Muchos lectores todavía tenemos presente la etapa de Tynion IV, una de las grandes revelaciones en DC de los últimos tiempos. El tratamiento de la Batfamilia, con un montón de matices y virtudes, dejó un legado de difícil continuación para los escritores Bryan Hill y James Robinson.
Con la selección de Peter Tomasi, la editorial optó por un autor solvente, con historia previa con el personaje. Después de unos primeros capítulos prometedores, que allanaban el camino para la celebración del número 1000, Tomasi dio inicio a su primera gran saga, Arkham Knight. Con la conclusión de la misma damos comienzo a la reseña, en el primero de los tomos.
Lo que más llama la atención de primeras es el dibujo. Brad Walker, ya asentado en la cabecera, exhibe un gran potencial artístico. En el guion, la sintonía padre-hijo entre Bruce y Damian me parece una delicia, con reminiscencias a la cabecera conjunta que tuvieron ya hace años, de la mano del propio Tomasi. Es un buen cierre de arco, con una acción trepidante en la que Arkham termina por ser una buena elección como villana.
Los siguientes números me resultan de igual manera disfrutables, en plena celebración del Año del villano. Contamos con la participación de El Espectro, al que Tomasi claramente conoce y sabe cómo utilizar en una trama potente y detectivesca que quizás se quede algo corta al tratarse de solo dos números. También son estimables las dos aventuras que completan el número 19 de la edición española. El Joker de Manhke es terrorífico, acompañado de un escenario que al lector recordará inevitablemente a La broma asesina, una de las grandes obras maestras del personaje. Me gusta el guiño cinéfilo de Gordon al final, con un diálogo sacado de Chinatown, la gran obra maestra de Roman Polanski. A continuación, tenemos el segundo anual de Detective Comics, con el Segador, en una simpática aventura cuya mayor virtud se encuentra en los diálogos entre Bruce y Alfred.
En el segundo tomo, con Christian Duce al dibujo, el propósito del guionista es distinto al del arco de Arkham. Relajando la trama de los anteriores números y con la sombra de Mr. Frío planeando a lo largo del mismo, se recurre a una aventura sencilla, de corte clásico, sin mucha complicación.
En lo personal, por momentos me recuerda al Batman dibujado por Neal Adams, con Dennis O´Neil al guion, en los que se transportaba fuera de Gotham al murciélago con una aventura a menudo inocente y divertida sobre un terreno inhóspito.
Sin acercarse ni mucho menos a la calidad de tales legendarias viñetas, lo cierto es que Tomasi, nacido en los sesenta, voraz lector de los tebeos de Batman de su padre desde temprana edad, conoce muy bien este otro aspecto del personaje y parece rendirse a ello, dándole un homenaje.
Acompañado de dos secundarios que no escapan de ser un autentico cliché dentro del género (dos viejos combatientes de la 2 Guerra Mundial atrapados en un mundo que ya no existe), nuestro héroe batalla en la selva contra Deadshot, el villano de esta ocasión y del cual, a decir verdad, no podemos decir mucho. Sin explorar en exceso las posibilidades argumentales que podría dar de sí el escenario, quedándose en la superficie, el arco resulta en su mayoría correcto pero rutinario, un punto por debajo de los números del anterior tomo.
Como ya hemos adelantado, lo que viene a continuación es una historia protagonizada por Mister Frío. Tenemos un nuevo cambio en el dibujo. Doug Mahnke toma las riendas del apartado gráfico desde la grapa americana 1021 (todavía en el segundo tomo) y resulta ser un gran acierto, con respecto a lo mostrado por Duce. A través de un monólogo interno del Cruzado de la Capa, comprendemos el estado mental en el que se encuentra, evocando a Catwoman con un símil sobre el tiempo y la nieve.
Es el Batman melancólico y enamorado que hemos visto en la cabecera principal guionizada por Tom King. Precisamente, se decide comenzar así para trazar otra comparación interesante entre nuestro héroe y su némesis, en sempiterna búsqueda de salvación para Nora, su mujer.
A pesar de seguir el mismo camino, me resulta un arco más interesante que el anterior por varios motivos. Además de por el dibujo, me gusta el modo que tiene de cambiar el foco detectivesco de la colección, pasando este poder de Batman al propio Frío.
