El Joker. Dos Caras. El Pingüino. Catwoman. Killer Croc. Bane. Harley Quinn. Hiedra Venenosa. El Acertijo. El Sombrerero Loco. El Espantapájaros. La lista de villanos pertenecientes a Batman podría seguir y seguir hasta llenar páginas enteras. Y es que, no en vano, hablamos del personaje con mayor galería de antagonistas de la historia del cómic y de la cultura popular en general.
La mayoría de ellos son locos, enfermos mentales que deberían suscitarnos más lástima que odio, personas que incapaces de ver la realidad como el resto de la sociedad, tratan de moldear la misma a su antojo, un antojo en el que la cordura y el sentido común, brillan por su ausencia.
Sin embargo, no todos los villanos de Batman son locos, o al menos, locos al uso. No todos son carne de Arkham Asylum, institución para pacientes aquejados de enfermedades mentales que les hacen cometer crímenes execrables.
Y es que, entre los villanos más destacados adscritos al Hombre Murciélago figura uno que se considera a sí mismo un héroe, un hombre inmortal que ha intentado salvar a la humanidad cientos de veces, aunque la mayoría de ellas, a costa de sí misma.
Responde al nombre de Ra’s Al Ghul, que en árabe significa “Cabeza del Demonio”, y fue creado en 1971 por Neal Adams y Dennis O’Neil en Batman 232, maestro al que dedicamos el día de hoy.
La génesis de este personaje, se forjó en Batman 232, 235, 240, 242, 243 y 244 y continuó en DC Special Series 15, así como en Detective Comics 411, 485, 489 y 490, reunidos en un solo tomo por ECC ediciones, editorial que acaba de sacar una edición especial en blanco y negro de estos cómics en blanco y negro, los cuales, juntos, son conocidos como “La Saga de R’as Al Ghul”.
Juanjo Carrascón y Raúl Gutiérrez, redactores de esta web, y fanáticos tanto de Neal Adams, quien nunca recibirá un tributo acorde al enorme legado que nos deja, como del Demonio Eugenetista, se unen en este día tan especial para hablar de esta magnífica saga.
Normalmente, cuando hablamos del Caballero Oscuro, siempre se suele decir (y con razón) que Bob Kane y Bill Finger crearon al personaje, conceptuado como un playboy multimillonario que, aquejado por la pérdida de sus padres a manos de un criminal, decidía enfundarse en un traje de murciélago y perseguir a los criminales que amenazaban su ciudad; pero que sería Frank Miller quien realmente lo convertiría en lo que es hoy, añadiendo tantos detalles y cambios a su historia, que prácticamente lo recreó desde cero.
A esa oración no le falta razón, por cuanto es cierta. Frank Miller sería el autor que, a partir de obras como El Regreso del Caballero Oscuro o Año Uno, convertiría al inocente Hombre Murciélago en el Cruzado de la Capa, un vigilante oscuro y taciturno que llevaba la obsesión por la muerte de sus padres al extremo, convirtiéndola en un mantra que terinaría por constituir su razón de ser, presidiendo toda su vida y actos como héroe, y como civil.
Sin embargo, que eso sea cierto, que la oscuridad de Batman llegara de la mano de Frank Miller, quien hacía de este modo en DC Comics, lo que ya había hecho con Daredevil en Marvel, no quiere decir que la misma no estuviera ya presente en el personaje en un grado menor, o que el Caballero Oscuro no hubiera evolucionado desde su creación en 1939.
Y es que, hubo dos autores, Dennis O’Neil y Neal Adams, que años antes se habían hecho cargo del personaje, y que en 1971 no solo crearían a uno de sus enemigos más clásicos, si no que nos demostraron que Batman era algo más que un detective que pronunciaba frases ingeniosas al tiempo que pegaba mamporros a los ladronzuelos a los que detenía.
