El Caballero Oscuro y Gotham City
A mi manera»
En nuestro país se publicaba recientemente Batman: Arquitectura Mortal del escritor y diseñador estadounidense Chip Kidd y el dibujante británico Dave Taylor, una obra en la que encontramos una historia asentada en los primeros años como justiciero en solitario de Batman en una Gotham City que se descubre como el personaje más importante y destacado del relato. Pero, haciendo un poco de historia, hemos de recordar que hubo un tiempo en que Batman no vivía en Gotham City, el multimillonario y filántropo Bruce Wayne se encontraba anteriormente afincado en New York, o en alguna otra ciudad indefinida pero con las mismas características de la ajetreada y superpoblada Gran Manzana. No sería hasta el Batman #4, publicado en el año 1940, cuando el personaje se mudaría a su ficticia y definitiva residencia en Gotham City. Este cambio procedía de una idea del guionista y co-creador de Batman, Bill Finger, asimilada como tantas otras por Bob Kane, y con la que este buscaba que «cualquiera se sintiera identificado con la ciudad».
No obstante, Gotham City no es más que una metáfora o recreación de New York, moldeada a su imagen y semejanza, y no hay mejor prueba de ello que su nombre, una antigua acepción por la que remotamente era conocida la Ciudad que Nunca Duerme. El periodista del New York Times William Safire ya identificó en su día la ciudad de Bill Finger y Bob Kane con «New York por debajo de la calle 14, desde el SoHo a Greenwich Village, el Bowery, Little Italy, Chinatown, y las zonas más siniestras alrededor de la base de los puentes de Manhattan y Brooklyn». Sea como sea, el tiempo ha demostrado lo positivo de este cambio porque ningún superhéroe conocido ha desarrollado una relación tan simbiótica con su ciudad, tan enraizada en su carácter y en la historia de su propia familia, como lo ha sido Batman y su Gotham City. De hecho, se acabaría convirtiendo en un modelo a seguir con otros personajes de DC Comics en décadas posteriores, como es el caso de Green Arrow, Green Lantern o Flash a los que se ha intentado dotar de una comunión parecida con sus respectivas ciudades. Por supuesto, en el caso de Batman y Gotham City esto ha sido un proceso, algo que hemos podido ver a lo largo del tiempo, un elemento heredero de la novela negra y de los cómics de justicieros enmascarados del primer cuarto del siglo XX. En concreto, destaca el The Spirit y la Central City creadas por Will Eisner, publicado paralelamente al Batman de Bob Kane y Bill Finger, y en las que su personaje se fundía con el entorno y la fisonomía de la ciudad.
En el caso de Batman su ciudad no deja de ser una proyección sus propias necesidades, las de un antihéroe cuya génesis resultaba una amalgama de la cultura popular imperante en los años veinte y treinta del pasado siglo, inspirado y definido a través de películas como La Marca del Zorro protagonizada por Douglas Fairbanks, personajes del género pulp como Doc Savage y The Shadow y referentes de época como el Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle o el Drácula de Bram Stoker. Por ello, era lógica y natural su ubicación en una gran urbe corrupta, decadente y asediada por la delincuencia, repleta de vilanos con trastornos psicológicos que a lo largo del tiempo se han convertido en una interesante y recurrente galería frenopática de personalidades extremas como el Joker, Dos Caras, Catwoman o El Pingüino. Estos mismos han desarrollado su propia y personal relación con una Gotham City que después de más de setenta años de relatos parece seguir ocultando innumerables secretos y misterios bajo sus cimientos como ya demostraría Alan Moore en su estancia en La Cosa del Pantano. Por supuesto, a lo largo de la historia de Batman, Gotham City se ha ido modelando según la época no siguiendo en la ficción, por tanto, un recorrido lineal ni asumiendo desde un primer momento esa opresiva y oscura estética gótica que sólo ha acompañado al personaje en sus últimas décadas.
De esta manera, en sus inicios, en los años cuarenta, como simple duplicado de la ciudad de New York la representación de Gotham City, establecida por Bill Finger y Dick Sprang e inspirada en el trabajo del influyente arquitecto estadounidense Hugh Ferriss, apostaba claramente por las líneas sólidas y duras del art déco que encajaban a la perfección con el carácter de un personaje que en sus primeras apariciones había demostrado ser bastante siniestro para la época. Esta visión de la ciudad se mantendría incluso cuando, con la llegada de su compañero Robin, un elemento que pretendía aligerar el tono de las historias del personaje, se produciría una clara y progresiva inmersión de sus aventuras en el surrealismo y la ciencia ficción más extravagantes. Esto último ocurriría sobre todo a partir de la década de los años cincuenta, en un intento de adaptarse a la pérdida de popularidad del género superheroico Gotham City se vería asediada por extraterrestres, aventuras espaciales, monstruos o secundarios tan estrafalarios e inclasificables como Batmito cuya presencia en la época moderna, anecdótica aunque destacando, por ejemplo, sus paseos por la serie Superman/Batman con guiones de Jeph Loeb o en la serie de animación El Intrépido Batman, sólo un autor a la zaga como Grant Morrison ha intentado justificar y relacionar con la historia de el Caballero Oscuro con cierto éxito.
Esto haría que Batman se desprendiese, poco a poco, de cualquier ambigüedad y profundidad, renunciando al tono detectivesco que había cultivado en sus primeras andanzas, y sin ningún elemento destacado que hiciese destacar especialmente a sus historias del resto acabó situándose en lo más bajo de su popularidad ya principios de los años sesenta. La intención de salvar así la censura del Comics Code Authority le había salido mal al personaje, como al género superheroico a grandes rasgos, y los autores que entraron en contacto con él mostraron su incapacidad para adaptarlo y reinventarlo a la nueva realidad. Este irreconocible Batman caería en una espiral kitsch y de estética camp, en la que Gotham City era poco menos que un decorado de cartón piedra como cualquier otro, una auténtica inspiración para la posterior y popular serie de televisión protagonizada por Adam West y Burt Ward. Pero, precisamente, a mediados de esta década se produciría una voluntad de cambio, lo cual, viéndolo en retrospectiva, seguramente salvó al personaje de caer en el olvido más absoluto.
