En el día de hoy, la sección Batería de reseñas regresa a su cita quincenal con la pantalla de los lectores habituales de Zona Negativa. La cuarta entrega de esta nueva etapa ofrecerá un ecléctico repaso realizado por Alberto Morán y David Fernández, quienes comentaran sus impresiones acerca de un amplio y variado surtido de tebeos: Thor vol.6 #1, X-Men vol.3 #24, La Patrulla-X vol.3 #28, Superman vol.2 #14, Punisher: Diario de guerra #10, JSA #08, The Walking Dead #50, y She-Hulk #30.
Edición original: Thor vol. 3 #1; Marvel Comics.
Edición España: Panini Cómics; abril de 2008.
Guión: Joe Michael Straczynski.
Dibujo: Olivier Coipel.
Entintado: Mark Morales.
Color: Laura Martin.
Formato: Cómic-book, 24 págs.
Precio: 1’95 €.
Dicen que todo tiene remedio, menos la muerte. Pero no cabe duda de que sus efectos en el mundo del tebeo son, cuanto menos, efímeros. Como si su temible guadaña estuviera menos afilada cuando se trata de segar las vidas de personajes creados a base de de tinta, papel e ingentes cantidades de imaginación. El caso de Thor es paradigmático y representativo de la curiosa tradición de resurrecciones imperante en el cómic americano en general, y Marvel Comics en particular, de forma que su “resurrección” –¿puede un Dios morir?– no cogió a los lectores por sorpresa, conscientes de la necesidad de recuperar a un personaje ausente durante un periodo de casi tres años, desde la historia Ragnarock, en la que Michael Avon Oeming y Andrea DiVito clausuraron el volumen de la colección protagonizada por el Dios del Trueno,
Para afrontar esta nueva etapa del personaje, los editores de “La casa de las ideas” apostaron por un equipo creativo de contrastada solvencia, y aceptación entre el exigente fandom: Joe Michael Straczynski y Oliver Coipel. El reputado guionista sembró los primeros elementos de esta historia durante su estancia al frente de Los 4 Fantásticos, donde relató cómo Mjolnir apareció en la árida Oklahoma, propiciando el interés y la expectación de lugareños ansiosos de levantar el mítico martillo. Tras Vengadores Desunidos y la macrosaga Civil War, en la que Reed Richards y Tony Stark se valieron de un clon de Thor para decantar la batalla a su favor –lamentable la caracterización de los personajes perpetrada por Mark Millar–, Straczynski retoma los sucesos narrados en la colección de “la primera familia de Marvel” como punto de partida para esta nueva etapa. Así, observamos cómo Donald Blake empuña Mjolnir para ser transportado a un limbo en el que se gestará el regreso de su huesped asgardiano.
Entrar en más detalles acerca de estas veinticuatro páginas que se leen en un suspiro, haría un flaco favor a quienes no hayan tenido la oportunidad de hacerse con este tebeo, de modo que baste decir que Straczynski se toma las cosas con mucha calma, creando un ambiente sosegado para lo que se intuye como una mera ibntroducción de lo que está por venir. Como en él suele ser habitual, apunta ideas interesantes –por momentos, reminiscentes de Los Eternos de Neil Gaiman y John Romita Jr.–, y plantea una conversación entre Thor y Donald Blake en la que, pese a deslizar algún que otro tópico, pone de manifiesto su habilidad como dialoguista.
Por la parte que le toca a Oliver Coipel, decir que raya a un nivel bastante alto, en la línea de lo demostrado en la miniserie Dinastía de M. Detallista, y espectacular cuando la situación lo requiere, quizás se le podría achacar cierto abuso de splash-pages y amplios paneles horizontales para retratar al hijo de Odín en todo su esplendor, y un cuestionable dominio tanto de anatomía como de proporciones. En cuanto al rediseño de la vestimenta del personaje, sin entusiasmarme, no termina de desagradarme, aunque a buen seguro que los más puristas tienen una opinión al respecto mucho más contundente.
