Batería de Reseñas #15

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Buenos días y bienvenidos a la decimoquinta Bateria de Reseñas, llena en esta edición de alegría y buenas notas. ¿Por qué? Pues porque salen tres joyas, nada menos que Increíble Hércules, el tercer tomo de Vengadores – La Iniciativa y un gran tomo recopilatorio con tres arcos argumentales de Cable/Masacre. Muy recomendables, desde luego. Oh, y también sale un tomo de la Hulka de David, cuyos siete primeros números fueron ya reseñados hace tiempo (así que hago un somero corta-pega del original). Vamos al lío.

MM: Cable & Masacre #01
Edición original: Cable & Deadpool #07-16
Guión: Fabián Nicieza
Dibujo: Patrick Zircher

MM: CABLE & MASACRE #01

Si a Cable/Masacre se le despojase de la mayoría de virtudes que le adornan y solo quedase su humor, seguiría siendo una serie muy, muy recomendable. Pero es éste el que hace que supere a sus competidores de este mes: un humor realmente gracioso, ocurrente, ingenioso, que se apoya tanto en elementos del Universo Marvel como en la irreverente personalidad de Masacre, y que Fabián Nicieza mantiene a una cadencia insuperable. Muchas veces una traca de chistes puede acabar cansando, o sacrificando otros aspectos de la serie como el guión, pero Cable/Masacre es una serie que, número a número, consigue mantener ese equilibrio perfecto entre aventuras de calidad bien escritas con una generosísima dosis de humor de primera que lo recubre todo de forma natural y espontánea. Un porcentaje muy generoso de las situaciones reflejadas tienen un giro divertido, ocurrente; los diálogos son ágiles y chispeantes, e incluso las premisas tienen siempre una cara irreverente, una vis cómica. No obstante, Nicieza también hace un buen trabajo a la hora de regular el humor, haciéndolo a un lado en el momento oportuno de forma que situaciones más dramáticas o impactantes no pierdan su carga emotiva: lejos de eclipsarlo todo o de suponer un estorbo, la que es la faceta más importante de la serie es eso, una faceta, un aspecto imprescindible, no un añadido. Es una parte inherente.

Un aspecto importante de la comicidad de la serie es su falta de tapujos a la hora de cargar contra otras series de la editorial que ofrecían ideas tontas o repetidas mil veces: como hizo Dan Slott en los Vengadores de los Grandes Lagos, pero con un poco menos de mala leche y algo más de caricatura. No deja de ser una rabieta, pero es una rabieta divertida que además no se queda solo en la burla – sería demasiado fácil – sino que coge las premisas de las que se ríe y las retuerce para que sirvan a los propósitos de la historia.

Otra característica general a tener muy en cuenta es que, en un panorama dominado por el decompressive storytelling (magistralmente bautizado como “Anorexic storytelling” por Mike McKone en una entrevista que pronto verá la luz… permaneced atentos), Cable/Masacre resiste cual aldea gala como una serie en la que cada número vale lo que cuesta. No sólo por su indudable calidad, sino porque cada ejemplar cuenta una parte importante de la historia, hace aportaciones relevantes y ofrece muchas situaciones y diálogos distintos. Al gran partido que se les saca a las 24 páginas hay que sumarle un ritmo rápido y entretenido que encaja como un guante con el estilo de la serie y que garantiza que, por mucho texto que haya (y os aseguro que en ocasiones es bastante…) éste discurra a un ritmo más que notable.

Entrando en materia: los arcos argumentales, además de bien estructurados y narrados, parten de una estupendas premisas. La pasión de Cable tiene un inicio prometedor, y la idea central va materializándose y tomando forma número a número, aportando en cada ejemplar un giro o unos personajes nuevos que introducen cambios sustanciosos en el devenir de la historia. Pese a ser un relato centrado en Cable, Wade también juega un papel destacado, y es un claro ejemplo de como Nicieza consigue que el protagonismo de la serie se repara equitativamente entre ambos. Es obvio que Masacre es su predilecto – ¿de dónde iban a salir las bromas si no? – pero la sinergia que se forma entre ambos personajes hace que uno no pueda ser entendido, ni leído, sin el otro. Las interacciones también son muy buenas, algunas memorables incluso, y demuestran que ningún apartado queda desatendido en esta serie: caracterización, diálogo, estructura, acción… simplemente, lo tiene todo.