En las oficinas de DC Comics, dispuestos a levantar las ventas, se marcaron la intención de regresar a sus orígenes, y en este punto merece mención especial la labor de actualización y recuperación realizada por el guionista John Broome y el dibujante Carmine Infantino que ya había realizado una labor similar con Flash unos años antes con gran éxito. Estos, a partir de 1964 y a instancias del editor Julius Schwartz, redefinieron al personaje a los nuevos tiempos desechando de sus historias todo lo superfluo y los elementos chirriantes, como el mencionado Batmito, y que no encajaban con el tono de novela detectivesca al que ahora se quería retornar. Esto sería llevado a otro nivel a partir de 1969 por la fantástica pareja formada por el escritor Dennis O’Neil y el aplaudido artista Neal Adams los cuales siguiendo los pasos ya establecidos por sus antecesores acabarían por forjar la conciencia de vengador oscuro del personaje, y una prueba indirecta de ello es la creación del Asilo Arkham en el Batman #258, un elemento más en la ya amplia geografía de la eternamente corrupta Gotham City a la que regresaban con más fuerza que nunca las sombras y los oscuros y húmedos callejones.
que se construya algo en esta ciudad»
El lavado de cara cuajo con Dennis O’Neil y Neal Adams y las ventas remontaron pero sólo mientras la mencionada serie de televisión de Adam West y Burt Ward se mantuvo en antena. Los malos números regresaron cuando esta finalmente fue cancelada. Habría que esperar hasta casi finales de los años ochenta para observar un cambio de tendencia, un punto de inflexión marcado por la publicación en 1985 de la miniserie Crisis en Tierras Infinitas de Marv Wolfman y George Pérez que dejaría abierta la puerta y el campo abonado a un autor como Frank Miller para firmar un año después su revolucionario cómic El Regreso del Caballero Oscuro. La interpretación del personaje ofrecida por Frank Miller, un héroe crepuscular en un futuro no muy lejano y enfrentado a su última cruzada, se convirtió en un extraordinario éxito que ha perdurado hasta el presente tanto a nivel de ventas como en calidad de referente e inspiración. En esta historia encontramos una Gotham City terrenal, sucia, gris más que oscura, y supeditada a la presencia asfixiante y enfermiza de Batman, un ciudad movida más que nunca por su corrupción.
El cómic serviría para que en DC Comics confiasen en Frank Miller para relanzar al personaje en una línea más clásica, en una nueva perspectiva que se acabaría materializando en el Batman: Año Uno que este firmaría en 1987 junto al dibujante David Mazzucchelli, posiblemente elegido por su estilo de dibujo más convencional respecto al que se había exhibido en El Regreso del Caballero Oscuro, y convirtiéndose pronto esta obra en el canon a seguir para los relatos venideros del personaje. En esta historia Gotham City estaba estrechamente emparentada con la esencia misma del personaje, Frank Miller enfrentaría a Batman a la encarnación más real, sórdida y cruda de su ciudad hasta el momento, obligándolo a mimetizarse con ella para poder llevar a cabo su misión justiciera. Por otro lado, en 1989 se estrenaba la primera entrega del Batman de Tim Burton, una historia que tomaba más como referencia El Regreso del Caballero Oscuro y no tanto Batman: Año Uno, lo cual acabaría siendo decisivo para la definición del personaje, de los cómics futuros y de la imagen proyectada como icono popular que Batman arrastraría casi hasta la actualidad. En la película de Tim Burton, Anton Furst y Young Peter se encargarían de la dirección artística, la cual les valdría ganar el Oscar en esa categoría, proyectando una Gotham City heredera del film noir, majestuosa, excesivamente recargada de estatuaria de referencia art nouveau y planteada, en general, como una versión gótica de la famosa Metropolis de Fritz Lang.
En los cómics, esta dos visiones, la más fantástica y mágica de Tim Burton, y la más sórdida y realista del Batman: Año Uno de Frank Miller, se irían alternando, cuando no entremezclando, en los largos y prósperos años venideros. Mientras, a raíz del fenómeno de las películas de Tim Burton, nacería la mítica serie de animación de Bruce Timm, Batman: The Animated Series, presentando en ella una Gotham City a medio camino entre la concepción burtoniana de la misma y el homenaje a la arquitectura de diseño art decó de Hugh Ferriss ya vista en los primeros cómics del personaje. Esta dualidad quedó tan arraigada en el imaginario del personaje que ni siquiera las posteriores películas de Joel Schumacher, las cuales añadirían un evidente elemento kitch y cyberpunk a Gotham City, apenas influyeron en la percepción ya forjada e instalada en los cómics de Batman de esta época en los que, por otro lado, el personaje se mostraba cada vez más brutal y excesivo.
Es entre finales de los años ochenta y noventa cuando Batman se convierte definitivamente en un icono, lo cual queda demostrando en los cómics con las múltiples y variadas interpretaciones que del personaje aparecerán editadas por DC Comics, mediante series limitadas, one-shots o elseworlds de todo tipo, en los que no necesariamente este ejercía como protagonista, y remitiendo algunas de estas historias y relatos al surrealismo improbable y la estética noir de las primeras décadas de vida del Caballero Oscuro. De esta manera tenemos obras como Gotham by gaslight (1989) de Brian Augustyn y Mike Mignola en la que conocíamos una encarnación del personaje en los tiempos de Jack el Destripador, Batman & Drácula (1991) de Doug Moench y Kelley Jones en un título que lo dice todo y que exploraba las similitudes entre ambos personajes, Batman: Holy Terror (1991) de Alan Brennert y Norm Breyfogle ambientada en una ficticia América convertida en colonia británica y administrada por un férreo y corrupto gobierno teocrático, Scar of The Bat (1996) de Max Allan Collins y Eduardo Barreto situada en los años de Al Capone, Gotham Noir (2001) de Ed Brubaker y Sean Phillips planteada como una película de género negro, Superman: Hijo Rojo (2003) de Mark Millar y Dave Johnson en la que aparece un Batman convertido en un icono revolucionario ruso contra el gobierno comunista representado por el Hombre de Acero o Batman: The Golden Streets of Gotham (2003) de Jen Van Meter, Cliff Chiang y Tommy Lee Edwards en la que Batman se convierte en un héroe durante la Revolución Industrial.