Queda mucho camino por recorrer hasta conocer los planes que Straczynski tiene reservados a Thor y Asgard, y pese a que el inicio ha sido cuanto menos prometedor, no parece que por su lento –aunque disfrutable– ritmo sea la propuesta más adecuada para captar a nuevos lectores. Esperemos que las buenas intenciones y apuntes de interés no se diluyan con el paso del tiempo, como ya sucedió en sus etapas al frente de Amazing Spiderman y Los 4 Fantásticos.
Edición original: X-Men #195 (enero de 2007); Marvel Comics.
Edición España: diciembre de 2007; Panini Cómics.
Guión: Mike Carey.
Dibujo: Humberto Ramos.
Entintado: Carlos Cuevas.
Color: Edgar Delgado, de Studio F.
Formato: serie regular mensual; grapa de 24 págs.
Precio: 1,95 €.
En la anterior entrega de X-Men, los lectores asistimos al rapto de Pícara por Pandemia, de forma que en la segunda parte de Infección Primaria, Mike Carey y Humberto Ramos aprovechan la ocasión para plantear la enésima “historia de rescate”, casi un subgénero dentro de la tradición superheroica.
La primera viñeta de este tebeo muestra un desolador panorama para La Patrulla-X, reflejando las amargas consecuencias de la derrota. A partir de este momento, la narración de Karima Shapandar –también conocida como Centinela Omega– en comunicación directa con Cable, pondrá en antecedentes tanto a Nathan Summers como a los lectores acerca de cómo una operación de rescate derivó en una aparente masacre. Efectivamente, tras el secuestro de Pícara, el resto de los X-Men disponibles –Hombre de Hielo, Lady Mente Maestra, Karima y Mística– pusieron rumbo a la India con la intención de localizar a su líder. Ya en Calcuta, el variopinto grupo de mutantes pondrá a prueba su entrenamiento y compenetración.
Por otra parte, Cable y Bala de Cañón –acompañados de un sarcástico y amenazador Dientes de Sable–, dirigen El Conquistador hacia tierras indias, atendiendo así la llamada de socorro de sus colegas. Por momentos, la situcación se complica para todas las partes implicadas, mostrando a una Lady Mente Maestra que no pasa por su mejor momento, y clarificando no sólo las verdaderas intenciones de Pandemia, sino también las razones de su efusivo interés por Pícara.
En lo que al apartado gráfico se refiere, Humberto Ramos está realizando un trabajo correcto dentro de la peculiaridad de su estilo, aunque un servidor sigue echando de menos –y mucho- a Chris Bachalo, quien regresará a tiempo para hacerse cargo del arco argumental titulado Estado Crítico. Mientras, Mike Carey, en contra de la corriente generalizada impulsada por los guionistas-estrella, se adapta a los requerimientos de la colección en lugar de tergiversar décadas de tradición, caracterización y continuidad en beneficio de su ego –de forma inevitable, me viene a la mente el caso de Grant Morrison y sus New X-Men–. En casos análogos, suelo entender esta circunstancia como un síntoma positivo, pero no puedo evitar la sensación de que Carey está protagonizando todo un ejercicio de contención que esperemos fracase y derive en una explosión de acertadas ideas marcadas por el personalísimo sello evidenciado en títulos tan recomendables como Lucifer o Hellblazer.
En definitiva, X-Men #25 representa una historia repleta de acción, en la que destaca la interacción de personajes en combate, y la creativa utilización de sus poderes. Pero no ofrece mucho más al lector que, quizás como quien escribe estas lineas, espera mucho más de un guionista llamado a contribuir a una significativa revitalización de la franquicia, que de momento queda en agua de borrajas. Dicen que el tiempo es ese juez insobornable que da y quita razones, así que esperemos a su transcurso para emitir un veredicto acerca de esta etapa de los X-Men.
Edición original: Uncanny X-Men #488; Marvel Comics.
Edición España: Panini Cómics; abril de 2008
Guión: Mike Carey.
Dibujo: Salvador Larroca y Mark Bagley.
Entintado: Salvador Larroca y Andrew Hennessy
Color: Raúl Treviño.