A la pasión de Cable le sigue Treinta pedazos, una arco de dos números que se aleja de los típicos números de transición para ofrecer su propia historia, con nuevas aportaciones a la galería de secundarios, una narración rápida muy entretenida y un desarrollo fantástico. Le sigue Asesinato en el paraíso, una historia de detectives e investigación (¿es que no veis a Masacre? ¡Lleva una gabardina! ¡Y sombrero!) mientras se van desarrollando de forma paralela otras sub-tramas, y que incluye un giro estupendo al final del primer número. La conclusión está a la altura, con momentos de mucha acción y un final prometedor. Luego pasa a una gamberrada llamada Enema del estado, cuyo nombre es una parodia del anodino arco argumental de la serie – para la serie de Lobezno – Enemigo del estado, por Mark Millar y Romita Jr. en el que, al más puro estilo MK Spiderman, el de las garras va peleándose con gente en una historia con la complejidad argumental del juego de la oca. Dado que ha pasado mucho tiempo desde aquello el chiste queda un poco desajustado, pero tampoco pasa nada porque el chiste prácticamente se queda en el titulo: es un arco dedicado a que Nicieza deje fluir un montón de ideas a cada cual más chula, o más burra, con imaginación y mala leche.

Prefiero no entrar en harina porque la reseña quedaría demasiado larga – en serio, hay mucho que contar, y cada arco encierra tantos detalles y cosas destacables e interesantes que daría para un artículo bien largo – y porque prefiero que seáis vosotros los que descubrais todo lo que esta serie tiene que ofrecer. Mientras que muchas series, bien porque así lo eligen o porque no dan para más, se ciñen a un aspecto muy limitado: aventura, diálogo, humor… Cable/Masacre funciona de forma sobresaliente a muchos niveles, uniéndolos a todos en historias realmente divertidas, todo ello con un estilo y una frescura que no tienen rival. Una serie intensa, con muchísimo contenido, bien escrita y con toneladas de humor. ¿Alguien da más?

Como guinda, el dibujo corre a cargo de Patrich Zircher, que le va al tono y al estilo de la serie como un guante. Cuesta imaginarse un dibujante más adecuado: muy agradable a la vista, bonito, detallado, capaz de presentar la acción de forma explosiva pero clara, capaz de conducir una conversación con intensidad o calma, según se tercie, todo ello con un dinamismo y una energía que parecen hechos a medida para esta colección. Cable tiene una presencia imponente pero a la vez cercana, Masacre es pura vitalidad y energía, y todos los secundarios son claramente identificables y bien retratados. Las localizaciones también tienen un buen grado de detalle, pero es en los personajes donde brilla con más intensidad, haciendo gala de una expresividad física y facial digna de elogio.

HULKA #08
Edición original: She-Hulk #22-26
Guión: Peter David
Dibujo: Shawn Moll

HULKA #08

Cuando oí que Peter David iba a cambiar el status quo de Hulka para convertirla en cazarecompensas, no me pareció mal. ¿Por qué iba a parecérmelo? Slott hizo de Hulka una de las series más refrescantes y divertidas de Marvel con una chispeante combinación de abogacía y superhéroes, introduciendo historias, situaciones y personalidades del Universo Marvel con inteligencia y cariño, todo cubierto por buenos diálogos y dibujo. El listón estaba alto, pero aquello no era plato de gusto de quien le iba a relevar. David reconoció que lo suyo no eran los abogados. De modo que decidió probar otra cosa, algo diferente.

