Batman: Ciudad del Crimen

 

Edición original: Detective Comics 800 a 808 y 811 a 814 USA, DC Comics, enero a septiembre 2005, noviembre 2005 a febrero 2006.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones, enero de 2015.
Guión: David Lapham.
Dibujo: David Lapham, Ramón F. Bachs.
Formato: Cartoné, 288 págs. A color.
Precio: 28,50€.

 

Bruce Wayne no logra percatarse de la llamada de auxilio de una singular joven… y eso desencadena una sucesión de acontecimientos que llega a alcanzar dimensiones grotescas. Un infierno se desata en el Callejón del Crimen. Seis adolescentes mueren de forma horrible. Una madre efectúa una desesperada súplica para que su hija desaparecida vuelva sana y salva a casa. Esas desdichas unen a la ciudad… pero los secretos que revelen podrían hacerla pedazos.

Esto es Gotham City. No todos los villanos llevan máscara. Ni todos los héroes llevan capa. Ni todas las víctimas son inocentes. Y hay secretos que deberían permanecer enterrados.

Que Gotham es un lugar de constante tragedia y desgracia es un tópico por todos conocido, desde luego, no es una noticia novedosa. Pero hasta que David Lapham tuvo la ocasión de escribir esta Ciudad del crimen no habíamos visto más un esbozo. No, no es una exageración. El mítico creador de Balas perdidas aporta su sucia imaginación al universo de Batman, y si habéis leído algo de dicha obra os daréis cuenta al momento que encaja como un guante.

Un crimen, un asesinato más, pondrá en marcha una investigación que va desde los cimientos de la ciudad hasta las más altas esferas, pasando por cada una de las vidas a las que el crimen de Gotham afecta día tras día. La víctima, por una vez, no era alguien anónimo para el Hombre Murciélago, un nombre más de su base de datos, sino una joven a la que poco antes había tenido ocasión de conocer y que se paseaba por las frívolas noches de la alta sociedad lanzando gritos de auxilio, sin recibir la atención que necesitaba. Muy tarde se percata Bruce de que Haddie, a sus catorce años, no era tan superficial como aparentaba, sino que pedía ayuda. Ya no es únicamente su imbatible determinación lo que mueve al justiciero, sino el sentimiento de culpa, Batman hoy es un poco más humano que de costumbre

Una de las virtudes de Lapham es hilar diferentes tramas para crear un enorme tapiz lleno de matices, con poco lugar para las luces y las sombras, donde todo es de un ambiguo gris, un muy reconocible gris. Esa virtud se traslada a Ciudad del crimen, creando un lugar del todo creíble en su crudeza y su dureza, habitado por gente real con secretos reales, unos secretos terribles que pueden desgarrar Gotham.

Porque ese es otro de los puntos que hacen de Lapham un gothamita perfecto: su cruel imaginación. La dramática rutina de los vecinos de la ciudad, así como la de sus criminales, se convierte en sus manos en un escenario escalofriante en el que se desarrollará el misterio de muerte de Haddie, que pronto se revelará como la punta del iceberg de todo lo que está sucediendo en la ciudad bajo la ciudad, en la Gotham que vemos y en la que no. Porque no es todo fachada, no todo es ambientación, existe un misterio real que de salir a la luz puede poner patas arriba la sociedad entera. Pero hay una muerte que vengar, y más que vendrán si Batman no hace su trabajo, y es obvio que pondrá todos los medios a su disposición para hacerlo.

Lapham tuvo que interrumpir su relato por culpa del inoportuno crossover Crímenes de guerra, que daba una vuelta de tuerca a la “muerte” de Stephanie Brown. La pausa duró un mes eterno, pero regresó con fuerza hasta el explosivo final. Y si el guionista apretó el acelerador lenta pero progresivamente, el dibujante Ramón F. Bachs estuvo a la altura del oscuro relato que la cabecera Detective Comics alojó. Pudo con todo lo que le echó: drama humano, crimen, conspiraciones, e incluso habituales como Robin, Mr. Frío, Scarface o el Pingüino hacen acto de presencia sin desentonar con la trama central. Todos estos ingredientes se combinan en una historia que Lapham remata con su prosa descarnada, como si la propia historia no fuese suficiente.

La ciudad se convierte fácilmente en sus manos en ese personaje que todos dicen que existe pero que pocos logran plasmar en viñetas. En la actualidad, demasiado centrados como estamos en «atrapar al villano», pocos se interesan, desde luego, pero Lapham lo hizo casi literalmente (evitemos spoilers). Navegando entre géneros como el terror, drama, noir y aventuras logra una historia en ocasiones impactante y siempre atractiva, conformando una etapa de un año de duración inolvidable para cualquier fan del personaje.

En el aspecto negativo únicamente puedo señalar que el villano de la función tiene elementos en común con más de un enemigo de Batman, lo cual despista y confunde un poco. Un lector habitual de estos cómics dirigirá su atención a esos elementos sin tener por qué, y sin saber que no tiene por qué. Pero si uno se deja llevar por este hipnótico relato esto se convierte en un bache mínimo

Considero que el formato escogido por ECC Ediciones es el más acertado, pues pone esta extensa historia en las estanterías como mejor ha de estar, con su tapa dura y su etiqueta de obra que no te has de perder y que nunca llegará a envejecer mal. La impresión, además, hace que los dibujos detallistas, expresivos y oscuros de Bachs luzcan como merecen, una asignatura pendiente desde la elección de papel de la anterior edición de este material.

Por si no lo tenéis claro: Ciudad del crimen me fascina, por su riqueza de matices y de personajes, por su ambiente hipnótico y a veces incómodo, por su Batman decidido pero torturado. Si no habéis tenido ocasión de leerla antes tenéis ante vosotros vuestra oportunidad.

 Artículo de David Fernández incluído en la edición española por parte de ECC Ediciones

 Artículo sobre Balas perdidas por Javier Agrafojo