El Joker definitivo
«Por favor, ocupen sus asientos, damas y caballeros»
Después de dos números descorazonadores, llega el final. El último de los Jokers, la llamada a ser una de las historias definitivas del personaje y sentar las bases del futuro del mismo. Tenemos, por supuesto, al mismo equipo creativo, Geoff Johns (escritor), Jason Fabok (dibujante) y Brad Anderson (colorista). Listos para la conclusión, ¿Habrá sido esta convincente?
Uno de los aspectos más estimables de la obra ha sido el extraordinario ritmo implementado por el guion del primero y el dibujo escogido por los dos últimos. Con escenas duras, violentas y cautivadoras ocupando buena parte de la miniserie pero, a su vez, dejando amplios momentos para el diálogo y desarrollo de los personajes. No es solo permitirles hablar, es dejar que se relacionen. Que los protagonistas exploten, lloren y rabien en compañía. Que las acciones que hemos visto, vemos y veremos en la obra no surjan de eventualidades y despistes, sino del drama y trauma provocado por las figuras silenciosas de los payasos. No es cuestión de dar verosimilitud a los actos como tal, es demostrar que, habida cuenta de lo vivido, de las cicatrices corporales y emocionales, Batman, Batgirl o Jason puedan realizar según qué actos o no, independientemente de si el lector que les acompaña considera que los mismos son acertados. Fuera de valoración moral, el daño psicológico, por desgracia, lleva a las personas al límite. En ese sentido, veo preocupación al milímetro en sus autores por entender esto y adaptarlo a lo que vemos en el cómic, destacando con ello lo aterrador que resulta el Joker.
El dibujo de Jason Fabok continúa en la línea de lo demostrado con anterioridad. No es solo la personalidad que consigue imprimir en la escena o cómo sabe utilizar el diseño de página de 3×3 para narrar la historia, sino también cómo captura la esencia del terror del Joker, el miedo y fobia que el resto de personaje le dedican, así como la notable expresividad y emoción de los rostros, con matices propios para cada momento y lugar.
En cuanto al color de Brad Anderson, al que se le ha dedicado buena parte de las reseñas de los Libros Uno y Dos, demuestra de igual manera su idea para el mismo y lo bien que conoce el guion. El rojo y negro oscuro predominante en la noche del Joker es soberbio y detallado, así como el púrpura que emana cuando la pesadilla ha de concluir, la representación por fin comienza y el horror debe hacer acto de presencia.
Como ya se adelantaba en el final del capítulo anterior, el plan de los villanos les lleva directamente a la génesis de Batman, al cine en blanco y negro que veíamos en escenas en retrospectiva en el Libro Uno, a la mancha explosiva de sangre que el color de Brad Anderson convertía en protagonista del espacio. Nos lleva a Joe Chill, el asesino de los padres de Bruce Wayne. Esto permite al autor de Green Lantern desarrollar una idea muy presente en su obra: la culpa y purgación de los pecados. A través de la escena iniciática del héroe, que hemos visto decenas de veces en cine, televisión y cómic, se consigue crear algo nuevo, distinto y libre a cierta interpretación.
¿Es acaso lo que más nos ha dolido en nuestra vida un elemento estático y definitorio en nosotros o, por el lado contrario, puede servirnos para purgar lo que no nos permite avanzar en nuestra vida?
Desveladas las cartas de los payasos del crimen y planteadas todas las cuestiones que interesan a sus creadores, nos llega el resultado y sus conclusiones. También llegan estas para Bárbara y Jason, sobre todo para el segundo. Torturado, apaleado, asesinado siendo solo un niño y condenado a despertarse cada mañana recordando su propia muerte, ha sido el protagonista inesperado de gran parte de Los Tres Jokers. Muchas veces se ha enfatizado en el aspecto visual del personaje, tal y como mencionábamos en la reseña anterior, sirviendo el mismo para historias más o menos acertadas de violencia sin reflexión alguna. Este tebeo, en cambio, se preocupa de Jason en sí mismo, de su psicología y pasado. Ojalá sirva esto para otro tratamiento en el futuro, para nuevas etapas donde, partiendo de su inexorable estigma, se pueda construir al personaje que, aún presente, todavía hemos podido ver poco.
