Astronauta. Magnetar

 

Edición original: Astronauta Magnetar, Mauricio de Sousa Editora, Panini Comics, octubre 2012.
Edición España: Panini Comics, julio 2013.
Guión y dibujo: Danilo Beyruth.
Color: Cris Peter
Formato: 80 páginas a color editadas en cartoné.
Precio: 15 €.

 

La ciencia ficción en el cómic suele decantarse por desarrollar historias de corte más cercanos al space opera que a la versión más hard. Así, es normal encontrarse con obras que beben más de Flash Gordon o Star Wars que de Stanislav Lem o Arthur C. Clarke. Lo cual es una pena, ya que el grueso de los mejores trabajos del género se enmarcan dentro de la versión dura del mismo. La ciencia ficción especulativa al final resulta más arriesgada e imaginativa, incluso más espectacular y llena de sentido de la maravilla que la enésima adaptación de los cánones de la fantasía épica bajo un vestido intergaláctico. Sin desmerecer al space opera, que tantas horas de disfrute nos ha regalado, tanto el cine actual como el noveno arte tienen una deuda con la ciencia ficción seria, por denominarla de otra manera, que esta era de grandes efectos visuales debería empezar a paliar.

Por tanto, aún más sorprende que sea esta primera nueva adaptación al universo tebeístico creado por Mauricio de Sousa la que desarrolle conceptos de ciencia ficción pura. La creación original del brasileño, que con este Magnetar se pretende homenajear a base de reinterpretaciones llevadas a cabo por artistas punteros del país carioca, es una tira cómica infantil, homenaje a priori al cosmonauta Yuri Gagarin, donde de Souza planteaba situaciones de entretenimiento, aventuras vaya, de marcado tono pacifista e investigador. El Astronauta de Beyruth retoma el concepto de la exploración espacial y lo lleva hasta la última instancia, convirtiéndolo en un investigador casi de lo imposible, llevando al protagonista hasta fronteras inexploradas. En este caso, la última frontera trekkie a explorar es la de un magnetar, una estrella de neutrones, uno de lo lugares más violentos del cosmos debido a las condiciones físicas imposibles que rodean al astro en uno de sus últimos pasos antes de morir. Así, sobre un campo de asteroides orbitando alrededor de un sol moribundo, el astronauta del título se dispone a realizar sus investigaciones, cuando un oportuno accidente le deja no solo incomunicado sino náufrago en medio de unas condiciones ambientales tan extremas que incluso su cordura será llevada al límite. Como ven, una premisa sencilla de robinson galáctico, que gracias al buen hacer de su artífice logra ir más allá de la anécdota. Para ello, el autor de Bando de Dois o Necronauta se ha empapado de conocimientos de astrofísica y los despliega de manera didáctica a lo largo de sus páginas, sin apabullar, de manera adecuada para seguir la trama y para que la ciencia se convierta en ese misterio que siempre debería ser, con el universo como el entorno incomprensible e inmensurable que el hombre debe luchar por catalogar y entender. Aunque pueda perder la vida en el intento.

Ecos por tanto de los citados Lem o Clarke, gozando de un envoltorio gráfico de evidente calidad. De autores tan distintos, Beyruth toma características generales de cada. Así, la ciencia ficción especulativa, pero con los pilares bien enclavados en las últimas teorías científicas, es lo que el creador de Necronauta toma de Clarke, mientras que la introspección, el tono emocional y el toque metafísico bien podrían haber sido expuestos en cualquiera de las novelas del polaco. Altos picos a los que arrimarse, y más altas aún las posibilidades de salir escaldado ante semejante propuesta. Beyruth logra entretener e incluso enseñar con esta sencilla trama, no cabe duda, aunque como única pega se le podría poner que le falta desarrollar algunos de los conceptos que menciona casi de pasada, vitales en la trama, como la soledad o el aislamiento que padece el protagonista.

Muy bien el contenido, pero ¿y el continente? Pues a las pruebas me remito. Ojead las páginas aquí expuestas. Chequead en la web más muestras del trabajo de Beyruth y encontraréis un tipo con una especial dote para el diseño y una capacidad clásica pero efectiva para la paginación. Sus viñetas no son extremas ni optan por epatar al espectador con experimentaciones. Más bien al contrario. Confiando en la calidad del guión, en el interés en lo que narra, Beyruth expone su trama con trazos sencillos, que lo emparentan con autores más cercanos al slice of life que al espectáculo mainstream. Y eso ayuda a que los procesos emocionales por los que pasa el astronauta protagonista resulten verosímiles y cercanos.

En definitiva, un tebeo inusual por forma y fondo, que debería llamar la atención tanto a lectores de sci-fi como a amantes de las historias introspectivas. Vamos, que si lo hubiera publicado alguna independiente Astronauta: Magnetar estaría recibiendo aplausos constantes.