Batman: Condenado – Libros 2 y 3

Edición original: Batman: Damned – Book Two and Book Three USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Brian Azzarello.
Dibujo: Lee Bermejo.
Entintado: Lee Bermejo.
Color: Lee Bermejo.
Formato: Cartoné (216×276 mm), 48 páginas.
Precio: 10,95 €

Tú le mataste. Por eso tienes que morir… Una pequeña muerte, que te atormente…

Hace prácticamente un año, os traíamos la reseña USA del primer número de Batman Condenado, que dio el pistoletazo de salida al tan cacareado sello Black Label de DC Comics. Por aquel entonces, comentamos la polémica del pene de Bruce Wayne censurado por la editorial, y que provocó, entre otras cosas, el tremendo enfado del artista Lee Bermejo, que como nos comentó en el último Salón del Cómic de Barcelona, no quiere volver a trabajar para la editorial.

Así pues, más allá de todo esto, lo cierto es que, pese al accidentado comienzo de Black Label, finalmente se ha acabado convirtiendo en un sello importante para la editorial, puesto que absorbe todo el universo Vertigo tras la disolución de éste por parte de la editorial madre. Contra todo pronóstico, y queremos o no, vamos a oír hablar de Black Label durante mucho tiempo, puesto que además de las reediciones de los clásicos de Vertigo, también van a seguir apostando por nuevas obras. Al menos, esperemos que DC lo haga mejor y nos ofrezca historias de calidad y verdaderamente adultas, que no cohíban la libertad de los autores ni de los artistas, y que mantengan un mínimo de coherencia.

En el tomo anterior, vimos cómo la aparente muerte del Joker provocaba ciertos cambios en Gotham. Un extraño caso de asesinato llama la atención de Batman, que con la ayuda de John Constantine, intenta averiguar y resolver el misterio que lo envuelve. Poco más nos vamos a encontrar en estos dos tomos, en los cuáles veremos desfilar una larga lista de personajes secundarios y del universo mágico de DC, cuyo protagonismo e importancia en la trama es nulo, como el caso de Zatanna, la Cosa del Pantano, Jason Blood, o el propio Deadman, que ya aparecía en el primer número pero que al finalizar de leer la historia, te das cuenta de que no entiendes el porqué de su participación en la trama.

Azzarello decide olvidarse de un misterio que, por otra parte, tampoco era demasiado interesante, y se centra en los demonios internos de Batman, especialmente en su pasado y en sus padres. Con su pesada, confusa y pretenciosa narración, nos cuenta la relación del pequeño Bruce con su madre, y la de ésta con su marido, Thomas Wayne. Un añadido interesante, que no obstante, queda ensombrecido por una absurda trama que tiene a un extraño ser demoníaco que atormenta a Batman, y del que nunca averiguamos ni su identidad ni el porqué de sus actos. Esto, junto con la futilidad de los personajes secundarios, y el abrupto e incomprensible final, hace que podamos decir sin miedo a equivocarnos, que se trata de una de las peores obras que Brian Azzarello ha tenido la mala fortuna de ofrecernos. Un mal comienzo para un sello, como es Black Label, que ya tiene que llevar el peso de ofrecernos las historias adultas del universo DC y del viejo Vertigo, y que de momento no lo está consiguiendo.

De este despropósito se salva, como no podía ser de otra manera, Lee Bermejo, artista casi completo en esta obra, que se encarga del dibujo, entintado y color, como es costumbre en él, y que se convierte en el héroe de esta historia. Una historia de decepción que tiene como víctimas a todos los lectores, y un héroe que con su pluma y su pincel (o su ordenador) nos salva de caer en el más hoyo más profundo del aburrimiento y de la desazón. Dicho sin menos florituras, que es lo que le gustaría a Azzarello, es Bermejo lo único destacable de toda la obra, y lo que hace quizás que merezca la pena tener los tres tomos en nuestra librería, especialmente por el tamaño, más grande que un comic book americano normal, y que permite que disfrutemos más del arte de Bermejo.

Parece casi una maldición que una dupla ya habitual como es la de Azzarello y Bermejo, no nos ofrezca ninguna obra de verdadera envergadura y calidad. Lo terrible del asunto es que siempre es culpa de Azzarello, que parece que nunca acaba de acertar del todo con los guiones. Joker es quizás la más destacable de sus colaboraciones, pero no es desde luego lo mejor que puede ofrecer el guionista, que ha demostrado que sabe escribir y narrar una historia con gran soltura y brillantez, como lo demuestra su etapa en Wonder Woman, en Hellblazer, o en 100 Balas. Esperemos que algún día esta maldición termine, y podamos ver una obra de Azzarello y Bermejo que se quede grabada profundamente en nuestra memoria.