El lado negativo, por su parte, se encuentra en Batgirl. Hemos visto pinceladas, trazos más o menos cortos de intentar contarnos algo con ella y su relación con su padre y restantes miembros de la Batfamilia, pero sin mucho acierto o, incluso diría, interés por los autores. Su papel no pasa por ser una secundaria de ocasión, con una presencia que sirve al resto para avanzar pero no a ella misma. Tiene potencial, no en vano es la víctima del Joker de La Broma Asesina, historia conocida y aclamada por gran parte de los aficionados, pero se queda a medio camino, en tierra de nadie, aunque la grandeza de la miniserie consiga, en cierto sentido, suplir esta carencia.
Hemos de referirnos, sin entrar en destripes o elucubraciones, al cómic de Alan Moore, Brian Bolland y John Higgins. El desenlace de Los Tres Jokers conecta con su obra madre, la desmitifica en cierto sentido con una aproximación muy valiente, de esas que solo se le puede permitir a autores de la entidad y categoría de los mencionados. Para mí, entrando en algo pura y elementalmente personal, resulta algo muy positivo para la obra. A fin de cuentas, la obra maestra de 1986 sigue ahí y puede seguir siendo disfrutada como lo que es, imprescindible incontestable de Batman. Que esta ahora se valga de la primera para construir algo que, a su vez, algún creador pueda tomar en el futuro no deja de ser un movimiento común desde el punto de vista histórico y acertado cuando se hace correctamente.
Y Geoff Johns, Brad Anderson y Jason Fabok lo hacen. A lo largo de ciento cincuenta páginas, con tres actos definidos, nos han dado una auténtica obra maestra para la editorial, una apasionante historia de terror, psicología y violencia. Una serie que se recordará en el futuro y que, a la espera de ver el recorrido que tendrá, puede ser definitoria en muchos sentidos para la mitología de unos personajes que, superando los ochenta años de edad, todavía siguen siendo un referente en este negocio que tanto nos da y que tanto amamos.
Lo mejor
• El dibujo y color de Jason Fabok y Brad Anderson .
• La soberbia caracterización de personajes.
• La valentía por replicar una obra maestra.
Lo peor
• El tratamiento de Barbara Gordon.
¡BRILLANTE!
Guion - 9
Dibujo - 9.5
Interés - 9.5
9.3
Una obra sublime que pasará a la historia
Por desgracia, nada de acuerdo con el análisis final.
No sólo desmitifica la obra original, es que al final decide reirse del propio lector con un giro que no tiene sentido
típica historia inflada que me temo que ni entra en canon, ni será recordada en unos años más allá de un «ah si, eso»
Hola Narutin! Creo que, guste más o menos, una obra de estas dimensiones, con el éxito que ha tenido y el nombre de sus autores, va a ser recordada y emulada. Nada de lo que ha hecho Geoff Johns en DC ha sido precisamente poco recordado. Pero para eso estamos, para intercambiar opiniones. Ninguno tenemos la razón absoluta de nada y a mí personalmente me encanta leer otras opiniones distintas, como la tuya. Muchas gracias por tu comentario y por leer la reseña 🙂
Creo que muchas valoramos este tipo de obras, que son secuelas o continuaciones de obras consideradas míticas y seminales, desde una perspectiva equivocada. Si hablamos de cómics como Watchmen, La Broma Asesina, Sandman o Dark Knight pensamos en ellos como obras intocables y no concebimos ningúna secuela, precuela, spin-off o cualquier otro tipo de obra derivativa si no viene de la mano de sus autores originales, y eso hace que nos enfrentemos a dichas derivaciones cargados de prejuicios, lo cual es bastante injusto.
Toda derivación, del tipo que sea, no deja de tener un caracter orportunista. ¿Necesitaban Alien, Blade Runner o Terminator una secuela? No, son obras redondas, que no fueron concebidas originalmente para ser parte de una franquicia. ¿Son Aliens, Blade Runner 2049 o Terminator 2 obras oportunistas? Si, lo son. Y sin embargo no carecen ni de atractivos ni de calidad, al margen de que en aspectos puntuales puedan ser mejores o peores que las obras de las que derivan.
