Firma Invitada
Cels Piñol presenta… Fan Letal 01
Cels Piñol presenta... Fan Letal 01
The Fabletown Post. Número 05
Todas las últimas noticias del Cuentiverso. Si quieres saber quién ha vuelto a la Granja, qué ha ocurrido en la caza de Kevin Thorn y quién ha tomado últimamente demasiadas malas decisiones, éste es tu periódico.
Ponte ya mismo al día con tu Fabletown Post (SPOILER NOTIFICADO).
La Ville (4): Crónica del Saló
Un año más hemos dejado atrás el Saló Internacional del Còmic de Barcelona, el que es considerado, por tamaño y relevancia, la segunda feria del cómic de Europa. Permitidme, pues, que hagamos un pequeño paréntesis este mes en la sección de BD para transmitiros mis sensaciones sobre esta vigésimo séptima edición del certamen. Creo que es el momento, así "en caliente", de que un cascarrabias cínico como su seguro servidor escriba todo aquello que le ha dejado el Saló, tanto lo bueno como lo malo. Prefiero dar un cachete a tiempo, que siempre viene bien. Es fácil hacerlo desde la seguridad de detrás de la barrera, pero supongo que no he sido el único que ha tenido cierto desencanto al finalizar el Saló.
ACTUALIZADO 04-06-2009
Mientras tanto, en el twitter de Rob Liefeld...
OTRA VEZ ACTUALIZADO 04-06-2009
Cómo presentar novedades y el debate de la crítica, entre otras cosas, en Libro de notas.
La Otra América: A lo loco
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Ni listado de recomendaciones para el Salón de Barcelona (porque cada uno tiene la suya), ni reseñas, ni biografías, ni leches. Vamos con un menú degustación en el que tendrémos un poquito de todo. Espero que alguno de los platos sea de vuestro gusto.
Entrevista a Alan Moore y Melinda Gebbie
La autoría de la entrevista que estáis a punto de leer corresponde en realidad a una firma invitada. Realizada el año pasado a instancias de Norma Editorial por Raúl Sastre, y centrada en Lost Girls, por azares del destino no pudo seguir los cauces de publicación que tenía previstos, cayendo así en el olvido. Sin embargo ahora, cuando se cumple un año de la publicación en España del primer tomo de la obra, tanto Norma Editorial como el propio Raúl Sastre han tenido a bien cedernos el imprescindible documento para su publicación en esta web, evitando así que las palabras del bardo de Northampton se pierdan en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
No sin antes advertir a los muchos padres que nos leen que Lost Girls es un cómic eminentemente pornográfico, os dejamos con las respuestas del maestro Alan Moore (y también de su esposa y coautora del cómic, Melinda Gebbie)... esperamos que las disfrutéis como es debido.
The Fabletown Post. Número 04
¡Luchas truncadas! ¡Búsquedas Paternales! ¡Nuevas Religiones! ¡Crímenes y persecuciones! Si quieres saber Literal-mente todo lo que ha ocurrido en el Cuentiverso este mes (SPOILER NOTIFICADO), éste es tu periódico.
La Ville (3,5): David B.
Este mes va a ser un poco especial para la villa. En principio tenía pensado hacer un listado de recomendaciones de entre las novedades previstas para el Saló del Còmic que se celebra a finales de mes en Barcelona, pero a estas alturas hay alguna editorial que aún no ha confirmado sus títulos. En cuanto esté todo cerrado, tendréis una entrega extra de esta sección. Hasta entonces, os ofrezco una pequeña ración de BD en la que repasamos dos de las obras "menores" de David B., uno de los autores invitados al Saló, para realzar sus virtudes, que también las tienen, pero que se ven eclipsadas por otras creaciones de mayor enjundia de este gran autor.