De tal manera, Tomasi nos da uno de esos momentos de breve alianza héroe-villano que muchos apreciamos. No es arriesgado en exceso y, a decir verdad, languidece trascurridos los momentos iniciales, pero mantiene cierto pulso e interés hasta la resolución, con diálogos más trabajados y afilados por parte del guionista.
Así, llegamos al cuarto volumen. En el caso del primer número, el guion recae en Tom Taylor. Al igual que ya hizo en su aproximación al héroe de Gotham con el tercer Anual de la cabecera principal, el de Melbourne afronta la historia con corazón, tomando el lado más emocional de Bruce.
Es un buen número, que apela al sentimiento del lector. Taylor no complica en absoluto la trama, dándonos algo simple, rayando lo sencillo y que, sin embargo, entretiene. La fórmula del autor, con un gran uso de los silencios y gusto por las intervenciones cortas, funciona a la perfección. Es destacable, de manera muy positiva, el color de John Kalisk.
Ochenta años de personaje hacen que sea cada vez más difícil ofrecer algo que sorprenda a los lectores o que cambie el status quo. Encontrar el equilibrio entre romper con el pasado y mantener unos aspectos básicos como hoja de ruta se antoja siempre complicado para un guionista, constreñido además por la línea editorial. Es el problema que le he encontrado a la colección hasta ahora pero, en este número en concreto, creo que funciona mejor precisamente por la citada formula Taylor.
Hay autores reconocidos por su buen uso y conocimiento de la continuidad, como también los hay por su factor de reinvención y ruptura. Considero que Tom Taylor es un autor especial porque tiene ambas aptitudes y sabe cuándo usar una y otra. Sus historias, independientemente de si son o no novedosas, rara vez son vacías, siempre encuentra algo en la historia del personaje que incorporar a sus trabajos. Aquí, como lo fue en el citado anual, resulta un verdadero acierto.
Este paréntesis nos prepara para el tercer anual de Detective Comics, inmediatamente a continuación, con un protagonista claro: Alfred. Sumit Kumar y Eduardo Risso nos proponen dibujos distintos, ambos atractivos, para narrar dos historias del mayordomo, con Tomasi de nuevo a los guiones.
Me he extendido al hablar del número anterior porque quiero contraponerlo a este. No tengo nada que objetar a la primera historia, pura diversión de espías, pero sí he de hacerlo con la segunda.
Tomasi nos da un guion de autor veterano que conoce muy bien el canon a seguir y las posibilidades con las que cuenta. El problema es que es muy apreciable la intencionalidad del número. Cuando un comic se esfuerza demasiado por ser emotivo termina, paradójicamente, por no serlo en absoluto. Genera una apariencia de sensibilidad, con ese monólogo de Alfred, ya fallecido, pero, al menos en mi opinión, resulta un anual fallido.
Tras un simpático interludio de nuevo con Mr. Frío, llegamos al número final, que concluirá en el tomo 23, con fondo navideño. Como primera parte, está repleta de acción, con las mismas virtudes y defectos que hemos visto y analizado a lo largo de la reseña.
Tenemos a un antagonista vikingo, con pasado en Gotham, con buen encaje para la temática. Lo más destacado es el recurso del monólogo interior, al que se ha hecho referencia tanto como virtud como defecto de Tomasi y que en esta ocasión inclina la balanza a lo positivo, acompañando Bullock la pesquisa de nuestro héroe como contrapunto divertido.
INTERESANTE
Guion - 6.5
Dibujo - 7
Interés - 6.5
6.7
Una lectura correcta, con algún número más destacable que otro, que no termina de aspirar a ser algo mejor
Se que no es el lugar, tal vez, correcto para expresarlo. Pero necesito hacerlo.
LLevo como 20 años leyendo Batman. Desde Zinco, pasando por Norma, Planeta y ECC. Me gusta coleccionarlo.
