Edición original: Batman/Superman núm. 8 USA y Worlds’ Finest núm. 19 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Greg Pak, Paul Levitz
Dibujo: Jae Lee, R.B. Silva, Scott McDaniel
Entintado:Jae Lee, Jason Wright
Color:Jae Lee, Joe Weems
Formato: Grapa, 48 págs. A color.
Precio: 3,50 euros
Esta colección me crea sentimientos encontrados. Tenemos a los dos pesos pesados de DC Comics bajo una misma cabecera, lo que es bueno, pero también tenemos a su cargo a un equipo creativo que no sabe muy bien qué hacer con los personajes. Una de cal y otra de arena.
Como se trata de reseñar el número del mes de agosto me permito hacer un pequeño repaso de los anteriores nueve números para posicionarnos y entender como hemos llegado hasta aquí.
Tras ser desplazados por un esbirro de Darkseid a Tierra 2, enfrentarse a sus correspondientes contrapartidas en dicha Tierra, vencer de un modo que no queda claro del todo y olvidar lo sucedido (algo que destruye por completo la historia), Superman y Batman deben lidiar con un videojuego basado en tecnología alienígena facilitada por Mogul que se revela como la herramienta que permitirá conquistar la Tierra a este villano. Una vez vencido es recluido en la Zona Negativa por Superman donde no podrá causar daño alguno… ¿o sí?
En el número que nos compete arranca el crossover con Las Mejores del Mundo, Power Girl y La Cazadora, denominado Primer Contacto. Helena Wayne motivada por los poderes descontrolados de Kara, decide hacer una visita largamente postergada a la mansión Wayne. Kara a duras penas controla sus poderes y se ve enfrentada a Superman que intenta ayudarla. Ante esta situación Batman comienza a investigar los lugares donde los poderes de Kara fluctúan descubriendo que se ha convertido en una bomba humana a punto de explotar…
Este crossover parte de algo que tan solo era cuestión de tiempo que llegara y esperamos lo mejor de ello, pero vista la errática trayectoria de Greg Pak solo nos queda depositar toda nuestra fe en la labor que desempeñe Paul Levitz en la colección World Finest.
Greg Pak no termina de pillarle el pulso a los personajes que resultan distantes y fríos, casi robots que se comportan tan solo pivotando sobre una o dos formas de ser, sin alcanzar tridimensionalidad alguna. Una lástima. Superman es distante hasta la extenuación y Batman parece un sociópata, están tan polarizados que estas caracterizaciones distan mucho de cómo podemos verlos en sus respectivas colecciones.
Tampoco ayuda el dibujo de Jae Lee que refuerza esa sensación de frialdad con viñetas y viñetas sin fondos, con degradados de color y enormes nadas alrededor de una excesiva orientalización de los personajes. No es que Lee sea un mal dibujante, es sencillamente que su talento se ajusta más a las ilustraciones que al exigente trabajo de contar historias mediante imágenes. Sus escenas rozan lo gótico, con diseños recargados pero sin detalles, juega con el claro y el oscuro de manera brillante, sin que ello aporte demasiado a la historia o los personajes, por lo que su talento está mal focalizado.
Por otro lado, esta Scott McDaniel a los lápices de World Finest dando un contrapunto a Jae Lee. Son estilos tan diametralmente opuestos que el paso de uno a otro es tan abrupto que te saca de la ya pobre historia que nos están contando.
Un comic simplón, con buenas ideas mal desarrolladas que tan solo arañan la superficie de lo que podría ser una de las mejores colecciones de DC Comics. Si de algo hay que culpar a DC en los últimos tiempos es de no poner más cuidado a la hora de asignar los equipos creativos a algunas series y esta serie es un claro ejemplo de ello.
Pero sí que hay algo que está bien llevado y es como Batman y Superman se toleran y son capaces de superar lo que los separa para poder trabajar juntos en el que es el mejor equipo del mundo, porque si no son capaces de hacerlo es muy probable que Kara termine explotando y destruyendo la Tierra.
¿Podrán evitarlo? ¿Cómo les afectara el saber de la existencia de otra Tierra donde todo es muy diferente?
En treinta días lo podremos descubrir…
Una buena reseña sobre una serie que viene a resumir lo que han sido las New52; unos conceptos y unos personajes que pueden dar lugar a unas posibilidades infinitas,y que por la falta de planificación y la incapacidad editorial dan lugar a productos o bien mediocres, o como este, sin chicha ni limona.
Lo que no estoy de acuerdo es en eso de » No es que Lee sea un mal dibujante, es sencillamente que su talento se ajusta más a las ilustraciones que al exigente trabajo de contar historias mediante imágene»
Jae Lee lleva muchos años demostrando que es uno de los mejores dibujantes (no sólo ilustrador) y con más personalidad del mercado americano, hay están sus Inhumanos, su Dark Tower o sus números de Ozymandias, que te dejan con la boca abierta.
A mí el primer arco, con sus saltos temporales, el enigmático guión de Pak, que en mi opinión ha escrito el mejor Superman desde el reboot, y el dibujo fantasmagórico de Jae Lee, me gustó bastante.
Pero después he ido desconectado con la serie, primero por el abominable Booth y luego por el cruce con la serie de Levitz, que no me interesa nada.