X-Men Origenes: Lobezno por Doc Pastor
Os adjuntamos una nueva reseña de la película X-Men Origenes: Lobezno, en esta ocasión escrita por nuestro lector y colaborador ocasional Doc Pastor, quien tras ver la película ha elaborado un interesante texto donde nos da algunos sabios consejos sobre la misma así como deja abierta la puerta al debate de si una película del género superheroico como es esta debe ser fiel a la historia que hemos leído previamente en papel.
Concurso Criminal: Los tipos duros no existen, por Miguel Sanz
A medida que el tiempo pasaba, los dos inspectores de policía que Jack tenía delante perdían gradualmente todo atisbo de humanidad para convertirse en meras sombras que lo observaban fijamente sin mostrar cambio alguno en su semblante, por lo que finalmente cedió ante la tensión que inundaba la atmósfera de la sala de interrogatorios y comenzó a hablar:
- Está bien chicos, no podemos seguir así. Tal vez hayamos empezado con mal pie, así que será mejor que os cuente lo que queréis oír antes de que empecéis a soltarme el rollo del poli bueno-poli malo. Ya no me queda nada que perder.
Concurso Criminal: Nínive, por Pedro Antonio Aragonés
Cuando escuché su nombre, arrastrado amargamente por el viento, mi mente perdió por momentos la sensación de ser quien fui. Nínive. Su mera pronunciación podía templar la noche más fría. Su presencia disipaba el humo y el olor a alcantarilla. Nínive. Cómo olvidar aquella noche…
Me asfixiaba al volante de mi viejo Ford amarillo, arrastrado por las luces rojas de un barrio muerto en vida. A ambos lados de la carretera se agolpaban jóvenes imberbes, vendiéndose a cambio de placeres vacíos. Ancianos tullidos de lata en mano pregonaban a viva voz su gloriosa victoria en territorio amarillo. La luna rediviva engrandecía siluetas felinas sobre techos de cartón. Los restos de lluvia brillaban sobre el empedrado, aportando alegría falaz al panorama. Y entonces lo escuché: ¡NÍNIVE! ¡VUELVE AQUÍ, MALDITA ZORRA!
Concurso Criminal: Gajes del oficio, por Diego Matos
Siempre me ha encantado el bourbon. Tomarse un buen vaso acompañado solamente por unos cubitos de hielo es el mejor tranquilizante que existe, o al menos el mejor que yo he conocido. Estaba degustando el primero de la mañana cuando alguien golpeó la puerta de mi oficina. Los golpecitos rítmicos sonaron casi como el bombear de un corazón. Lo sé porque he podido escuchar ese sonido silenciarse muchas veces. En la cristalera de mi puerta se puede leer “Detective Privado”. Ése es mi oficio. Heredé el despacho de mi padre, con todo lo que había dentro: su viejo escritorio de madera de ébano, su destartalada silla, algunos ficheros de sus viejos casos, un par de fotografías descoloridas, su sombrero y una nueve milímetros.
La Otra América
Otro mes, otra entrega de comentarios sobre cómic independiente norteamericano. En un alarde de originalidad, en esta ocasión vamos con una batería de reseñas de algunas de las últimas obras que caen dentro de esta categoría y que nos han gustado al menos un poco.
The Fabletown Post. Número 03
¡Extra Extra! ¡Conquistas! ¡Romances! ¡Incestos! ¡Autobuses! ¡Peleas! Todo eso y mucho más en The Fabletown Post. El único periódico que se publica en todo el Cuentiverso.
En el número de este mes recorreremos los incidentes menores que se han producido en La Granja, veremos los avances en las Tierras Natales, notificaremos la aparición de un misterioso autobús cargado de fábulas y tendremos una cobertura muy especial en nuestro Corazón de Villa Fábula. Todo eso y mucho más, aquí y ahora. (SPOILER NOTIFICADO).
