Los héroes de todos
Los rumores eran ciertos: el rey está de vuelta. Mark Waid, uno de los autores más queridos de la historia de DC Comics, capaz de maravillarnos con el potencial inabarcable de una buena aventura superheroica, de llevar a personajes clásicos a su versión más pura, la que yacía enterrada entre tanta solemnidad y prejuicios, y de hacernos disfrutar de lo que tanto amamos sin apartarse ni un milímetro de lo cotidiano.
A su lado, Dan Mora, el celebrado dibujante de Once & Future y alguna que otra incursión en las dos grandes como Detective comics, y Tamra Bonvillain, colorista que ha ganado un peso notable en la editorial a base de trabajos a la altura, así como en la propia de Image, junto al primero.
Para la ocasión, tenemos una reunión entre los dos grandes héroes: Superman y Batman (con Robin haciendo las veces de secundario de rigor) para combatir un mal enterrado en la hechicería y el tiempo. Una espada con una historia que contar y un villano, Nezha, que promete poner las cosas difíciles a ambos.
Mark Waid entrega uno de sus mejores trabajos en años. Potenciando sus personajes con un sentido del humor tan fresco como personal, perfectamente encuadrado en la trama general. No demasiado grandilocuente como para caer en la vacuidad, pero tampoco paródico en exceso como para perder un tono general agradable. Sabe dónde situar los chistes, cómo introducirlos sin que se pierda el espíritu de aventuras ni la seriedad del argumento.
Una gran aportación termina por ser su visión de la Patrulla Condenada. Más cercana a la época previa a Grant Morrison que lo que ha sido el grupo con posterioridad, con un estilo muy marcado, propio de la época en la que el escritor de Kingdom Come se cultivó como aficionado y lector. Su aparición al final del primer número es una sorpresa que se convierte, con el paso de las páginas, en un acierto total. Permite que la obra alcance una coralidad que sienta muy bien a la trama.
Dan Mora, por su parte, demuestra que es uno de los mejores dibujantes en la actualidad a la hora de construir una historia de estas características. Su conocimiento de los tiempos, del ritmo, del dinamismo entre escenas, es superlativo. Sin ser rompedor en cuanto a estructura, sí resulta personal en la configuración de los combates físicos y las páginas de viñeta completa, en las que nos regala algunas de las mejores composiciones recientes de la editorial.
El villano, Nezha, si bien resulta genérico, es lo que pide una historia así. No entorpece o roba protagonismo a los principales, y, debido a la apariencia que Dan Mora le da, con una oscuridad bien entendida que Bonvillain comprende desde el primer momento, es cautivador a la hora de hacer valer su poder y fuerza.
Por su parte, en lo que respecta a los protagonistas, Superman tiene algunas de las mejores escenas. Como es el final de la introducción, en la que se enfrenta a la magia, su principal punto débil, o la propia a su resurrección inmediatamente dando comienzo el siguiente número. Waid se inclina en esta ocasión por sus debilidades, lo cual ayuda a que la acción avance y funcione en términos absolutos.
En el extremo contrario, Robin llega a ser cargante. Su voz juvenil, impersonal, de alivio cómico, se pierde una vez vamos conociendo más del villano y sus inquietudes. Algunos momentos, como es su encuentro con Supergirl, nos hablan de otra época del cómic americano, a la que Waid no puede renunciar. Al principio, no molesta en exceso, dentro de las referencias a la serie de televisión y los viejos tebeos, pero termina por ser irregular. La conclusión, no obstante, abre un abanico de posibilidades que nos deja con ganas de más.
El giro a partir del cuarto número, con Green Lantern, funciona del mismo modo que ocurría con la Patrulla Condenada. Es una serie que, bajo un título que predecía algo muy genérico y reducido, bajo el manto de los dos de siempre, se abre para explotar otros lugares, jugando con la amplitud de un Universo infinito de personajes.
En conclusión, tenemos un tebeo notable. Divertido en gran parte, lleno de secundarios y muy inspirado en cuanto al arte de Dan Mora. Es un arco de presentación que muestra todas las grandes virtudes que se esperan de un cómic así, sencillo y de género, en el que la acción siempre ha de ocupar el lugar preferente. Por su parte, los diálogos de Waid hacen ver una inspiración que llevábamos años sin ver y que nos convencen a la hora de seguir apostando por lo que vendrá en futuros meses.
Notable
Guion - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8
8
Una historia fresca, que recupera el espíritu de los tebeos deceítas de Mark Waid, con un dibujo espectacular
Muy buena reseña, Ángel, pienso muy parecido. No es nada del otro (los mejores del) mundo, pero es tremendamente divertida y estupendamente construida
Es un cómic entretenido y bien hecho, muy agradable de leer y con un dibujo de lujo. Eso lo pone por encima de la media.
Si te gusta la DC de los 60-70 lo vas a disfrutar.
P.D. El Robin clásico siempre fue cargante. Y los mejores del Mundo originalmente eran Superman y el equipo de Batman y Robin. Así que todo bien 😉
Un comic sin pretensiones profundas, sin intenciones pedagógicas, carente de una predica politico-social y comete el pecado moderno de ser entretenido.
Necesitamos más comics asi.