En estas historias, como es normal, también solemos encontrar diferentes interpretaciones de Gotham City, normalmente manteniendo una atmósfera oscura y opresiva, pero con ambientaciones tan llamativas como la victoriana de Gotham by gaslight con los excelsos lápices de Mike Mignola, la inspirada en las películas de terror de la Hammer de los años cincuenta y setenta del Batman & Drácula de Doug Moench y Kelley Jones o, por supuesto, las cercanas al género negro más puro como Gotham Noir de Ed Brubaker y Sean Phillips o Scar of The Bat de Max Allan Collins y Eduardo Barreto. Estas historias demostraban la fuerza icónica de la creación de Bob Kane y Bill Finger que se había sobrepuesto a décadas pasadas hasta encontrar su lugar en el mundo del cómic y en la cultura popular convirtiéndose en uno de los personajes de ficción más reconocibles del pasado siglo XX. En tiempos más recientes, en el año 2005, el director Christopher Nolan acabaría por confirmar esto con su nueva trilogía sobre el personaje que inauguraría Batman Begins, una interpretación supuestamente más realista del personaje e inspirada a grandes rasgos en el Batman: Año Uno de Frank Miller.
y en las de Christopher Nolan (abajo)
La concepción de Gotham City en esta película, tomando elementos y aspectos concretos de ciudades reales como Chicago, Pittsburgh, Londres, Vancouver y, por supuesto, New York, sería la contrapartida a la acartonada y gótica perspectiva de los antiguos films de Tim Burton algo ya desfasados a principios del siglo XXI. Las películas posteriores, The Dark Knight y The Dark Kight Rises, tomarían elementos de obras claves del enmascarado como La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland o El Largo Halloween de Jeff Loeb y Tim Sale y de sagas modernas como La Caída del Murciélago o Tierra de Nadie, pero la ciudad de Gotham City mantendría un mismo perfil austero, sobrio y eminentemente racionalista y suburbano. Esta no es más que una visión, entre tantas otras posibles del personaje y de una Gotham City que, sea en la forma que sea, seguirá estando ahí pues, como comentaba Chip Kidd, autor responsable de Batman: Arquitectura Mortal, «es tan vital para la personalidad de Batman como la de Bruce Wayne» y esto es así porque nadie puede negar que «es un elemento clave en la mitología de Batman».
El Caballero Oscuro y El Mundo del Mañana
Y mis esperanzas.
Como siempre»
La presente Batman: Arquitectura Mortal supone el debut como guionista del diseñador y escritor estadounidense Chip Kidd, autor conocido por su trabajo como portadista para libros de novelistas tan destacados y variados como James Ellroy, Michael Crichton, Cormac McCarthy o Haruki Murakami. Por otro lado, Chip Kidd también ha trabajado en otros proyectos como escritor, supervisor y editor de algunas publicaciones relacionadas con DC Comics como Bat-Manga!: The Secret History of Batman in Japan, Mythology: The Dc Comics Art of Alex Ross, The Complete History of Batman, Superman and Wonder Woman o The Golden Age of DC Comics: 365 Days. Por alguna de estas obras y otras como Batman: Animated, al lado de Paul Dini, Jack Cole and Plastic Man: Forms Stretched to Their Limits , en colaboración con Art Spiegelman, o Peanuts: The Art of Charles M. Schulz, Chip Kidd ha recibido varios premios Eisner, entre 1999 y 2004, en las categorías de Mejor Libro Relacionado con Cómics y Mejor Diseño de Publicación.
En otros campos, cabría mencionar también la puntual participación de este autor en algún capítulo de la serie animada Batman: The Brave and the Bold y, por supuesto, el objeto aquí de nuestro interés: la novela gráfica Batman: Arquitectura Mortal realizada junto al dibujante inglés Dave Taylor. Para más antecedentes, por si en su bibliografía no queda suficientemente claro, Chip Kidd es un experto y apasionado de la historia, personajes y publicaciones de DC Comics, especialmente de Batman y sus dorados años cuarenta con las primeras historias firmadas por Bill Finger y Bob Kane previos a la aparición en el Detective Comics #38 de su joven compañero Robin. No resulta extraño, pues, comprobar como a la hora de plantear su primera historia de Batman como guionista, Chip Kidd se haya decantado por un nada velado homenaje a estos primeros tiempos del personaje enclavados en la llamada Edad de Oro del cómic estadounidense. La oportunidad para escribir a su personaje de ficción favorito le llegó a Chip Kidd por mediación de Neil Gaiman y Dan Didio que le animarían a ofrecer su visión propia y personal del Caballero Oscuro, un reto que el autor acabaría aceptando y llevando a buen puerto.
Entre todas las opciones posibles, Chip Kidd decidió convertir a Gotham City en el centro de la trama, muy apegada a la historia real de New York en este caso, ya que su inspiración le llegaría a través de dos sucesos históricos como son la demolición estación Pennsylvania en 1963 y el derrumbe en 2008 de una grúa en el centro de Manhattan. La primera resultó ser una herida profunda en la conciencia arquitectónica de la ciudad, derivando en los primeros estatutos de la preservación arquitectónica de la ciudad, y el segundo un desgraciado accidente que acabaría matando a una persona e hiriendo a otras varias. Estos dos sucesos, sin relación alguna entre sí, sirvieron a Chip Kidd para concebir una historia de corte detectivesco en una Gotham City de corte clásico y majestuosa la cual oculta eficientemente sus secretos porque, como comenta el guionista y diseñador del proyecto, «Batman funciona mejor cuando la codicia y la corrupción están en marcha». En relación al Batman de Chip Kidd, su personalidad también se remite a sus orígenes, más cercana a la de personajes como El Zorro o de The Shadow, «me encanta la idea de que Batman no oculte el hecho de que nació en una buena familia», comenta el guionista y diseñador respecto a esto, «y que, a su manera, tenga buenos modales».