La Ville (III): Desde Yisra’el hacia nuestro destino
La gran influencia del mercado francobelga en el cómic europeo es patente en nuestra producción nacional. El lector español conoce de sobras a personajes como Astérix, Lucky Luke, Gastón el gafe, los pitufos, Blueberry y un largo etcétera. Señal inequívoca del calado que ha tenido la historieta gala. Pero, ¿hay vida más allá de Francia y Bélgica? Sí, claro, acudís a Zona Negativa ávidos de información sobre el mainstream estadounidense, pero en esta sección hoy vamos a aproximarnos a uno de los países cuya producción historietística es casi desconocida. Viajemos un momento a Israel...
La Otra América: Shaw
Si el mes pasado hablábamos en esta sección de dos vacas sagradas como Art Spiegelman y Chris Ware, hoy es el turno de un nuevo talento que viene empujando con fuerza y que en algunos no desmerece ni de los ejercicios formales de los anteriores ni de los intentos de abordar temas complejos y de interés humano. Ya empieza a ser conocido en nuestro país pero lo será mucho más dentro de poco. Señoras, señores, con todos ustedes… Dash Shaw.
The Fabletown Post. Número 02
¡Extra Extra! The Fabletown Post trae todas las noticias sobre los últimos hechos ocurridos en el Cuentiverso en el último mes (SPOILER NOTIFICADO).
Todas las noticias y titulares a un solo click.
¡Ya hemos visto Watchmen!
O más exactamente nuestro corresponsal invitado Namor, que tuvo el privilegio de asistir a una sesión de prensa y ha tenido la amabilidad de brindarnos su opinión sobre la película que tantos enfervorecidos debates ha levantado. Para saber cómo está el patio (de butacas), pincha en...
La Otra América: Gigantes
Hoy toca hablar, y por motivos gozosos, de dos de los creadores norteamericanos más interesantes de las últimas décadas, separados por una generación pero unidos por un mismo interés en renovar el medio del cómic y en tratar en sus páginas temas importantes, sin olvidar nunca todas las posibilidades estilísticas todavía por descubrir de esta cosa que llamamos historieta. Señoras y señores, con todos ustedes, Art Spiegelman y Chris Ware.
The Fabletown Post. Número 01
Si estás leyendo esto, probablemente no estés al tanto de las últimas noticias del Cuentiverso. Si es así, ésta es la tuya. Nosotros nos encargaremos de ponerte al día en todo lo que ocurra en el Cuentiverso. ¡Bienvenidos al Diario que leen todas las Fábulas! Como primer número de nuestro diario hemos decidido que sería mejor realizar un pequeño reportaje con todos los últimos sucesos acaecidos en los diversos mundos de Fantasía, así como en esta tierra de los Mundanos. Por lo tanto lo que tienes entre las manos es un número especial de nuestro diario, con el que podrás ponerte al día en lo relativo a la Guerra contra el Imperio y lo que ha ocurrido después. Tras el reportaje especial que lo abre podrás leer todas las últimas noticias de nuestra comunidad fábula.
Esperamos por tanto, querido lector, que mediante este primer número del Fabletown Post puedas engancharte sin problema a la verdadera actualidad de nuestra historia (SPOILER MASIVO notificado). Sin más dilación, comenzamos.
La Ville (I): Blutch
Christian Hincker responde al nombre de Blutch cuando desenfunda su lápiz y pincel y se enzarza en su ardua lucha diaria contra el tapiz en blanco. Se alza vencedor en cada una de sus batallas, como bien demuestra su bibliografía, gracias en parte a sus estudios en el Colegio de Artes Decorativas de su Estrasburgo natal. Aunque no son las clases magistrales las únicas responsables de que su creatividad se ensalce con cualquier nueva crítica que se publica en la red de redes y en las revistas especializadas del sector. Blutch se ha convertido en sinónimo de poesía gráfica, un nuevo término que me permitiréis acuñar a las (de otra forma) inclasificables creaciones del autor francés.
