Entre los días 5 a 8 de Julio se celebrará la quinta edición de Metrópoli Comic Con, dentro del contenedor del festival Metrópoli Gijón en las instalaciones del Recinto Ferial Luis Adaro. Un encuentro entre autores de cómics, youtubers, cosplayers y actores de las principales sagas de ciencia ficción con cuatro ediciones a sus espaldas por el que han pasado leyendas del cómic como Bob Layton, Kurt Busiek, Michael Golden, Steve McNiven, Mike Zeck, Keith Pollard o Mike Deodato, por nombrar a unos pocos. Un evento al estilo de los convenciones de cómics americanas que en tan sólo cinco ediciones ya se ha posicionado como una de las más relevantes del país. Este año, una vez más, el primer fin de semana de Julio se darán cita una nueva alineación de talentos del noveno arte, con el anuncio por parte de la organización de sus primeros invitados, entre los que encontramos nombres como Dave Gibbons (Watchmen), Bob McLeod (Nuevos Mutantes), Raquel Córcoles (Moderna de Pueblo), Iban Coello (Venomverse), Georgina Gerónimo (Miniblogger), Jorge Molina (X-Men: Azul), Rick Leonardi (Spiderman 2099), Joe Jusko (Savage Sword of Conan), Daniel Sampere (Injustice), Bruno Redondo (Injustice) o Gabriel Hernández Walta (La Visión). Desde Zona Negativa queremos dedicarle una cobertura especial a esta Metrópoli Comic Con Gijón y para ello a modo de cuenta atrás os traeremos durante estas cuatro semanas hasta el comienzo del festival un análisis de la vida y obra de los autores internacionales invitados. Hoy es el día de… Rick Leonardi.
Con más de treinta años de experiencia como profesional, Rick Leonardi es uno de los veteranos más destacados del mundo del cómic. Por desgracia, más allá de su etapa de dos años como dibujante de Spider-man 2099 ha participado en pocos proyectos de largo recorrido, por lo que se le suele considerar más bien un dibujante de miniseries o números de relleno. No obstante, ha trabajado tanto para Marvel como para DC y basta un ligero repaso a su trayectoria para comprobar que casi todos los grandes personajes de ambas editoriales han pasado por sus lápices.
Nacido en Filadelfia el 9 de agosto de 1959, Leonardi creció en el estado de Massachussetts. Entró en contacto con los cómics con seis o siete años, estando Enemy Ace de Joe Kubert y Deadman de Neal Adams entre sus primeras lecturas. En sus años de adolescencia siguió con interés la cabecera de Spiderman, disfrutando del trabajo de artistas como Gil Kane y John Romita. Sin embargo, dejó la colección tras la muerte de Gwen Stacy y no la retomaría hasta muchos años después.
Leonardi estudió bellas artes en el Dartmouth College, una de las universidades privadas más prestigiosas de Estados Unidos. Tras graduarse en 1979, decidió que quería entrar en la industria del cómic y envió una muestra de su trabajo a Marvel. Ese primer portafolio contenía varias páginas que él mismo había escrito, dibujado y entintado en planchas del tamaño usado por los profesionales y que posteriormente había reducido hasta el tamaño comic-book mediante un proceso de reprografía. Su intención era reproducir de la manera más fiel posible el proceso de creación y el aspecto final de un cómic. En diciembre de aquel mismo año recibió una tibia respuesta telefónica por parte de la editorial, en el que le sugerían que enviase algún trabajo sin entintar para que pudiesen juzgar sus lápices. Leonardi envió tres dibujos a lápiz de Conan que fueron mucho mejor recibidos y le abrieron las puertas de la Casa de las Ideas. Finalmente fue contratado por Jim Shooter, el entonces editor jefe, y en 1980 se publicó su primer trabajo para la editorial: el número 303 de Thor, un número de relleno que no destacaba especialmente en ningún aspecto.
Por aquel entonces el dibujante carecía de experiencia y su trabajo necesitaba ser pulido. Los entintadores que le fueron adjudicados no le ayudaron demasiado en el apartado estético, cosa que se puso en evidencia durante su siguiente trabajo para Marvel. Entre 1982 y 1983 se publicó la primera miniserie de La Visión y la Bruja Escarlata. Leonardi se encargó de ilustrar los guiones de Bill Mantlo, siendo las tintas responsabilidad de dos entintadores noveles. Aquella miniserie, en la que se desvelaba que Magneto era el auténtico padre de Mercurio y la Bruja Escarlata, alcanzó una mayor popularidad de la esperada y aún a día de hoy sigue siendo muy bien recordada por los lectores. Tratándose de un experimento por parte de Marvel para probar a sus nuevos talentos, la popularidad alcanzada por aquellos cómics sorprendió a todos los implicados. Mantlo, que en ese momento estaba estudiando Derecho y se consideraba una persona muy implicada en las problemáticas sociales (incluso llegó a ser abogado de oficio en el Bronx), volvería a trabajar con Leonardi poco después.