En el apartado gráfico, Chip Kidd es también el encargado de la planificación encauzando las energías del británico Dave Taylor, el cual asegura que Batman: Arquitectura Mortal ha supuesto para él «meses de investigación y recopilación de referencias, de experimentación y desarrollo». El resultado es un estilo muy diferente a lo que de él podíamos conocer anteriormente en algunos números de series como Batman: Shadow of the Bat, Batman & Superman: World’s Finest o, sobre todo, en algunas historias de Juez Dredd para la mítica revista 2000 AD. En términos generales, Dave Taylor describe las influencias de sus lápices como herederas, por un lado, del arte victoriano y de finales del siglo XX, y por otro, de Moebius y algunos ilustradores italianos y españoles, así como compañeros y artistas de 2000 AD como Carlos Esquerra, Mike McMahon y Brian Bolland. En este caso, como apuntábamos, su dibujo parece alejarse de sus habituales referentes, en una propuesta a instancias de Chip Kidd ejerciendo como director artístico de la obra a la búsqueda de un tono que, como bien se hacía eco el compañero Iván Rivas hace unos meses con motivo de la publicación de Batman: Arquitectura Mortal en Estados Unidos, «fuera como la gran película de Batman de los años 30 que nunca llegó a filmarse, parte Metrópolis (Fritz Lang, 1927), parte La ley del silencio (Elia Kazan, 1954) y parte El manantial (novela de Ayn Rand, 1943)».
El dibujo de Dave Taylor está realizado a lápiz y carboncillo, «con lápices de toda la vida, primero en azul y luego «entintado» con grafito», como explica él mismo, utilizando el ordenador para el acabado final en relación al sombreado y coloreado. La arquitectura, por otro lado, es una parte muy central de la trama, a través de la que Chip Kidd y Dave Taylor delinean y planifican una Gotham City con una personalidad muy marcada en la que se conjuga la tendencia gótica de las películas de Tim Burton, la imaginación y la innovación de corte modernista, y los aspectos más clásicos de los cómics de los años cuarenta de Bill Finger y Bob Kane en los que la figura del arquitecto Hugh Ferriss sigue siendo una potente fuente de inspiración. No por casualidad el cómic va dedicado a su persona así como a la de Andrew Loomis, pintor, ilustrador y autor destacado de la primera mitad del siglo XX que ha ejercido una fuerte influencia en artistas del mundo del cómic como Alex Ross, Dick Giordano o Steve Lieber. Teniendo estos referentes en la cabeza Chip Kidd ha utilizado Batman: Arquitectura Mortal para poner en práctica algunas de sus ideas en el campo de la arquitectura, plasmando conceptos y desarrollando una jerga propia para darle un tono muy realista a este aspecto del cómic. El arquitecto profesional Bart Voorsanger ha asesorado la puesta en escena en la que Dave Taylor proyecta una Gotham City majestuosa, misteriosa y llena de glamour, una interpretación más para una ciudad tan famosa y conocida como el mismo héroe que la ha protegido durante ya más de setenta años.
Guión: Chip Kidd
Dibujo: Dave Taylor
Edición España: ECC Ediciones
Contiene: Batman: Death by design USA
Formato: Tomo cartoné de 112 páginas
Precio: 13,50€
Valoración:
Da igual. Eres el cebo. Vive con ello.
Aunque también podría ser lo contrario»
Ningún personaje tan longevo como Batman, la mítica creación de Bill Finger y Bob Kane, ha conseguido nunca escapar a su pasado y menos cuando este ha quedado ya tan atrás que pueda parecer olvidado porque, de hecho, cuanto más prolongado en el tiempo sea su éxito tantas más necesidades de acercarse y mantenerse fiel a sus orígenes se presentarán en el camino. Hay elementos básicos en la historia de Batman, los que han acabado configurando su interesante mitología, que de una manera u otra siempre estarán presentes en sus cómics, incluso cuando él mismo no sea el protagonista, como pueden ser su drama personal o su relación con la ciudad de Gotham City ya tratada en anteriores apartados. Por ello, propuestas como Batman: Arquitectura Mortal de Chip Kidd y Dave Taylor resultan lo más natural del mundo, sobre todo cuando hablamos de uno de los personajes más icónicos de la cultura popular moderna. El justiciero y antihéroe, el hombre de negocios que imparte justicia por las noches bajo el manto del murciélago en las calles de Gotham City, ese es el perfil del Batman de Chip Kidd, más cercano al personaje de corte pulp de sus inspirados inicios y casi opuesto al consagrado e implacable superhéroe de nuestros días.
En el Batman: Arquitectura Mortal de Chip Kidd y Dave Taylor encontramos un interesante proyecto, homenaje y planteamiento experimental casi a partes iguales, siendo precisamente su factura visual y atmósfera uno de los puntos más fuertes de un cómic cuya historia, como ya hemos dicho anteriormente, tiene la arquitectura y Gotham City como grandes protagonistas. El homenaje a la Edad de Oro del cómic de superhéroes estadounidense es evidente y palpable en cada página de un cómic en el que Chip Kidd elabora un relato ligero de corte detectivesco, con un perfil en el cual se otorga tanta importancia a la faceta de empresario playboy de Bruce Wayne como a la labor de su álter ego Batman, aquí más emparetando como hemos comentado ya con personajes como The Shadow y El Zorro, un héroe con coraje pero aún inexperto y aficionado a los gadgets más improbables e imposibles. La mitología del personaje se reduce a sus orígenes, a su esencia más remota por así decirlo, funcionando Batman: Arquitectura Mortal como una suerte de «Año Uno retrofuturista» comparado a menudo con películas como The Rocketeer (1991) de Joe Johnston o, sobre todo, Sky Captain y El Mundo del Mañana (2004) de Kerry Conran. En este sentido, el argumento acompaña con su fluidez y sencillez la atmósfera gráfica creada, aunque no por ello la historia resulta carente de giros argumentales y una retórica en la que se adivina una narración ligeramente más compleja de la presente en los cómics de la época de Bill Finger y Bob Kane.
