Batman: Thrillkiller

 

Edición original: Batman: Thrillkiller USA, Batman: Thrillkiller ’62 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Howard Chaykin
Dibujo: Daniel Brereton
Entintado: Daniel Brereton
Color: Daniel Brereton
Formato: Rústica, 128 págs
Precio: 12,50 €

 

Para acabar la semana, os propongo hacer un breve viaje al pasado, concretamente a los florecientes y polémicos años 60, con “Batman Thrillkiller”, un “elseworlds” publicado en 1997, del cual hoy os traigo una reseña para vuestro deleite y disfrute. Es importante señalar que en la edición de ECC se incluye, además de la miniserie principal de tres números, la secuela: “Batman: Thrillkiller 62”, un one-shot publicado un año después, obviamente más breve y también por desgracia de menor calidad. Con lo cual, en esta reseña voy a analizar ambas obras, aunque las trataré lógicamente como una obra completa.

En “Batman Thrillkiller” (1997) vamos a encontrarnos a un Gotham en los años 60, en plena efervescencia de la cultura “beatnik”, de las revueltas en las universidades, de la libertad sexual y del movimiento hippie. Lógicamente, no todo es de color de rosa, y por supuesto Gotham estará hasta arriba de corrupción y delincuencia, arrastrando una mafia típica de los años 50 que tiene completamente controlada la ciudad, en donde entran en acción los superhéroes de esta historia. Libertad frente a la autoridad, frente a la represión, frente a la sociedad y burocracia corrupta y mafiosa es lo que simbolizan Batgirl y Robin, los dos jóvenes héroes enmascarados protagonistas de esta historia. La ambientación por cierto, está muy bien conseguida, en buena parte gracias a la dibujo de Brereton, y a las referencias históricas que Chaykin incluye en los diálogos.

Uno de los cambios más significativos es que en este mundo el Joker es una mujer, llamada concretamente Bianca Steeplechase, una “femme fatale” con ínfulas de Hiedra Venenosa. Pero esto no le hace menos cruel, ni mucho menos. De hecho, es una de las encarnaciones más maquiavélicas y malvadas del Joker que se han podido ver en un Elseworlds. Aunque también es una de las más serias, y con esto me refiero, a que prácticamente no hace los típicos chascarrillos de humor negro del Joker habitual. Bianca es la líder de la mafia y controla la ciudad, y tiene como aliados a personajes de la talla de Dos Caras, Killer Croc, o la propia policía de Gotham, contra la que Gordon y Bruce Wayne (que en este mundo es un detective de la policía) intentan luchar. Es la antagonista principal además, tanto de la miniserie principal como de la secuela, en la que forma un trío maligno con Harley Quinn y un Mr Frío bastante mundano, y por lo tanto, poco metahumano.

Hablando de Bruce, debo advertir, para los fans más acérrimos del hombre murciélago, que ésta no es una historia habitual de Batman, puesto que, si bien Bruce Wayne es uno de los protagonistas principales, el personaje enmascarado como tal, no sale hasta literalmente la última página, haciéndolo así una historia de Batman bastante atípica y, en mi humilde opinión, original. Es por ello que el peso de la narrativa superheroica lo llevan Batgirl y Robin, muy especialmente la primera. Aunque también es cierto que en la secuela: “Thrillkiller 62”, los roles se contraponen por completo, siendo Batman el protagonista absoluto, relegando a Batgirl a un segundo plano, y convirtiéndose así en una historia del hombre murciélago más común.

Como os estaba diciendo, Batgirl tiene el protagonismo principal como heroína enmascarada, formando un dúo dinámico con Robin, aquí llamado Rickard Graustark, y con orígenes circenses idénticos, quien además es su amante. Barbara Gordon es en esta ocasión una adaptación del Bruce Wayne de la continuidad, a saber: millonaria, ligona, y llena de una venganza interior canalizada a través de un firme y estricto sentido de la justicia. Sigue siendo físicamente la misma persona, esto es, joven, pelirroja, hija de James Gordon, etcétera, pero como podéis ver, su personalidad es bastante diferente a la Babs de la continuidad, especialmente la actual.

