Atomic Robo y La Espada Salvaje de Dr. Dinosaur

 

Edición original: Atomic Robo Vol. 8 Nº 1-5 USA y Atomic Robo Free Comic Book Day 2013 USA (Red 5 Comics, 2013-2014).
Edición nacional/ España: Norma Editorial (2015).
Guión: Brian Clevinger.
Dibujo: Scott Wegener.
Color: Nick Filardi.
Formato: Tomo rústica de 140 páginas.
Precio: 17,00€.

 

El único autómata con “inteligencia automática” incorporada, el asombroso Atomic Robo creado por el inventor de origen serbio Nikola Tesla, está de regreso en nuestro país gracias al bendito empeño de Norma Editorial. El «rock and roll fantacientífico», y la aventura en su estado más puro, vuelven a sonar con fuerza después del anterior e irregular recopilatorio de historias cortas Atomic Robo presenta Aventuras Científicas Reales, y el subsiguiente Atomic Robo y Las Diablesas Voladoras del Pacífico, una nueva entrega de las pasadas hazañas bélicas de nuestro metálico héroe en la Segunda Guerra Mundial. La serie creada por el guionista Brian Clevinger y el dibujante Scott Wegener nos deja su enésimo golpe de timón temporal con una historia que salta al presente en Atomic Robo y La Espada Salvaje de Dr. Dinosaur. Lo que escucháis de fondo son los gritos histéricos de los aficionados de la cabecera, redactor presente incluido, al comprender quién es el esperado coprotagonista de ésta última locura de guion de Brian Clevinger y Scott Wegener. No os dejéis engañar por la clara referencia al famoso bárbaro de Robert E. Howard del título, hablamos de ese magnífico, ridículo y entrañable villano que resulta ser el Dr. Dinosaur. Ese ser «basado en una especie totalmente ficticia de la película Jurassic Park» dotado de una «infinitamente superior inteligencia réptil» capaz de sortear cualquier tipo de lógica y razonamiento en su camino para terminar con la hegemonía en la Tierra de nosotros, los estúpidos mamíferos.

En caso de no haber tenido todavía el placer de conocer a este carismático personaje tenéis ya poca excusa para no remediarlo pues, como nos contaban no hace mucho los compañeros del Servicio Informativo de Editoriales Independientes, sus autores han decidido priorizar desde hace unos meses la publicación de la serie en formato webcómic y de forma gratuita y online podemos acceder ahora a la página web de Atomic Robo para leer con total libertad sus anteriores y descacharrantes cómics. La historia de Atomic Robo y La Espada Salvaje del Dr. Dinosaur se sitúa inmediatamente después de los sucesos de Atomic Robo y El Fantasma de la Estación X, con las empresas de Tesladyne cuestionadas por la opinión internacional después del llamado «incidente Hashima» y por la posesión de armas nucleares por parte de Atomic Robo. Pero el avistamiento de crípticos en Venezuela llevará a nuestro héroe y un grupo de expertos de su confianza a descubrir La Ciudad de la Ciencia, base del antigua programa espacial nazi, y puerta de entrada a la mítica Tierra Hueca que se sitúa bajo ella y en la que gobierna un viejo y peligroso conocido de Atomic Robo (ya sabéis quién). Mientras tanto, en la Isla de Tesladyne, Jenkins y el resto del equipo tendrán que hacer frente a una invasión de las tropas de Majestic 12.

La sinopsis marca de casa se traduce en una de las mejores historias de la colección con un desenfrenado balance da acción al más puro estilo pulp, con doble de explosiones y luchas a espada, un humor a prueba de balas en el que destaca la divertida relación de Atomic Robo y Dr. Dinosaur, llena de ingeniosos y mordaces diálogos, y un trasfondo siempre interesante en el que la ciencia y la ficción nunca se han encuentrado mejor avenidas. Las referencias históricas, cinéfilas, literarias, por supuesto científicas y, en general, de cualquier tipo, aportan, sin hacer sombra a la trama principal, una guarnición sabrosa y con mucho fundamento. El trabajo de documentación, o los extraordinarios conocimientos de sus autores, se nota en cada tomo de la cabecera, una apuesta siempre valiente y más si tenemos en cuenta que esto no perjudica en ningún momento el tono ligero y directo de sus historias en las que todo es posible, sobre si es inesperado y divertido. En Atomic Robo y La Espada Salvaje de Dr. Dinosaur esto no iba a ser menos aunque puede que su trama paralela, ambientada en la Isla Tesladyne sea algo más floja, a pesar de reconocer que pocas cosas se puedan comparar con los delirios de un dinosaurio parlante y megalómano, con conocimientos espacio-temporales y una personalidad propia de un troll de internet.

El apartado gráfico sigue en buenas manos con Scott Wegener, con su trazo dinámico y tan predispuesto a la acción y también con ese tono caricaturesco que encaja a la perfección con la locura de los personajes y de la misma serie. En el color seguimos echando de menos a Ronda Pattinson, pues su trabajo daba una vitalidad extra a la obra, pero Nick Filardi parece aquí recuperar terreno y mejorar lo visto en la citada Atomic Robo y Las Diablesas Voladoras del Pacífico. El contraste de ambientes cerrados, de los grises y azules de las instalaciones de la Isla Tesladyne, a la gama de rojos en las profundidades de la Tierra Hueca, parecen más propicios para que Nick Filardi intente brillar con su paleta. También podemos apreciar su desempeño en la historia de complemento que acompaña a este tomo, el Atomic Robo Free Comic Book Day 2013 en la que nuestro protagonista debe detener a un robot prototipo que ha dejado de responder a las órdenes directas para entregarse a una orgías de caos y destrucción. En resumen, pese a la irregularidad de sus últimas entregas Brian Clevinger y Scott Wegener dejan claro que tienen algo parecido a un plan para Atomic Robo, solo hay que leer el final de este último tomo publicado por Norma Editorial, y eso son buenas noticias para sus seguidores (y para éste redactor).