Por otro lado, los diálogos, la historia y sus recovecos, todos ellos sirven en Batman: Arquitectura Mortal para ofrecer una visión de Gotham City no carente de inventiva e imaginación, y la elección de Dave Taylor para asentar sus cimientos se comprende cuando observamos los paralelismos entre su trabajo en la presente obra y otros anteriores, especialmente, su cuidada interpretación de la Mega-City de los cómics de Juez Dredd que debió llamar la atención de su compañero Chip Kidd. Por su parte, este último, en un principio, no tenía entre sus esquemas utilizar a los villanos clásicos de las aventuras del Caballero Oscuro pero en Batman: Arquitectura Mortal encontraremos la presencia del Joker, un elemento realmente accesorio en la trama, introducido finalmente por el guionista por temor a que esta fuese su única oportunidad de hacerlo. En este caso, el Joker plasmado por los lápices de Dave Taylor se inspira directamente en la caracterización del actor Corad Veidt como Gwynplaine en la película muda El hombre que ríe (1928) que adaptaba a su vez la novela del escritor francés Victor Hugo del mismo título y que Jerry Robinson y Bon Kane utilizaron ya en su día como base para las primeras apariciones del archienemigo por excelencia de Batman. Entre los personajes de nuevo cuño tenemos a Exacto, un misterioso antihéroe cuyo aspecto pulp encaja a la perfección en la estética del cómic y con las intenciones del relato al mismo tiempo que resulta bastante complementario con el espíritu de nuestros tiempos presentes.
No obstante, nunca se debe perder de vista que Batman: Arquitectura Mortal es ante todo un ejercicio personal de nostalgia, una propuesta que intenta mimetizar las características de una época, presentando los mismos defectos y virtudes que podríamos encontrar en las historias de Bill Finger y Bob Kane, pero siendo conscientes de los primeros y jugando con ellos premeditadamente e intentando ensalzar las segundas sin salirse de las directrices del proyecto. Esta es una obra que nos fascinará en lo gráfico, con esos trazos a lápiz verdaderamente inspirados de Dave Taylor, sencilla puesta en escena y no carente de espectacularidad, pero en lo argumental sólo podremos conectar con el relato si asumimos el homenaje que viene a representar a un personaje convertido en leyenda ya hace décadas. De esta manera, Batman: Arquitectura Mortal puede ser una de las interpretaciones más personales que hemos conocido de Batman en bastante tiempo, una obra que se suma a una larga lista de historias, emplazadas en mundos alternativos y realidades paralelas, que han servido para explorar y engrandecer el mito del Caballero Oscuro. Es uno de esos cómics cuyo planteamiento, por sí mismo, obliga ya a una primera lectura, y que posteriormente podremos, posiblemente, reconocer como un pequeño clásico en el que la pareja formada por Chip Kidd y Dave Taylor nos hacen dudar sobre quién fue antes: Batman o Gotham City.
A sus pies, señor Georg T. Brown, ¡a sus pies! Una de esas reseñas espectaculares que os marcáis a veces, tan imprescindibles para obras de esta peculiaridad. Aparcada en mi lista de la compra, Arquitectura mortal ha subido puestos en el orden de preferencia gracias a este enorme «trabajo de investigación».
Muchísimas gracias y enhorabuena.
Je, justo lo leí anoche. Antes que nada, sensacional artículo. Para mí una de las grandes virtudes de Batman es su relación tan estrecha con Gotham, y siempre es interesante saber más de ello.
Si debo quedarme con una imagen de Gotham en concreto, elegiría sin dudar la de la serie animada, me encanta esa estética art decó. También me gusto muchísimo en términos de urbanismo la Gotham de Nolan(que creo ha influido claramente en este cómic).
Ya hablando de Batman: Death by Design (no es una mala traducción, pero el título queda mucho más elegante en inglés 😉 ), es una historia correcta, que juega bien sus bazas(a mí me gustado como han incorporado al Joker en la trama,, es más, el momento «Hola Cyndia. Chilla.» ha sido de mis favoritos), pero que donde se hace fuerte claramente es en el magnífico dibujo, así como (obvio) la arquitectura, tanto de edificios como del propio dibujo(la página con Cyndia atada al reloj es simplemente magistral). Como digo, es una buena historia, pero solo la recomendaría a sibaritas del dibujo, hay historias de Batman mejores por ahí.
Pues no me lo iba a comprar pero me ha picado la curiodad gracias a esta reseña, muchisimas gracias.
Y queria comentar las Gothams del cine que has puesto en las fotos, preciosa la de Burton, para mi la mejor de todas las versiones, para las pelis de Nolan pega una ciudad «realista» pero pierde toda esa magia, yo la verdad es que por esos detalles que tienen las de Burton y no las de Nolan casi que me quedo con las de Burton.
Bueno,la de Burton y la de Bruce Timm 😉
Lejos de mi intención cuestionar la magnífica reseña de Jordi, pero os advierto de que hace parecer al cómic mejor de lo que es solo por lo currada que está. Historia normalita, muy Golden Age, con un dibujo excepcional.
Pues Jordi si me permites una sugerencia, tambien podias haber metido la ciudad de Batman Arlham City, es espectacular y es donde realmente se aprecia mejor la ciudad,puesto que paseas por sus calles, visitas los lugares mas emblematicos (industrias ACE, el callejon del crimen, la comisaria…) y no hay mada mejor que subirte a lo alto de un edificio y contemplar la ciudad o surcar los aires mientras planeas 🙂 que juegazo…pero lo que he dicho antes, gran reseña 😉
Enhorabuena por la reseña: coincido con el punto de vista del autor respecto de Batman, su ciudad y la evolución «postmoderna» de ambos a lo largo del tiempo.
