Las confesiones de Harley
«Sin mí es posible que el Joker que conocemos nunca hubiera existido»
Hoy llega a las tiendas el primer número de una nueva expansión del Murphyverso, que se posiciona tras los acontecimientos de la miniserie La maldición del Caballero Blanco, para centrar toda su atención en Harley Quinn. Un movimiento obvio que tan solo precisaba de tiempo para que se consolidara de manera clara en una nueva miniserie de seis entregas en la que la protagonista deberá hacer frente a su propia condición y al nuevo escenario que azota Gotham tras lo acontecido con Azrael. Un nuevo asesino hace acto de presencia en la ciudad del crimen y Harley es la única que puede entender la mente de mal, pues sabe lo que es habitar en la mente de un asesino.
Sean Murphy, dibujante de extraordinario talento, ha encontrado su particular reducto en este universo de Batman diseñado a su imagen y semejanza. Se trata de un filón al que acude de manera constante desde que gozara de las mieles del éxito con su primera incursión en la que Joker era ensalzado como el héroe de Gotham. El dibujante de Punk Rock Jesús no asume el reto de la parte gráfica en esta nueva incursión, sino que se hace cargo del guion con historias que se mueven a la perfección entre la iconicidad del personaje y a su vez retuercen lo justo y necesario el canon como para poder tener voz propia. Sin embargo, en su labor de guionista todo es demasiado complaciente y alineado con sus intereses como dibujante y eso penaliza a las dos anteriores obras. Su trabajo convence, pero resulta tramposo a la hora de resolver las tramas.
Con esta nueva miniserie, Murphy, deja la parte visual a un excelente Matteo Scalera, que se marca un elegante ejercicio visual con el que trasladar el tono marcado por Murphy en las dos miniseries previas, sin desprenderse de su particular estilo estilizado, de línea fina, trazo recto y ritmo narrativo fluido.
Murphy no esta solo al guion y lo acompaña Katana Collins, con la que ya colaboró en el sexto capítulo del cómic digital Harley Quinn Black&White+Red en julio de 2020, para dar forma a una historia que en este primer número sienta las bases de lo que ha de acontecer en una caza frenética a un asesino de identidad desconocida… ¿o no?
Como primer número funciona bien y permite generar el interés necesario para seguir a bordo de lo que se plantea. Puede que sea algo complaciente con el personaje, que se erige como un ser portentoso de mente analítica capaz de estar por encima de los demás, pero no es nada que no se haya visto antes en historias similares. Así que se debe interpretar más como el tropo necesario para que todo el sistema se ponga a funcionar. Harley está bien escrita, sin estridencias, resultando interesante como sus dudas morales y sus propios traumas, sirven como acicate para que tengamos una historia policiaca a la antigua usanza.
Un número que se disfruta, como todo lo que se ha realizado dentro de este reducto fuera de continuidad de Batman, y que es muy consciente de sus limitaciones argumentales. Un producto placentero y elegante.
Lo mejor
• El aspecto gráfico no hace que se añore a Murphy a los lápices.
• Poder leer a una Harley escrita sin ser una parodia de si misma.
Lo peor
• Comienza muy encorsetada.
Guion - 6
Dibujo - 8
Interés - 8
7.3
Digna sucesora.
Un trabajo que viene a ser la tercera parte de una historia que empezó con un villano siendo un héroe y está llamada a terminar con uno de los personajes más interesantes de todos cuantos han aparecido en la saga del Caballero Blanco. Un inicio que busca activar la curiosidad de lector sin despegarse de los tropos más comunes a este tipo de historias.