La Otra América: 100 años de curiosidades
Después de varias entradas monográficas en los últimos tiempos, volvemos al formato noticias este mes para dar cuenta de algunas curiosidades en torno al mundo del cómic independiente y clásico norteamericano, sin olvidar por supuesto a algunos inclasificables como Mike Mignola o Alan Moore. Vamos allá, tropa.
Homenaje a Torpedo 1936
El 3 de marzo de 2006, la blogosferá acogió el nacimiento de una nueva bitácora: Tocatta y fuga, "con el propósito de dar cuenta de todas las publicaciones que han aparecido en España y parte del extranjero, de uno de lo personajes más importantes del cómic español de los últimos 20 años, Torpedo 1936...". Su autor, un viejo conocido tanto de Zona Negativa, como de la tebeosfera nacional: Javier Mesón, también conocido como El coleccionista de tebeos.
El propio Javier ha preparado una pequeña introducción a través de la cual presentar su proyecto a los lectores de Zona Negativa, de modo que, no sin antes recomendaros encarecidamente que le echéis un vistazo a este muy recomendable blog, repleto de ilustraciones, fichas de autores y entrevistas, le cedo la palabra a nuestro invitado...
La Otra América: Oh, blanca Navidad
Por mucho que nos resistamos, cada año llega la Navidad. Además de en las calles, con sus lucecitas, o en los trabajos, con las cenas de empresa y la lotería compartida, el “espíritu navideño” invade el mundo del cómic con portadas ad hoc y otras zarandajas. Pero sólo hay un tipo de cómic que llega a casa exactamente el día de Navidad y que es compartido por toda la familia con más o menos armonía: la tira de prensa.
Capitán Meteoro: Despedida del primer volumen
Con el episodio que hoy publicamos de Las aventuras del Capitán Meteoro damos por concluido el primer volumen –o la primera temporada, como gustéis llamarlo–. Es un paro forzado, como a continuación os explicará José Antonio, pero a su vez necesario para coger respiro y realizar una segunda temporada que mantenga la calidad de esta primera, algo en lo que por cierto José Antonio ya está trabajando. No engaño a nadie si digo que estoy muy orgulloso de este proyecto que hemos publicado, pues es un pequeño sueño que desde hace tiempo tenía: poder publicar en ZN una novela serializada de superhéroes. Y resulta curioso cómo surgió el proyecto de la forma más inocente. Recuerdo que leí la obra Nubilus de Fideu y Cifuentes publicada por Dolmen y me gustó mucho la aparición en ella de un personaje ficticio como era el Capitán Meteoro... me dejó con ganas de saber más de él, y sobre todo con unas ganas enormes de hablar con sus creadores, con quienes contacté si no recuerdo mal gracias a Jorge Ivan. Tras hablar con Fideu me di cuenta de que no sólo era un excelente escritor, sino mejor persona aún, y de seguida comenzaron a llegar algunas colaboraciones a modo de artículo que él me iba enviando y nosotros publicando en la web. Así hasta que, sin darnos cuenta y tras algunos e-mails, percibimos que había llegado el momento de dar vida literaria al Capitán Meteoro; un proyecto en el cual hemos ido los cuatro cogidos de la mano: Fideu apoyado por Cifuentes como los creadores, y José y yo como espectadores de lujo que teníamos la suerte de poder leer con antelación las historias. Los e-mails que nos enviábamos entre mi amigo José y yo eran continuos; llegó un punto en que se nos terminaban los elogios hacia el trabajo que estaban haciendo este par de monstruos, y al final tanto Torralba como yo llegábamos a la misma conclusión: ¡qué suerte que este proyecto cayera en ZN!
Por desgracia, como os decía antes, ha llegado el momento de hacer un alto en el camino, y os dejo con las palabras de José Antonio quien, mejor que yo, explica los motivos de ello. Pero antes deseo mostrarle gratitud y admiración eterna por haber confiado en nosotros para publicar su creación y por haber concebido la que es para mí la mejor novela de superhéroes escrita para la fecha. Ahora sólo falta que algún editor se de cuenta para que lo publiquen en papel, pues creo que sería un rotundo éxito. ¡¡Un abrazo Jose Antonio y Vicente y gracias de nuevo por este tesoro que nos habéis regalado!!
