Batman: Absolución

 

Edición original: Batman: Absolution USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: J.M. DeMatteis
Dibujo: Brian Ashmore
Entintado: Brian Ashmore
Color: Brian Ashmore
Formato: Cartoné, 96 páginas
Precio: 12,95 €

 

En algún momento todos nos hemos preguntado ¿Puede un ser humano redimirse tras una vida de crímenes y delincuencia? ¿Puede encontrar el perdón de todos a cuantos ha hecho daño, y de sí mismo? ¿Puede reinsertarse en la sociedad y de alguna manera compensar todo el mal que ha hecho, por muy grave que éste sea? Son cuestiones de muy difícil respuesta. Algunos creen en la redención, especialmente desde sectores espirituales y religiosos, y concretamente cristianos, y otros, como Batman, no creen ni que esa palabra siquiera exista. Todos estos conceptos son tratados en la novela gráfica que hoy reseñamos: “Batman: Absolución”, publicada recientemente y por primera vez en nuestro país por ECC Ediciones. Y más allá de responder preguntas filosóficas que requieren de una profunda reflexión que no tienen lugar ahora mismo, mi principal objetivo es intentar a responder a otra pregunta mucho más sencilla que todos tendréis en la cabeza tras empezar a leer la reseña de éste cómic: ¿Merece la pena? Respuesta corta: No. La respuesta larga la podréis leer a continuación.

“Batman: Absolución” es una novela gráfica publicada Noviembre de 2002 por DC Comics, y empieza con una premisa interesante, puesto que nos muestra un horrible ataque terrorista acaecido diez años atrás en Industrias Wayne que asesina a muchas personas ante la impotencia de Batman de no poder hacer nada para remediarlo. A partir de entonces, el murciélago de Gotham rastreará medio mundo para encontrar a la principal responsable del atentado y del grupo terrorista: Jennifer Blake, y llevarla ante la justicia. Pasará por ciudades como Londres o Nueva Delhi, con el disfraz del murciélago o sin él, como Bruce Wayne, según requiera la ocasión, utilizando sus habilidades detectivescas para encontrar a Blake, que siempre acaba escapándose de él y desapareciendo. Puede ser un cómic interesante para los amantes del Batman más detectivesco, pero lo cierto es que en términos generales es una obra que no aporta nada nuevo al universo Batman, y cuya lectura no es especialmente gratificante o interesante. Además, la construcción de la antagonista es excesivamente exagerada y manida. Para plantearnos la cuestión principal y empatizar con el lector, no hace falta que el pasado de la villana de esta historia tenga todos los elementos traumáticos posibles juntos: prostitución, drogas, abusos sexuales, abandono paterno, e incluso una madrastra malvada. Es de chiste, y un recurso muy pobre que es difícil de creer que haya podido salir de la pluma de DeMatteis, el guionista de esta obra.

Como os comenté en la introducción de este artículo, los principales temas tratados en esta obra son: espiritualidad o religión, arrepentimiento, y expiación, redención o absolución. Algunas veces, cuando una persona tiene remordimientos por algo que ha hecho que él considera grave y que le atormenta, busca su redención mediante vías espirituales o religiosas. Muchos escépticos dirán que esto quizás se debe a que el resto de la sociedad no le es capaz de perdonar, y que su única forma para expiar sus pecados es buscar un ente superior, una figura inventada que le sirva para sentirse en paz consigo mismo. Otros dirán que no solo es una forma válida y seguramente de las más efectivas de redimirse, si no que es capaz de transformar a una persona, llevarla por el buen camino, y reinsertarla para que pueda convivir con el resto y consigo mismo, aportando mucho más a la sociedad de lo que hacía antes. De cualquier manera, éstas son las reflexiones, que en principio no quería profundizar demasiado aunque quizás al final sí lo he hecho, que puede suscitar y promover esta obra. Y sí, son temas interesantes, pero no es nada que no se haya tratado miles de veces en el cómic, y concretamente en Batman, por lo que no aporta nada nuevo. Por rescatar otro aspecto interesante, podemos decir que es de agradecer que DeMatteis no nos da una conclusión válida y concreta, o una moraleja, si no que lo deja al juicio de lector, que debe decidir si una persona puede redimirse tras hacer mucho mal a la sociedad o sencillamente hay gente que nunca cambia y/o que no merece perdón. Pero aún con todo, éste un es un trabajo muy “raspadito”, de un fantástico guionista al que todos los fans de DC adoramos por su trabajo junto a su inseparable amigo Keith Giffen en diferentes colecciones de la Liga de la Justicia, o en “Doctor Fate”, por nombrar solo algunas, y ha demostrado sin duda que puede dar muchísimo más.

Hablemos del apartado artístico, que corre a cargo al completo de Brian Ashmore, y esto es, dibujo, entintado, color y portadas. Ashmore, un artista veterano que no se ha prodigado demasiado por el mundo del cómic, aunque ha trabajado con las dos grandes, pero que demuestra con esta obra ser un artistazo brillante con un estilo muy particular. Ashmore utiliza como método de trabajo ilustraciones muy fotográficas, cercanas al estilo de Alex Ross, pero con tonos y colores pictóricos, difuminados y suaves, cercanos al pastel pero sin la claridad de éste, si no con la oscuridad que una historia de Batman requiere y necesita. Ashmore es sin duda alguna, aparte de lo mejor de lejos de este cómic, un descubrimiento muy gratificante, y puesto que no es fácil encontrar mucha información u obras de este artista, os recomiendo que os paséis por su página web si queréis disfrutar más de su arte.

Para finalizar esta reseña, voy a responder de manera conclusiva a la pregunta que planteaba al principio, y que os instaba a leer el resto de la reseña para conocer la respuesta larga. Este cómic merece la pena para coleccionistas y completistas de Batman, puesto que se trata de una obra hasta ahora inédita en nuestro país, y por ello se agradece mucho que ECC la publique. Por otra parte, es posible que por su bajo precio merezca la pena solo por disfrutar del trabajo de Ashmore, si os llama la atención, porque el arte es por supuesto tremendamente subjetivo. Para todos los demás, os recomiendo alejaros de esta obra, y buscar otras mucho más interesantes del personaje y/o del guionista, que ECC tiene en catálogo y que en la enorme bitácora de Zona Negativa seguro que podréis encontrar reseñada.