Un mal muy extendido en toda trilogía es que la segunda parte acaba en una tierra de nadie insulsa, transicional, bisagra entre el inicio y el desenlace, en un paso necesario en el proceso narrativo que acaba deslucido si se analizan cada una de las partes por separado. Hay honrosas excepciones a la regla, pues pronto viene a la cabeza ejemplos tan claros como El Imperio Contraataca, Regreso al Futuro Parte II, pero es un efecto engañoso dado que no fueron planteadas como trilogías inicialmente, por lo que sus segundas partes casi podrían considerarse un nuevo punto de partida. Os invitamos desde aquí a pensar en ello y buscar ejemplos de esas continuaciones que conforman una trilogía y que sean tan dignas como su inicio y su final. ¿El Señor de los Anillos – Las dos torres?
Y la razón de empezar de esta forma no es otra que la de acometer esa continuación, esa segunda entrega de la trilogía que conforma el último trabajo de Snyder y Capullo publicado en España, que cae con fuerza en ese pozo gravitacional que parece aplastar a las citadas segundas partes.
Un pozo que además se convierte en un panfleto publicitario, una suerte de catálogo, por el que van desfilando múltiples personajes del universo DC, adecuadamente remodelados para encajar en la historia apocalíptica que se presentó en la primera entrega que tan buen sabor de boca nos dejó.
Para la ocasión, Snyder, viste esta historia de camino de búsqueda, de redención, de preguntas y respuestas, en la que Batman arrastra consigo la cabeza de Joker (esperemos que esto acabe por llegar a algún sitio), mientras se despliega el citado catálogo de personajes. Hay espacio para la reflexión, para el análisis interior de la mente fracturada de Bruce y plantear nuevos interrogantes que empujen a la trama hasta el número final. Lo que Snyder plantea pierde fuerza cuando se desvelan algunas de las respuestas a las preguntas de la primera entrega, puesto que hay ocasiones que saberlo todo juega en contra de la trama, que se debilita al mascar demasiado su contenido al lector, que disfrutaba más cuando se le dejaba espacio para rellenar los huecos.
Hay un objetivo claro durante este segundo tomo y es el de presentar ese mundo nuevo en el que todo resulta familiar, pero es totalmente diferente al Universo DC que se conoce. Se objetivo se alcanza sin dificultad alguna, siendo su peor defecto el despliegue excesivo que se hace de algo que en pequeñas dosis, sin que se sienta tan manipulada la historia, funciona a la perfección. La muerte rodea a Batman y a Joker en toda su peregrinación hacía la llanura de la soledad, dónde buscan a ese del que todos hablan y nadie sabe nada.
Batman, el Batman que Snyder describe y con el que desarrolla la trama esta firmemente anclado al Batman canon, al que se enclava dentro del molde madre que comprende y encierra la esencia del personaje. Este Batman es la nota de cordura en un mundo que parece doblegado a la figura de Omega. Un villano en la sombra (que no hay que ser un águila para suponer quien puede ser) con el que Batman está más que destinado a encontrarse y enfrentarse. Ahora solo hay espacio suficiente para ver en que condiciones se produce dicho encuentro y el desenlace de este, puesto que al ser una obra fuera de la continuidad la sorpresa podría ser mayúscula.
La historia avanza poco, se mueve entre dos aguas, sin acabar de dar un verdadero paso al frente y apostándolo todo a un final que invita y empuja a leer el tercer número donde Snyder y Capullo han de darlo todo si desean que regresen las mismas sensaciones que dejaron con la primera entrega.
Capullo se siente muy cómodo y se nota como Snyder le ha dado espacio para que pueda diseñar y dibujar todo que lo que le apetece. El trabajo en equipo siempre se agradece en toda obra, pero este despliegue de medios para doblegarse a las apetencias del dibujante que, en algunos momentos de la obra, hacen que el apartado visual entre por los ojos de forma rápida, pero sin dejar un poso verdaderamente perdurable.