Creo que un guionista puede cambiar el status quo de un personaje – siempre y cuando no entre en contradicción directa con su naturaleza, como meter a Spiderman en un super grupo… por poner un ejemplo – si sabe que no va a hacer un buen trabajo con el actual. ¿Realmente merecería la pena obligarle a un “trágala”, a escribir una profesión sobre la que no tendría nada que contar? También cambió la situación del Increíble Hulk – de forma más estrambótica, si cabe – y su etapa está considerada como una de las mejores, si no la mejor, del personaje. También cambió a X-Factor, y pese a las bajas ventas, la calidad de esa etapa está fuera de toda duda. Así que lo primero que pensé cuando oí que Jen Walters iba a ser cazarecompensas fue, “Bueno, ¿por qué no? Si así va a poder contar buenas historias…”. El problema es que esas buenas historias están por llegar.

La premisa es estupenda. Una pareja de cazarecompensas recorriendo América, viviendo aventuras y cumpliendo encargos. Cuesta imaginar un terreno tan fértil. Puedes incluir acción a raudales, introducir a innumerables personajes a través de los cuales contar historias o reflejar personalidades sin preocuparte de tener que darles una continuidad, hacer interesantes reflexiones sobre operar al margen de la ley, la venganza, la justicia, el bien y el mal. Escribir sobre toda clase de ambientes y entornos, de héroes y de villanos, grandes y pequeños. Largas y ácidas conversaciones en el coche. El compañerismo, la amistad. Una materia prima voluble y moldeable a partir de la cual se puede escribir cualquier cosa. Y sin embargo, pese a todas las oportunidades que ofrece, David pasa casi de puntillas por todas ellas.

Esta Hulka de David no es una serie especialmente mala. No es un cómic espantoso que te haga odiar al personaje, que te haga mandarle airados correos al autor. Sencillamente es mediocre. Gris. Inane. No ofrece nada novedoso, emocionante, atractivo. Puedes encontrar todo, absolutamente todo cuanto ofrece, en otras colecciones de la actualidad o en la propia obra de David. Algunas peleas tienen acción, pero nunca llegan a los niveles de fuerza, espectáculo, brutalidad o incluso imaginación de Increíble Hulk. Hay frases divertidas marca David que pueden arrancarte una sonrisa, pero no llegan a las hilarantes réplicas de X-Factor. Hay situaciones extraordinarias, pero palidecen en comparación con una sola página de Capitán Marvel. Comparar una obra con trabajos anteriores del autor puede considerarse un poco injusto, pero es desasosegante ver como todo cuanto puede ofrecer son historias simples, descafeinadas.

Generalmente, cuando un guionista toma el relevo, dedica el primer número o a hacer una somera introducción de los elementos de los que va a hacer uso, o bien a dejar entrever las líneas argumentales para irlas desvelando poco a poco en futuras entregas. David opta por una combinación de ambas, presentando el actual estado de Jen/Hulka, pero a la vez dejando con la duda en una sorprendente escena. Hasta aquí, todo bien. Vale, no se explica por qué Jen ha cambiado de personalidad. Y vale, también hay un villano poco amenazador que siempre, siempre adquiere la ventaja inicial para ser humillantemente derrotado en el siguiente asalto. Pero tiene sus momentos, sus frases, sus ideas. Sin embargo, más adelante empiezan a atisbarse los problemas. O más bien, a no atisbarse nada en absoluto; y es que a medida que la serie avanza, se va haciendo más tangible una preocupante falta de rumbo y de dirección. Las historias se suceden casi de casualidad. Cuando parece que alguna buena idea acude al rescate, o no tiene la suficiente presencia para salvar el día, o da la impresión de estar muy vista. Es Peter David a medio gas.

Los siete números publicados hasta ahora no parecen subsanar esta tendencia, sino casi lo contrario. Vale que a veces David necesita unos meses para cogerle el punto a la serie, o al personaje, pero en otras ocasiones se atisbaban algunos sub-argumentos prometedores, cosa que no ocurre aquí. Cabe señalar que David intenta meterse en arenas jurídicas, pero aquí el problema es doble: además de que no son situaciones especialmente inspiradas, resultan aún más flojas bajo la alargada sombra de Slott. La serie, eso sí, incorpora a una secundaria, compañera de fatigas de la protagonista, que puede ser una buena adición. Tiene una personalidad normal, cierto sentido del humor y una manifiesta ambigüedad moral. Es un buen complemento a Hulka, encaja bien el rol de cazarecompensas y tiene algunos momentos divertidos y ocurrentes. Tiene potencial pero, al igual que el resto del contenido, está por despegar.

