Este Batman 45 es la grapa número cien de Batman que publica ECC, un hito del personaje en España cuya publicación nunca había llegado al centenario. La editorial española interrumpe el ritmo de la serie regular, el comienzo de la etapa de Tynion IV en la grapa anterior, para celebrar la efeméride con el último anual de Tom King y Pennyworth R.I.P. la historia homenaje al consorte de la batfamilia. La maniobra es cuestionable, no pocos lectores van a tener que lidiar con su TOC (es cierto que a poco que lleven en el mundo del cómic, están acostumbrados) al ver interrumpido el comienzo del nuevo volumen del personaje apenas publicado un número, por este especial que perfectamente podría haber sido el número 44 y dejar el 45/100 para el nuevo inicio, siendo mucho más lógico terminar el run de King con su último anual, como colofón a la etapa de este que no con una grapa de retraso. Injerencias editoriales que tendrán su razón de ser, ECC es la editorial, la que vende cómics y la que conoce el mercado, sus razones tendrá. Probablemente que sea una grapa de 80 páginas ayuda a su edición coincidente con la histórica numeración, o que en ambas historias, Alfred goce de protagonismo y rendir así homenaje a la figura del eterno mayordomo. De cualquier forma, el lector ya está acostumbrado por las propias majors americanas a que los números redondos o emblemáticos interrumpan la historia mensual por lo que tampoco es de extrañar este movimiento editorial. Sin más berrinches, prosigamos.
Tom King ha destacado sobremanera con varias de sus historias cortas de Batman, Azoteas, El Juicio, Cita doble, sus anteriores anuales… unido esto a multitud de críticas positivas hacia el cómic que nos ocupa convertía este anual en muy esperado. El cómic, enteramente escrito desde la perspectiva de Alfred, narra día a día la vida de Batman. El escritor de Omega Men no tiene ningún reparo en mostrar las heroicidades más locas del caballero oscuro y en sus páginas viajará al espacio o peleará con un dragón, sin olvidarse de sus inicios callejeros, ladrones o su faceta detectivesca también tienen su lugar. Se entiende el propósito de realizar un repaso a la historia del murciélago representando sus distintas épocas y ensalzando al personaje, independientemente de quien lo escriba, dibuje o dirija, Batman perdurará. El guionista parece querer encerrar en un ejercicio toda la esencia de Bruce Wayne, para muchos lo habrá conseguido al mostrar como núcleo del millonario justiciero su interminable lucha contra el crimen. Jamás parará su cruzada ante nada ni nadie, sin dejar de reflejar la versatilidad del héroe, convertido en imprescindible en las aventuras de la editorial (sean del corte que sean) donde siempre tendrá un papel predominante gracias a su popularidad y tornadiza naturaleza. Si el anual funciona, lo hace como homenaje.
Apoyado King en el impresionante arte de sus socios, compañeros, que han ayudado muchísimo durante toda su etapa con Batman, a la nota general de sus cómics y que no son menos en este anual. En esta ocasión Jorge Fornes está fantástico, en sus imágenes cósmicas o terrenales, con un estilo propio pero variable y a su vez siempre clásico que trasmite muy bien las sensaciones que pretende cada una de las historias cortas. Mike Norton sirve de apoyo en las historias de una página mostrándose no solo cumplidor sino también inspirado. Dave Stewart al color está a la altura del resto de artistas y unifica las historias a la vez que dota cada una de ellas de la atmósfera necesaria. Ah, por si no lo he dicho, Fornes espectacular.
La profundidad con la que trata King al personaje no es extensa a todas las páginas, como si a mitad del guion se cansase y dejara de representar a Batman con el mismo detalle y cariño. La forma en la que está estructurada la obra hace que unas pocas historias trasmitan y sintonicen con el lector mientras que otras muchas se perciben intrascendentes, solo resaltan que Batman tiene mucho trabajo. Al ser este el motor del libro, la sensación que queda es de una trama estirada, sin chicha, sin mucho más valor que la de un tebeo homenaje sin el brillo deslumbrante que necesitaría un trabajo de este tipo para quedar en la memoria. Un loable y ambicioso esfuerzo por sintetizar a Batman en un cómic de 40 páginas que no goza de la inspiración necesaria para trascender como un imprescindible del personaje ni como un cómic que releer cada cierto tiempo. Siendo esta la valoración de este humilde redactor, por lo que mi más sincera recomendación es que lo leas por ti mismo, pues en contraposición a esta opinión, muchas voces lo sitúan como uno de los ejercicios más destacables sobre Batman de los últimos tiempos.
Pennyworth R.I.P. es una historia homenaje a Alfred, el sostén de la batfamilia, que gira sobre el propio mayordomo y sobre cómo su “hijo y nietos” convivirán a partir de ahora sin el lazo de unión de todos ellos, el refinado inglés. Las primeras palabras del cómic son emotivas y relatan de forma interesante los pensamientos de cada uno de los afligidos. Cuando la voz del narrador cesa con estas palabras: “la batfamilia entra en un bar” y empieza el diálogo, la obra exhibe sus defectos, por desgracia ocurre con tan solo leídas un par de páginas.