En Batman 232 se presentaba a R’as Al Ghul, un hombre inmortal nacido varios siglos antes que trataba de salvar el mundo de sí mismo, o mejor dicho, de la humanidad que lo dañaba. A principios de los años setenta, el ecologismo estaba en plena ebullición como corriente ideológica, comenzando a notarse una preocupación global de la sociedad por lo que podía pasar con la tierra si ésta seguía contaminándose y sin ser cuidada como correspondía por sus habitantes.
Lo que comenzó como una idea de unos pocos, fue creciendo inexorablemente hasta que, hoy en día, podemos decir que se convierte en una preocupación a tener en cuenta por casi la totalidad de los gobiernos del primer mundo, si bien nunca con el grado de atención que requiere.
Pues bien, cuenta la leyenda, que el bueno de Dennis O’Neil era ecologista, y que quería volcar sus ideas en su trabajo, escogiendo a Batman para explicar a los lectores por qué el desarrollo sostenible era tan importante, y porque debíamos proteger nuestro ecosistema.
Para ello, debutaba Ra’s Al Ghul, magníficamente diseñado por Neal Adams, que encarnaba el lado más extremo del ecologismo, puesto que Al Ghul estaba dispuesto a acabar con la humanidad entera con tal de salvar al planeta, convencido de que el fin justificaba los medios, de que el mal menor, por grande que fuera, siempre era asumible si a cambio el bien mayor, o lo que es lo mismo, la salvación del planeta tierra, llegaba a buen puerto.
Por otro lado, Batman encarnaba al héroe que, convencido de que el ecologismo era una corriente de pensamiento a tener en cuenta, y de que la Tierra merecía una protección que iba más allá de contrarrestar invasiones alienígenas o los planes de algún loco megalómano, coincidía con Ra’s Al Ghul en cuanto al problema detectado, pero no en las soluciones a adoptar.
Sus distintos puntos de vista enfrentarían a los personajes a lo largo de los seis números que comprenden su debut, compuesto por varias derrotas del villano y regresos del mismo, continuando en Detective Comics ya con el personaje más asentado dentro del cosmos de DC.
Lo curioso de estos cómics, de este debut de R’as Al Ghul es que, como en otras ocasiones, estamos ante una fuerte influencia de la literatura Pulp. Siempre decimos que el cómic superheroico es heredero directo del Pulp, por el carácter aventurero y fantasioso de las historias de las que se compone, contenidas en pocas páginas que se publican por entregas.
Pero en este caso, más allá del formato o del tono general de la historia, tenemos a un villano, alumbrado en plena década de los setenta que siendo de origen oriental, pretende acabar con la humanidad. ¿Os suena de algo? En efecto, estamos ante una muestra más del “Terror Amarillo” que venía inundando la ficción desde principios del Siglo XX, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, y que se encontraba en pleno auge durante la Guerra Fría que los setenta sumía al pueblo estadounidense en un estado de miedo y alerta constantes.
Al Ghul no era si no la versión deceíta de otro popular villano Pulp: Fu Manchú, creado por Sax Rohmer en 1929.
Neal Adams, bebía en su diseño del personaje de lo que Rohmer había creado décadas antes, o de lo que el cine había hecho con Fu Manchú a posteriori, presentándonos a un villano que, si bien podía pasar a la acción de ser necesario, realizaba sus acciones desde las sombras, acompañado por un séquito de asesinos silenciosos, la Liga de las Sombras, siempre ataviado con su capa verde, una túnica y con largos bigotes y perilla que demostraban su carácter venerable y sabio.
Un cómic fantástico, un clásico inolvidable que debemos recuperar ahora que Neal Adams nos ha dejado y se reúne con su compañero de andanzas Dennis O’Neil dos años después de que éste cruzara a través del velo.
Ha fallecido un maestro. Su trayectoria es amplia, y para un seguidor de Marvel Comics da cierta envidia que el peso de su trabajo en la distinguida competencia sea abrumador y de mayor peso que en la casa de las ideas.