El apartado gráfico se complementa bien con el contenido, por desgracia. No es malo. Tampoco es bueno. Está en el medio. Tiene algunas buenas imágenes aquí, algún diseño interesante allá, pero en general es soso, poco detallado. Al ser la mayoría de situaciones algo cotidianas, las peleas poco inspiradas y los diálogos, abundantes, tampoco tiene mucho con lo que trabajar. Incluso la paleta de colores parece contribuir: abundan los grises, los tonos apagados, sobrios. Hasta las portadas han empeorado: son poco originales, y no especialmente bonitas.

El resultado hasta ahora, siete números después, es pobre, y lo peor es que las perspectivas no son especialmente alentadoras. Hulka tiene varios de los ingredientes para ser una buena serie: un guionista de probada solvencia, una premisa jugosa, una protagonista con personalidad. Y sin embargo, no hace uso de nada de ello, o no aprovecha su potencial. ¿Mantiene la novedad, la originalidad y la calidad de números anteriores? No. ¿Es Hulka un mal cómic? Más bien es decepcionante. Y eso, en ocasiones, es casi peor que ser directamente malo.

El Increíble Hércules #01
Edición original: The Incredible Hercules #112-115
Guión: Greg Pak y Fred Van Lente
Dibujo: Koi Pham

EL INCREÍBLE HÉRCULES #01

Una de las sorpresas de la actualidad, Increíble Hércules es una serie que funciona a partir de un pretexto tan sencillo como eficaz: ofrecer aventuras a lo grande, aprovechar el trasfondo mitológico de Hércules y cuidar a los secundarios (es decir, dándoles una correcta caracterización y haciendo que desempeñen un rol definido en la historia). Pak y Van Lente se han ocupado de que estos tres pilares se mantuviesen firmes, sosteniendo una colección muy recomendable que mantendrá su calidad más allá de este tomo, siendo junto con Capitán Britania y el MI13 una de las mejores series secundarias de Invasión Secreta. Así que es un momento excelente para subirse a un tren que promete emoción y entretenimiento, y cumple. A lo grande.

El planteamiento es también muy sencillo: Hércules y Choi contra el mundo. Vale, no contra el mundo (tanto la Guerra Mundial Hulk como la Tercera Guerra Mundial de DC debería haberos convencido ya de que cuando se usa “mundo” o “mundial” nunca se refiere al planeta entero… sino más bien a unas pocas personas) pero sí contra SHIELD y contra los Nuevos Vengadores (Ares, particularmente). Con estos ingredientes va desarrollándose una historia que mantiene la intensidad en todos los números, no ofreciendo ningún altibajo: mientras que otras colecciones optan por subir la tensión hasta el final, Increíble Hércules cumple en cada ejemplar, ofreciendo una generosísima ración de peleas y explosiones. Los guionistas entienden a la perfección que un héroe es tan grande como sus enemigos… y como las armas con las que éstos le atacan. Así que preparaos para ver cosas como misiles lanzados contra tanques de líquido inflamable, todo ello a quemarropa; Hércules bateando misiles con Ares (no, no en compañía de Ares, usando a Ares como bate), naves gigantes, y un largo etcétera.

No obstante, y para que la cosa no termine aburriendo, la idea de Hércules contra el mundo es el hilo conductor de otra serie de hechos igualmente interesante, y el modo que tienen Pak y Van Lente de contar aún más cosas, de ir introduciendo elementos sin que la acción decaiga en absoluto. Además, a medida que se suceden los acontecimientos vamos conociendo en mayor profundidad a los personajes: si bien la mayoría tienen un planteamiento muy básico, en muchas ocasiones hay considerables “eso no me lo esperaba” salpicados. Desde la fría venganza de Choi (con lo bueno que parecía….) a la mezquina pero a la vez hilarante razón por la que Ares odia a Hércules (hay que leerlo para creerlo… risas garantizadas).

