.
Esta edición me atrae muuuucho, pero… Me echa para atrás el tamaño. Sé que es poco, pero prefiero el tamaño ‘estándar’ del cómic europeo. Y luego la traducción. Víctor Mora hizo un buen trabajo… hace cincuenta años. Astérix pide a gritos una nueva traducción. Cuando se actualicen estos temas, tiene un comprador seguro.
Ojala se pongan las pilas y la acaben