Una segunda entrega que no logra deslumbrar, que cumple con su propósito, y así debe ser juzgada, pero que pierde la fuerza inicial para apostarlo todo por un conformismo que no se podía intuir tras la lectura de la primera parte. Acabaremos por ver en que acaba la idea de Snyder y si será más justo analizar la obra al completo que por sus tres partes… pero para eso nos toca esperar un poco.
Perdida de intensidad.
Guion - 6
Dibujo - 7.5
Interés - 6
6.5
Una segunda entrega que se pliega a ser un mero tramite entre el inicio y el desenlace, desaprovechando la oportunidad para seguir la estela propuesta por el primer número. Un trabajo que individualmente no llega a brillar con entidad propia y que dependerá de la obra en su conjunto para poder valorarse de forma justa.
Es que directamente no se me ocurre ni una sola historia de Snyder que se pueda calificar de genial; sus primeros pasos en Detective fueron muy buenos, y a partir de ahí ya mátame camión.
La Corte de los Búhos, quizá.
Genial no sé, pero Genial! tienes un monton.
A mi me parece que ni su etapa en Detective es tan increiblemente buena (al final todo el terror psicologico y la sugerencia se van por el desagüe y nos quedamos en lo de siempre) ni su etapa en Batman tan mala. La chachara pseudocientifica, las peroratas ampulosas, el Joker sobrenatural y el abuso de gadgets imposibles estan en ambas, y veo mas un cambio de tono en el apartado grafico que en guion propiamente dicho. Quizas las historias largas mas equilibradas son las dos centradas en Joker, la segunda ademas la que mejor cierra con un final epico y osado y los complementos de Tynion estan muy bien. El resto suelen estar lastradas por el final,que es lo que le impide al tribunal de los buhos ser una obra maestra.
Yo creo y creo que lo hablamos en un monton de hilos con Vansalth entre otros que Snyder fue aclamado de manera reactiva por una oleada negativa hacia Morrison, y a Snyder le ocurrio lo mismo en favor de King, y a King lo mismo con Tomasi (que ya se diluyo) y con Tynion (que ya esta empezando a tener reseñas tibias).
Y por otro lado,tampoco se puede tener una genialidad mensual. Parece que en este siglo estivieron Rucka y Brubaker, luego vino Silencio y luego solo hubo tres autores (Morrison, Snyder y King), y no es asi. Que diriamos que es mejor,Snyder o Devin Grayson? Gabrich? Lieberman? Winick? Dini? Hurwitz? Daniel? Layman? Tomasi?
De los que has dicho Dini de aquí a lima.
Todos tienen sus momentos, unos más que otros. Paul Dini juega en otra línea, sí… pero yo diría que la aportación de Dini, para mi fundamental en la evolución del personaje, es por su labor fuera del comic. Los dos grandes momentos y que suponen un impacto argumental y estético en el personaje que duró años y aún perdura son el Batman TAS y las dos primeras entregas de la saga de videojuegos de Arkham. Desde este punto de vista el impacto en la reelaboración del mito hace que pueda mirar de tú a tú a Miller, Nolan… y los tandems de Loeb con Sale y Lee (calidades aparte, obviamente).
En comic su labor es más discreta, salvo ese obrón rotundo y perfecto que es «Amor Loco». Mira sin más el one-shot de Harley Quinn en Tierra de Nadie, bastante mediocre, o sus aportaciones para antologías como Batman Black and White volumenes uno y cuatro, o «Love is Love», que llamarles obras menores es ser indulgente. Su etapa en Detective inicial tine bastantes altibajos, despegando claramente cuando empieza a centrarse en Tommy Elliot, y Streets of Gotham es solida y con momentos tan brillantes como discutibles…
Tampoco me refería a Batman en concreto. De entre todas sus obras yo creo que la que más me enganchó fue El Resurgir, y como bien dices, se diluye al final. En mi respetuosa y humilde opinión, es un autor que como mucho tiene destellos, y cuyos “blockbusters” decepcionan terriblemente (Metal y toda la parafernalia).