Por último, se hace un uso interesante de los orígenes mitológicos de Hércules. Además de para recrear bonitos momentos del pasado, sirven para poner a Hércules en una situación cuanto menos curiosa. Es como esas historias en las que un nutrido grupo de gente intenta detener a una amenaza rabiosa, imparable y enloquecida… pero centrada en la amenaza. Funciona bastante bien. En suma, estamos ante una historia divertida, realmente entretenida y cuidada hasta el último detalle: hay sorpresas, hay momentos impresionantes, hay personajes interesantes y hay un desarrollo muy bien llevado. Hércules es un personaje entrañable y protagonista de situaciones totalmente asombrosas, Choi es un contrapunto perfecto y los enemigos, los Vengadores, están mejor escritos y resultan más interesantes que en muchos números de sus propia serie.

Por desgracia, el dibujo le hace una soberana puñeta al conjunto. Feo, desagradable, descuidado y tosco son solo algunos de los adjetivos que se le pueden aplicar a un apartado que no hace justicia al estupendo guión. Hércules llega a tener un aspecto imponente, eso es cierto, pero ahí se acaba lo bueno. Su cara tiene dos expresiones: cara de Hércules tranquilo y cara de Hércules en modo furia de esteroides. Los términos medios pueden contarse con los dedos. Algunas escenas de acción son buenas, pero en otras conviene no fijarse demasiado en la anatomía para ahorrarse disgustos. Algunos dibujos tienen un bajísimo grado de detalle cuando están pidiendo a gritos algo de mimo, mientras que otros más insulsos están cargados hasta las cejas de rayas innecesarias. En general, un despropósito de principio a fin. Espero ansioso la llegada a la colección de Rafa Sandoval: su excepcional trabajo no tiene ni punto de comparación con esto.

Los Vengadores: La Iniciativa #03
Edición original: Avengers – The Initiative #08-13
Guión: Dan Slott
Dibujo: Steffano Caselli y Steve Uy

LOS VENGADORES: LA INICIATIVA #03

En Hulka, Dan Slott demostró a toda la comunidad de aficionados al cómic que era capaz de desarrollar conceptos ingeniosos, elaborar argumentos interesantes y cubrirlo todo de un genial sentido del humor. En GLA volvió a demostrar estas virtudes, aprovechando también para darles en los morros a algunas ideas tontas de Marvel. Pero en la Iniciativa donde ha dejado bien claro que es capaz de llevar a cabo propósitos más ambiciosos que historias divertidas en arcos argumentales cerrados: tiene talento de sobra para caracterizar personajes nuevos, capear crossovers, narrar acción, introducir ideas, y culminar un montón de sub-tramas en una conclusión tremenda, intensa y satisfactoria. Todo ello materializado en este fantástico arco argumental, cuya calidad supera a la de los números previos de la colección.

En primer lugar, es importante destacar que esta saga – de prólogo alucinante con un Taskmaster genial – es la más generosa a la hora de repartir acción. Por los cuatro costados, chavales. Si hasta ahora ya había habido peleas, algún que otro enfrentamiento duro, KIA hace añicos los registros anteriores y se tira de cabeza a uno de los episodios más violentos y duros de la Marvel moderna. La sensación de que todo se está desmoronando a un ritmo imparable es tangible en cada página: la desesperación y el caos se adueñan del panorama mientras los reclutas y los instructores intentan detener a una amenaza peligrosa y temible, como tiene que ser. El enemigo está a la altura, los héroes están a la altura, y los acontecimientos se suceden a una velocidad endiablada. KIA ofrece muy, muy pocos instantes de descanso, y casi siempre sirven a dos propósitos: advertir de acontecimientos por venir – nuevos participantes en la contienda, nuevos enfrentamientos, últimas esperanzas – o transmitir al lector la angustia que se vive en el campamento Hammond.

