El epílogo escrito por
Por esa época [1966-67], el número de copias que se vendían del cómic americano de Batman había alcanzado la cifra de 1.300.000 cada mes. La serie de televisión emitida en el canal ABC hizo al personaje más popular aún, lo que aumentó las ventas del cómic. En Japón se emitió a color en Fuji TV entre 1966 y 1967, pero como yo no tenía una tele a color lo único que podía hacer para verlo era ir a la estación de televisión en la que trabajaba (en mi día libre) y verlo allí. Esta versión televisiva de Batman era un producto de la cultura pop de sus días y presentaba a villanos tan conocidos como el Joker, Pingüino o Catwoman haciendo frente al dúo dinámico formado por Batman (Adam West) y Robin (Burt Ward) en batallas de risa.
El epílogo, para los que carecemos de conocimientos sobre la historia del personaje, es fundamental para entender un poco el contexto en el que
Kosei Ono comenta que las historias de Batman de los años cincuenta y sesenta habían alcanzado cierto límite de surrealismo y que debido a esto las ventas habían bajado. En 1964,
Dejando a un lado la corriente americana, este Batman es el producto de un mercado totalmente distinto al americano; no vamos a encontrar patrones ni de estilo ni de narración del cómic clásico de superhéroes, sino algo totalmente creado para el público japonés: el cómic está en blanco y negro —excepto algunas páginas a color al principio de algunos capítulos—, se lee de derecha a izquierda y el sentido narrativo es totalmente japonés; es decir, mucho más dinámico, con menos texto y un diseño de página más flexible.
Las historias son tan simples como puedas imaginarte, y todas ellas siguen un mismo patrón en el que Batman y Robin se han de enfrentar a un nuevo villano que, por supuesto, acabará, tras varias dificultades y problemas, capturado o muerto. Por por poner un ejemplo: en el primer arco del tomo Lord Death Man y su banda empiezan a perpetrar robos y a causar el caos sin motivo aparente; Batman, siempre junto al Chico Maravilla, aparecerá en el momento oportuno y en el lugar adecuado para capturarle en una batalla que acabará con la vida del villano. Pero el poder de Lord Death Man es un nuevo misterio para Batman: siempre que quiera, puede morir y volver a la vida al cabo de unas horas. Haciendo creer a todo el mundo que ha muerto, se libra del juicio y queda libre de toda culpa. Al final, Batman descubre que esa muerte aparente de Lord Death Man no es más que una truco de yoga (!!) que le permite simular su muerte durante el tiempo necesario para que el ayuntamiento, que corre con los gastos del funeral, le entierre y sus secuaces le saquen inmediatamente después.
Este Batman de Jiro Kuwata tiene grandes momentos de acción, un dibujo exquisito con una esencia pulp irresistible además de todos los ingredientes necesarios para hacer de este un cómic de aventuras divertidísimo: la batcueva, el batmovil, armas de todo tipo —metralletas, lanzallamas, pistolas de balas de aleación de plástico indestructible—, acción en grandes cantidades, un gorila asesino, científicos locos… Las historias se suceden bajo este esquema que, aunque llega a ser ciertamente repetitivo, los personajes son bastante planos y las historias no tienen ninguna ambición más allá del puro entretenimiento, no le quita el encanto de leer esta versión japonesa, tan distinta y extraña, de este personaje que por lo general está más que visto.
Siempre que puedo le pongo a mis amigos el episodio de Batman el Valiente: «lo casos más extraños de Batman». siempre flipan con el batmanga:
https://www.youtube.com/watch?v=83PF5cJyO8s