Autobiopsia

 

Edición España: Santiago Suárez (ed) – 2016
Guión: Eduardo González
Dibujo: Eduardo González
Entintado: Eduardo González
Portada: Eduardo González
Precio: 10 euros (tebeo en grapa en blanco y negro)

 

En fechas recientes, el autor tinerfeño Eduardo González presentó en diversos eventos –como la VI Semana del Cómic de La Laguna- su último trabajo: una obra personal en la que evoca diversos pasajes de su vida, entre los tres y los treinta y tres años.

Autobiopsia es una sucesión de historias cortas en las que don Eduardo comparte con la afición lectora momentos de esas tres décadas de su vida. Como explicó a la audiencia en diversas presentaciones, decidió evadirse del estilo cronológico habitual de las autobiografías y exponer varios instantes, de esos que se atesoran y que acaban definiendo la forma de ser de quien pasa por ellos. El niño pequeño que se cree perdido; el infante un poco más mayor que es testigo del infarto de su padre durante una excursión y al que se le graban a fuego tres palabras de unos curiosos; el joven al que la mala leche de un portero impide pasar a una fiesta a la que estaba formalmente invitado… Postales de una vida que emocionan, intrigan, enfadan… pero que no dejan nunca indiferente.

El autor hace un empleo magistral de los contrastes del blanco y negro para transmitir todo tipo de sensaciones a la parroquia lectora. Cada relato tiene la virtud de colocar a quien se acerca al mismo en la posición del relator. Autobiopsia es un curioso generador de empatía en la que compartimos la angustia de un pequeño que no encuentra su casa, sentimos el cabreo inherente a la injusticia que supone toda arbitrariedad y nos estremecemos reflexivamente ante esas experiencias que el propio autor no puede explicar.

Eduardo González vuelve a desplegar, una vez más, todo su talento como ilustrador para abordar este tebeo tan personal. Es precisamente la naturaleza íntima de Autobiopsia la que hace que, además, se produzca el resultado de calidad superior que el autor chicharrero consigue cuando están presentes este tipo de implicaciones. La profesionalidad de don Eduardo siempre ha sido la marca definitoria de su labor, pero en ocasiones como esta consigue elaborar un cómic con alma -si se me permite la expresión- que remueve a quien lo lee y demuestra una vez más la versatilidad del noveno arte para contar cualquier tipo de relato.

El tebeo se ha publicado gracias a la labor como editor del estudioso Santiago Suárez. Este caballero, responsable de la iniciativa de hermanar vino y viñetas en diversos eventos celebrados en Tenerife, se ha lanzado a la tarea de convertir el proyecto de González en realidad. El resultado ha sido un producto digno, pródigo en detalles curiosos como la condición de edición limitada o el precio –metafórico y literal- de diez «pavos».