Precisamente en la presentación de esta amenaza es cuando las semillas de caracterización que Slott ha ido plantando en la colección empiezan a dar sus frutos. Y es que describir adecuadamente a un personaje y hacer que se pueda empatizar con él (o al menos entender sus motivos y comprenderlo) no es una tarea ingrata, sino una inversión. Pon a un monstruo masacrando a personajes planos y tendrás una historia aburrida en la que el malo dispara contra patos de feria. Pon a ese mismo monstruo esparciendo sobre la pared los sesos de personajes que has llegado a conocer, que te han acabado gustando, y tienes una historia traumática en la que te sientes implicado, en la que realmente quieres que los buenos tengan éxito. Y vaya si lo consigue.

Hablando de todo, la caracterización de los personajes no disminuye pese a la gran cantidad de acción narrada, y es que Slott es capaz de definir personajes no sólo a través de conversaciones o grandes bocadillos de pensamiento, sino a través de sus actos. Es tremendamente satisfactorio ver los aspectos definitorios de todos los secundarios de la colección en medio de los disparos láser, el caos y la confusión: el valor de Máquina de Guerra, el miserable instinto de supervivencia de Taskmaster, la fría desesperación de Pym. La definición de personajes es un rasgo sensible que tiende a marchitarse cuando toca un número lleno de golpes y balas, pero Slott se asegura de que siempre tenga una cierta presencia – ni mejor ni peor que en otros números, sino diferente – y que permita familiarizarte con los personajes y comprender mejor sus situaciones y puntos de vista. Y además, la escena de Antman y Taskmaster es una gozada, así que solo por eso merece la pena.

Otro aspecto a destacar es como la mayoría de sub-argumentos tramas acaban desembocando en KIA a la vez que despliegan todo su potencial, y como todos los personajes y elementos de la serie tienen un papel. Las tramas secundarias, que han ido avanzando paulatinamente, desembocan a lo grande en una historia que, sin ser excesivamente compleja, aúna todo lo que esta serie ha ido aportando desde sus inicios. Y el hecho de que el campamento Hammond se cierre en banda contra un enemigo común viene de maravilla para poder hacer un somero repaso a todos los que lo pueblan, de modo que todos los personajes aportan su granito de arena – con la ya mencionada buena caracterización – a una historia asombrosa, bien escrita, tensa, impactante y violenta. Divertida de principio a fin, ingeniosa y explosiva, KIA es el punto álgido de la Iniciativa, una historia que nadie debería perderse.

Tras KIA toca un número más tranquilo, que viene a ser un cierre de la primera etapa de la serie. Por un lado es positivo que Slott quiera cerrar una etapa haciendo que los reclutas se gradúen, de modo que cuando leamos las aventuras del campamento Hammond estemos leyendo lo que ocurre en un campo de reclutas, no en un colegio mayor en el que los personajes deambulan durante cinco años antes de irse, cuando todo el mundo está harto de ellos. Sin embargo, no puedes evitar sentir cierta pena de no volver a ver a aquellos novatos nerviosos y dubitativos. Y por último, pese al sombrío aire de velatorio que intenta recrease, lo cierto es que algunas consecuencias de KIA se deshacen con bastante tranquilidad, lo que puede restar carga dramática a los acontecimientos. El último número es más divertido e incluso entrañable. Narra la historia de un superhéroe torpe, gordo e inútil, pero totalmente invulnerable. A partir de esta sencilla premisa se crea una historieta de final previsible pero desarrollo simpático, con pinceladas de humor y un par de frases que harán las delicias de aficionados a La chaqueta metálica.

El dibujo de Caselli es una gozada, y no se si atribuirlo al color o a la mano divina, pero el caso es que en este arco el aspecto visual es una maravilla. La acción desborda las páginas y, hablando en plata, todo tiene un aspecto chulísimo: los efectos, los combates, los entornos… pura energía, a borbotones. Algunas expresiones un poco exageradas solo suponen un pequeño defecto en un apartado gráfico ideal para la acción. Steve Uy dibuja los dos últimos números, y el aspecto de su dibujo, más sombrío, parco y sencillo es hasta apropiado para la bajada de tensión de los primeros números. No obstante, se hecha en falta algo más de detalle, y el color le da al conjunto un aspecto gris y anodino.

Y hasta aquí hemos llegado. Nos vemos la semana que viene con más reseñas, más tomos y esperemos que un clima más templado. ¡Hasta entonces!

