Batman: Gritos en la noche

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Edición original: Batman: Night Cries (DC Comics), agosto 1992.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones, julio 2014.
Guión: Archie Goodwin y Scott Hampton.
Dibujo: Scott Hampton.
Formato: Cartoné, 96 págs. A color.
Precio: 12,95€.

 

En los albores de su cruzada contra el crimen, el Hombre Murciélago investiga una serie de asesinatos cuya brutalidad ha alarmado a los ciudadanos de Gotham City. Atípico caso en manos de un James Gordon recién nombrado comisario del Departamento de Policía, que tendrá que lidiar con la responsabilidad inherente a su nuevo cargo… y con la dificultad de superar traumas del pasado.

En 1992, Archie Goodwin —Batman: Black and White— y Scott Hampton —Lucifer— crearon Batman: Gritos en la noche, aclamada novela gráfica que no solo sorprendió por su estilo pictórico, sino también por la cruda reflexión que plantea sobre los efectos de la exposición a la violencia.

La temática tan delicada que toca esta historia no es ningún secreto: el maltrato infantil. Y como siempre que se es tan osado se corren riesgos, de meternos en incómodas moralinas, de ser sensacionalista o gratuitamente polémico, de equivocarnos vergonzosamente, de hacer espectáculo de un drama humano muy auténtico… Pero no temáis, lo que hizo famoso Gritos en la noche fue, precisamente, que salió airoso de semejante mal trago.

Cuando se publicó esta novela gráfica esperaba encontrarme con una historia oportunista que trataba de arrastrar algo del éxito obtenido por otros dos cómics que se adentraron en este tema dos años antes. Qué equivocado estaba… En Superman / Batman: World’s Finest, de Dave Gibbons y Steve Rude (cómic de lectura obligatoria en nuestra asignatura) se tocaba tangencialmente, no era el centro de la historia. Pero la que llamó de verdad la atención fue The eye of the beholder, el anual 14 de Batman, escrito por Andrew Helfer y dibujado por Chris Sprouse. Aquel especial presentaba por primera vez el origen post-Crisis de Dos Caras, y lo hacía convirtiendo a Harvey Dent en la víctima de los malos tratos de su padre, en una víctima que daría continuidad, a su modo, al dolor recibido.

Sin embargo el retrato de los maltratadores y su efecto es completamente diferente en cada uno de estos cómics. Mientras el relato de Dos Caras es de absoluto terror, de testigo cercano a los maltratos, el maltrato es “útil” para ofrecernos un origen a la altura del personaje, en Gritos en la noche se palpa el drama, las páginas destilan amargura, tristeza y dolor. A esto contribuye, sin duda, el arte de Scott Hampton, que se convierte en el ilustrador perfecto para esta historia. No soy muy fan del “cómic pintado”, en general me parece que resta fluidez y calidad artística, sin llegar a ninguna de las deseables virtudes de esta técnica, aunque de vez en cuando encuentro excepciones como esta. Sus pinturas convierten Gritos en la noche en un lugar oscuro teñido de los colores de un cielo tormentoso, un lugar en el que nada bueno puede suceder.

Portada de la edición softcover de Night Cries, por Scott Hampton
Portada de la edición softcover de Night Cries, por Scott Hampton

El legendario guionista Archie Goodwin convirtió una investigación típica de un asesino en serie en una historia de maltratadores y de víctimas en la que, de una forma u otra, todos acaban siendo lo segundo. Además tiene el buen tino de hacerlo en un cómic de Batman, uno de los huérfanos más populares de DC Comics, con lo que su cercanía con el caso que se despliega ante él y con el dolor físico y psicológico de un niño lo hacen algo personal.

El argumento no deja de ser el típico whodunit en el que diferentes personajes se insinúan como sospechosos o culpables, pero Goodwin sabe conducir la historia por los caminos que más le convienen, acercándose al tema del maltrato sin que sea forzado y poniéndolo, poco a poco en el primer plano. Empezamos leyendo sobre el enésimo asesino en serie y terminamos con la escalofriante página final, en la que vemos a un Batman que se ha visto obligado a mirar a los ojos a una realidad que no puede cambiar.

Se agradece la recuperación por parte de ECC Ediciones de este clásico olvidado en el 75 aniversario del Hombre Murciélago (y de otras obras inolvidables de Goodwin). A veces parece que cuesta salir de los cuatro clásicos de Batman de siempre, cuando la bibliografía del personaje incluye no sólo cómics que no han recibido la atención necesaria, como otros que está recuperando la editorial española, sino de buenas obras que no han tenido las necesarias reediciones para llegar a diferentes generaciones. Esta es vuestra oportunidad, no la dejéis pasar.

Enlaces de interés

 Artículo de David Fernández incluído en la edición española (y de curiosas semejanzas con esta reseña 🙂 )

  Edición original: Batman: Night Cries (DC Comics), agosto 1992. Edición nacional/ España: ECC Ediciones, julio 2014. Guión: Archie Goodwin y Scott Hampton. Dibujo: Scott Hampton. Formato: Cartoné, 96 págs. A color. Precio: 12,95€.   En los albores de su cruzada contra el crimen, el Hombre Murciélago investiga una serie…

Review Overview

Guión - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 8.5

8

Vosotros puntuáis: 8.94 ( 7 votos)
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Mr. X
Mr. X
Lector
3 julio, 2014 11:35

Me acabo de gastar, tirando de la extra, un pequeño pastizal en cómics y libros, pero en cuanto pueda caerá si o si.

Eduardo
Eduardo
Lector
3 julio, 2014 11:46

Hombre, un colega Zonanegativero también de Tarragona. 🙂

MarcMerlí
MarcMerlí
Lector
3 julio, 2014 11:56

I aquí tenéis a otro de las comarcas meridionales de Catalunya. Encantado de leeros a todos

Bajavoz
Bajavoz
Lector
3 julio, 2014 15:03

Munda pintaza ¿no? La hostia, directamente a la lista de compras.

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
3 julio, 2014 16:04

Pues a mí el comic pintado, cuando el artista es bueno, me encanta. Ya se que puede quedar muy estático y, no se como decirlo, como poco comiquero…..
Pero es que cuando era pequeño, ojeando un Cimoc (o un Totem o algo similar), ví el primer capítulo de El Mercenario, de Segrelles y me voló la cabeza.

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
3 julio, 2014 16:06

Vale, a lo mejor fué por las tetas.

Ahora en serio. Ha sido ir a la tienda, ojear este y pillarmelo sin pensarlo. Lo mismo me suele pasar con Alex Ross y cosas similares.