El cómic, recomendable. No es la repanocha, pero es entretenido y visualmente acojonante. A mí, que me flipan tanto el pulp como el art decó de los 30-40 como el Batman más pulpfictionero, me van estos experimentos.
Y ya que estamos con Chip Kidd, aprovecho para recomendar sus libros sobre Batman. En especial el «Batman: La Serie de Animación» que hizo con Paul Dini: anda por ahí en apañol y es una puta gozada.
Muchas gracias por los comentarios 😉
«Lejos de mi intención cuestionar la
magnífica reseña de Jordi, pero os advierto de que hace parecer al cómic
mejor de lo que es solo por lo currada que está. Historia normalita,
muy Golden Age, con un dibujo excepcional.»
Eso no es cuestionar Kravinoff, es una puntualización 😉 Desde luego, el fuerte de este cómic es su peculiar apartado gráfico, aunque este va muy relacionado con la trama, no por nada Chip Kidd es diseñador antes que guionista, pero también es un proyecto que deja muy claro desde un primer momento lo que nos vamos a encontrar: un homenaje a la Edad de Oro del personaje con todo lo que ello supone. En ese aspecto, la historia funciona muy bien, si esa simpleza y falta de pretensiones la viese en otro tipo de historia la valoraría de otra manera pero teniendo en cuenta sus intenciones creo que consigue sus objetivos. Pero claro, si ya no podéis con la narrativa de la época, o no tenéis empatía con los relatos de esa época, mejor no acercarse a esta obra a no ser que estéis complemetamente fascinados por su apartado gráfico.
«Pues Jordi si me permites una sugerencia, tambien podias haber metido la ciudad de Batman Arlham City»
Supongo que sí pero la verdad no caí en ello porque no he jugado a los juegos todavía así que me centré el lo que conocía un poco mejor que son los cómics y las películas. Si un día lo hago me servirá para complementar el artículo.
Dicho esto, yo soy muy de la Gotham de Tim Burton, creo que es la que convirtió en icono la ciudad, la puso a la altura del personaje, cuando no por encima, y es difícil de olvidar, las películas de Christopher Nolan tiene sentido su apuesta pero es difícil que te haga olvidar en ese aspecto a las películas anteriores. No obstante, me encanta también la versión «transilvana» de Batman & Drácula, aunque no tenga mucho que ver con la tradición habitual del personaje.
Jordi yo le tengo muchas ganas a Batman vs Dracula, lo recomiendas o no? He leido muy malas criticas y aunque no me encante Kelley Jones (su Batman en Batman:Troika no me gustaba mucho aunque era soportable), a mi el rollo de los vampiros y eso me atrae y me gusta mucho la peli de Batman vs Dracula y estoy en duda :/
No soy la persona más objetiva para hablar de Batman & Drácula, porque para mí es uno de mis cómics preferidos del personaje, conjuga la esencia de los elseworlds con el cine de terror clásico y enlaza paralelismos entre ambos personajes que demuestran que realmente tienen más parecido del que pueda parecer y eso a mi particularmente me parece muy interesante.
En realidad, me parece un cómic algo tarantinesco, si que argumentalmente la serie acaba siendo muy simple a media que se suceden las miniseries, pero en esa simpleza a mí me parece ver mucho más, un día de estos tengo que publicar una artículo sobre el cómic, en realidad recuperar uno que escribí en su día en mi blog y que me gustaría actualizar aunque no lo he hecho aún porque es un análisis en profundidad donde reviento toda la trama (que tampoco es lo más importante del cómic).
Y, fijate, a mi el trabajo de Kelley Jones en este cómic me encanto, remite muy bien a las películas clásicas de la Hammer, es muy iconográfico y deja escenas bastante perdurables, me parece que es muy diferente a Batman: Troika porque esta interpretado de otra manera y el entintado de Malcolm Jones III creo que le favorece mucho. En todo caso no creo que sea un cómic fácil de encontrar ahora mismo y la película, no la he visto, pero de lo que he atisbado no tiene mucha relación con lo escrito por Doug Moench, ni tiene el tono sórdido ni el gore del cómic, ni la historia se parece en nada aunque sólo me baso en algunos minutos vistos y algún trailer.
Solamente con decir que te parece «tarantinesco» me has ganado jajaja Y si dices que el dibujo mejora (he estado buscando un par de imagenes y parece ser que mejora muucho y menudo Espantapajaros dibuja el tio) voy a buscar el comic como un loco y muchisimas gracias por la respuesta a modo de mini analisis, me fio mucho de tu criterio.
Y esperando estoy a que recuperes o escribas una reseña del comic! 😉
«Batman + Dracula» es un cómic que no he conseguido acabar de leer. Kelley Jones es superior a mis fuerzas y el tebeo se me hace aburriiiiido.
Y me mola Batman. Y me mola Drácula. Y me mola la Hammer y el expresionismo y el relato gótico. Pero con ese tebeo no puedo, macho xD
Sobre Gotham: yo también soy de la versión burtoniana más que de la nolaniana (y del Batman «fantástico-pulp» antes que del «realista»), aunque de quedarme con una me quedo con la fusión retrofuturista de expresionismo, art decó y noches de cielos rojos de la serie de animación noventera.
Valdi, si con Batman/Drácula te refieres a «Lluvia Roja», éntrale a ojos cerrados. Después se hizo una continuación llamada Tormenta de Sangre que entretiene pero está lejos del primero. Lluvia Roja sigue estando entre mis favoritos de Batman pese a haberlo leído hace ya más de 15 años. Nota aparte la preciosa edición de Zinco en tapa dura con una cubierta enteramente negra con los colmillos de Drácula en rojo y sobrerrelieve.