Entre 1983 y 1984, ambos autores publicaron la primera miniserie de Capa y Puñal. Este dúo de justicieros había sido creado por Mantlo junto al dibujante Ed Hannigan en las páginas de Peter Parker, the Spectacular Spider-Man y se trataba de dos jóvenes que habían desarrollado poderes relacionados con la luz y la oscuridad tras ser expuestos en contra de su voluntad a una nueva droga. Gracias al entintado de Terry Austin, el dibujo de Leonardi tuvo ocasión de brillar con total intensidad en las páginas de Capa y Puñal, hasta el punto de que su interpretación se considera una de las más representativas de la pareja de justicieros. El dibujante introdujo ligeras variaciones en su aspecto para que reflejasen de forma más fiel su edad y jugó con las posibilidades que ofrecían sus distintas formas de moverse (mostrando con gran detalle las ondulaciones del manto de Capa o las estelas luminosas que dejaba Puñal al lanzar sus dagas de luz). Buena parte de los elementos característicos de su estilo, como puede ser el dinamismo de sus personajes y las curiosas perspectivas desde las que construye muchas de sus viñetas, ya eran observables en este trabajo.
Un aspecto destacado de la miniserie de Capa y Puñal es que en ella la presencia de supervillanos era anecdótica, puesto que el dúo protagonista ejercía el papel de vigilantes que se enfrentaban principalmente a camellos y proxenetas. El objetivo de Capa y Puñal era acabar con el tráfico de drogas en las calles, una tarea que parecía más propia del Castigador o de Daredevil que de una pareja de adolescentes con poderes. No obstante, el dibujante siempre pensó que ambos personajes estaban muy limitados, ya que habían sido creados para enfrentarse a su propia tragedia relacionada con las drogas y eso limitaba el número de historias que se podía narrar con ellos. Curiosamente, eso no impidió que la recepción por parte de los lectores fuera muy positiva.
El éxito de la miniserie propició su continuación como cabecera bimensual a manos del mismo equipo creativo, aunque en esta ocasión Leonardi sólo se encargó de los primeros cuatro números y del sexto. Poco después la colección se fusionó con la del Doctor Extraño para darle un empujón a sus cifras de venta, dando lugar a un nuevo volumen de Strange Tales. Mientras tanto, el dibujante pasó buena parte de la segunda mitad de la década de los ochenta realizando números de relleno para colecciones como Amazing Spider-Man, Uncanny X-Men, New Mutants, Marvel Fanfare y Marvel Comics Presents (donde destacó su serial protagonizado por Coloso). De hecho, los lectores de las series relacionadas con la Patrulla X comenzaron a acostumbrarse a verle como uno de los dibujantes de confianza a los que recurría la franquicia mutante cada vez que apretaban las fechas de entrega.
Durante ese periodo, Leonardi participó en el diseño del famoso traje negro de Spiderman, ya que se encargó de embellecer los bocetos originales de Mike Zeck (que a su vez se basaron en el diseño que un fan llamado Randy Schueller había enviado a un concurso propuesto por Marvel un tiempo atrás y que había sido comprado por la editorial). Esta no sería su única aportación a la mitología del trepamuros, ya que también fue el creador gráfico del personaje de La Rosa, un señor del crimen enmascarado que pretendía derrocar a Kingpin, en el número 253 de The Amazing Spider-Man, escrito por Tom Defalco. Finalmente, otro de sus grandes hitos fue ser el responsable de ilustrar la primera aparición de la isla de Genosha, una nación construida gracias a esclavos mutantes en lo que suponía una clara metáfora del apartheid sudafricano. Leonardi dibujó el guión de Chris Claremont para el número 235 de Uncanny X-Men en la que se introducía el escenario de Genosha y se presentaba a algunos de los personajes más importantes de la isla, como los Magistrados o Jenny Ransome.
