Falta menos de un mes para que se publique en Estados Unidos el nuevo cómic de Derf Backderf, Kent State: Four Dead in Ohio, en el que volverá a emplear esa mezcla entre vivencia personal y periodismo que tan buen resultado le ha dado tanto en Mi amigo Dahmer como en
Con una base periodística, el autor nos muestra que el problema de la basura es tan antiguo como el de la historia de la humanidad. Siempre ha estado ahí, y poco o nada se ha hecho al respecto. Ahora más que nunca es una industria imparable tanto a la hora de generar desechos como de generar beneficios a determinadas empresas. Y es que el negocio de la basura mueve mucho, mucho dinero. Dinero que jamás vio Backderf que sirve como ejemplo de la clase baja explotada haciendo la labor que otros, en concreto, la clase dirigente, no se atrevería a hacer.
En este sentido, y pese a mezclar datos con una más que evidente lucha de clases, el mayor triunfo del autor es hacerlo todo muy ameno y divertido, teniendo como base también sus anécdotas personales. Pese a todo, Backderf es capaz no solo de entretener, sino de trascender desde el punto de vista pedagógico. Es decir, el lector acaba el cómic sabiendo mucho más sobre el mundo de la basura que antes de empezar la lectura.
Si Mi amigo Dahmer nos dejaba mal cuerpo,
Es una pena que este artista de contrastado talento apenas haya publicado obras a lo largo de su carrera. A las dos ya mencionadas que son lo único editado de Backderf en nuestro país gracias a Astiberri, habría que sumarles la inminente Kent State: Four Dead in Ohio, Punk Rock & Trailer Parks y la tira de prensa The City. Ojalá vean la luz un día en España porque es un autor que realmente merece la pena, y que es capaz de crear nuevas historias poco o nada transitadas. Sus cómics se alejan mucho de los caminos trillados y los lugares comunes.
Como comentaba antes, esa lucha de clases viene perfectamente ejemplificada en un nepotismo endémico y en la relación jefe-trabajador. En este tebeo podrán ustedes observar todos los tics que convierten a un jefe en un jefe cabrón. Asimismo, les resultará familiar esta figura, ya que ¿quién no se ha encontrado alguna vez en su vida con alguien así? Mediante este vínculo empático, es fácil ponerse en la piel de Backderf y entender con exactitud por lo que está pasando.
Con respecto al dibujo, Backderf tiene a Robert Crumb como mayor referente, aunque también es muy deudor, más allá de este autor, del estilo característico del Comix. Y es algo que le sienta muy bien al relato, puesto que ese aire desenfadado y caricaturesco refuerza el tono cómico del mismo, y rebaja la carga dramática para evitar así que pueda resultar un lectura lejana y pesada.
Así pues, recomiendo encarecidamente este cómic, sobre todo, si quieren leer algo diferente. Lo mismo digo sobre Mi amigo Dahmer. Backderf es un autor muy interesante que creo que no les defraudará si, precisamente, buscan ampliar nuevos territorios en sus lecturas comiqueras.
A modo de epílogo, y con respecto al problema de la basura, y de la relación entre el ser humano y el planeta, me gustaría dejarles con el monólogo del gran George Carlin, un hombre que hoy posiblemente estaría encarcelado, que arroja cierta luz no solo sobre la Naturaleza, sino también sobre la propia naturaleza del ser humano. Una reflexión que en estos tiempos alocados que vivimos nos dice qué lugar ocupamos en el mundo.
Guion - 8
Dibujo - 7
Interés - 8
7.7
Backderf nos entretiene y nos educa a la vez en un relato personal que es capaz de traspasar las fronteras de un pequeño pueblo perdido de los Estados Unidos.