Todo sobre Hal Crane
«… Me cago en Dios… Les encanta hurgar en la puta herida… «
Dentro del universo de Criminal, la serie creada por
En Criminal los personajes suelen tener muy pocas opciones e irremediablemente escogen la peor. Y esto es lo que hace Kurtz, un dibujante de tiras diarias, cuando acepta hacer de niñera de la leyenda Hal Crane que está a punto de llegar a Center City para asistir a la Convención de Cómics y recibir el premio a Toda Una Carrera. Se equivoca porque, aunque Crane es un genio de la historieta, una figura histórica del medio, también es especialista en meterse en unos líos tremendos tanto por su carácter violento como por su adicción a la bebida o por sus deudas de juego. Sin embargo, Jacob siempre toma las peores decisiones y no le resulta extraño pasar fines de semana tan terribles o peores que el que le espera con Crane.
Jacob Kurtz es un dibujante con cierta fama, su strip se llama Frank Kafka P.I. y el protagonista es muy parecido a Dick Tracy. Kurtz fue falsamente acusado de matar a su esposa, sobrina de Sebastian Hyde, el jefe mafioso de Center City. A causa de esta acusación, promovida por la policía, los matones de Hyde le proporcionaron una terrible paliza que lo llevó al hospital en estado catatónico y a resultas de los golpe se queda cojo de por vida. Cuando se recupera se encuentra con que ha sido exculpado de la muerte accidental de su mujer. Lisiado e insomne, se dedica a publicar su tira recluido del mundo e intentando no meterse de nuevo en problemas algo que consigue pocas veces. Antes que en Bad weekend, Jacob ha aparecido en el arco argumental titulado Mala noche y más esporádicamente en Sin Ley.
En esta acerada descripción del mundo del tebeo norteamericano también aparecen otros habituales de la serie como Ricky Lawless. El mayor de los hermanos Lawless es un ladrón, miembro de una estirpe de matones que normalmente trabaja para los Hyde. Su aparición en la segunda parte de la historia augura que todo lo malo siempre puede ir a peor y que los problemas se tornarán en delitos de una manera tan inevitable como lo es la muerte. Ricky aparece en la mayoría de ciclos de la serie y es uno de los componentes de una de las tres familias protagonistas de esta saga criminal.
Pero la estrella absoluta de Bad weekend es Hal Crane.
El retrato que Brubaker y Phillips componen de esta vieja gloria de los comic books clásicos y de la animación es demoledor. Crane es un cóctel sabiamente mezclado de autores reales como Gil Kane, Alex Toth o Stan Drake, con sucesos y anécdotas de varios artistas más. Sus creadores nos asegurarán que no está basado en nadie en concreto, pero de Kane toman varias de las historias más truculentas y una gran parte de su físico; de Toth el lenguaje soez y agresivo, su trayectoria en la animación, su complexión anatómica y la propensión a criticar todo lo que se mueve y de Drake recogen el desgraciado accidente automovilístico que le dejó una cojera permanente. Un choque que sufrió siendo copiloto de su cuñado y el creador de Rip Kirby, el gran Alex Raymond, que murió en la colisión.
Dramas y curiosidades aparte, la importancia del personaje de Hal Crane consiste en encarnar una figura emblemática de una época gloriosa pero terrible de la historia de los cómics. La explotación laboral, el robo de los derechos legítimos de los autores y las condiciones de trabajo draconianas que imperaban en las editoriales pioneras en el campo de los comic books acaban por convertir a sus auténticos protagonistas – tanto guionistas como dibujantes – en seres amargados, violentos y derrotados. Con todos los matices posibles, evidentemente, ya que todos tenemos la oportunidad de escoger el camino que creamos conveniente en la mayoría de encrucijadas que nos ofrece la vida. Pero como hemos dicho antes, en Criminal casi siempre los personajes optan por el camino más desastroso y Hal Crane no es una excepción.
Por otra parte, el retrato del ambiente comiquero tanto profesional como fandom de finales del siglo pasado no difiere mucho del actual. Autores, editores, periodistas, especuladores, aficionados, frikis, coleccionistas y marchantes se juntaban en estos festivales prepandemia para componer un pegajoso torbellino de ansiedades, intereses frustrados y egos maltrechos. La vitriólica mirada de los autores nos retrata este microcosmos en toda su miseria y en alguna de sus grandezas para acabar componiendo un fresco bastante exacto y muy corrosivo.
Criminal es una serie abierta que comenzó su andadura en 2006 gracias al sello norteamericano Icon y que en la actualidad publica Image Comics. Está compuesta por diversos ciclos argumentales que conforman el retrato preciso de los bajos fondos de una ciudad ficticia llamada Center City que bien podría ser Nueva York, Baltimore o San Francisco.