Batman y Catwoman son mis personajes favoritos desde niño de DC. Amo la Catwoman de Brubaker, me alucina el Batman de Morrison, disfrute como un chavalín de Gotham Central. O de cualquier cosa de Paul Dini…
El problema que tengo que termine hace unos días la etapa de Tom King, y se me han quitado las ganas de seguir leyendo Batman y Catwoman. Pero por malo. Ya he sufrido autores malos, o etapas malas. Pero esta de alguna manera, me ha matado espiritualmente ese interes.
Puedo saltarme los guiones estúpidos, (algunos me parecen de los peores de la historia del múrcielago, como el de Yo Soy Suicida). Puedo mirar hacia otro lado que el tio para darselas de profundo, o yo que se, intente hacer cualquier cosa bien confusa, o llenarte todo de dialogos ambiguos (pero vacios).
Pero no puedo olvidar lo que ha echo a los personajes. En que ha convertido a Bruce y Selina. Tampoco puedo pasar por alto que X personaje, haya muerto en ese desastre que ha sido la saga de Bane. Uf, y calla que me acabo de acordar de Thomas Wayne.
Se que habra gente a quién le gustara. No voy a criticarla. Pero para mi es tan mala, que por primera vez ya no tengo ganas de seguir. No me apetece.
No se si a alguien más le ha ocurrido esto, sea con el Señor de la Noche o con otro personaje.
Hola, señor Canteladas. Batman también es mi personaje favorito, no sólo de DC, sino de la ficción en general. También le tengo mucho aprecio a Catwoman. Sin embargo, la etapa de Tom King tampoco me gustó (¿¿Batrimonio?? Puaj.), y lo que está haciendo Tynion IV me está decepcionando, teniendo en cuenta que considero magistral su paso por Detective Comics.
Pero el Murciélago nunca a dejado de interesarme, de apasionarme. Por extraña o funesta que fuera su situación, siempre he estado atento a sus movimientos editoriales. Entiendo que, tras tan mala experiencia leyendo a King, haya decidido alejarse de él un poco, pero estoy seguro de que, en algún momento llegará un guionista con un proyecto innovador y grandes ideas que le hará a usted tilín. Batman es demasiado grande como para que esté mucho tiempo sin apasionar a alguien.
Si dice que lleva leyendo a Batman desde hace 20 años… ¿Mató espiritualmente su interés por el Caballero Oscuro la película «Batman y Robin»? ¿O la mucho peor «Catwoman» de 2004, la cual se estrenó en cines al mismo tiempo que Brubaker escribía sus cómics? No.
En mi humilde opinión, le recomiendo releer esos cómics especiales para usted, aquellos cuentod del Cruzado Encapotado que le hicieron entrar a este mundillo.
Tenga esperanza, Batman y Catwoman son eternos…
Hola Antonio y Gran Guerrero Tigre.. Gracias por vuestros comentarios! A pesar de que a mí sí que me ha gustado la etapa de King, entiendo bien esa sensación por lo que me ha ocurrido con otros personajes, en etapas que no me han gustado nada, que me han hecho quererme alejar de esos tebeos. Creo de verdad que si hay un personaje al que esto no le sienta tan mal es a Batman. Si no te gustó lo de King, ahí tienes infinidad de material clásico recopilado por ECC, las ediciones Black label con proyectos como Tres jokers, que llegarán en nada, los experimentos de Snyder (en diciembre se publica en cartone El batman que ríe, p.e.), etcétera.
Lo bueno del murciélago es que tenemos mucho material a disposición.
Y X personaje volverá dentro de nada y nos olvidaremos de que alguna vez murió, no se preocupe.
ECC podría editar estas series «secundarias» (claro, Detective Comics siento que es más importante que otras) en formato tpb, copiando los tomos USA… Entiendo que tenga que haber ración de Detective Comics cada 2 o 3 meses, pero creo que se disfrutaría mejor un tomo con una historia completa. Y esto para muchas otras series (las que ahora saca como «temporadas» también)
Hola Mario. A mi también me gusta el formato americano a modo TPB con arcos completos de unos seis números. Pero, a largo plazo, la política de ECC es pensar en editarlos como tal en cartoné dentro de Batman Saga. Con estos tomos en rústica de 4 números veo una solución intermedia y aceptable, por volumen por un lado, y por sacar el material como serie regular. Gracias por tu comentario!
Guau… Eso para un Elseworld suena genial.