Se acerca poco a poco otro momento histórico en el universo DC: publicación del número mil de Detective Comics, aquella colección que en el año 1939 y en el número 27 vio nacer al que es seguramente personaje más popular y conocido del universo DC: Batman. Lo celebraremos, por supuesto, con una serie de artículos especiales que estamos preparando y que se publicarán a lo largo del mes que viene, poco a poco, antes de la apoteósica fecha de publicación del número mil.
Mientras tanto, para ir calentando motores, continuamos con el seguimiento a la edición en cartoné que ha editado ECC Ediciones de la etapa de Detective Comics en los Nuevos 52. Esta vez finiquitamos la etapa con los cinco últimos números de la misma, publicados en un último tomo por parte de ECC titulado
Una etapa que, como bien sabéis, es bastante polémica por la decisión de Snyder de construir un batrobot con forma más de conejo que de murciélago que pilota un Jim Gordon con peinado de mohicano, mientras Bruce Wayne está convaleciente y amnésico en su mansión. Eso provocó que evidentemente Detective Comics fuera a rebujo de la serie principal de Batman, y que se dedicara a presentarnos casos puntuales sin ninguna trascendencia ni importancia para el personaje, pero en los que al menos se mantuviera ese tono característico que suele tener la colección. Para bien o para mal, Manapul, Tomasi y compañía hicieron lo que pudieron.
En la primera historia, Gordon se tiene que enfrentar a un peligroso asesino que anda suelto por Gotham y que mata a personas y las disfraza de personajes históricos importantes como George Washington o Juana de Arco. Acompañado de sus colaboradores en el famoso batzeppelin, y de la inestimable ayuda de su compañero Harvey Bullock, Gordon, ya alejado del batrobot conejo, y con un traje de Batman sin capa, intentará averiguar la identidad y los motivos de este misterioso asesino en serie. Y lo hará sobre todo con sus habilidades detectivescas, pues no olvidemos que no es tampoco un portento físico, especialmente sin el mecha que llevaba antes, aunque cuenta con su pistola dispara-batarangs, que es sorprendentemente útil. Tres números en los que se desarrolla el caso y durante los cuales Gordon muestra todo su potencial como protector detective de Gotham.
En la segunda y última historia de la colección en la etapa Nuevos 52, justo antes de volver a la reenumeración de siempre, Gordon se enfrenta a un caso muy particular en el que un antiguo compañero militar de la guerra de Afganistán le busca para contarle un terrible secreto, pero es bruscamente asesinado. Así pues, Gordon vuelve al país a resolver el caso y enfrentarse a sus demonios del pasado. O eso pensamos al principio, pues al final resulta ser una extraña historia de sectas bastante anodina, que solo destaca por el regreso del batrobot conejo para repartir a diestro y siniestro.
En resumen, dos historias, una entretenida, y la otra poco destacable, para finalizar una etapa de la colección irregular en sus cinco años de historia, y que dio pasó después con Renacimiento a una excelente etapa con un estilo bien distinto. Una forma a mi juicio algo decepcionante de acabar una colección o una etapa importante de la misma para el universo DC y la editorial como fueron los Nuevos 52, y que, como la mayoría del resto de colecciones de DCen ese momento, no estuvo a la altura de las circunstancias. Total, lo que se quería hacer era otro punto y aparte y olvidar rápido el pasado.
En el apartado artístico tenemos al asturiano Fernando Pasarín, que se encarga del dibujo de estos cinco últimos números, acompañado solamente en un número por
Guión - 6
Dibujo - 6.7
Interés - 5.5
6.1
Final de una etapa
Con estos últimos y detectivescos números se cerró una puerta, la de New 52, y se abrió otra, la de Renacimiento, que dio lugar a una excelente etapa de la colección, que aún hoy disfrutamos.
Lo peor que he leído de Tomasi. Un trabajo de guión de bajo nivel y totalmente prescindible. No parece que se mueva con comodidad con la premisa de Snyder. Es evidente que en la editorial pensaron que era lo que tocaba y tiraron para delante, pero no era necesario. en detective podrían haber contado la historia de cualquier otro personaje: una historia con Alfred y Julia Pennyworth. O una historia de Montoya en Bludhaven que le persiga en Gotham. O seguir con la hiatoria de Bullock. O algo centrado en algún villano, no sé, Máscara Negra por ejemplo. Algo detectivesco en los vajos fondoa de Gotham con cameos del Batman de Gordon. Y no historias de relleno para cubrir el expediente