Ups, olvidé comentar lo magnífica de la reseña. Me encanta Batman y me encanta el pulp, por lo que este libro está destacado en mi lista apenas supe de su existencia (gracias a este sitio), pero luego de la reseña quiero tenerlo ya, serán largos los 2 o 3 meses de espera en que llegue a Chile
Buff, siempre estoy que sí que no con este comic. El dibujo es impresionante, y la verdad es que me encanta el urbanismo y cuando se entremezcla la ciudad con los personajes, ya sea en comic como en literatura, cine, música… Pero nunca termino de decidirme.
Anyway, fabuloso artículo Jordi, muchas gracias. Eso sí, quizá faltó hablar un poco de la costumbre noventera de sumirla en catástrofes varias, pero vamos ¡porque soy un puñetero puntilloso! XD
No sé donde leí que en los sesenta DC daba la indicación de dibujar Metrópolis como el Nueva York de los rascacielos y Wall Street y Gotham como el Nueva York sucio y suburbial, el de Little Italy, Brooklyn, etc.
Pues yo estoy como Sputnik, Batman es mi personaje de cómic, favorito, Drácula es mi personaje histórico (y ficticio dentro del vampirismo) favorito y la Hammer Films es mi productora favorita, pero Kelley Jones me parece el peor dibujante de la historia y su Batman simiesco con una cortina echada por encima que quema las corneas, lo siento pero es que no puedeo con él.
Armin Tamzarian
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Pues yo estoy como Sputnik, Batman es mi personaje de cómic, favorito,
Eso lo dices solo de boquilla para mantener el espeto de los parroquianos habituales, aquí todo el mundo sabe que tu supes favorito es Deadpool, seguido por Punisher y en un tercer y meritorio puesto, Ghost Rider.
Las versiones de Gotham City vistas en las películas de Tim Burton (arriba)
y en las de Christopher Nolan (abajo)
Hay un error en este párrafo, solo la de Tim Burton es un Gothan trasplantada al cine, la de Nolan es cualquier ciudad estadounidense contemporánea.
«Eso lo dices solo de boquilla para mantener el espeto de los parroquianos habituales, aquí todo el mundo sabe que tu supes favorito es Deadpool, seguido por Punisher y en un tercer y meritorio puesto, Ghost Rider.»
Y su productora favorita es la Troma y su personaje histórico (y vampiresco) favorito es Chiquito protagonizando «Brácula».
y su personaje histórico (y vampiresco) favorito es Chiquito protagonizando “Brácula”.
Perdona que te corrija Sputnik, pero todos sabemos que el vampiro favorito del hermano Armin es….
http://www.youtube.com/watch?v=HBel3A1-f2c
¿Quieres caspa vampírica? ¿Pero de la de verdad?
http://www.youtube.com/watch?v=XPnRcuq33EQ
Get over it.
Me ha parecido sentir la llamada y acudo a vosotros…
http://wtfofthedead.blogspot.com.es/2011/10/blaxploitation-vol-1-dracula.html
Reverend tu que entiendes de esto, tienes algo en tu blog,algun especial recomendado pelis de vampiros? Pero pelis buenas,fuera de coñas, buenos clasicos que tampoco sean demasiado gores ni tampoco sean Crepusculo. Espero tu respuesta 🙂
Valdi, a lo mejor no he dejado del todo claro de qué va mi blog, pero no va precisamente de pelis BUENAS (aunque alguna hay en la sección clásicos o en las críticas «formales»). En mi blog están Blácula, Drácula 3000 o Yo compré una moto vampiro.
Eso sí, te recomiendo que te pases por el blog de un chico nuevo, que está empezando y eso… Si buscas la palabra «vampiro» te sale tl que esto, y ahí tienes pa’ elegir:
http://transgresioncontinua.blogspot.com.es/search?q=vampiro
Reverend, a lo mmejor me explique mal antes, lo siento, con lo de «pelis buenas» me referia a clasicos de terror, no queria decir que lo que tu tenias o recomiendas sean malas, si te he ofendido lo siento mucho,no me referia a eso y gracias por la recomendacion
¡»Yo compé una moto vampiro» es tremenda! Me decidí a verla después de ver una escena en la que el prota habla en sueños con un zurullo con cara humana, ahí es nada.
«no queria decir que lo que tu tenias o recomiendas sean malas»
No, si eso te lo ha dicho él a ti. La mayoría de lo que recomienda el bueno de Reverend en su bloj es malo hasta decir muerte, a menos que se esté hablando de Evil Dead. Es como entrar en Cinecutre, con la diferencia de que en Cinecutre parecen odiar las hediondeces que ven y a Reverend se le nota HAMOR por las mismas.
Lo mío es Hamor/Odio. Lo que es mierda pura con pretensiones lo trato como la mierda pura que es. Lo que es mierda pura y sabe que lo es (o debe admitir que lo es) lo trato con todo el hamor del mundo. Caso de «Yo compré una moto vampiro» es evidente xD
Y ahora que citas zurullos humanos, Sputnik…
http://wtfofthedead.blogspot.com.es/2011/10/monstrunos-vol-1-el-zurullo.html
P.D. Valdi, Sputnik me ha entendido: mi blog va de pelis de mierda xD
Joder, Reverend, que una cosa es analizar pelis de mierda y otra muy distinta hacer una crítica de Crepúsculo, esto es muy duro.
(Que por cierto, la versión buena es la del humor fino e inteligente de El Bananero
http://www.youtube.com/watch?v=znAYEihMda8 )
El de Crepúsculo es Armin; yo el de Drácula Negro.
Creo que ese vídeo y el de I-Van de El Bananero los he visto ya unas 5 veces enlazados en ZN xD Casi tantas como las que nos vamos de OFF-TOPIC.
¿Batman qué tal por Gotham?Sigue ahí, con arquitecturas y cosas mortales?
«¿Batman qué tal por Gotham?Sigue ahí, con arquitecturas y cosas mortales?»
Y con mapas para no perderse: http://batmangothamcity.net/gotham-city-map-archive/
«solo la de Tim Burton es un Gothan trasplantada al cine, la de Nolan es cualquier ciudad estadounidense contemporánea.»