Batman es el personaje con el que identifico al genial autor. No solo por mi escaso conocimiento de otras de sus obras en la editorial mencionada, brillantes también, sino por que el hombre murciélago es mi segundo personaje de ficción favorito.
Con esta premisa saber si Neal Adams junto con Denny O’Neil fue influyente en la redefinición de Batman durante los años setenta se presenta como un ejercicio complejo. El editor Julius Schwartz había dado algunos pasos en la dirección correcta con su relanzamiento en los años sesenta, pero su intento de revitalizar a Batman no daría frutos hasta los setenta.
Mientras que la otra asociación definitiva de Batman de la década, Steve Englehart y Marshall Rogers, también fueron fundamentales, O’Neil y Adams consiguieron marcar un punto de inflexión. Tampoco podemos afirmar que no tendríamos a Batman hoy sin O’Neil y Adams, pero sí se vería bastante diferente. Ambos autores sacaron lo mejor de cada uno en Batman y eso se nota en cada entrega y en su legado.
Frank Miller ganó mucho crédito por redefinir al Caballero de la Noche y a veces sólo nos quedamos con ese dato, pero mucho antes hubo una revolución más tranquila buscando deshacerse del peso del programa de televisión de los sesenta que había desvirtuado a Batman, restaurándolo como una criatura de la noche.
De hecho, el mismo Adams declaró que estuvo más influenciado por las historias anteriores de Batman que por cualquiera de los artistas de los años sesenta.
Mientras que Englehart y Rogers trajeron un nuevo nivel de complejidad psicológica al personaje durante su arco de Strange Apparitions, O’Neil y Adams realmente definieron la historia moderna de Batman, en términos de apariencia. Si bien la psicología del Batman de estos últimos autores podría no ser tan profunda y trágica como la presentada por Steve Engelhart, la pareja desarrolló varias peculiaridades que se volverían esenciales para el personaje de Batman.
Encontramos un trabajo en el cual Batman puede aparecer entre el destello de relámpagos persiguiendo un malhechor, en una escena electrizante y ciertamente terrorífica, lo cual demuestra la fuerza visual de Neal Adams en su trabajo, porque ese es Batman.
La importancia de este tipo de autores es vital para regenerar el género cada cierto tiempo. Su paso previo en los X-Men dejó marca para siempre en la franquicia mutante y consiguió el mismo efecto en Batman. Es decir, no fue algo puntual, sino que sus lápices transmitían un dinamismo nunca visto hasta la fecha.
El Batman de Adams tiene un maravilloso cuerpo atlético. De tal forma que el dibujante consigue que veamos a Bruce Wayne perfeccionando su cuerpo hasta convertirlo en el arma que es. Sumado a lo anterior se genera una atmósfera gótica que sienta como un guante a Batman. No solo eso, sino que el dinamismo de Neal Adams es de tal calibre que incluso en poses estáticas percibimos que Batman está tenso y listo para actuar.
Ambos autores tuvieron una visión muy clara y compartida de hacia dónde querían llevar a Batman. El “nuevo aspecto” de Batman de los años sesenta de Julius Schwartz acertó en muchas cosas, pero también cometió algunos errores fundamentales. En aquellas historias de los sesenta, Batman y Robin corrían por Gotham a plena luz del día. Aquí, Batman es en gran medida una criatura de la noche. Y esta labor fueron fundamentales los lápices de Neal Adams.
Y llegamos a Ra’s al Ghul. Muchos de los villanos de Batman son extravagantes, enfermizos, locos hasta el extremo. Si bien Ra’s al Ghul es teatral, elegante, impasible, y, al igual que Bruce, calculador y cauteloso. Podría decirse que Ra’s Al Ghul es la última gran adición a la icónica galería de villanos de Batman. Se trata de una némesis, un verdadero archienemigo de Batman. Su plasmación en cada viñeta es sublime, y transmite ese poder, esa aura mística, ese magnetismo, esa fuerte personalidad.