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cajun
cajun
Lector
16 diciembre, 2008 9:24

Como recomendado material de hace 3 años lo veo un poco… nuse… mal? había q haber puesto a parir a Panini por tardar taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaanto

Alberto Morán
16 diciembre, 2008 9:34

Bueno, no recomiendo la edición (no la he visto) ni mucho menos la fecha: recomiendo el contenido. Que aunque hayan pasado tres años sigue siendo una gozada.

No obstante, y si sirve de consuelo, el «Recomendado» estuvo reñido entre la Iniciativa y Cable/Masacre. Porque no puedo poner dos, que si no…

I´m with a Skrull
I´m with a Skrull
Lector
16 diciembre, 2008 9:46

Pues el trabajo de Khoi Pham en Hercules es lo mejor que tiene en marvel hasta la fecha, asi que si te parece feo…

grijaldo
grijaldo
Lector
16 diciembre, 2008 13:50

Hercules es uno de mis personajes favoritos,a ver si le dignifican un poco de una vez y dejan de tratarle como un payaso.

Gonzo!
16 diciembre, 2008 16:49

Jo, pues tampoco debe estar tan mal marvel… Las series grandes os dan para tres actualizaciones al dia, y entre las pequeñas hay colecciones muy recomendables, a ver si Quesada lo va a estar haciendo bien:)

gatosamurai
gatosamurai
Lector
16 diciembre, 2008 19:36

Yo ya me habia resignado a que publicasen Deadpool en españa, y menos que continuasen por donde lo dejaron. Y aunque no me gusta nada el formato elegido, es una buena noticia que al menos lo publiquen 🙂  La duda será ahora si publicarán la miniserie Agente X, pero tampoco nos vamos a poner pijos y nos daremos con un canto en los dientes. ¿Qué periodicidad va a tener esto?

Christianspi
Christianspi
Lector
16 diciembre, 2008 21:37

¡Excelentes reseñas!

¿Y los primeros seis números de Cable y Masacre se pueden conseguir en un tomo que Forum publicó hace tiempo, no? ¿Qué tal están esos números?

Christianspi
Christianspi
Lector
16 diciembre, 2008 23:02

Pues creo que le echaré un vistazo antes al tomo aquel.

Roger Bonet
17 diciembre, 2008 14:17

Vaya por dios , no seas tan duro con koi , no estoy de acuerdo en parte de lo que dices.
Es de mencionar que la narrativa y su espectacularidad lanzaron este numero a lo que es. Rafa Sandoval y un servidor lo tuvimos muy en cuenta al realizar el siguiente arco argumental ( y la verdad es que estábamos muertos de miedo por no romper las increíbles ventas de los números que koi Pham había dado a la colección en sus primeros números).
Pero eso no desmerece tus halagos, gracias por el apoyo por la parte que me toca, seguro que más de uno se divertirá igual o más de lo que nos divertimos haciendo la colección.

Alberto Morán
17 diciembre, 2008 14:36

Hola Roger,

En primer lugar, muchas gracias por tu punto de vista dese dentro de la colección. 🙂

En cuanto a mi valoración de Pham, me mantengo en que si bien hay escenas de acción buenas, creo que el resto de aspectos están bastante descuidados. En un título de estas características es imprescindible hacer un trabajo espectacular, y eso es de reconocer, pero considero que sacrificar aspectos como la expresividad o el detalle resta méritos al conjunto.

Por eso digo que espero con muchas ganas el trabajo de Sandoval: el espectáculo, la acción, la intensidad y las escenas a gran escala siguen ahí; pero gana en claridad, detalle, composición y expresividad. No hay puntos flojos: es un trabajo completo y perfecto para la historia. Por eso tendrá una valoración mucho mejor.

Roger Bonet
17 diciembre, 2008 16:16

Jajajjaaj, ok si es asi, entonces tu ganas. (ejem , donde te envio el jamon :D)

I´m with a Skrull
I´m with a Skrull
Lector
17 diciembre, 2008 16:31

c/primavera… cp 280… ehm, cuela?