LOS ARCOS ARGUMENTALES:
Cobarde (2006-2007)
Lawless/Sin ley (2007)
Los muertos y los moribundos (2008)
Mala noche (2009)
Los pecadores (2009-2010)
El último de los inocentes (2011)
Mal momento, mal lugar (2015-2016)
Mis héroes siempre han sido yonquis (2017)
Bad weekend (2019)
Cruel summer (2020)
La historia titulada Bad weekend está incluida en los números dos y tres de la serie regular del 2019 y posteriormente también se ha incluido en un tomo recopilatorio publicado en 2019 por Image. El último álbum de esta serie editado en Estados Unidos hasta la fecha se titula Cruel summer (2020) y recoge los números 1, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 del volumen 2 de la serie regular.
En España, toda la serie Criminal – excepto Cruel summer – se ha publicado en nueve álbumes, divididos según los arcos argumentales consignados arriba y también en dos tomos integrales que agrupan las seis primeras tramas.
Estos son los antecedentes de esta historia que, sin embargo, funciona perfectamente como relato independiente y no necesita de una lectura atenta de lo anterior. Esto sí, el seguidor de la serie tiene podrá encontrar pequeños detalles, gemas escondidas que la hacen aún más interesante.
En el aspecto gráfico-narrativo estamos ante otra exhibición del dibujante de Sleeper. Sean Phillips divide sus páginas en tres tiras de un número variable de viñetas; de una a tres. Sus secuencias están compuestas de planos medios y primeros planos, siempre distribuidos de manera elegante, orgánica, al servicio de los diálogos y del discurso en off del protagonista. Su entintado es rotundo, denso pero extremadamente preciso y claro, permitiendo al lector hacerse una composición inmediata del lugar y centrarse en la trama, en la historia. Phillips consigue ser invisible pero construye un armazón indispensable para que Brubaker construya sus historias de una manera sólida, casi indestructible. Su trabajo narrativo y artístico es uno de los más eficaces y brillantes que podemos encontrar entre todos los dibujantes de este siglo y me parece paradójico que casi nunca se encuentre en las nominaciones de festivales y convenciones como la que tan bien ha retratado en este álbum.
El color a cargo de Jacob Phillips, el hijo del dibujante, es eficaz. Sin el brillo y la poesía con las que Elizabeth Breitweiser nos impresionó en The fade out, pero con la suficiente solvencia como para resaltar aún más el trabajo de su progenitor.
La edición del libro a cargo del sello eVolution de la editorial Panini es exacta a la original norteamericana. El álbum es en tapa dura, el papel es bueno, satinado, sin muchos brillos y la reproducción es excelente. Salvo unas breves notas biográficas de los autores no contiene ningún material adicional, ni gráfico ni escrito, y el precio es correcto.
Al principio de esta reseña apuntábamos que Bad weekend resulta reveladora para los lectores. Reveladora porque con esta historia tanto Ed Brubaker como Sean Phillips demuestran que el universo que han construido acepta cualquier tipo de historias, que su saga Criminal está tan afianzada y tiene unos cimientos tan sólidos que les permite hablar de cualquier aspecto que quieran tratar y todo acaba encajando a la perfección. Ya lo consiguieron en gran medida con Mis héroes siempre han sido yonquis y aquí, con Bad weekend, dan la campanada. Esperemos que les quede cuerda para mucho rato…
Salut!
Lo mejor
• La perfecta compenetración entre guionista y dibujante.
• El personaje de Hal Crane.
• Que Criminal va ampliando sus registros sin que nada chirríe ni se resienta.
Lo peor
• Nada.
Guion - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
corrosiva
Un retrato nada complaciente de un tipo de artista y de una época “dorada” de la industria del cómic norteamericano
Gracias por tus reseñas, siempre con datos precisos y pleno conocimiento del material a reseñar. Creo que Ed Brubaker es uno de los pocos guionistas que nunca defrauda. Cada nueva obra demuestra que su calidad de narrador está intacta.
Me lo compré ayer y me lo leí del tirón al llegar a casa, me dejó con ganas de más, así q ya puse en mi lista de deseos “criminal”, de la cual no leí nada, siempre la miro de reojo cuando voy por la tienda de cómics, porque otras obras de brubaker como Gotham Central, la etapa de Daredevil, Fade Out o Velvet me encantaron, la verdad no me doy cuenta de ninguna obra de este hombre q me decepcionara, espero seguir con la racha
EL duo guionista/dibijante de estos dos me encanta. Desde que un amigo me dejo Sleeper cuando aun se publicaba en grapa he ido pillando todo lo que hacen y nunca fallan. Cuando leo criminal es como si viera una pelicula de Guy Ritchie.
Con la que o me he atrevido es con The fade Out. Me da la impresion de que es espesilla y son homenajes a la historia del cine en plan enciclopedico mas que trama negra en si.
Gran reseña como siempre Tristán.Tengo pendiente la compra de Mis héroes siempre han sido yonkis y de este Bad Weekend porque al no llevar el título de Criminal en la portada pensaba que correspondían a otros proyectos de este tándem tan sublime que nunca decepciona.
Ambas caerán pronto