Maxx introduce a Batman en el Interior.
«No te resistas murciélago, también estas cayendo por la madriguera del conejo y pronto estarás atrapado junto a Maxx.»
Batman The Maxx: Sueños de Arkham es un personal trabajo de Sam Kieth (¿cuál no?) que vuelca todo el lore de su creación en esta miniserie. El artista no gusta a todos, polarizando a los aficionados que lo aman o lo odian, esta obra no es menos y del gusto por el autor dependerá mucho la valoración que se tenga de la misma. John Layman colabora en el guion de este estrambótico tebeo que cuenta con las habituales portadas alternativas al finalizar el tomo y con alguna ilustración en blanco y negro. El cómic se promociona en la contraportada como “el cruce más improbable del mundo”. A pesar de ser un crossover muy peculiar, más singular que por ejemplo La Liga de la Justicia/ Black Hammer, viendo la cantidad de cruces extraños que proliferan como Batman/Las tortugas Ninjas o el próximamente publicado en España, Liga de la Justicia/Power Rangers, quizás no sea el eslogan más acertado.
The Maxx es un personaje de culto poco conocido por el grueso de los seguidores. Repasemos mínimamente su historia para dar contexto al extraño crossover. Sam Kieth crea la versión definitiva de The Maxx en 1993, publicada por Image Comics con Willian Mesner Loeb que colaboraría en el guion del cómic en los inicios de la colección. Maxx es un vagabundo al que su asistente social, Julie, ayuda frecuentemente, a su vez, ella es la reina de la selva del Interior, un mundo creado por su subconsciente como consecuencia de un traumático suceso. En este extraño universo onírico acontecen terribles peligros e imaginativas criaturas, donde los animales acuáticos se vuelven voladores. La cabecera es transgresora, con un habitual tono cómico trata terribles realidades con una pizca de existencialismo y el surrealismo por bandera. Durante el transcurso de la serie el legado toma importancia, con nuevos personajes asumiendo papeles principales, dando el autor enjundia a su universo. El propio Alan Moore participó en la serie como guionista de The Maxx #21, la leyenda del noveno arte comenta sobre The Maxx: “En un género del cómic en que cada vez todo parece cada vez más repetitivo y sin criterio, la individualidad pura y simple de lo que ha logrado Sam Kieth convierte su trabajo prácticamente en un faro en la oscuridad…parece tener una conexión directa con el mundo olvidado y casi perdido de la infancia, y la alteridad de su peculiar realidad”. Publicada entre 1993 y 1998 con un total de 35 números en su país de origen, tuvo una adaptación en la MTV en forma de serie animada en 1995. En España, Norma Editorial ha sido la encargada de editar la serie en tres volúmenes. La editorial IDW (bajo la que se encuentra actualmente el personaje) reedita la colección con un nuevo coloreado a cargo de Ronda Pattison, la colorista repite participación en este crossover. En el, relativamente reciente, año 2018, Kieth retoma su creación comenzando la publicación de este cruce entre Batman (personaje explotado por antonomasia, también en este tipo de trabajos) y The Maxx, donde podemos encontrar todo el lore de la serie original.
El cómic comienza con el encuentro casual entre los personajes y su inmediata llegada a Arkham, sin entretenerse en presentaciones enseguida se inicia el viaje al Interior para, conforme avanza la historia, convertirse en travesía y concluir siendo una odisea por el mundo de sueños. Batman y sus villanos se amoldan más al cosmos de Maxx que el dentudo morado al universo de Gotham, las interacciones del murciélago son supeditadas a la hilarante trama y a su protagónico compañero, siendo comparsa durante gran parte del libro, sin que por ello su caracterización chirríe demasiado, entendiendo que hay que adaptarse a las características del cruce. Un equilibrio en la caracterización de Batman bien logrado por el autor. Maxx por su parte es el motor que impulsa la trama, todo gira en torno a él y es la voz que explica al cruzado de la capa (también al lector) el jaleo en el que se ha metido y las vicisitudes del mundo por el que transitan. El personaje es alguien inadaptado con una férrea devoción por el Interior que cuenta con un viaje personal dentro del cómic. Kieth, al igual que la serie original, utiliza el Interior como medio para psicoanalizar (mínimamente en esta ocasión) a sus personajes y al mismo tiempo como mundo fantástico de innumerables e imaginativos peligros donde se narra el cruce más improbable del mundo (al final no va a ser una frase tan desacertada). El autor recuerda historias pretéritas, a modo de guiño, como Asilo Arkham: Locura, por lo que es un tomo que disfrutarán especialmente los conocedores de las obras de Kieth.
La trama debido al vaivén entre mundos, no termina de definir bien sus intenciones provocando cierta inconsistencia, la propia naturaleza del Interior, la locura intrínseca de Maxx o del Asilo Arkham hacen del tomo una sucesión de situaciones que no terminan de ser claras. La mejor opción para el lector es seguir leyendo sin reparar en si comprende o no todo lo que está sucediendo, dejándose llevar por los habituales chistes, alguna frase inspirada o la representación del mundo onírico a través del personal estilo de Kieth. El cómic cuenta con un dibujo menos experimental y aparentemente menos trabajado que en otras ocasiones, como sí lo fue aquel de Asilo Arkham: Locura donde el artista reconoció obsesionarse. Aún así es indudablemente propio del autor, con sus características habituales, maquiavélicos diseños, sorprendentes perspectivas y arriesgada composición de página, lo mismo caricaturiza a los personajes y los retrata con pocos detalles (tónica general) que sorprende con un rostro mucho más definido, cualidades todas presentes pero algo menos evidentes que en otros trabajos de Kieth. El color de Pattison es sólido, se siente correcto, sin destacar demasiado dentro de la obra. Una paleta más potente o personal para los pasajes del Interior quizás potenciarían más el surrealismo de la obra.
Batman/The Maxx es un cómic que mezcla dos personajes muy diferentes, logrando una convergencia entre ambos valorable, sin duda adaptando más al murciélago de Gotham al mundo de Maxx que al contrario. Kieth demuestra su particular estilo de dibujo, sin ser este tan experimental y variado como en otros trabajos, su labor podría calificarse, en cierta forma, como comedida dentro de su producción. El guion es entretenido pero no aprovecha todo su potencial al tener una premisa dirigida a profundizar en los personajes y no exprimirla, dejando trazos de la personalidad y traumas de los protagonistas pero sin entregar mensajes contundentes o definitivos. Un tomo que hará las delicias de los seguidores de The Maxx que ven como se retoma el personaje (eso sí, sin continuar por donde acabara The Maxx #35, sino volviendo a las bases de sus primeros capítulos) manteniendo muchas de las cualidades de la serie original, capaz de interesar por el exótico héroe a quien llegue a este tomo por casualidad. Una curiosidad dirigida a aquellos que disfruten de cruces imposibles, sean seguidores de Kieth o quieran conocer al de las garras amarillas, dentadura prominente y morado atuendo ante la probable dificultad que entrañe conseguir la serie original en nuestro idioma.
Lo mejor
• La vuelta de The Maxx.
Lo peor
• La trama se pierde un poco y no acaba de definir bien sus intenciones.
Guion - 6
Dibujo - 7.5
Interés - 7
6.8
Curiosidad
Un cruce donde Maxx cuenta con plenos poderes dando paso al surrealismo de su serie original con Batman ejerciendo de importante actor secundario que encandilará a los seguidores de The Maxx y que tiene la capacidad de interesar por el extraño personaje a aquel que no lo conozca.