Batman Eterno núm. 04

 

Edición original: Batman Eternal núms. 13 a 16 USA, DC Comics, septiembre 2014.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones, enero de 2015.
Guión: James Tynion IV, John Layman, Ray Fawkes, Scott Snyder, Tim Seeley.
Dibujo: Dustin Nguyen, Jason Fabok, Mikel Janin.
Formato: Rústica, 96 págs. A color.
Precio: 8,95€.

 

Al volver de Hong Kong, Batman no solo trae respuestas sobre lo que allí hizo Falcone, sino también a una pasajera imprevista. Mientras el juicio contra Jim Gordon sigue en la ciudad, es su hija, Batgirl, la que busca en América del Sur pruebas de la inocencia del excomisario. Poco sospecha Gordon que será él mismo quien reciba la visita más inesperada de todas en la Penitenciaría de Blackgate…

Salvo sorpresa esta será la última reseña que haga de esta serie que, por limitada pero longeva, se hace difícil valorar en pequeños fragmentos. Difícil en cuanto al propio interés, pues pese a mi gusto por la misma encuentro poca cosa que añadir de un número a otro más que señalar la evolución de la trama y de la calidad. En fin, que aquí nos quedaremos.

Supongo que llegados a este punto, y viéndolo en perspectiva, ya nos podemos hacer una idea muy clara de cuáles son los problemas de Batman eterno, y es que el trabajo de organización tras el mismo es muy distinto del de 52 o El fin del mañana. Me seguís, ¿verdad? Que no está Keith Giffen haciéndolo, claro está. Y no sólo me refiero a él por la veneración que le profeso, sino porque la figura de alguien que coordine guionistas y dosifique el desarrollo del argumento, y que incluso abocete las páginas para darle una cohesión narrativa es imprescindible. No lo veía tan necesario hasta que hemos visto el resultado de un cómic sin esa figura.

Por supuesto Giffen es alguien con muchas viñetas a sus espaldas, y en las series mencionadas ha demostrado lo bien que sabe hacer su trabajo, al margen de la calidad del guión con el que le toque trabajar. Y es que el guión en Batman eterno también tiene sus pegas.

52 números equivalen a más de cuatro años de una serie de periodicidad mensual, y en esta época donde impera el atractivo de la cantidad por encima de la calidad, donde la gente alardea de haber devorado temporadas enteras de series televisivas en un fin de semana, un cómic de dicho volumen resultar igualmente interesante. Pero el problema que tenemos es argumental, más que de guión. Tenemos un Batman que sólo hace acto de presencia para hablar con el ascendente agente Bard, y una serie de integrantes de la Batfamilia que investigan temas relacionados y/o paralelos a los sucedido con Gordon en el metro. Ni se sostiene, ni es creíble en el entorno de la Gotham que conocemos.

No vemos al Batman que admiramos, decidido, imparable, concienzudo… Se echa a un lado porque los guionistas tienen la necesidad de desarrollar otras tramas de interés desigual, y la calidad final es proporcional al esfuerzo (y calidad igualmente) de los guionistas responsables en cada fragmento. Porque cuesta no ver las grietas en este puzzle, que cada cual hace su parte como bien puede pero cuesta hacerlas encajar sin que no parezca que sean historias diferentes. No puede ser que el mayor nexo de unión sea el ilustrador de las portadas, un impresionante Dustin Nguyen en este caso, que si en interiores es de una calidad contrastada en las portadas es sencillamente impresionante.

En este número por fin avanza la trama sobrenatural de la serie, que estará protagonizada por personajes tan opuestos como son Batwing y Jim Corrigan/Espectro, y que hasta ahora solamente había sido presentada. La motivación, el motor de esta trama se deja en un simple esbozo, uno no sabe bien si porque hay un motivo de que sea así o porque simplemente no hay más. La cuestión es que debajo de Arkham ha despertado un mal que se alimenta de la energía negativa que los internos de la institución emanan. ¿Cómo liga esto con Gordon, Pyg, Falcone, Cluemaster, los nanobots y demás? Buena pregunta… Corrigan dice que no puede ser casualidad, como si no pasaran mil desgracias día sí día también en Gotham. En fin, nos lo creeremos cuando lo veamos, ahora tendremos que hacer un acto de fe.

Por lo menos resulta interesante este subargumento. Como comentamos, toca el aspecto sobrenatural, porque Batman eterno pretende ofrecer todo lo que sea o haya sido Batman en algún momento, un homenaje a los distintos géneros entre los que se mueve. Poco a poco Batwing y Corrigan se infiltran en Arkham desde lo más bajo, y van descubriendo cómo ese mal se está extendiendo, cómo tiene a la Hija del Joker como su acólita y su inesperada fuente. Por supuesto faltan muchas respuestas, pero la identidad del… ¿villano? es un spoiler bastante estimulante. Hay que conceder que los guionistas se están esforzando en poner en el tablero a un buen montón de villanos capaces de poner en un serio aprieto a la ciudad, pero de forma duradera. No hablamos de un Bane, sino de un Carmine Falcone, por poner un ejemplo. Su triunfo implicaría un cambio total de la ciudad. El villano bajo Arkham tiene ese poder.

Nada más que comentar. Os emplazo al seguimiento regular que mi compañero Tomás Martínez viene realizando y a la conclusión de esta larguísima saga.

 Reseña de Batman Eterno núm. 1 por Raúl López y Sergio Robla

 Batman Eternal: Seguimiento (#1-20), por Tomás Martínez