Habiendo analizado ya los personajes principales y el contexto en el que se ambienta el cómic, es necesario comentar que el nombre del mundo según la continuidad actual de DC en el que se ubica esta historia se denomina: “Tierra 37”, algo que debemos al señor Grant Morrison y a su “Multiverso”. Solo que él modificó bastantes aspectos que rompen completamente con “Thrillkiller”, ambientándolo esta vez en el futuro, con un estilo similar a la serie “Firefly” y la actual “Legends of Tomorrow”, a caballo entre el género superheroico y las aventuras galácticas de antihéroes. Una cosa muy rara, que no ha tenido más desarrollo (gracias a Dios) que un simple párrafo en la “Guía del Multiverso”.

Vamos a dedicarle unas cuantas líneas al equipo creativo. El guionista es Howard Chaykin, un señor que lleva unos años un poco desaparecido, al menos en comparación con décadas anteriores, que no se prodiga mucho por el mundo del cómic vamos, especialmente en los últimos 10 años. Este guionista y dibujante es conocido por obras como “American Flagg”, “Batman/Houdini”, o “American Century”. Actualmente, le podemos ver de dibujante de “Satellite Sam”, una obra de Matt Fraction que publica Image. En “Batman: Thrillkiller”, Chaykin sin duda alguna escribe una historia excelente, muy diferente y original, una línea que todo Elseworld debería seguir, con antagonistas y protagonistas bastante cambiados, y a la vez clásica, en cuanto a argumento básico típico de Gotham corrupta y pijameros oscuros disfrazados que luchan contra el crimen y que tanto nos gusta a los amantes del “Batverso”.

A los lápices tenemos a Daniel Brereton, un artista hiperrealista, de la escuela de Alex Ross, que ha destacado en obras como “Nocturnals” “JLA: Seven Caskets” o “Legends of the World’s Finest”. En los últimos años, al igual que su compañero Chaykin, Brereton está más apartado del cómic de superhéroes, y le podemos ver especialmente en Dynamite en obras como “Red Sonja” o la mítica “Vampirella”. En “Batman Thrillkiller”, hay que decir que Brereton no destaca demasiado en las portadas, sino más bien en el diseño de los personajes y muy especialmente en fondos e interiores, donde hace un trabajo excelente, ofreciendo una ambientación inmersiva en el contexto de la obra muy bien conseguida. La narrativa se sirve de dos o como mucho tres viñetas de tamaño medio horizontales y otra más grande en vertical que cubre la mayoría de la página, siendo un esquema que más o menos se repite en la mayor parte obra, lo cual hace una lectura bastante sencilla y amena. Además, entinta y colorea ambas obras, lo cual supone un trabajo bastante admirable y un mérito enorme porque funcionan perfectamente.

Antes de poner punto y final a la reseña, voy a dedicarle un breve apartado especial y concreto a la secuela, a pesar de mi afán por analizarlo como obra completa, por si alguien quiere conocer las características de la obra. Como os al principio de la reseña, «Batman: Thrillkiller 62» se trata de un one-shot publicado un año después de la miniserie original, ambientada también un año después, al rebufo del éxito de ésta, y que básicamente es una secuela directa que continúa la historia presentada anteriormente, y seguramente pensada de forma autoconclusiva. Es de una calidad bastante inferior, al menos en cuanto al argumento, puesto que se le nota bastante forzado, algo para lo que comúnmente se denomina “estirar el chicle” por el éxito de la historia original. Brereton sin embargo, cumple bastante bien las expectativas, y no baja para nada el nivel. Es además una historia bastante menos original, puesto que Batgirl es relegada a un plano secundario, y Batman se convierte en el protagonista principal, adquiriéndo así estatus de historia típica de Batman, en la cual se dedica a investigar a los villanos de turno que intentan destruir Gotham y posteriormente detenerlos. Lo único que de verdad merece la pena es la aparición de una más de lo normal psicópata Harley Quinn, y unas páginas finales bastante interesantes, que suponen un cierre perfecto, todo hay que decirlo.

Tenemos por lo tanto, dos interesantes Elseworlds, uno bastante más que el otro, que nos van a permitir viajar a un Gotham sesentero, con una mafia cincuentera que controla la ciudad, defendida por un dúo de acción formado por Robin y una carismática y atormentada Batgirl. La ambientación del cómic es bastante inmersiva gracias al trabajo de Chaykin, y especialmente de Brereton, que realiza una labor excelente en la parte artística de la obra. Es sin duda alguna, uno de los Elseworlds más originales que podemos encontrar en el mercado, y tenemos la suerte de poder adquirirlo en una cuidada y completa edición de ECC, con un precio que sin duda alguna se queda corto para la calidad de la obra.