Edición España: septiembre de 2007; Planeta DeAgostini Cómics.
Guión, dibujo y entintado: Matt Wagner.
Color: Dave Stewart.
Formato: tomo recopilatorio de 144 págs.
Precio: 12’95 €.
Gangsters, matones del tres al cuarto, empresarios extorsionados, científicos locos, hombres horriblemente deformados, un policía honrado, una joven idealista y enamorada, y un ambicioso héroe empeñado en limpiar la corrupción que asola su ciudad natal… Todos estos personajes son convocados por Matt Wagner en Batman y los Hombre Monstruo, primera miniserie de las dos que integran Dark Moon Rising, uno de sus más recientes proyectos del guionista y dibujante en el que, bajo el auspicio de DC Comics, reformula dos de las historias protagonizadas por “El Caballero Oscuro” durante la Edad de Oro del cómic norteamericano.
Con motivo de la reciente publicación de esta obra por parte de Planeta DeAgostini Cómics, desde Zona Negativa queremos ofreceros nuestro particular análisis y opinión acerca de la miniserie de Matt Wagner, plasmados tanto en el presente artículo artículo, como en el que próximamente verá la luz, elaborado por Sergio Robla, auténtico bat-especialista de la web. Sin más dilación, entremos en materia…
Durante los últimos veinte años, Matt Wagner (Pennsylvania, EE.UU.; 1961) ha logrado hacer de su pasión, su medio de vida, habiéndose ganado a pulso el respeto y la admiración de aficionados, medios especializados y compañeros de profesión. Esta circunstancia tiene mayor mérito si tenemos en cuenta el hecho de que gran parte de su éxito se lo debe a dos colecciones de creación propia: Grendel y Mage, ambas alumbradas a principios de la década de los ochenta. Pero Wagner, lejos de centrarse de forma exclusiva en sus dos personajes-fetiche, ha sabido compaginar proyectos personales y colaboraciones con las grandes editoriales americanas. En este apartado, su relación con DC Comics ha resultado especialmente fructífera, pues para ellos realizó diferentes miniseries protagonizadas por Dos Caras (Faces), Batman y El Acertijo (Batman/Riddler), The Demon, y Dr. Mid-Nite. De entre sus obras más representativas destaca Sandman Mystery Theatre que, con el paso de los años, se ha convertido en una de las colecciones más interesantes del sello Vertigo. En dicho título, donde acompañado por Steven T. Seagle se lució en su faceta de guionista, narró interesantes historias protagonizadas por Wesley Dodds, el Sandman original, contando con la ayuda de Guy Davies y John Watkiss en el apartado gráfico.
Además de esporádicas colaboraciones con Marvel Comics: (Ultimate Marvel Team-Up: Spiderman & Wolverine), dentro de su comicografía también figuran sendos crossover entre Batman y Grendel, y la serie limitada Trinity. Tampoco podemos olvidarnos de su labor como portadista en colecciones como Batman, o Green Arrow, durante la etapa de Kevin Smith al frente de la serie protagonizada por Oliver Queen. Su más reciente trabajo es precisamente el cómic hoy comentamos, integrante junto a Batman y El Monje Loco de un ambicioso proyecto que, bajo el título global de Dark Moon Rising regaló a los seguidores del Señor de la noche doce meses de aventuras, acción e intriga.
Tras finalizar Trinity, miniserie en la que narró el primer encuentro entre Batman, Superman y Wonder Woman, la intención de Matt Wagner era la de centrarse en la reformulación del mito del “Hombre de acero” en un cómic titulado Superman: Año Uno. Sin embargo, cuando Mark Waid y Leinil Francis Yu comenzaron a desarrollar Superman: Legado, Wagner cambió de idea: pese a que su enfoque era radicalmente diferente al de sus colegas, no se sentía cómodo publicando una historia con una vocación similar en un margen de tiempo tan estrecho Pero las sugerencias de Dan Didio, unidas a la predilección que el autor de Pennsylvania siente por las historias que se retrotraen a las etapas iniciáticas de los superhéroes le impidieron renunciar a crear un proyecto como el que finalmente se convertiría en Dark Moon Rising.