Neal Adams habló en su momento sobre la creación de Ra’s Al Ghul en una convención de cómics. El genial dibujante hablaba de que estaba haciendo Batman con Denny O’Neil e intentaron no repetir, es decir, no hacer payasos. La ironía era evidente ya que Adams tenía claro que Batman y sus villanos habían sido inspirados en los de Dick Tracy. Cuando Bob Kane y Bill Finger estaban haciendo Batman, básicamente se basaron en el abanico de villanos de este héroe.
Cuando Denny O’Neil y Neal Adams empezaron a hacer Batman, aun a sabiendas de que Joker tendría que hacer acto de presencia (cosa que hizo y de manera sublime) el dibujante acudió a Julius Schwartz y le dijo que Batman necesitaba un Moriarty. Julius se quedó sorprendido y Neal Adams le dijo “Necesitamos un verdadero villano que sea tan brillante como Batman, porque Sherlock Holmes, el mejor detective del mundo, tenía a Moriarty. Como todos sabemos. De no ser por Moriarty, ¿quién sabe si hubiéramos tenido un Sherlock Holmes con tanto exito? Necesitamos uno. “
Seguía contando Neal Adams que Julius Schwartz vino el lunes y dijo «¡Ra’s Al Ghul!» la reacción de nuestro querido dibujante fue: «¿Qué significa eso?» Él respondió: «Significa que ese es tu nuevo villano. Se traduce como ‘Cabeza del demonio’ en árabe. Depende de ti descubrir cómo se ve».
A partir de aquí el portentoso arte de Adams empezó a trabajar. Sorprende que Adams dijese que se inspiró en Jack Palance. Así que ese era Ra’s Al Ghul. Inició a Batman con un nuevo villano, y luego ya trajeron a El Joker y resto de villanos desquiciados del murciélago.
Finalmente, solo me cabe decir que se ha ido un grande, que su ausencia en esta industria se va a notar. Su pérdida es la de todos, pero afortunadamente podremos volver mil veces a sus páginas, visitando Gotham de noche, y con suerte, solo con suerte, encontramos con el Cruzado de la Capa frente a frente con La Cabeza del Demonio.
Guión - 7.5
Dibujo - 9
Interés - 10
8.8
Inmortal
Recordamos al gran Neal Adams y al no menos grande Dennis O'Neil en este homenaje que les realizamos a través de la génesis de R'as Al Ghul, La Cabeza del Demonio.
Me voy a volver chango! Que es ese 7.5 en guión?? Yo a veces no se cual es el patrón oro que usan…
De hecho es tan perfecto, que en la serie animada lo dejaron casi calcado…obvio que incurre en el exceso de signos de admiración de TODOS los comics de superhéroes hasta Alan Moore, pero es un standard absoluto (al menos en sus números nodo) para cualquier historia de Batman. O del superheroe que sea!
No voy a entrar en la parte de opinion que es totalmente legitima y mas cuando edta fundamentada como la vuestra, pero tengo que hacer una puntualizacion.
La Liga de las Sombras no existe con Adams ni con O’Neil. Es una denominacion usada en Batman TAS, luego por Nolan y/o Goyer en su Batman Begins y pasa al comic como una faccion ultra liderada por Lady Shiva en la etapa de Detective de Tynion. Ya se que en otro post hablamos de lo mismo y deciais que los terminos eran liosos y que Liga de las Sombras estaba mas en el imaginario popular (la gente que no lee comics). Pero Neal Adams dedico una gran parte de su vida a los comics, y creo que es mejor emplear la denominacion del medio. Su denominacion.
Por otra parte, recuerdo la primera vez que lei la Saga de Ra’s al Ghul del tiron, como me choco que inicialmente como Batman reaccionana de manera desproporcionada ante el personaje, y que era mas un malo de James Bond que con un claro eje ecoterrorista. Tambien como O’Neil tuvo que rehabilitarlo despues de un empleo extravagante de Len Wein… Pero el plan mas claramente ecoterrorista y no necesariamente ligado a la dominacion mundial quizas le corresponda a Barr.
Saludos!