Precisamente su mejor aportación al batuniverso, El Batman que Ríe, es una idea que ya hizo Millar que ya hizo Azzarello y que se nos ha ocurrido cincuenta veces a cada uno de nosotros.
Pero como digo, no es más que mi opinión. Me habría encantado disfrutar con sus obras pero nada, hasta American Vampire me terminó por hastiar.
A mi Metal me gustó (la serie central, no los sacacuartos acompañantes), el último número aunque fue un cierre atropellado el epílogo dejaba mejor sensación. Pero en esto creo que estoy en minoría.
El Batman LOL es posiblemente el chiste sin gracia más estirado de la industria del comic, pero parece que ha caido en gracia, hasta lo votaron en USA el villano del año… además de vago y poco original es desolador. Batman ya no tiene retos a su nivel y pasa de los delincuentes a los supervillanos, de estos a Superman y de este a otros Batmans. Flipante!
Yo American Vampire no lo he leido, pero lo que comentas es lo que he oido a todo el mundo que lo ha leido que yo conozca. No estás solo!
Yo debo ser de los pocos que ha disfrutado enormemente el Batman de Morrison, posteriormente en menor medida el de Snyder y después enormemente el de King.
En cuanto a Snyder coincido con lo que apuntáis, sin haber leído su American Vampire que entiendo será su obra magna, lo que le he leído en superhéroes, Batman especialmente, tampoco me ha vuelto loco. Me gusto mucho su Detective y su primer arco en Batman pero desde ahí creo que su etapa oscila entre el notable y lo mediocre (y a mi gusto en global muy lejos de la etapa de Morrison o la de King). Creo que la gran suerte de su etapa es contar de forma regular con un Greg Capullo a un nivel espectacular.
Y eso en Batman que me parece de largo lo que mejor ha hecho en el cómic de superhéroes, en JLA o Superman directamente me parece un guionista normalito en el mejor de los casos.
En mi opinión un guionista muy sobrevalorado, desde luego ni de lejos al nivel de Morrison o King con los que sería más fácil comparar por las diferentes etapas con el mismo personaje.
King me parece muy bueno con las historias cortas pero con las largas creo que hace agua por todas partes, demasiado relleno al que le toma una eternidad llegar a algo solamente para terminar en decepciones, y con agujeros argumentales por doquier.
Coincido contigo en ese orden de disfrute de las 3 estampas, Jack Knight! Me encantó Morrison y he disfrutado muchísimo King. Snyder ya no tanto, aunque también estuvo genial y se merece una relectura. A ver para cuándo ZN nos hace ese artículo comparativo de las tres etapas 🙂
Paul Dini es el guionista que mejor ha sabido entender a Batman en toda su historia moderna. Todos sus acercamientos al murciélago son notables, algunos son excepcionales pero por encima de todo no tiene ni una sola obra que sea mala (ni de Moore, ni de Morrison, ni de Millar, ni de Bendis ni de prácticamente nadie salvo Gaiman podemos decir eso).
Y la etapa de Morrison gana a la de King, mientras que la de Snyder es que ni siquiera juega en su liga.
¿Podemos contar a Archie Goodwin? Sus colaboraciones son relativamente desconocidas pero creo que siempre mantuvo un gran nivel al escribir a Batman, no puedo decir que recuerde ninguna Bat-historia suya que fuera realmente mala.
Moore solamente hizo tres historias de Batman si contamos su cuento de prosa «The Gun», por lo que aunque no creo que haya hecho ninguna mala tampoco, por otra parte me parece que con tan poco volumen no es justo juzgarlo junto a los otros.
Tom King tiene mucho relleno, pero es que sus números buenos son muy buenos.