El guionista y dibujante afirmó en su momento los siguiente: “siempre he tenido la sensación de que se ha perdido algo en los primeros años de Batman; la transición de gangsters y matones y el nivel ordinario de crimen presentado en Año Uno, a su interacción con lo que se podrían denominar supervillanos”. Dicho y hecho, Wagner se puso manos a la obra para tratar de llenar ese pequeño vacío en la historia del personaje creado por Bob Kane, siendo el primer paso…
SINOPSIS: «Un Batman primerizo afronta su batalla contra el crimen organizado con optimismo e ilusión, estrechando el cerco sobre los matones de Sal Maroni, lugarteniente del auténtico capo de la Mafia gothamita: Carmine “El Romano” Falcone. El alter ego de Bruce Wayne está más que convencido de que su aventura como vigilante enmascarado llegará a buen término, hasta el punto de permitirse “distracciones” como Julie Madison, joven y atractiva estudiante de Derecho por quien parece estar dispuesto a sentar la cabeza. Pero el panorama cambiará de forma radical debido a la aparición del Doctor Hugo Strange, cuya intervención desencadenará una serie de acontecimientos relacionados con Sal Maroni, Norman Madison, padre de Julie, y unos “Hombres monstruo” desarrollados genéticamente por el extravagante científico.»
A grandes rasgos, éste podría ser un resumen del argumento de este cómic, enfocado como una miniserie autoconclusiva y perfectamente comprensible de forma individualizada, pero tal y como comentamos en líneas precedentes, parcialmente relacionada con Batman y El Monje Loco (que publicará Planeta DeAgostini Cómics durante el mes de diciembre). La trama representa la puesta al día y revisión de la historia homónima publicada durante los años 40, focalizada por Matt Wagner en la acusada transición vivida por Batman, quien pasará de luchar contra malhechores convencionales, a enfrentarse a supervillanos que, en su extravagancia y frecuente inestabilidad psicológica, encuentran el arrojo necesario para obviar el simbolismo inherente a la vestimenta del “señor de la noche”, que en el común de los mortales parece inspirar un terror desmesurado.
Su ubicación dentro de la cronología del personaje, bien podría fijarse tras los sucesos narrados en Batman: Año Uno, de forma que se retoma la colaboración entre Bruce Wayne quien apenas cuenta con un año de experiencia en su cruzada contra el crimen, y James Gordon, insobornable agente de la ley que continúa abriéndose paso en el Depatamento de Policía de Gotham City. La diversificación de la acción y las subtramas presentes en las seis entregas de esta miniserie permiten prestar la atención debida a un elenco de secundarios que a buen seguro resultarán familiares a los lectores más versados en el “bat-universo”, pues en un curioso ejercicio de retrocontinuidad (si es que Batman y los Hombres Monstruo pudiera considerarse dentro de la continuidad) más comedido y discreto de lo habitual, Wagner recupera a personajes como Sal Maroni, quien jugaría un papel determinante en la génesis de Dos Caras, Julie Madison, interés amoroso del Caballero Oscuro durante los años cuarenta (no como estudiante de Derecho, sino como actriz), o el Doctor Hugo Strange, cuya primera aparición tuvo lugar en el Detective Comics #36 (en su edición española, Los Archivos de Batman volumen 1; Norma editorial).
“Hay cierta tendencia a hacer parecer a Batman como un tipo severo y beligerante, lo cual lo conduce a los límites de lo que se puede considerar un mal tipo. Prefiero verlo de un modo más heroico. Es realmente determinado pero educado, un buen tipo, un héroe. Adopta esos métodos por entenderlos como el único modo en que realmente puede combatir los elementos criminales que le rodean, al tiempo que le sirve para reconducir las pesadillas que le asaltan…No es simplemente un soldado severo que asume que ese es el modo en que siempre funcionará el mundo. Si ese fuera el caso, no estaría peleando.” (Comic Book Resources; 5/10/2005).
“Jocosamente lo llamo Año 1.5. Parece tener lugar en sus tres o cuatro últimos paneles. Así que (se podría situar) antes de la aparición del Joker, pero después de Capucha Roja, entre esa secuencia.” (Comic Book Resources; 5/10/2005).
“No considero a Bruce Wayne como un excéntrico megalomaníaco obsesionado con eliminar el crimen en una escala mundial. Afrontémoslo: nunca podrá alcanzar un objetivo como ese. En su lugar, lo veo como alguien consciente y metódico… realmente cree que puede provocar un cambio en Gotham. Para ese fin, ha creado un personaje dramático y un disfraz terrorífico que ha funcionado casi mejor de lo que podía haber esperado.” (Silver Bullet Comics).