De hecho: http://api.ning.com/files/kdSdJ08QVHYdD3ambXeCle2nf5R*1FsKR1uzdxw-yfzcGTaFNOKXBz9270PmU-H3v9zZm71S*HPW0J*Am1PK5d7UI2RXiy4V/GothamCity.OrshouldIsayCHICAGO..jpg
(No me va el linkeador de links, by the way).
Buen artículo, Jordi. A mí el cómic me puso la miel en los labios desde el momento que ví las imágenes de la previa. Además, si hay un personaje al que las historias alternativas y los elsewords sientan como un guante es Batman. Y el cómic me gustó, pero sí que me dejó un pelín decepcionado; o fui con las expectativas muy altas o es que esperaba algo más noir. No es que el guión esté mal, pero sí que es un tanto «flojo»… Carece de intriga; pero tal vez sea (como dice el artículo) que no es tanto una historia de género noir como un homenaje a las primeras historias de Batman. El dibujo, impresionante; y, aún así, también esperaba algo menos luminoso. En la previa me dio la impresión de que las ilustraciones tenían un mayor contraste entre luces y sombras. Y las figuras humanas son un tanto rígidas, sin el dinamismo de un tebeo de superhéroes. Pero, bueno, por poner una pega, vamos, porque la verdad es que a nivel gráfico este es un cómic que cumple sobradamente. Vamos, que probablemente la culpa sea mía por esperar una historia más parecida a la Oscuras Lealtades de Chaykin (aunque con un mayor peso de Gotham como escenario) que a un homenaje al Batman de los años cuarenta.
«En mi blog están Blácula, Drácula 3000 o Yo compré una moto vampiro.»
Las otras no sé, pero para 3000 hay que tener estómago, como para todo en lo que salga Casper Van Dien. Solo merece la pena el descojone al final al descubrir que la Eleniak en realidad es…es…
¡¡¡La madre de Luke Skywalker!!!Naah, para el único punto que tiene no la spoileo, sufridla vosotros si tenéis coj****.¡Jesucristo Cazavampiros es el punto álgido del cine cutrevampiro!¡Me doy de hos**** con quien lo niegue!
A mí Jesucristo Cazavampiros, a pesar de ser simpática y estar hecha con dos duros, la verdad es que me parece un coñacete de peli. Y eso que aparece El Santo, gordo y cascado a más no poder, para alegrar a la concurrencia.
Ya de poner series-b casposas de vampiros, me quedo con «Blacula» y su secuela; la tontería del Drácula de Andy Warhol (que no dirigió él y cuyo título real no recuerdo), el truñete de «Planeta Sangriento» o «Lifeforce» (Fuerza Vital), que resulta que es bastante buena.
Y ya puestos a poner mierdas de El Santo, mejor ir a por las güenas de verdad: «Santo contra las mujeres vampiro», o «Santo en el Tesoro de Drácula» (cuya versión sin censura se llama, tachán tachán, «el Vampiro y el Sexo»).
Vaya truños de pelis me trago, Good Lord.
Y una vez más me forzáis… me forzáis… ¡Jesucristo Cazavampiros es mierda pura de la mala!
http://wtfofthedead.blogspot.com.es/2011/09/casi-muertos-vol-3-jesucristo.html
Creo que es de las pocas pelis que tengo en el blog que son tan malas que no sólo se hacen buenas sino que vuelven a hacerse malas. 360º de mierda en aspersión.
El único momento de Jesucristo Cazavampiros que me hizo decir «ja… mola» ocurre en esa escena en que su madre le habla a través de una estatua de plástico de la virgen que se ilumina según ella habla. No es mucho. De hecho, no es nada.
Ya me callo.
Jesucristo Cazavampiros cambió mi vida! Estoy con Kravi, os desafío al amanecer si mancilláis su honor. La escena en la que dios se aparece en una hamburguesa y Jesucristo dice «papá» es una jodida cumbre del humor.
P.d.: lo peor de todo esto es que seguro ninguno hemos visto ni la mitad de las pelis de Fellini, Truffaut, Kurosawa o Hawks 😆
«La escena en la que dios se aparece en una hamburguesa y Jesucristo dice “papá” es una jodida cumbre del humor.»
Joder, pues si te ves Ciudadano Toxi (Vengador Tóxico 4) igual te pasa como a los ahorcados y mueres empalmado.
O cualquier truñaco cómico de La Troma, vaya. Que cuando se ponen en serio, sus pelis son cutres, chungas y zafias a más no poder, pero están hechas por peña que (a su manera inenarrable) sabe hacer cine. Jesucristo Cazavampiros está hecho por unos tipos que se pillaron unas cámaras xD
Por cierto, y ya que aquí en principio se hablaba de Batman… ¿alguien se ha visto Batsplotation? Salió en españa, y era una recopilación en dvd de las «mejores» explotations de Batman. Rollo «Batman Coreano contra los vampiros kung-fu del futuro» y ñordeces por el estilo.
Lemmy sabe, hombres de poca fe. Si no se os cayó una lágrima al oír
-«¿Por qué lesbianas?»
-«Porque…son retorcidas…como el amor»
NO. TENÉIS. CORAZÓN.
Caray, tremenda reseña. Mis sinceras felicitaciones.
Lo que sí el libro es más de forma que de contenido, en en universo Batman se encuadra en la tónica de El destructor (tres tomos, con ilustraciones de Anton Furst, especialmente en la parte dos, y en la miniserie Gates of Gotham) en donde se privilegia la arquitectura.
O cualquier truñaco cómico de La Troma, vaya. Que cuando se ponen en serio, sus pelis son cutres, chungas y zafias a más no poder, pero están hechas por peña que (a su manera inenarrable) sabe hacer cine. Jesucristo Cazavampiros está hecho por unos tipos que se pillaron unas cámaras xD
O tío, ¿de verdad vamos a discutir de la calidad de este tipo de pelis? Too bizarro for me, brotha.