Cada Robin relatará una anécdota con Alfred y acto seguido abandonará la reunión. Algunas están más inspiradas que otras, aunque todas ponen al mayordomo en un papel activo, si bien a lo largo de la historia río del personaje en ocasiones ha ejercido dicho desempeño, no es en ningún caso su rasgo definitorio. Es un fallo importante del cómic mostrar a Alfred en su velatorio como pocas veces ha sido representado. La trama se basa en la ineptitud de Bruce para superar la muerte de su amigo, incapaz de apoyar a sus discípulos, se manifiesta absolutamente hundido. Al final Jason Todd se muestra el más lúcido: “No formaré parte de esta extraña crucifixión de Bruce, en la que él sufre mucho más que el resto de nosotros”. Junto a Ric Grayson, (quien es más Dick de lo que lo ha sido en el último año, el aficionado no debe quejarse por recuperar a su héroe pero teniendo en cuenta cómo es Ric, es un error de caracterización) que encuentra las palabras correctas. Bárbara Gordon trata de ayudar a Bruce pero lo hace echándole cosas en cara: “Dejaste que un monstruo infectara a mi padre, te fuiste de vacaciones a la playa en el peor momento posible y eso mató a Alfred”. Tim es empático y el más comprensivo con su mentor y Damian está sumido por la culpa, siendo quien más necesita la ayuda de su padre sin que este se la preste.
Los personajes principales, el protagonista de la historia y Bruce Wayne, están desdibujados mientras que los secundarios son encasillados, como siempre que la batfamilia se reúne, para que los distintos Robins se distingan entre sí se los encorseta en su rasgo más definitorio sin ningún ánimo de dotarlos de tridimensionalidad. Tynion IV y Tomasi se pierden en una continua representación de sentimientos de dolor sin apenas elaboración artística o psicológica que convierte este homenaje a Alfred Pennyworth en un cómic fallido y melodramático con un baile de dibujantes que impide una cohesión artística, si bien ninguno es ni mucho menos deleznable, cuanto menos son cumplidores, tampoco su nivel es excelso o prioriza la lectura del especial. Una situación representada llena de frialdad, remordimientos, reproches y rencor. Como homenaje a Alfred cumple, apenas, pero cumple.
Un número 100 sin brillo que no deja un buen sabor de boca al no estar sendos homenajes a la altura de lo que se les presupone.Mejor centrarse en lo positivo, 100 grapas de Batman que han contado las historias de Snyder y King. Un logro que es motivo de celebración pues demuestra el excelente momento editorial que vive el de Gotham al no darse nunca en España este hito numérico con el personaje. Por 100 números más.
Centenario
Guion Anual - 6.5
Dibujo Anual - 8.5
Guion Pennyworth - 5.5
Dibujo Pennyworth - 7
Interés - 7
6.9
Un número 100 conmemorativo por el tono de sus historias que no acaban de dar el nivel que se esperaba de ellas dejando un sabor agridulce en el lector.
Pues me alegra leer una reseña que es mas afin a lo que experimente leyendo este numero tan poco lucido.
La primera historia empieza bien, con esas historias cortas dibujadas por Fornes que van exponiendo distintos aspectos del personaje. Pero pronto se malogra por dos problemas. Uno es la resolucion de algunos retos «soy Batman»,que roza la autoparodia. La segunda es que al ser una aventura por dia durante un mes produce cierta incredulidad. donde esta Bruce Wayne? Todos los dias los pasa Batman viajando por el mundo,el espacio, dimensiones, investigando crimenes,resolviendo complots intwrnacionales, salvando gatos de los arboles? La perspectiva para no pensar que la tesis de King es «Batman es esto,que es ridiculo y estupido,ergo Batman es ridiculo y estupido» es que sea como esas aventuras de la Silver Age donde Alfred fantaseaba con las aventuras de su señor, distorsionandolas o simplemente inventandoselas. King escribe muy bien a Bruce y Selina juntos, pero tengo mis dudas de que entienda al personaje. Como tesis es fallida. Como critica al personaje,es opinable.
Del segundo pues no mucho mas que añadir, melodrama del malo en el que Barrows dibuja a los personajes con caras de peli de terror de bajo presupuesto en un contraste exextrañoY ademas con el enesimo guiño casi carroñero al «Hitman» de Ennis por parte de Tomasi. Efectivamente se centran en la faceta menos caracteristica de Alfred. El que quiera un homenaje a Alfred,que lea «El dia del padre» el annual anterior escrito por Taylor.
Saludos!
Muy de acuerdo contigo Drury, y en especial con el anual previo de Tom Taylor, «Día del padre». Ese si es un número precioso, sencillo y emotivo sin caer en el melodrama barato. Taylor es muy bueno.