El trabajo de Leonardi no se limitó a la Casa de las Ideas durante los años ochenta. También tuvo ocasión de participar en la celebración del número 400 de Batman y se encargó de dibujar una entrega de Secret Origins centrada en Batgirl. No obstante, el momento más recordado de su carrera se produciría de nuevo en Marvel durante los primeros años de la década siguiente, cuando formó parte junto a Peter David del equipo creativo que narró las aventuras de Miguel O’Hara, el Spiderman del año 2099. Situada dentro de la línea 2099 de Marvel, que imaginaba versiones futuras de los personajes más populares de la editorial, la colección tuvo una gran acogida y contó con un icónico diseño del traje de Spiderman realizado por el propio Leonardi. Con una inteligente mezcla de aventura superheroica y ciertas dosis de cyberpunk (con una América distópica dominada por gigantescas megacorporaciones), la cabecera fue la punto de lanza de la línea 2099 y también la más exitosa, propiciando la aparición de nuevas colecciones. Leonardi se encargó de ilustrar más adelante la primera entrega de Fantastic Four 2099, por ejemplo.
Como decíamos al principio, su estancia como dibujante regular de la cabecera centrada en el Spiderman 2009 supuso la etapa más larga del autor en cualquier colección, llegando a prolongarse durante dos años (en los que Leonardi dibujó las primeras veinticinco entregas a excepción de cuatro números). También se encargó de dibujar el especial en el que Peter Parker y Miguel O’Hara se cruzaron por primera vez, en una historia en la que ambos personajes intercambiaban sus lugares gracias a las maquinaciones de dos multinacionales que experimentaban en distintos momentos de la historia con un generador de energía temporal. De esta forma, Peter se enfrentó al Buitre del año 2099 mientras Miguel luchaba contra Veneno en nuestro presente.
Acabada su estancia en la colección de Miguel O’Hara, Leonardi mantuvo un perfil bajo durante el resto de la década de los noventa, aunque siguió trabajando en diversas series de Marvel. Volvió a dibujar a Capa y Puñar durante algunos números del tercer volumen de su cabecera y participó en los Marvel Holiday Specials y en colecciones como The Rampanging Hulk (en su segundo volumen) y Warlock and the Infinity Watch. También se encargó de dibujar el anual de X-Men de 1999, que formaba parte de un crossover para presentar una nueva línea llamada Marvel Tech, e ilustró números de relleno para Generación X y X-Man. Quizá su trabajo más destacado de aquellos años sería la miniserie X-Men: Amigos Verdaderos, de nuevo junto a Chris Claremont, en la que Fénix (Rachel Grey) y Gatasombra caían en un vórtice temporal y aparecían en la Escocia de 1936. Con una trama que mezclaba conspiraciones nazis con las manipulaciones del Rey Sombra y que además contaba con la aparición del hombre que más tarde sería conocido como Lobezno, X-Men: Amigos Verdaderos fue una miniserie menor aunque no por ello carente de interés.
Con el comienzo de la siguiente década, Leonardi volvió a DC, donde ilustró series como Batgirl, Birds of Prey y Nightwing. También dibujó algunos números de Superman y un arco de JLA: Classified. Por desgracia nunca tuvo ocasión de volver a ilustrar a Batman en su propia cabecera, algo que siempre quiso hacer. En el año 2000 se encargó de los lápices del crossover Green Lantern versus Aliens, una colaboración entre Dark Horse y DC. También para Dark Horse participó en varios proyectos relacionados con la franquicia Star Wars, tales como Star Wars: General Grievous en 2005 y Star Wars: Darth Vader and the Lost Command en 2011. Entre 2009 y 2010 se convirtió en el dibujante principal del tercer volumen de Vigilante, uno de los justicieros urbanos más conocidos de DC. También es muy recordada la historia protagonizada por Krypto, el perro del Hombre de Acero, que realizó junto a Kurt Busiek en el número 712 de Superman (publicado en 2011).
En 2013 dibujó el primer número de Watson & Holmes, una reinterpretación moderna de los personajes de Arthur Conan Doyle para la editorial New Paradigm Studios. En los últimos años el trabajo de Leonardi se ha dejado ver sobre todo en DC, donde se encargó de ilustrar la miniserie de Batgirl durante el evento Convergencia. En 2017 dibujó los interiores del especial Booster Gold/The Flinstones y este mismo año hemos podido verle en las páginas de la serie regular de Aquaman. Pese a tener casi 60 años cumplidos, este veterano sigue bastante activo dentro de la industria.
Gracias por la entrada.
No tan activo como cabría desear. Actualmente hace ‘Korak’ junto a Ron Marz en webcómic.
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Convendría detenerse en su Nightwing (junto a Devin Grayson), una de sus piedras de toque tan escogidas y donde quizá reciba el mejor entintado de su carrera (diría yo, él siempre ha sido muy crítico con sus entintados); y en Green Lantern versus Aliens como uno de sus trabajos más redondos.
Sólo un dibujante tan exquisito podría hacerle sombra al Capitán Britania del todopoderoso Alan Davis dentro de su propia colección (Excalibur).