El legado como concepto
1.- Batman: Caballero Blanco
2.- Batman: La maldición del Caballero Blanco
3.- Batman: El Caballero Blanco – Harley Quinn
4.- Batman. Caballero Blanco -Von Frio
5.- Batman: Caballero Blanco Presenta -Capucha Roja
Con la publicación de la octava entrega de la tercera miniserie central del ya denominado Murphyverso, concluye su periplo, y es un decir, porque ya sabemos que hay nueva miniserie en ciernes y que llegará a España en septiembre, de las seis incursiones en este particular patio de recreo que el dibujante y guionista se ha construido para jugar con la densa mitología del Caballero Oscuro. Y aprovechando su conclusión analizamos lo que ha dado de sí esta nueva historia, dejando antes los anteriores análisis con los que poder tener una imagen global de todo el trabajo realizado por Sean Murphy con la figura de Batman.
Como ya va siendo habitual la saga continúa donde se quedó en la anterior miniserie, pero dando un salto temporal considerable en el tiempo y colocando a los personajes en nuevas situaciones, con una Gotham muy cambiada, en la que la situación obliga a la vuelta de Bruce Wayne para enmendar los acontecimientos desencadenados por una UAG desatada y bajo el control de Powers, vinculado al pasado de Wayne de manera muy directa. Algo que era de esperar con el objetivo de recuperar no solo a su personaje protagonista, sino también sellar su obra con el importante concepto del legado dentro de la batfamilia.
Ir de frente contra el legado implica tener que hacer una serie de movimientos argumentales que Murphy realiza con el mismo entusiasmo que en anteriores entregas. Para lo ocasión se trae debajo del brazo a la figura de Terry McGinnis, el protagonista de la serie de animación Batman Beyond, para añadirlo a la múltiple galería de personajes con lo que construye esta foto de legado, la idea de futuro, de continuidad en el tiempo, hacia una eternidad icónica indestructible más como ideal que como ente. Así conjuga un cosmos, con Batman en el centro, ejerciendo la figura eliocentrista de este sistema urbano que representan los protagonistas. Un cosmos donde orbitan no uno, ni dos, ni tres, sino cuatro Robin (con distintas representaciones), Harley Quinn, Barbara Gordon… de la que se nota Murphy no desea desprenderse. Y es que, si algo caracteriza a este universo particular, es el de tomar las ideas y los conceptos ya conocidos de la continuidad, y añadirlos para retorcerlos lo justo y necesario para sonar a nuevos sin perder su esencia. Es importante matizar que se recomienda la lectura de los dos especiales dedicados a Capucha Roja, pues su historia se desarrolla en estos dos especiales y permite la compresión de los acontecimientos que se desarrollan en Más allá del Caballero Blanco.
Hay que contar algo en toda historia y para construir la trama se hace uso de algunos recursos que acaban por ser cargantes y que no acaban de funcionar de forma integrada, viéndose más como un añadido superficial que no aporta otra cosa que seguir alargando la presencia de cierto personaje, sin que por ello la historia se vea fortalecida. El conjunto se siente desequilibrado, como si se tuviera un grano de arena entre los dientes que permite seguir viviendo, pero uno no puede dejar de pensar en su presencia.
Los personajes han cambiado, de eso se encarga el salto temporal que hay entre esta miniserie y la anterior, una argucia que usa Murphy para adelantar por la izquierda y rápido el arco de cada uno de los personajes y ponerlos en el sitio que necesita para que la historia se pueda contar. Una historia que de nuevo esta demasiado guiada para que funcione como quiere Murphy y al final eso hace que se vea resentida en su totalidad.
Su lectura es fluida, aun con los densos bocadillos de texto que hay repartidos en cada página, pero el conjunto, sobre todo cuando se van moviendo las piezas de cara a la resolución del conflicto final, se siente lineal, maniatado, guiado en exceso, lo que lo hace poco lúcido y, lo que es peor, predecible…
En esta historia se siguen aglutinado todos eso pequeños guiños al lector curtido, jugando con lo visual y lo excéntrico, añadiendo sombras que realzan la sensación de magnificencia y que miran al lector a la cara en una comunicación no verbal que funciona, desde la perspectiva de la imagen, de forma magistral. Entre todos esos guiños, están los despliegues que se permite Murphy a la hora de plasmar tecnología y sobre todo vehículos, disparando a la línea de flotación de la nostalgia con un garaje de batmoviles de ensueño. Una herramienta que no es nueva, pero que aquí resuena de nuevo con todo su esplendor. Y, además, hay sorpresa.
Con este trabajo se comienza a sentir signos de fatiga de este microverso particular que comienza a agotar ideas. Y es que vivir del homenaje, del guiño, una vez perdido el efecto novedad, se precisa saber reinventarse para no caer en una espiral de patrones cíclicos que puedan por acabar dañando al conjunto. Murphy parece que también lo sabe, por algunas situaciones planteadas y queda ver como se desarrollan en la nueva miniserie y podemos ver si el volantazo llega a tiempo o por el contrario acaba siendo insuficiente.
Una miniserie de lectura ágil, con un despliegue visual como solo Muprhy sabe hacer, en el que las sombras y los negros pasan a ser protagonistas, así como los diseños, con un marcado viraje a la contención visual, donde la historia va sobre raíles y deja poco espacio para la sorpresa…
Lo mejor
• El trabajo de Murphy al dibujo que no decepciona.
• La profusión de juegos visuales que esconde la obra y sus guiños.
Lo peor
• Lo guiada que está la historia.
• Se nota el desgaste de la propuesta.
Guion - 6
Dibujo - 8
Interés - 7
7
Signos de fatiga.
Un trabajo de enorme acabado visual que se disfruta pero no se saborea como debería por a falta de construcción de la trama. Una trama en exceso forzada y con poco espacio para la sorpresa.
Yo me bajo.
Es una versión aumentada de las virtudes y defectos de Murphy hasta al fecha en este universo suyo. Tan aumentada que rozaría la autoparodia si no fuera porque el agotamiento de una fórmula (sí, es curioso como algo «nuevo»acaba siendo prematuramente «envejecido»). Se trata de hacer una historia para alimentar a «los fans», donde cada personaje pueda finalizar su arco? para cerrar con un cliffhanger que te invite a pasar por caja otra vez.
Y de lo innecesario de recontar un Beyond pero peor y hacerse trampas al solitario para poder usar a cierto personaje que habías matado y no podías resucitar siguiendo tus reglas ya ni hablamos.
Pues eso, que yo me bajo. Hay que quererse un poco y no hacerse daño.
Saludos!
A mí las 2 primeros series me gustaron mucho, era algo fresco, que se podía leer tranquilamente sin tragarse años de continuidad… Luego el de Harley Quinn también me gustó, porque siento que es el mejor personaje de este universo.
Pero… esta nueva saga, también la he sentido agotada. Mantiene el buen hacer de Murphy, pero hay cosas que me han cansado. Eso de meter tanto personaje. Al principio estaba bien, con Batman… y con algún secundario de apoyo. Pero ahora hemos vuelto a los que pasa en los comics actuales de Batman: una Bat-Familia extendida demasiado grande. Y en estos 8 números (más los 2 de Capucha Roja) se trata de abarcar mucho. Y pensando que se van a sumar los 2 hijos de HQ para la próxima serie… pues no, no quiero más.
Deberían dejar descansar este universo un tiempo… Pero supongo que si ha vendido bien hasta ahora, DC lo va a seguir exprimiendo. También me bajo del Murphyverso