“Batman: Death by design”, nuevo viaje al pasado del murciélago

Si tuviéramos que demostrar a alguien que desconociera por completo el noveno arte la importancia de Batman dentro del mismo y no se contentara con su longevidad (73 años y contando), sin duda podríamos echar mano de los cientos de reinterpretaciones que ha tenido el personaje en todo ese tiempo, algo en lo que supera con creces a cualquier superhéroe del medio. De hecho, el género de tomar prestado a un héroe y ponerlo en una época o universo distinto al suyo propio se ha utilizado tanto con el Hombre Murciélago que casi pareciera que se inventó para él. Así, Batman se ha encontrado con personalidades de la historia como en Batman / Houdini (Howard Chaykin, 1993); con personaje de cine como en las numerosas miniseries Batman vs. Predator y Batman vs. Aliens; y ha nacido en otras décadas o siglos como en las destacables Gotham Noir (Ed Brubaker, 2001), Gotham by gaslight (Brian Augustyn, 1989) y otra decena de títulos que podríamos nombrar. Este tipo de proyectos se ha convertido ya en una tradición en las últimas dos décadas, y si el año pasado pudimos leer cómics tan interesantes como Batman: Caballero de la Venganza y Batman: Noël (cuya aparición en España tendrá que esperar a las próximas navidades), este año no será menos y al ya anunciado Batman: Tierra Uno de Geoff Johns y Gary Frank,  se le unirá en esta semana Batman: Death by design. Sin embargo, una serie de aparentes accidentes irán sucediendo en grandes obras de la ciudad, causando numerosos muertos y amenazando a toda la industria de la construcción. Batman deberá investigar si los hechos son tan aleatorios como parece o si existe una mano negra detrás de ellos.

Esta nueva novela gráfica de 112 páginas tendrá como equipo creativo a dos autores semi desconocidos para el gran público. Su guionista Chip Kidd, que pese a lo que pueda parecer por su nombre atesora ya 47 primaveras, es sobre todo conocido por su trabajo como diseñador gráfico y ha colaborado en numerosas ocasiones con DC Comics ejerciendo dicha labor. Como guionista cuenta con pocas referencias, aunque si tiene un par de novelas publicada. Es decir, éste será su primer gran proyecto dentro del mundo de los cómics y no es casual que sea con Batman, ya que es su amor por el personaje el que le consiguió el trabajo en primer lugar. Del dibujante, Dave Taylor, aunque lleva dos décadas en la industria, lo mejor que puede hacerse es contemplar la previa de Death by design, ya que si nos fijamos en su pasado (y en especial en sus incursiones en el Universo Batman) es un estilo que antes no habíamos visto saliendo de sus lápices. De hecho, gran parte de la culpa recae sobre Chip Kidd que se presenta también como el director artístico de la obra. Según el guionista, quería que esta obra fuera como la gran película de Batman de los años 30 que nunca llegó a filmarse, parte Metrópolis (Fritz Lang, 1927), parte La ley del silencio (Elia Kazan, 1954) y parte El manantial (novela de Ayn Rand, 1943).

Como puede verse, si algo hace especial a la obra es que está realizada únicamente a lápiz y carboncillo, algo buscado también por el guionista. Aunque durante toda la obra existen ligeras zonas coloreadas, realizadas también por Dave Taylor a ordenador tras el obligado escaneo de las páginas originales. Estos colores, ideados por el dibujante, quieren poner el acento sobre ciertos aspectos. En las páginas que tenemos de muestra, por ejemplo, se muestra la luz que de las farolas y los coches que ilumina Gotham de noche. Y siendo Chip Kidd diseñador, que la arquitectura tenga un gran protagonismo en la obra no es casual, de hecho comenta que por fin ha podido ver plasmado en papel algunas de las ideas que siempre tuvo en la cabeza. El tema cobra tal importancia en Batman: Death by design que Kidd hasta ha inventado una jerga propia para ciertos aspectos arquitectónicos.

La apariencia de Batman, prácticamente idéntica a la de los primeros números de Bob Kane con el personaje en Detective Comics, tampoco es casual (recordemos que esto sucedió allá por 1939). Chip Kidd se confiesa un apasionado de esos primeros números de Batman en solitario (Robin aparecería en el Detective Comics #38) y de la personalidad que tenía el personaje, más parecida a la de un galán aventurero como El Zorro que a la versión actual. “Me encanta la idea de que Batman no oculte el hecho de que nació en una buena familia y que, a su manera, tenga buenos modales. De esta forma, Batman hasta puede resultar elegante”, comenta Kidd. Siendo heredera de aquella época, la historia también se centrará en el aspecto más detectivesco de Batman. Y aunque en principio no iban a parecer ninguno de los villanos clásicos, al final el guionista no pudo resistirse a meter en sus páginas al Joker y algún otro cameo cuando pensó que ésta fuera quizá la única oportunidad de su vida. El cómic se publica mañana en Estados Unidos, con un formato de tapa dura y por tanto con un precio elevado. Ya nos dirá el compañero Pedro Monje que acogida tendrá en la lista de ventas. Un servidor casi mejor esperará a ver si se animan en ECC Ediciones.

Fuente: CBR.