Batman & Robin. Year One. #1 de Waid y Samnee.

Reseñamos el primer número USA del Año Uno de Batman & Robin con el duo estelar de Waid y Samnee.

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Edición original: Batman & Robin #1 USA (DC Comics, 2024)
Guion: Mark Waid
Dibujo: Chris Samnee
Entintado: Chris Samnee
Color: Matt Lopes
Formato: Grapa. 30 páginas. 3,99€

Dynamic Duo

«Every gray hair has your name on it»

Vuelve la pareja que tantas tardes de gloria nos ha dado, tantas aventuras imposibles, tantos momentos memorables. ¿Vuelven Batman y Robin? No, bueno sí, pero lo decíamos por Mark Waid y Chris Samnee.

La pareja que nos ilusiónó con Daredevil, enamoró con el Capitán América y nos hizo volar con Rocketer vuelve a colaborar para explicar los primeros años de Batman y Robin.

Poner en el titulo de un cómic las palabras Año Uno (Year One) tiene unas connotaciones especiales y unas reverberaciones hacia el pasado que transcienden al género.

Pero si bien el Batman: Año Uno supuso un salto hacía delante de modernidad y madurez en el género, un cómic que miraba al futuro, Batman & Robin: Year One hace lo contrario, intenta volver al pasado, a la alegre juventud, a tiempos mejores, al tono más edad platense de los cómics, a los orígenes, a lo clásico.

Waid y Samnee han reconstruido los inicios de la pareja haciendo el camino inverso que Miller. Han ido hacía atrás, hacía la luz en lugar de la oscuridad.

¿Qué nos vamos a encontrar? Waid no es precisamente míster sorpresas. Se trata de una aventura algo convencional. El debut de Robin en una misión nocturna en la que se enfrentaran a Dos Caras.

La habilidad de Waid es de despojar estas historias de todo elemento superfluo, de martingalas y zarandajas, depurarla hasta su esencia, aplicarle una pátina de modernidad en la estructura y escribir unos diálogos precisos, diamantinos, divertidos pero llenos de significado. En una línea proyecta muchas ideas y te permite conocer al personaje. Cada uno tiene su propia voz. Son reconocibles, originales en sus frases pero que remiten a los elementos que todos conocemos de los personajes.

Pero la parte lúdica no deja de tener su propio mensaje. En este cómic Waid nos habla de paternidad, de madurez, de crecer, de aprender, de asumir responsabilidades, de la capacidad de uno para saber “soltar amarras”, de confiar en otros. Son temas eternos en la interacción Batman y Robin.

Por otro lado… qué decir de Chris Samnee. El dibujo del autor del Poder del Fuego es una delicia que mezcla la oscuridad de Batman con la luz de Robin de manera simétrica y equilibrada. Narrativamente el cómic fluye con un dinamismo imparable. Se entiende lo que pasa sin apenas leer el texto. Las expresiones faciales, la comunicación no verbal y los planos son ajustados a las necesidades del guion.

La belleza y la capacidad de síntesis de Samnee son un plus que hace que cada página sea de un magnetismo adictivo, no en vano hablamos de uno de los mejores dibujantes de superhéroes, de aquellos que justifican la compra de un tebeo. Se agradece no ver referencias fotográficas (aunque las haya) en cada página.

Se trata de un cómic muy apetecible, delicioso, suave, agradable, “buenrollista” por ser Batman. Quizás le falte un punto de oscuridad, pero es que Robin es el rey de la fiesta y solo hace falta ver su traje. Además, que todo lo que dibuja Samnee es bonito con ganas.

Lo mejor

Samnee dibujando Batman.

Lo peor

• Lo que tardará en llegar.

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