Todos vivíamos en Youpogon, un barrio popular de Abidjan, que habíamos bautizado como “Yop City” para darle un aire de peli america.
Norma Editorial comienza la recuperación en dos integrales de la serie
Marguerite Abouet es una guionista nacida en 1971 en Costa de Marfil. A los doce años se traslada a Francia, donde todavía reside. Desde muy joven comenzó a escribir. Además de Aya en nuestro país han aparecido dos obras más suyas Bienvenida con dibujo de Singeon y Akissi con dibujo de Mathieu Sapin pero de ambas solo se ha publicado el primer álbum y no han tenido continuidad.
Clément Oubrerie es un dibujante, ilustrador y animador francés nacido en 1966. Al igual que para Marguerite, Aya supuso su debut en el cómic. Otras obras suyas publicadas en nuestro país son la adaptación de las novelas de Philip Pullman Luces del Norte con guiones de Stéphane Melchior-Durand y Pablo que narra los primeros años de Picasso en París con guiones de Julie Birmant.
Costa de Marfil, finales de 1970. Aya, una joven de diecinueve años, vive en Yopougon, un barrio de Abidjan en el que la mayoría de las jóvenes sueñan con convertirse en peluqueras y encontrar un marido. Mientras Bintou y Adjoua, sus dos mejores amigas, solo piensan en esquivar la vigilancia paterna para pasar las noches bailando o en el “Hotel de las mil estrellas”, Aya quiere estudiar medicina.
Aya es un cómic que sirve para abrimos una ventana a la Costa de Márfil de finales de los setenta y principios de los ochenta. Es un historia que respira realidad por todas sus páginas, sin ningún tipo del paternalismo que los occidentales tan habitualmente imprimen a este tipo de historias. Es una historia alejada de todos los tópicos sobre África (hambre y guerra) que nos llegan desde los medios de comunicación, solo interesados en mostrar las desgracias de la manera más escabrosa posible. Nos da una visión que no oculta los dramas pero que también nos nuestra el humor que aflora en todo tipo de momentos incluso en los más dramáticos.
Aya es el centro de la historia, ya que es el eje sobre el que pivotan todas las historias pero nunca es la protagonista de las mismas. A través suyo vemos el día a día de su familia y amigas y la gente que les rodea. Nos nuestra sus triunfos y sus tragedias, sus alegrías y sus penas, pero alejados de cualquier tipo de sensacionalismo o lagrima fácil, algo que es posible ya que Marguerite Abouet conoce la situación de primera mano ya que nos está contando los recuerdos de su infancia. Tal vez por eso a la obra le falte algo de espítiru crítico, porque si bien consigue reflejar perfectamente la vida diaria de los personajes, lo hace de manera en la que a veces justifica o normaliza actos muy cuestionables. Y es que la parte costumbrista pesa mucho más que la crítica social y es algo novedoso ya que este tipo de historias no suelen abundar.
Aya es una chica de clase media. La obra nos nuestra la vida que llevaban las clases medias y altas. Recuerda a un folletín o telenovela ya que tiene romances, celos, traiciones, infidelidades, amores imposibles, etc… pero bien realizado y sin caer en la exageración de los mismos gracias al sentido del humor presente en todo momento.
Aya se diferencia de sus amigas en que es lista, decidida y con la firme convicción de no aceptar el rol que la sociedad terriblemente machista en la que vive le ordena. El papel de la mujer en Costa de Márfil es uno de los temas más importantes de la obra. Sin embargo, el resto de las personas que le rodean están ancladas en los roles que les ha sido impuestos aunque a lo largo de la historia veremos como a algunos la intervención de Aya les permite ir más lejos. Unos roles que le reservan a la mujer el papel de esposa, madre y ama de casa que tiene que aguantar las tropelías de sus padres, maridos e hijos. Al final, Aya de una manera involuntaria acaba convertida en una heroína a los ojos de los que la rodean, ya que ella a diferencia de los héroes habituales de la BD no es consciente de ello. Lo mismo que ocurre en la realidad.
Pese a la sociedad tremendamente machista, la mujeres que vemos en Aya son fuertes e interesantes, a diferencia de los hombres. Los hombres que desfilan por el mundo de Aya son un retrato de la estupidez, el machismo, el egoísmo, la mezquindad y la falta de criterio de la que somos capaces; por desgracia es algo que sigue estando vigente y no solo en África. Asistimos también al choque entre tradición y modernidad que se da en la sociedad y cómo poco a poco se va produciendo una apertura y un cambio de mentalidad. Toda la obra es un sentido homenaje a las mujeres africanas que son los verdaderos sostenes del continente.
Clément Oubrerie hace un gran trabajo en los personajes a los que dota de una gran expresividad y realidad. Sus diseños de Aya y sus amigas aúnan belleza con realidad. Su estilo recuerda a los autores fundadores de L’Association sobre todo a Sfar aunque con líneas más limpias. Usa una composición de página muy sencilla, habitualmente de tres tiras con dos viñetas por tira aunque esa estructura no es fija y la adapta a páginas de una sola viñeta o viñetas más grandes en función de las necesidades del guion. Tiene una paleta de colores vivos y alegres que refleja la enorme vitalidad de la historia.
La edición es del mismo tamaño que los tomos sueltos y contiene los mismo extras que se publicaron en ellos, con recetas y textos que explican el modo de vida en Yopougon. Es una buena iniciativa que recopilen las historias que aparecieron en la colección Nómadas.
Con Aya de Yopougon, Marguerite Abouet y Clément Oubrerie nos acercan al África más cotidiana, esa que no aparece en los noticiarios, con sus pequeñeces y sus grandezas, pero sobre todo desbordando humanidad. Aya y sus amigos consiguen que dejemos de mirarnos el ombligo y miremos mucho más lejos y disfrutemos de sus vidas y sueños, pese a la distancia tan parecidos a los nuestros.
África
Guión - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 9
8.2
Aya supone un gran retrato de la vida cotidiana de África que sirve para quitarnos los prejuicios y ver que la vida se puede afrontar con una sonrisa.