Edición original: DC Comics / Marvel Comics – diciembre 1996
Edición España: Planeta DeAgostini Comics – mayo 1997
Guión: John Byrne
Dibujo: John Byrne
Entintado: John Byrne
Color: Patricia Mulvihill
Portada: John Byrne
Precio: 495 pesetas (tebeo en grapa de sesenta y cuatro páginas)
Cada vez que tengo que abordar la reseña de uno de los encuentros ínter-editoriales entre personajes de
A mediados de la década de los noventa del siglo pasado, «Pataletas» Byrne había retornado a trabajar en una de las compañías principales. Más concretamente, había recalado en DC y se había hecho con las riendas de uno de los iconos de la trinidad: Wonder Woman. En aquellos días, la noticia de que el prolífico autor recalara en tal o cual colección –o en varias a la vez, porque estaba reciente su fama como el tipo que hacía hasta cien páginas mensuales- era motivo de hondo interés. Su importancia en el desarrollo de la industria durante la década de los ochenta y su condición de estrella del medio, le daban también ciertos privilegios a la hora de tratar con las empresas… y también prodigaban muchas espantadas, pero mientras llegaban, tenía la oportunidad de hacer un poco lo que le daba la gana, como este proyecto especial que, en mi opinión, se encuentra entre lo mejor que hizo el caballero en unos años donde empezaba a notarse que la cosa ya no funcionaba como antes.
La historia que presenta Byrne para el encuentro entre el Capitán América y Batman se ambienta en la edad dorada. El caballero oscuro presenta una versión muy cercana a la versión de Tierra 2 en el apogeo de su gloria, en tanto que el vengador abanderado es el que combate contra las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Los Estados Unidos de América acaban de entrar en el conflicto bélico más sangriento de cuantos ha librado la humanidad y el Capi se pasea por los distintos teatros de operaciones (lo que da a Byrne la oportunidad de que Rogers salude al veterano Sargento Rock y a su compañía de perros de la guerra y, de paso, homenajear una vez más al maestro Kirby con alguna gargantuesca máquina bélica nazi). Una orden de la superioridad obliga al cabeza alada y a su colega de batallas,
Maese John utiliza y reinterpreta los elementos empleados en el primero de los grandes encuentros entre Marvel y DC, que estuvo protagonizado por Superman y Spider-Man. De esa manera, juega el viejo truco de los equívocos entre identidades civiles y súper-heroicas. Steve Rogers y Bruce Wayne interpretan sendos papeles, con el fin de pasar desapercibidos y que no se caiga en la cuenta de que son en realidad mucho más de lo que aparentan. Eso producirá las inevitables confusiones que llevarán, por supuesto, al enfrentamiento por error y a la posterior alianza, una vez que el detective de la historia deduzca qué es lo que verdaderamente acontece. También hay intercambio de discípulos, que permiten que Robin salga del ámbito netamente urbanita y que Bucky se mueva en un territorio bien distinto de los campos de batalla.
Mención especial merece la interacción entre los villanos de la historia: el demente Joker –aquí un poco menos chalado y siempre criminal- hace equipo con el Cráneo Rojo, aunando al hampa de Gotham con el brazo ejecutor de los designios de Adolf Hitler. El desarrollo de esta alianza entre estos dos personajes, tan semejantes como diferentes, da lugar a una de las escenas más memorables de este cómic:
En conclusión, tenemos una historia entretenida, divertida y disfrutable, realizada por un autor que empezaba a entrar en el ocaso de su dilatada carrera.
P. S. El Capitán América y Batman volverían a verse las caras en el encuentro entre los Vengadores y la Liga de la Justicia. El tratamiento de Kurt Busiek y George Pérez para este enfrentamiento constituye un ejemplo de la forma en la que hay que contar historias de estos personajes. Por su parte, John Byrne alternaría lo que quedaba de la década y los inicios del nuevo siglo entre Marvel y DC, presentando proyectos de interés y calidad decrecientes, hasta la espantada definitiva de las «grandes» que aún perdura a día de hoy.
Además de ser un estupendo cómic, fue el germen otro trabajo de Byrne, las tres miniseries de Generaciones (que ECC recuperará en uno de los coleccionables que tiene en marcha próximamente)
Me parece que es al reves y que Generaciones precede a este crossover.
Ytengo que decirlo: es gracioso ver la reaccion del Joker y no pensar en el estatus actual del Capitan America.