Batman: Secrets #1. Impresiones extasiadas

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Batman: Secrets

Odio la grapa.

Supongo que me pasa como a muchos de vosotros. Tenemos tantos comics que las grapas sólo sirven para afear las estanterías. Además, se doblan con mayor facilidad. Y en los comics USA está el desagradable inconveniente de la publicidad. Un anuncio de chicle al lado del héroe en situación comprometida es decididamente anticlimático. Por otro lado las grapas tienen una ventaja, y es la portada. Cuando era un crio solía extender sobre la cama un buen número de comics del mismo título, disfrutando de las portadas, todas juntas en sus brillantes colores. Era maravilloso. ¿No has probado a hacerlo nunca? Hazlo. Merece la pena, creeme.

Odio la grapa, y hace tiempo que desistí. A partir de ahora, solo hardcover, dije. Hay que esperar más, de acuerdo, pero al menos no te vas comiendo las uñas mes a mes. Y total, el HC lo vas a comprar igual…

A pesar de ser una promesa de friki (todos sabemos lo poco que valen cuando suponen un pretendido recorte de nuestros gastos mensuales), la he ido cumpliendo en los últimos meses. Pero claro, llegó Kieth, hizo ésto y mandé la promesa a la mierda.

Si tuviera que decir un autor favorito, sería Kieth. El genial, aplastante, apabullante, insinuante Kieth. El de Wolverine Bloodlust, o el de Wolverine/Hulk, o el de Epicurus el sabio, su obra maestra hasta la fecha (y por cuyo segundo e inencontrable volumen un hijoputa de librero me cobró 50 euros).

Vaya por delante que ésto no es una reseña, tan solo una impresión que quería compartir con vosotros, deseando que le echeis un vistazo a éste título. Hay autores que parecen nacidos para un personaje. Kieth es tan oscuro, tan inquietante, tan sugerente que Batman y él encajan como el guante a la mano. Más aún, porque se produce una simbiosis tan espectacular entre ambos que no deja indiferente a nadie.

La premisa de Secrets es tan manida como interesante: El Joker está fuera de prisión en libertad condicional y Batman le sigue los pasos de cerca. Hasta ahí es previsible la historia (¿iterativa o reiterativa?), pero no tanto como parece. Alguien hace una foto a J y B mientras se parten la cara, y de repente Batman se siente como Pepe Navarro.

Con una fuerte crítica social Kieth llena de homenajes y referencias cruzadas el comic. Guiños a Eisner, Moore, Bolland y McKean salpican las 22 páginas en uno de los más atractivos e innovadores trabajos de Kieth hasta la fecha. No puedo decir aún que sea el mejor porque sólo he leído el primer número… pero que apunta muy alto, seguro. Madre mia, esos primeros planos de los rostros de Batman y el Joker en penumbra son…

Adoro la grapa.

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jnnfnstoxm
21 mayo, 2006 22:46

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