Bastardos, sin duda
«Un cura en el infierno es como un poli en el talego, maldito cerdo «
En muchas ocasiones no sabemos qué nos encontraremos detrás de un cómic, lo abrimos e investigamos intentando descifrar alguna clave que nos dé una pista del tono, del estilo y del argumento. Analizamos el dibujo, algunos diálogos, siempre de la mitad hacia atrás para intentar no destriparnos ninguna escena importante. Esto lo hacemos porque queremos saber de qué se trata, conocer lo suficiente del trabajo antes de decidirnos a adentrarnos en él. Con Bastardos del Bayou todo queda claro desde la misma portada, hay más que lo que la portada nos puede ofrecer, pero lo que la portada nos ofrece es lo necesario para saber si nos va a gustar o no. Eso sí, antes de entrar en el cómic, conozcamos algo a sus autores.
Armand Brard nación en 1977 en un pueblo en los grandes suburbios de París, al pie de una montaña de desechos, la Colina de Revanche. Contó que durante un tiempo practicó la animación rítmica y nocturna de aparcamientos y plazas poco iluminadas. Luego se fue a París para estudiar literatura, aunque siempre defendió que él daba sus verdaderas clases en los márgenes de la palabra, pues rapeaba en sótanos o debajo de un puente. Fue el organizador de multitud de conciertos, talleres y debates. Más tarde, se le encomendó la gestión de un colectivo de asociaciones en Nantes. Hoy, vive en el Pays des Trois Rivières, y se denomina escritor de cuentos. El primer volumen de Bastardos del Bayou que hoy traemos aquí fue su primer acercamiento profesional al cómic, que por ahora cuenta con un álbum más.
Romain Maufront, alias Neyef, nació en 1984 y hubiera preferido llamarse N’guyen como su abuela. Pasó la mayor parte de su infancia en Alemania, donde comenzó a dibujar copiando personajes de Dragon Ball. Después de la secundaria, estudió durante cuatro años en la Escuela de Artes Aplicadas de Pivaut en Nantes. Tras eso colaboró con el fanzine Le Chakipu. Dice que ama lo kitsch así como lo extraño, y sus influencias giran alrededor de Mike Mignola (Hellboy), Eiichiro Oda (One Piece) y de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll.
Lo sucio no quita lo valiente
El primer volumen de esta serie nos introduce de lleno en un pequeña localidad de Luisiana que como el propio título indica, se sitúa en un bayou, o una especie de brazos fluviales pantanosos formados en este caso por el rio Misisipi. En este lugar se dan cita una variopinto grupo de personas, a cada cual más desaseado, agresivo e impulsivo que el anterior. Entre ellas se entremezclan historias de drogas, peleas de wresling e incluso algo de metafísica.
Este primer volumen de Bastardos del Bayou da lo que promete: una enorme cantidad de violencia, personajes desagradables y una sensación de abandono por parte del resto del mundo desoladora. Se mezclan varios elementos que perfectamente se podrían encuadrar en la crítica social, pero que sin embargo, por el modo en el que están contados sin problema podrían tomarse como una manera de incitar hacia ellos, mitificando el ideal del ser humano sin limitaciones morales.
Hay varios momentos que no están especialmente bien narrados, sin embargo hay otros cuya calidad es innegable, como la manera de introducirnos un brote psicótico, utilizándolo como elemento narrativo, y el modo de librarse de él de nuevo con fines utilitarios y no simplemente expositivos. Esto sucede en varios lugares, donde haciendo uso de sucesos aparentemente irrelevantes para la historia logra que la narración avance de una manera fluida en la dirección escogida.
He de reconocer que la parte en la que se desarrolla una suerte de hilo narrativo sobrenatural, pese a que en un principio me gustase pues creía que era una forma no muy disimulada de introducirnos paralelismos simbólicos con otras historias que se nos estaba contando; creo que al final termina por tomar un cariz demasiado intrusivo y que lleva a la historia por un camino que a mí personalmente no me acabó de convencer.
Entrando en el apartado vidual, Neyef hace un tratamiento muy acertado para el tipo de historia que nos cuenta Armand. Manteniendo un acabado muy reconocible con el underground, marca de la casa Ankama, logra que de un primer vistazo el lector sepa identificar el tono oscuro, gamberro y sucio de la obra. El ilustrador dota a los personajes de un gran dinamismo, algo perfecto para las secuencias de acción, que no son pocas, dándole también a las páginas esas necesarias pausas dramáticas haciendo uso de la disposición de viñetas.
En conclusión, una primera entrega de una serie cuyas pretensiones y estilo son reconocibles a la legua pero que no por ello se queda atrás, sino que más bien es honesta consigo misma y con el lector, y lo que es más importante; dentro de dar lo que dice ofrecer, lo da sin reservas.
Lo mejor
• La pequeña historia ligada a la creación de la demencia.
• El dinamismo del apartado visual.
Lo peor
• La incidencia excesiva del elemento paranormal.
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 7
7.3
Honesto
Este primer volumen termina por ofrecer una historia en la que se mezclan historias de acción, venganza y desesperación en un marco más bien desolado en el que los humanos son libres de explorar sus verdaderas pulsiones. Algo que no deja al ser humano en muy buen lugar.