“Si te fijas en el final de Año Uno, la guerra continúa para él, pero casi tiene un sabor victorioso. Lo que hace parece estar funcionando. La aproximación que estoy llevando a cabo es que en realidad cree que está ganando. Retrato a Bruce como una persona muy práctica. Es realmente determinado, y está un poco obsesionado, pero no lo veo como el tipo de persona que empezaría esta cruzada si no pensara que puede salir vencedor.” (Ign.com; 18/8/2005).
Era necesario. Por fin, tras demasiado tiempo observando a Batman retratado una y otra vez como un auténtico energúmeno, huraño, egoísta y altivo, Matt Wagner se atreve a arrojar la suficiente luz y cordura como para recordarnos la caracterización primigenia de un personaje que con el paso de los años ha agriado su carácter y perdido buena parte de su sentido común, hasta extremos que, en ocasiones, rozan lo caricaturesco.
Dejando a un lado la continuidad y sin mostrar prejuicios a la hora de acometer una revisión como la realizada en este álbum, el guionista y dibujante nos retrotrae a una época en que Bruce Wayne combinaba idealismo y juventud con determinación y optimismo para, tomando elementos propios de historias de serie b (científicos locos y sus creaciones), con otros más característicos de tramas centradas en el crimen organizado (amenazas, extorsiones, chantajes…) ofrecer al lector 144 páginas donde no renunciar a convencionalismos, sonrojarse ante lo predecible, ni mucho menos olvidar el valor del entretenimiento en estado puro. Para ello Matt Wagner y su colorista Dave Stewart (con quien ya coincidió en Trinity) se recrean en una estética premeditadamente retro, deudora de las revistas pulp en las que ambos reconocen haber encontrado fuente de inspiración. La sencillez habitual del estilo del dibujante se ve salpicada en Batman y los Hombres Monstruo por parte de la rudeza de los primeros cómics protagonizados por este personaje. Una rudeza no exenta de encanto, ni incompatible con la elegancia habitual de este autor, quien para la ocasión opta por una ambientación más oscura y tétrica de lo habitual, tan acorde con el tono de la historia narrada, como perfecta para dejar patente su dominio de las luces y sombras, composición de página y narración.
Se trata, en definitiva, de un notable ejercicio de nostalgia y reivindicación de la esencia de un personaje. De la crónica del nacimiento de una obsesión (la de Hugo Strange por el Hombre murciélago, tal y como se narró en Batman: Presa, de Doug Moench y Paul Gulacy), del camino hacia la madurez de un héroe. Pero por encima de todo, de un tributo a unos tebeos que en su día inspiraron y deleitaron a un autor lo suficientemente agradecido como para rendir un homenaje que, lejos de desmerecer a los originales, los supera con creces.
En cuanto a la edición española, por cuenta de Planeta DeAgostini cómics, decir que resulta más que correcta, con un precio razonable y una presentación difícilmente mejorable. Sin embargo, la publicación de las portadas originales es sencillamente caótica (#1 en portada, #6 en la primera página, #2, 3 y 5 en la contraportada, y #4 en el interior) y se echa en falta la presencia de un artículo introductorio, con el que informar a los lectores acerca de las peculiaridades de este proyecto.
En resumidas cuentas, se trata de una lectura muy recomendable, ideal tanto para los lectores más veteranos, como para quienes se acerquen por vez primera a la mitología del “Caballero Oscuro”.
Página web oficial de Matt Wagner.
Entrevista a Matt Wagner publicada en la web Comic Book Resources.
Entrevista a Matt Wagner publicada en la web Comic Book Resources.
Entrevista a Matt Wagner en la web IGN.
Entrevista a Matt Wagner en la web Newsarama.
Entrevista a matt Wagner en la web Silver Bullet Comics.
Artículo: Dark Moon Rising: Batman & The Mosnter Men, por Sergio Robla.
Artículo: Matt Wagner, Batman y el Monje Loco, por Sergio Robla.
Reseña de Sandman Mystery Theatre: La Vamp, por Toni Boix.
Reseña de Batman: Año Uno, por David Fernández.
Reseña de Grendel: Rojo, Blanco y Negro, por David Fernández.
Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)
Me encanta cuando se explora el comienzo puramente romántico y detectivesco de este personaje desde la perspectiva contemporánea, antes de tanto acompañante molesto o villano de opereta. Este es el Batman con el que más disfruto, el de Año 1 y La máscara del fantasma (posiblemente la mejor película de Batman).
Por cierto David, un artículo excelente. ¡Colaboración ya!
Como me gusta Batman..!
