El nombre de Aves de Presa no es algo nuevo. Se acuño en el lejano noviembre de 1995, cuando de la máquina de escribir de Chuck Dixon y de los lápices de Gary Frank, se publicó un especial en el que Canario Negro hacía equipo con Oráculo (Barbara Gordon) para hacer frente a una trama con escenario internacional de estafas y asesinatos. Y en 1999 llegó el momento de la serie regular, que duraría hasta 2009, siendo cancelada tras 127 entregas. La idea quedó en el ADN editorial y en el propio Universo DC e incluso ha sabido saltar al celuloide, en una adaptación de la idea, a principios de 2020. Y es que la idea es atractiva, tiene potencial y resulta especialmente válida tanto a finales de los años noventa como dos décadas después.
Dentro de esa inercia editorial nace este especial que se edita bajo el paraguas del sello Black Label. Un tomo único, emulando al de 1995, que recupera aquella primera incursión, pero plegándose a las exigencias actuales. Es decir, adaptando parte de la alineación vista en la gran pantalla. Los artífices de dicho especial son el conocido Brian Azzarello y la espectacular Emanuela Lupacchino, que unen sus fuerzas para construir una historia de alianzas, de muerte y sacrifico, cuando Gotham se ve azotada por un nuevo sindicato del crimen de brutales métodos.
A estas alturas poco hay ya que decir sobre el sello Black Label que no se haya dicho. Lo que empezó como un espacio para dar salida a historias de corte más adulto, con libertad creativa para sus autores, se ha reconvertido en un sello en el que la producción nueva se ha visto superada por la inclusión de obras ya editadas dentro del sello. Trabajos como El Regreso del Caballero Oscuro, All Star Superman o Ronin se han reeditado con el exclusivo logo. Dentro de la producción nueva, han llegado obras como Superman Año Uno, Wonder Woman Tierra Muerta o este especial en el que Azzarello no alcanza valores especialmente reseñables, quedando su trabajo deslucido, forzado y especialmente intrascendente.
El primer problema con el que se encuentra esta historia es el de tener que dar espacio a todas sus protagonistas. Este escenario necesita de más páginas para que cada personaje pueda respirar por si mismo. Si no todo queda apelmazado, como insertos que taladran el fluir de la trama, con el fin de poder dedicarles un minuto de atención a cada una de las protagonistas. Y, sin embargo, algo que podría haber quedado en anecdótico, se convierte en un grave problema cuando la balanza se descompensa y Azzarello apuesta por dar más dimensión al personaje que tal vez menos debería tener: Harley Quinn.
La antiheroina se erige como estrella a lo largo de la trama, en minutos en viñeta, llegando a ser su aportación cargante. Su inclusión resta espacio a ciertas subtramas, interesantes, que apenas pueden ser desarrolladas con un mínimo de profundidad. Este tratamiento tan irregular de los protagonistas lo que genera es que el lector apenas sientas afinidad emocional por lo que lee, con momentos en los que todo queda diluido de tal forma que apenas causa impacto. Azzarello escribe en piloto automático, siendo su talento capaz de elaborar un texto que cumple, pero no destaca en nada. Y hacerlo de tal forma solo puede llevar al olvido al cerrar la última página.
Pero no es solo el tratamiento que se hace de las protagonistas, ls Aves de Presa, que merecen más, sino de las tres villanas, con un aspecto visual fantástico, que apenas tienen desarrollo, y quedan como meras comparsas de una historia que necesita unas villanas a las que poder vencer. Todo muy oportuno y forzado. Las cosas pasan porque así deben ocurrir y apenas hay volumen argumental al que poder aferrarse. Una lástima.
Azzarello podría haber dado más de si mismo, en una historia en la que podría haber generado varios conflictos internos dentro del grupo, ampliado el carisma de las villanas y construido una historia intensa con los bajos fondos de Gotham como escenario. Sin embargo, no hay nada de eso. Todo se queda en una historia de origen, si es que puede denominarse de tal forma, con un acercamiento perimetral a lo que todos estos personajes pueden dar de sí.
El aspecto más llamativo de la obra esta centrado en la parte gráfica en la que Lupacchino, junto con el trabajo de Mulvihill y Kalisz, al color, dota de carisma una historia carente de ella. La artista destaca por su capacidad a la hora de trabajar las emociones a través de los rostros. Su capacidad para mostrarlas a través de la naturalidad es lo que hace que su trabajo destaque en Aves de Presa. Sus lápices transmiten lo que no logra transmitir Azzarello, lo que distrae y descompensa la historia, quedando este comentario como una critica a la labor de la dibujante, cuando en realidad no debe ser vista como tal. En el único punto donde Lupacchino se muestra menos interesante es en las escenas de acción o, mejor dicho, en las de lucha, que se nota que su trazo se vuelve más rígido, perdiendo fluidez en la dinámica física de tales acciones.
En definitiva, Aves de Presa es un trabajo desequilibrado entre guion y dibujo, que falla en su propuesta por tener a un Azzarello muy descafeinado (que confunde que la trama sea para lectores adultos, con escenas violentas), flanqueado por Lupacchino que hace lo que puede con lo que le ofrece el guionista de 100 Balas. Una edición en tapa dura, de precio excesivo (algo que ya parece ser marca del sello en España), que dista mucho de merecer tal edición por lo que ofrece en sus páginas. Una oportunidad perdida.
Guion - 5.5
Dibujo - 8
Interés - 6
6.5
Irregular.
Un trabajo que decepciona por no contener en su historia los componentes que podrían haberla convertido en un trabajo notable. Azzarello no acierta en el tono ni en la forma y solo es rescatable el trabajo gráfico de un tomo que pasará sin pena ni gloria.
Vine, vi… Y en la estanteria se quedo. Me parece un proyecto fallido ya desde su accidentada concepcion. Azzarello no esta interesado (yo creo que no le gusta, salvo para deconstrucciones o criticas mas o menos burlonas o iconoclastas) en el genero de supers. Lupacchino tiebe un nivel superior a lo habitual pero creo que su estilo no es el adecuado para este tipo de historia, demasiado blanco y limpio. Usa personajes con rasgos muy superficiales en una trama poco elaborada, rapida en los hechos aunque algo lenta en ritmo y como es costumbre en el guionista, acabada de cualquier manera o a media res. Un producto prescindible solo para completistas o fans de autores/personajes que no va a mejorar la imagen de marca del sello.
Este comic se debió lllamar desde un principio como Harley Quinn y sus amigas, así al menos blanqueaban de una el objetivo que perseguian realmente.
El arte del comic es excelente pero ni así alcanza para hacer más llevadera la historia.