Formato: Comic-book, 32 págs.
Precio: 2,50 €.
La segunda parte del arco argumental Los Extremistas muestra a Máscara como líder de un grupo de Morlocks que, con cierto grado de escepticismo, emprenden una oleada de ataques terroristas de algún modo relacionados con la búsqueda de Magneto, elevado a la categoría de salvador o mesías de buena parte de los mutantes más desfavorecidos. Ante la gravedad de los acontecimientos, Tormenta, Sendero de Guerra y Hepzibah protagonizan una incursión en los túneles Morlock para tratar de evitar que Máscara materialice sus planes en forma de ataques en la superficie.
De forma paralela, el Profesor Xavier y Rondador Nocturno se hacen eco de esta circunstancia, iniciando su particular rastreo del “amo del magnetismo” con la intención de anticiparse a quienes puedan utilizar los poderes de Erik Lensherr con fines cuestionables. Para finalizar, se incluye una historia de apenas cinco páginas, complemento de la saga Especies en peligro: Mike Carey y Mark Bagley nos presentan a la Bestia en Wundagore, tratando de recibir la ayuda del Alto Evolucionador en su cruzada contra la extición de la raza mutante.
Curiosamente, tras más de un año desde la publicación de la Dinastía de M en España, se analizan en el título-x más representativo las consecuencias que las tres palabras pronunciadas por la Bruja Escarlata –“no más mutantes”– han motivado en la comunidad Morlock. Y es que las características de Ascensión y caída del Imperio Shi’ar, ambicioso debut de Ed Brubaker como guionista de La Patrulla-X, habían impedido entrar en materia hasta el mes pasado. El resultado, sin llegar a aburrir, no termina de convencer, pues entre la falta de concreción de los planes de Máscara, y el halo de misterio planteado de forma anodina que rodea al posible regreso de Magneto, el lector puede terminar perdiendo la paciencia. Salvador Larroca, como en él viene siendo habitual, continúa mostrando una evolución casi constante –más que una opinión, creo que es un hecho: basta comparar las páginas de su etapa en Los 4 Fantásticos junto a Chris Claremont, con las de La Patrulla-X–, realizando un trabajo ciertamente notable. Puestos a buscar puntos mejorables, por momentos se aprecia cierta sensación de estaticidad, propiciada por la falta de equilibrio entre la atención al detalle y las dosis de dinamismo que requiere un cómic de estas características.
En definitiva, una nueva entrega –y van catorce– que aleja a La Patrulla-X de Ed Brubaker del nivel puesto de manifiesto en el resto de los títulos de los que actualmente se encarga el afamado guionista. Esperemos que la clase e imaginación que atesora le sirvan para enmendarse.
Superman #665, Action Comics #855
Guión: Kurt Busiek, Geoff Johns y Richard Donner.
Dibujo: Rick Leonardi, Eric Powell.
Formato: Comic Book de 48 páginas.
Precio: 2,95€
Planeta DeAgostini.
La primera parte es una historia sobre el “origen” de Jimmy Olsen como parte de la vida de Superman, aprovechando su papel en Cuenta Atrás. Busiek hace un trabajo fantástico a todos los niveles, desde la presentación y caracterización de los personajes a la historia. Jimmy está muy bien escrito: un chaval que está donde está gracias al esfuerzo y al trabajo – genial cómo se ve a sí mismo un Perry White educado en la vieja escuela – con una personalidad agradable y emocionalmente duro, capaz de irse sin rechistar a por unos cafés después de que intenten matarle. Aprovecha para escribir sobre el lado humano de Superman con los habituales buenos resultados y algunas escenas de acción. Tiene todo lo que le puedes pedir a una historia autoconclusiva. El dibujo es correcto, con algún que otro rostro o postura poco inspirados.