Por fin los de DC empiezan a tratar a Batman como una persona racional y le han quitado la escoba que tenía metida en el culo. Y Wagner lo ha clavado en sus definiciones. Ése es, al menos, «mi» Batman.
Aún no he leído el cómic entero, pero me está gustnado. (lo compré junto con «batman: jekyll & hyde» hace nada, y aprovecho para decir que este último es la hostia).
Tras un par de días desconectado de la blogosfera, acabo de leer tu artículo sobre Y, el Último Hombre… y qué decir, Jose… ¡que eres un crack! Un análisis realmente amplio y concienzudo de uno de mis cómics preferidos.
En cuanto a Batman, coincido plenamente: se había perdido por completo la perspectiva, ese comienzo puramente romántico y detectivesco al que aludes, elemento clave en que tantos lectores tengamos en Batman a uno de nuestros personajes preferidos. Y la serie de animación, una delicia. Impagable.
En cuanto a la colaboración, ¡por supuesto! Viendo el resultado final del artículo sobre Planetary (1 y 2), no puede queda ren anécdota. Hay que ir pensando en qué título nos centraremos… Hasta entonces, ¡muchos ánimos con el la preparación del MIR! 😉
Bruce…para que negarlo… ¡si es que es uno de los mejores personajes de ficción jamás creados!
Y Sputnik, muy necesaria la extracción de la escoba a la que haces referencia… La pena es que, pese a lo prometido con «Un año despues», dicho cambio apenas es perceptible en las series regulares. En cuanto a Batman: Jekyll & Hyde, coincido plenamente, muy recomendable (la historia no tiene desperdicio y Jae Lee y Sean Phillips están realmente inspirado). No descartes artículo dentro de unas semanas…
Un saludo y gracias por los comments!
Pues precisamente escribiendo mi artículo sobre «Y, el último hombre» me acordé de ti y de tu magnífica mano para escribir acerca de los autores y, específicamente, acerca de los procesos conceptuales que llevan a la creación de un cómic determinado (cómo se le ocurrió la idea al autor, cómo la plasmó, qué procesos lo modificaron). Algo parecido a lo que hiciste con Ellis en el primer capítulo de nuestra reseña de Planetary o lo que has hecho en este mismo artículo. Lo dicho: eché de menos poder incluir algo así, desde tu punto de vista.
Y ahora me largo a estudiar (adios, me voy, que llego tarde hoy :D)… 1 saludo!
Fenomenal análisis y comic. Yo lo terminé ayer, y recomiendo este comic a todos, especialmente a aquellos que disfruten con ese ambiente post Año Uno.
muy buen artículo, con respecto al tema de la escoba en el culo, estoy de acuerdo, creo que el batman uraño que trabajaba a regañadientes en equipo se caía a pedazos a medida que la batifamilia seguía creciendo. además si bien creo que el batman paranoico puede dar muy buenas historias si se abusa de la idea puede resultar un desastre, además de dejar a batman como un tipo decididamente antipático (como el papel que juega en la espectacular green lantern rebirth) pero tampoco hay que dejar de lado que se trata de un personaje que diseño su personalidad y su atuendo para generar miedo. con respecto a lo que dice wagner acerca de que intento relatar la transicion entre gangters a supervillanos la misma se encuentra exelentemente contada en long hallowen, que es tambien una secuela casi oficial de año uno.
Gracias, Óscar y Lucas! 😉 Coincido con ambos en la alusión a Año Uno: atendiendo a la lectura del tomo y a las propias declaraciones de Wagner, no cabe duda de que la relación con la obra de Miller y Mazzuchelli es más que evidente. Desde entonces se han narrado muchas aventuras del Caballero Oscuro deudoras de este estilo, pero se echaba en falta una aproximación tan sincera y desprejuiciada como la de Batman y los Hombres Monstruo.
Ciertamente, la caracterización de Wayne como un tipo obsesionado, paranóico, eternamente torturado, hosco y altivo también tiene su atractivo, pero en los últimos años han enfatizado demasiado esta vertiente del personaje, hasta convertirlo en un tipo realmente antipático.
Y gracias de nuevo, Jose: no puedo negar que la parte de los artículos a la que aludes es la que más disfruto, como lector y redactor de reseñas o artículos. Lo dicho: tenemos que pensar en un nuevo artículo en común.
Un saludo!
Hay que leer el green lantern nº3, sale Batman y está de PM..
Qué bueno es Wagner.
¿Por qué señor? ¿Por qué coño no se publica Grendel?