El zodiaco según Strömquist
«Si sabéis a lo que me refiero.»
En obras como El fruto prohibido (Reservoir Books, 2018), Los sentimientos del Príncipe Carlos (Reservoir Books, 2019), No siento nada (Reservoir Books, 2021) o La sala de los espejos (Reservoir Books, 2022) la sueca Liv Strömquist (Lund, 1978) nos ha demostrado su capacidad para cuestionarse y hacer que nos cuestionemos temas de perenne actualidad en la sociedad moderna occidental como el culto a la belleza, el concepto del amor, las emociones asociadas a los diferentes roles en la vida en pareja, los tabúes que sigue habiendo con el cuerpo femenino y un largo etc. Unos ensayos en forma de cómic en los que hacía gala de un sarcasmo y una ironía afiladísima que le servían para derribar algunos mitos firmemente establecidos sobre esos temas gracias a unas obras en las que el humor se entremezcla con un sólido trabajo de documentación y una más que necesaria visión feminista. Un equilibrio entre el entretenimiento, el sentido de humor y la información que se han convertido en su seña de identidad y que también están presentes en Astrología liviana, su último trabajo en el usa la creciente popularidad que está adquiriendo la Astrología para volver a hacer una mordaz critica a la sociedad y a las personas a través de algunos de los personajes conocidos más excéntricos. Una obra que está en nuestras librerías desde hace unos días publicada en castellano por Reservoir Books y en catalán por Finestres.
En Astrología liviana seguimos viendo las mismas características que en los trabajos anteriores de Strömquist, aunque en esta ocasión el equilibro entre la parte más crítica y la lúdica no está tan bien balanceado decantándose mucho más por el humor. Un cambio buscado conscientemente, seguramente para evitar caer en la monotonía de una formula fija, pero cuyo resultado no acaba de ser tan redondo como en sus obras previas.
La obra está estructura en dos partes, con una primera parte en la que tenemos un capítulo dedicado a cada signo zodiacal en el que se centra en explicar cómo es su personalidad según los tópicos asociados a cada signo tomando como ejemplo las actitudes, acciones y el comportamiento de personas famosas actuales e históricas. Una vez finalizados esos capítulos que ocupan la mayor parte del volumen nos encontremos con otro capítulo centrado en la interacción de las personas de diferentes signos y cierra el cómic con unos últimos capítulos dedicado a tratar de explicar el auge que ha experimentado la astrología en los últimos años. Esta última parte es la más parecida a lo que ha venido realizando en sus trabajos previos y en ella vemos más claramente esa actitud muy contestataria y descreída que pone en solfa muchos de los constructos de la sociedad actual con la que nos hemos deleitado en todos los trabajos de la autora sueca que han aparecido en nuestro país.
A diferencia de lo que ocurre con los temas que la autora sueca trataba en que esos trabajos previos que citábamos en el primer párrafo, en Astrología liviana no nos encontramos ante un ensayo que analice y contextualice de manera profunda y critica la astrología a través de la historia de la humanidad, sino que usa los diferentes tópicos que la disciplina asocia a cada signo para poner de manifiesto la estupidez y el egoísmo del que somos capaces los humanos, independientemente del día y el mes en el que hayamos nacido. Un retrato del ser humano igual de mordaz que en anteriores ocasiones, pero que resulta bastante más deslavazado y con un discurso peor hilado y con menos base documental. De forma que se convierte por momentos en una sucesión algo repetitiva de distintas anécdotas, sobre todo en la parte en la que va desgranando con mucha sorna las personalidades de cada uno de los individuos pertenecientes a los doce signos del zodiaco. Una parte que no está a altura de sus trabajos previos, puesto que no se atreve a poner tanto en dedo en la llaga en algunos de los temas más cuestionables de la astrología y su auge hasta la parte final, en la que tampoco se cuestiona todo lo negativo de la astrología y las personas de moral cuestionable que están ligadas a ella.
Como es habitual estamos ante un estilo de dibujo nada llamativo, que se podría definir como feísta y muy sintético, pero tremendamente funcional y enormemente reconocible, de manera que desborda la personalidad y el desparpajo que hay en cada uno de los trabajos de Strömquist. En sus páginas no hay espacio para los elementos de dibujo accesorios ni para los adornos o alardes gráficos que nos distraigan. Así que todo lo que aparece dibujado tiene una función claramente explicativa para hacernos llegar el mensaje que la autora quiere transmitirnos con todo supeditado a la legibilidad. Como en sus últimos trabajos, la parte gráfica más destacada es el color que va adquiriendo cada vez más protagonismo y que en esta obra le sirve para diferenciar cada uno de los capítulos. Como es habitual las páginas no obedecen a ninguna estructura fijo y nos podemos encontrar con páginas en las que solamente hay texto con otras prácticamente mudas y algunas en las que emplea collages con fotos.
Aunque Astrología liviana no es un trabajo tan redondo como sus anteriores obras, Liv Strömquist sigue demostrando en sus páginas que es una de las autoras que con más lucidez radiografían los problemas de la sociedad occidental con un sentido del humor caustico y lleno de libertad.
Lo mejor
• El capítulo final.
• La lucidez que siempre encontramos en los trabajos de Liv Strömquist.
Lo peor
• No es una obra tan redonda como las anteriores.
Guión - 7.5
Dibujo - 6
Interés - 7.5
7
Mordaz
Aunque no estamos ante un trabajo tan brillante como los anteriores siempre resulta interesante leer a una de la autoras más brillantes de los últimos años.