Capitán Meteoro Cap. 15: El Museo de las Maravillas (Parte 2, de 2)
Y llegó el mes de diciembre… Y lo hizo, como cada año, cargado de buenas intenciones, de aromas caseros, de luces de colores, de bolas brillantes, de cálida nieve y de regalos… A un observador poco atento habría podido parecerle otro mes de diciembre más, otro mágicamente vulgar mes de diciembre, pero en realidad no lo era, ni por asomo… al menos para Balthasar Britt no debió serlo… No, para Balthasar Britt no lo fue.
He hablado algunas veces de este asunto con él en los últimos tiempos, de la soledad profundísima y la tristeza que la cercanía de las Navidades le provocaba. Me recuerda siempre que todo cambió para él aquel año, al mes y pico de haber conocido a Louie en el Museo de las Maravillas. Cuando me habla de aquella Navidad, no puedo hacer otra cosa más que sonreír, y me acuerdo de todos aquellos que dudaron de la verdadera naturaleza del Abejorro, los que lo llamaron delincuente y villano y mil cosas peores, sin saber realmente de lo que hablaban, sin haberse parado ni un momento a pensar por ellos mismos…
Capitán Meteoro Cap. 14: El Museo de las Maravillas (Parte 1, de 2)
En el lugar donde se cruzan las calles Bradbury y Jules Verne, tres manzanas más allá del parque Wells, hay una pequeña plaza cuadrada, muy concurrida cuando llega el buen tiempo, donde los viejos van por la tarde a jugar al ajedrez y a las damas, o a discutir sobre sus cosas, y las parejas de enamorados se entretienen echando de comer a los patos o regalándose arrumacos en los bancos más discretos… Se trata de un lugar por el que todos los habitantes de la ciudad hemos paseado en alguna que otra ocasión, casi siempre con demasiadas prisas, esa es la verdad, sin haberle concedido el tiempo que quizás se merecía, pero que vuelve a recibirnos cada vez que regresamos a él con la misma cordialidad, con los mismos colores, los mismos aromas y casi los mismos sonidos… sin ningún reproche. Y eso es raro. Las calles de las ciudades son celosas, rencorosas me atrevería a decir, te echan en cara el haberlas abandonado a la más mínima oportunidad.
Te vas durante unos años y a tu vuelta, tu traición queda reflejada en el cambio de las fachadas, en el solar donde jugaste tantas veces, sobre el que ha brotado, como por arte de magia, un nuevo y aséptico centro comercial, una gasolinera o un bloque de apartamentos. Hasta las sombras te castigan y te arrastran a la melancolía; buscas una, bajo la que besaste a tu primer amor, y ya no está… Te das cuenta de que el árbol que la proyectaba fue talado junto con tu niñez, y te sientes viejo y vencido… un traidor derrotado por la vida y el paso del tiempo… Sin embargo, la plaza de Las Maravillas no es así… nunca ha sido así.