La segunda es el comienzo del arco argumental Huída de Mundo Bizarro. En número anteriores, Bizarro había sido convertido por Lex Luthor (o más concretamente, por el consumo masivo de televisión) en una criatura agresiva, descerebrada y vociferante que se lanzaba a causar destrozos masivos, mandando al carajo su anterior personalidad, mucho más jocosa y divertida. Y aquí está… bueno, cambiado. No es un Hulk blanco, pero tampoco es el ser infantil de otros cómics. Es más serio, trágico y siniestro. No es que me queje de que se descarte tan pronto su papel de berserker – cuanto antes se descarte una mala idea, mejor – pero que se aclaren.
La historia se antoja interesante, atrevida y curiosa. La ambientación de Mundo Bizarro es acorde a la nueva personalidad de quien le da nombre, con algunos momentos más o menos divertidos, y otros más terroríficos. Es una buena introducción, bien desarrollada y con un inquietante cliffhanger. El dibujo de Powell es bastante curioso: las escenas más oscuras le quedan de fábula, y son lo mejor del número. Su estilo es apropiado para el aspecto decadente y empobrecido de Mundo Bizarro y para el propio Bizarro, al que confiere unos rasgos de criatura primitiva y brutal.
Punisher War Journal #12
Guión: Matt Fraction.
Dibujo: Ariel Olivetti.
Formato: Comic Book de 24 páginas.
Precio: 1,95€
Panini.
¡Este número es una gozada! Un placer primario, adolescente casi, pero un placer. Aparta de un manotazo al tranquilo número que le precede y plantea la premisa en un instante para pasar a la acción. Nueva York está desierta, cortesía de un Hulk enfadado por… bah, naderías. ¿Y quién queda para defender la ciudad y proteger a los inocentes de una raza de alienígenas asesinos? ¡Pues Frank Castle, por supuesto, inasequible al desaliento y dispuesto a impartir castigo, como siempre!
¿Y cómo lo hace? Con una chulada bestia tras otra, incluyendo armas que disparan filos, machetes, motosierras, y un traje simbionte capaz de crear armas. Franction es plenamente consciente de los elementos de los que dispone: tiene, claro está, al Castigador, y tiene la ciudad vacía a su disposición. Castle no va a ir a plantarle cara a Hulk, no va a tener un papel relevante en la gran historia que está teniendo lugar, y tampoco va a estar sentado en un rincón girando los pulgares. De modo que opta por lo más sensato: escribir una historia salvajemente divertida, libre de pretensiones y violenta. Si le han dado un mes sabático, ¿por qué no? Cualquier cómic en el que el Castigador rebane la tapa de los sesos de un alienígena con la espada todavía sostenida por su brazo recién amputado es digno de elogio, por muy intrascendente que sea.
La caracterización de Frank es buena, aunque quizá resulte demasiado heroico – a la fuerza, pero heroico al fin y al cabo – o buenazo para quienes disfruten de su vertiente más oscura. No obstante, sigue disfrutando, y mucho, de lo que hace, y tiene algunas frases memorables mientras despedaza extraterrestres. Contribuye en gran medida a configurar este divertido número el impecable y vistoso dibujo de Ariel Olivetti. Es claro, limpio, pulcro, increíblemente expresivo y detallado. Dibuja unas armas geniales (imprescindible) con mención especial del lanzador de espadas, unos extraterrestres muy chulos (también imprescindible) y unos combates viscerales e impresionantes. Además, el diseño del traje que utiliza en la batalla final es chulísimo. Ojala pudiese quedarse durante toda la serie.
JSA #08
Guión: Geoff Johns.
Dibujo: Fernando Pasarin.
Formato: Comic Book de 24 páginas.
Precio: 1,95€
Planeta DeAgostini.
Johns continua renovando ideas y personajes como sólo el sabe: con muchísimo estilo y elegancia. En este número le toca a Jesse Quick, actual Liberty Belle. Hace de ella un personaje definido e interesante dándole una motivación, una personalidad clara, profundizando en su relación con Hourman – de la que hasta ahora apenas sabíamos nada – y mostrándonos su desarrollo a nivel personal y heroico. Al igual que en el número anterior sobre el Ciudadano Acero, debajo hay un mensaje de heroísmo y voluntad. En el caso de Nate iba en la línea de las segundas oportunidades y triunfar frente a la adversidad, y en el de Liberty Belle, sobre superación personal y motivación.