Con los comics ocurre lo mismo. The Dreaming, Rorschach, Three Jokers o Doomsday Clock son obras oportunistas, no voy a negarlo, pero no carentes en absoluto de interés. Y ninguna de ellas invalida la obra orginal, que permanece ahí, impotula su calidad intrínseca al margen de cualquier secuela o spin-off que cualquier autor quiera inventarse. Y creo sinceramente que precisamente estas obras que he mencionado están realizadas con un profundo respecto hacia la obra de la que derivan.
Dicho esto, añadiré que personalmente disfruté mucho con Doomsday Clock, por mucho que considere que su calidad es inferior a Watchmen. Estoy disfrutando mucho con Rorschach y también he disfutado con estos 3 Jokers, esplendidamente dibujados por Fabok y con un trabajo argumental por parte de Geoff Johns francamente interesante. Seguramente, en terminos de calidad e innovación, está por debajo de La Broma Asesina, pero no significa que carezca de interés y atractivo.
ipso-facto, te doy las gracias por tu comentario. Lo has explicado perfectamente.
Bueno, como dije que ibamos a seguir leyendonos me siento un poco obligado a comentar, aunque no va a ser nada original. Voy a hablar sobre SPOILERS, claro, es comentar una obra que se reseña. Si no se ha leido no tiene mucho sentido leer el análisis si no quieres SPOILERS!
Lo primero. Me reafirmo en que Johns esta lejos de sus buenos tiempos, aunque conserva un oficio y profesionalidad que hace que lo que escribe suela estar por encima de la media. A Fabok no se si le sienta bien intentar mimetizar la narrativa de otros, seria debatible, asi que por ahi no voy a ir.
Despues de la mediocridad de gran parte del tomo 2 y el bosquejo del tomo 1 este tomo supone una mejora. Es mas entretenido de leer. Hasta ahi lo positivo.
Lo negativo, lo que aporta al canon. Que Batman conozca al Joker le resta iconicidad y potencia al Joker. La version de joe Chill es una reinterpretacion para que Johns cuente su historia que le resta iconicidad al personaje. Ya no es la fatalidad que irrumpe en tu vida sin aviso y sin motivo. Es un pobre hombre mal escolarizado que se «venga socialmente» de la gente equivocada. Que se afiance un origen de Joker como «malo» en origen tambien le resta iconicidad al personaje. La aportacion de Moore es mucho mas inteligente. En general, los cambios que aporta al canon son empobrecedores con respecto a lo que habia.
Sobre el misterio de los Tres Jokers: no hay tal. Dejando de lado lo absurdo que seria que a lo largo de años no se den cuenta de que el Joker son tipos distintos, Johns en su epilogo (que vaya jardin) resuelve intencionadamente (o no) la papeleta. Si el comediante es el Capucha Roja que se convierte en Joker, como dan fe los policias que tratan con su mujer y Batman visitandola y validando esa historia, es el primer Joker. Los otros, por tanto, son posteriores. Y como es dificil de sostener que el mejor detective del mundo ™ y sus acolitos no se den cuenta de que hay tipos distintos con fisicos distintos haciebdose pasar por una sola persona, es bastante logico (aunque esto ya es hipotesis) que han sido creados recientemente a partir de patrones previos del propio Joker, o hace un tiempo pero apartados de la accion para manipularlos y usarlos llegado el momento.
En continuidad. Pues solo encaja razonablemente poco despues de renacimiento (donde los Tres Jokers dan ya sus pasos y salen a la luz), con Capucha Roja a punta de caramelo para su nueva serie, Batgirl haciendo un viaje para oxigenarse y el joker pudiendo corretear brevemente hasta que Batman lo encierre en la cueva para «Metal».
Lo de Jason lo mismo, que la ejecucion de un prisionero salga gratis por uba mezcla de pena y «corrupcion» (te tapo para que me tapes) es tremendo. Al mebos Johns intenta arregla con Batgirl. Que por cierto, como lo veis: Gordon vuelve a saber que Batgirl es su hija o ella le llama papa cuando el no le oye porque se enfada?
Saludos!