Capitán Meteoro Cap. 13: Secuelas de guerra (Parte 5, de 5)
En unas horas todo se complicó. Los rusos se tomaron el ataque de Berit Köller muy mal. Era lógico, casi les cuesta un primer ministro, y en el pasaporte de la pobre mujer figuraba una calle del Berlín Occidental como su lugar de residencia… De poco valieron las reiteradas disculpas del gobierno de la República Federal Alemana, la tensión se multiplicó, si hubiéramos tenido termómetros para medirla, habrían reventado… Mientras desde el Kremlin se daban órdenes a las tropas de todos los países del éste para que ocuparan posiciones defensivas cercanas a las fronteras con los territorios capitalistas, los americanos ponían en marcha los engranajes de la OTAN para prepararse ente la inminencia de una nueva guerra… Las conversaciones terminaron rápidamente y cada uno de los reyes del mundo volvió a su casa con excusas suficientes como para desencadenar otra masacre internacional. Debieron haberse disculpado por su ineptitud, ambos se mostraron incapaces de llegar a un acuerdo de paz, y sin embargo, lo que escuchamos a través de la televisión y la radio no fueron más que reproches hacia el otro bando, culpas que siempre eran del vecino, nunca errores propios…
En las calles se produjo inmediatamente una doble reacción que fue similar en varios de los países que visité. Los hombres, aunque nos creemos únicos, somos seres bastante parecidos, solemos reaccionar de manera semejante ante estímulos idénticos: por un lado pequeños grupos de exaltados entraron en frenesí y se lanzaron a la calle pidiendo a gritos una retribución de los agravios sufridos; querían guerra, querían bombas, querían la sangre de sus enemigos aunque para ello tuvieran que derramar también la suya propia. Gritaban en nombre del comunismo, de la democracia, en nombre de la verdad y la justicia, con palabras distintas y, sin embargo, me parecieron todos iguales. De sobra los conocéis; inconscientes y estrechos de miras que aparecen siempre en tales circunstancias, utilizando cualquier justificación para dar rienda suelta al odio y a la frustración que emponzoña su vida… Y frente a ellos, la mayoría de la gente, la gente buena y sencilla, que se quedó muda de espanto. Se miraban unos a otros si saber qué decir, se paraban en los escaparates de las tiendas de electrodomésticos y en los quioscos sin apartar la vista de las mismas noticias, aterrados ante la posibilidad de que surgieran nuevas todavía peores…
Capitán Meteoro Cap. 12: Secuelas de guerra (Parte 4, de 5)
Muchas veces, a pesar de todos mis poderes, a pesar de mi fuerza y de que poseo el don del vuelo por el que muchos hombres habrían vendido su alma, desearía volver a la época en la que solamente soñaba con llegar a ser un héroe. Deseo volver al tiempo en el que era niño: el tiempo de las carreras, las risas, los juegos en la calle, los empujones, la comida a medio día con mis padres, el bocadillo sentado en el muelle de la bahía por la tarde, el tiempo de mi abuela y su pastel de carne, el tiempo de la escuela, del primer beso, del primer partido ganado, cuando todavía no había perdido en casi nada… el tiempo en el que toda la vida era un misterio que me esperaba con los brazos abiertos. Es normal, creo que hay momentos en los que todos deseamos volver allí: no había entonces dolor, ni dudas, ni arrepentimiento, y la vida era infinita…
Mi padre era maestro de escuela, pero el hombre tuvo la sabiduría necesaria como para matricularme en un colegio diferente al suyo. Fui un niño bueno, nunca di problemas y me dediqué a jugar con los demás críos y a ir aprobando las asignaturas sin demasiada brillantez, pero también sin complicaciones. Recuerdo a mis amigos de entonces con gran cariño, algunos de ellos siguen siéndolo hoy en día. Nos vemos de vez en cuando, hemos crecido y nos hemos dejado llevar por nuestras obligaciones de adulto y nuestros egoísmos particulares, pero intento siempre encontrar un hueco para encontrarme con alguno de ellos cuando puedo.