Es toda una declaración de intenciones por parte de Johns enfrentar a Liberty Belle con Damage. La primera es una persona que ha superado sus dificultades, ha vencido a sus demonios internos, es respetuosa con el legado que le dejaron sus predecesores y ha conseguido ser feliz con su papel en el mundo. Damage, por el contrario, es un amargado anclado en un suceso horrible que le ha dejado cicatrices emocionales y físicas, atormentado, cínico y al que le importa un cuerno el legado de las narices. No es la primera vez que el guionista utiliza a esta clase de personajes para plasmar las diferencias entre héroes inspiradores y héroes cuya idea original es ser más oscuros, y sólo acaban siendo más quejicas. Bola Veloz, toma nota. Y quítate ese traje, anda.
Los detalles que acompañan al núcleo del comic también son buenos. Hay algunas escenas bonitas que reflejan que la JSA es algo más que un equipo (no verás a los miembros de la JLA esquiando juntos, ¿verdad?) y una gran y agradable sorpresa al final. Zoom, el villano de turno, sigue siendo un tipo de una sola idea, y resulta un poco forzado que explique todas y cada una de sus fechorías en base a esa idea. Dale Eaglesham no ficha este mes, y le sustituye Fernando Pasarin. Su esfuerzo por hacer un trabajo similar al del titular es loable, y consigue un buen acabado. Tiene varios dibujos francamente buenos y un notable grado de detalle. Eso sí, se hace un soberano lío con la máscara de Liberty.
The Walking Dead #50
Guión: Robert Kirkman.
Dibujo: Charlie Adlard.
Formato: Comic Book de 24 páginas.
Precio: 2,99$
Image.
Horrible, horrible portada alternativa de Larsen. Incluso si pasamos por alto el hecho de que es totalmente opuesta al tono de la serie, es fea de narices. Podéis encontrarla facilmente por internet, por si queréis reiros un poco.
Todas las personas pasamos, en un momento de nuestras vidas, por una iniciación. Una salida del cascarón más o menos difícil que nos enfrenta a la realidad y nos lleva a valernos por nosotros mismos como seres independientes. En Walking Dead #50 Carl, hijo del Rick Grimes, tiene que dar ese paso, forzado por las circunstancias. Después de tanto tiempo en relativa seguridad, sabiéndose amparado y respaldado, el actual status quo le fuerza a actuar, a empezar a pensar en otros términos, a ver todo lo que le rodea de otra forma, a actuar. Es una experiencia casi catárquica en la que se mezcla el dolor, la rabia, la frustración, el miedo, la soledad y la esperanza. Kirkman consigue condensar en este fantástico ejemplar no sólo los sentimientos del protagonista, sino todas las sensaciones que ha provocado en los personajes – y por ende, en nosotros – la colección durante este medio centenar de ejemplares publicados.
Estamos ante un cómic lleno de simbología. Las referencias freudianas de matar al padre para enterrar la infancia. La oscuridad envolvente, ocultando el rostro de los seres queridos hasta deshumanizarlos. Un niño emergiendo renacido no del agua o el fuego, símbolos clásicos del resurgir, sino de la carne podrida y la sangre. La narración es respetuosa con el contenido, con perfectos silencios, tensión in crescendo, explosivas muestras de rabia rodeadas de calma, como si fuesen tormentas furiosas. El permanente terror, agarrado a Carl como una segunda piel de la que nunca se podrá desprender.
Este número parece hecho a medida para Charlie Adlard, y resulta incluso más apropiado de lo que sería Tony Moore. Su buen uso de los negros pesados y opresivos, las sombras y sus contrastes, las expresiones demacradas y los planos forman un conjunto impecable, perfecto para la historia, su ritmo y su atmósfera. Walking Dead #50 es un número muy bueno y su papel dentro de la serie es cumbre. Si llevas leyendo desde el primer número, te maravillará mirar atrás y ver cuantas cosas han cambiado, y mirar adelante y ver un futuro prometedor. Y si no has leído ni uno (si es así, te estás perdiendo una serie magnífica) es un buen momento para empezar. Altamente recomendable para todos.