Capitán Meteoro Cap. 11: Secuelas de guerra (Parte 3, de 5)
Debe de ser que algunos días los hombres nos despertamos ofuscados por los sueños de la noche anterior, sueños de grandeza y poder, o que los dioses, cruelmente, deciden utilizarnos de vez en cuando como juguetes, para saciar así su sed de emoción, tentándonos con visiones de dominación y victoria. No sé bien por qué, pero lo cierto es que hay días en que me parece que la estulticia humana se reproduce como una plaga, afectando a demasiaos de nosotros y a la misma vez. Esos días en los que coincide la estupidez de tantos, me pregunto cómo la especie ha llegado a levantarse del barro primigenio en el que fuimos engendrados…
Después de una semana interminable de conversaciones, los presidentes de las dos grandes superpotencias, los reyes del mundo civilizado, parecieron llegar por fin a un principio de acuerdo. Ninguno de nosotros supo en realidad lo que se discutía: mientras ellos se encerraban a cal canto, los superhéroes nos quedábamos fueran, en un despacho contiguo a la sala de juntas, y nos mirábamos sin decir casi nada durante horas. Era curioso que nos dejaran allí apartados si nos habían llamado para proteger a los mandatarios de un ataque terrorista, que sólo se preocuparan de mostrarnos en las ruedas de prensa… La manera de pensar de los políticos, sus intenciones profundas, me refiero, fueron siempre un arcano indescifrable para mí, hacía tiempo que había cesado mi interés por entenderlas y, sin embargo, mientras esperaba, no dejaba de pensar que me estaban engañando, que había algo más que no habían querido o que no se habían atrevido a decirme…
Capitán Meteoro Cap. 10: Secuelas de guerra (Parte 2, de 5)
Al día siguiente de mi encuentro con Berit Köller hablé con el presidente Huet y le pedí que la recibiera. Esperé a la hora de la comida, que se postergó hasta muy tarde a causa de otra maratoniana sesión de reproches, vacía de entendimiento, entre nuestro líder y el del bloque comunista, y me acerqué hasta la suite del hotel que hacía las veces de despacho presidencial para hablar con él. Toqué con los nudillos en la puerta y los dos agentes que hacían guardia a los lados, apenas se atrevieron a mirarme de reojo.
Al entrar lo encontré sentado en una mesa de despacho de madera de roble, en mangas de camisa, con la corbata aflojada y comiendo con desgana, seccionando un filete como un cirujano que amputara un tumor. Había apartado el flexo, el teléfono rojo y varios montones de papeles para hacer sitio a la cubertería, improvisando un comedor sin demasiado gusto. La escena me desconcertó. El hombre más poderoso del mundo almorzaba, a deshora, apresurado, en una suite de hotel, como un mendigo, y en vez de ocupar una mesa del salón había decidido hacerlo allí… Lo comprendí todo al observar la ubicación del mobiliario y la distribución de las habitaciones de la suite. El comedor era una estancia mucho más luminosa, toda la pared sur era un gran ventanal, las montañas nevadas y un bosque cercano se dibujaban de fondo tras el cristal, por contra, el pequeño despacho había quedado marginado a un rincón de la entrada, la luz se colaba en él por una modesta ventana alejada del escritorio varios metros. Era un lugar mucho más seguro. Entendí aquella soledad como otro de los sacrificios que ese hombre tuvo que hacer por el bien de nuestro país.
Capitán Meteoro Cap. 9: Secuelas de guerra (Parte 1, de 5)
Hubo una vez una guerra, quizás continuación soterrada de la última gran campaña del siglo, que se libró sin demasiados tiros, más en lujosos despachos y en la televisión que en el campo de batalla; una guerra de golpes bajos, escaramuzas invisibles y miedo, que a punto estuvimos de perder todos. Fue una guerra rara, que empezó sin una declaración y terminó sin un armisticio. Como cualquier otra guerra, también tuvo sus caídos, aunque pocos fueron los que se tomaron la molestia de honrarlos.
Que yo sepa, no se levantó un sólo panteón en memoria de aquellos muertos, y ningún discurso clamó jamás en su honor, en pago a su sacrificio… Sería quizás porque la mayoría de ellos no tuvieron pasaporte ruso, ni americano, ni inglés. Muchos ni siquiera contaron como tales: se les escondió, como se esconden los pecados más inconfesables y sus muertes fueron congeladas en el olvido. Con el tiempo he llegado a pensar que tal vez por ellos, por todos esos cadáveres, se le dio a aquel periodo su nombre… Llamaron a esa contienda la Guerra Fría…