She-Hulk #30
Guión: Peter David.
Dibujo:Val Semeiks.
Formato: Comic Book de 24 páginas.
Precio: 2,99$
Marvel.
¿Soy el único al que le resulta entre increíble y cachondísimo que el correo de este cómic se llame “She-Mail”? Se pronuncia de forma casi idéntica a “Shemale”, termino que se utiliza para denominar a hombres transexuales. Si lo han hecho a posta, reconozco que tienen un sentido del humor muy, muy retorcido.
La historia gira en torno a una amenaza que, aunque de aspecto poco impresionante (cortesía de un dibujo del que luego se darán más detalles) planta unas semillas interesantes y ayuda a tejer una red de personajes implicados. No obstante, dado que su presentación aquí no ha sido especialmente destacable, le resta interés a cualquier posible futura aparición. Hulka resulta divertida, con carácter, es fácil conectar con ella; cosa que no se puede decir de un personaje invitado unidimensional y sin gracia. El humor – pese a un par de momentos que rozan lo infantil – es bueno.
Pese a que resulta mejor que sus predecesores, no logra sacudirse todas las telarañas. Se sigue empleando demasiado espacio en pobres momentos de acción y no consigue plasmar el drama y la tensión que intenta transmitir en determinadas situaciones. El dibujo es directamente insuficiente: la acción no es buena y le falta fuerza, la perspectiva es mejorable, la anatomía en ocasiones es atroz, la narrativa es mala. En algunas viñetas tienes que pararte un par de segundos a descifrar qué es lo que ha ocurrido exactamente.
La valoración de este número es más positiva que la de los anteriores. Con David al cargo la serie había pasado de ser refrescante y divertida a aburrida e inane, y no parecía tener muy clara su dirección o estilo. Ocho números después de la llegada del guionista de X-Factor, las piezas empiezan a encajar mejor. No nos confundamos, no es ninguna maravilla. No es un comic excepcional, no es un cambio rotundo y radical, pero empieza a tener visos de una mayor consistencia, más personalidad, mayor comodidad con su propio contenido. Es esperanzador.
Ya lo he comentado en el foro vengadores:
Opino lo mismo sobre el walking dead… muy guapo, mucha intronspección, desarrollo de personajes y eso… Pero llevamos con lo mismo 4 números…
Esto lo hace Bendis y aún le están metiendo hasta en el carnet… Viva el decompressive storytelling!
>>> Pero llevamos con lo mismo 4 números…
Hombre, Hechos para sufrir terminó en el #48 – sólo han pasado dos números – y después de lo ocurrido en dicho arco, en el que han pasado muchas cosas relevantes, y ha habido muchísima acción, no me parece que se esté extendiendo en absoluto.
Además, Kirkman ya dijo que en el #51 encontrarían a gente nueva. 😀
Lo que está haciendo Kirkman en Los Muertos Vivientes es sencillamente impresionante. Y que dure… si sigue a este nivel, no tengo especial interés en que cierre la/s trama/s. 😀
Me retracto entonces… Pero es que me están pareciendo los últimos números repetitivos
me refiero a que este número me parece igual o muy parecido al anterior…el niño arrastrando del padre, jugando con la idea de si se ha zombificado o no, etc…
vale que el monólogo del niño nos muestra lo que ha cambiado desde el principio de la serie y es background de personajes y tal… pero el tebeo entero se lee en 4 minutos, y por pasar no pasa nada que no pasara en el anterior… y me ha defraudado porqué este es el #50, y uno se espera algo más especial, y más en esta serie, aunque bueno, demasiado nos dio ya al final de la cárcel…jurl jurl
She-mail! juas juas
A mí también me ha defraudado. Yo esperaba un nº 50 algo más impactante ( en la línea de los últimos números). También estoy de acuerdo en que la portada de Larsen es para quemarla.
Vamos, que entre una cosa y otra toda la espectación por un número tan especial se queda en muy poco.
Pero la serie no va a decaer, estoy seguro de ello.