El concepto battle royale está de plena actualidad gracias al fenómeno que ha supuesto Fortnite Battle Royale en el sector de los videojuegos, desatando una auténtica fiebre por esta modalidad altamente adictiva. En este tipo de batallas se dispone a un grupo de personas con un equipamiento mínimo sobre un escenario cuyos límites se van reduciendo. Su objetivo consiste en eliminar a sus oponentes, aumentar y mejorar su inventario y evitar quedar fuera de los límites de la zona segura.
Para encontrar sus antecedentes tenemos que remontarnos a finales del siglo XX. Es cierto que en los circuitos de la lucha libre profesional ya se empleaban las reglas que, con ciertas particularidades, permitían asistir a combates múltiples entre varios luchadores de los cuales solo uno podía salir vencedor, pero sería la publicación de la novela escrita por el japonés TAKAMI Koushun, publicada en el año 1999, la que significaría el auténtico pistoletazo de salida para este subgénero. La frescura, el dinamismo y el salvajismo de esta propuesto la convirtieron en un éxito que se tradujo en una adaptación al cine un año más tarde. Dirigida por FUKASAKU Kinji y con la participación del carismático KITANO Takeshi, rápidamente se convirtió en una cinta de culto a lo largo y ancho del planeta, dando lugar a una secuela. En 2008 se publicó el primer libro de Los juegos del hambre, la trilogía literaria de Suzanne Collins que posteriormente sería adaptada a la gran pantalla.
En esta adaptación al manga de la novela original, a cargo de TAGUCHI Masayuki, la historia se sitúa en una sociedad distópica, en la que una de las potencias mundiales es la Gran República de Asia Oriental, un Estado militar nacido en contraposición al imperialismo estadounidense, aislado al exterior y donde el rock’n’roll es ilegal por considerarse música subversiva. Una vez al año, una clase de 3 de Secundaria es elegida al azar para participar en un juego promovido por el gobierno y conocido como “El Programa”, un brutal ejercicio de violencia en el que los alumnos seleccionados deben matarse los unos a los otros hasta que solo uno de ellos quede en pie, siendo televisado para todos los ciudadanos.
Shuuya y Yoshitoki, dos huérfanos que han crecido en un orfanato al amparo de su dedicada cuidadora, junto a sus cuarenta compañeros del instituto, son elegidos para participar en la próxima edición del juego. Durante lo que ellos creen que se trata de una excursión, son sedados y secuestrados, despertando en una isla donde conocen a Yonemi Kamon, quien ejerce de maestro de ceremonias y supervisor del evento, explicándoles la situación en la que se encuentran. A partir de ese momento, deberán tratar de sobrevivir a costa de las vidas de sus compañeros, utilizando el equipamiento que se les entrega y apoderándose del de sus víctimas. El escenario es una isla de la que resulta imposible escapar y cuyos límites se van reduciendo progresivamente para forzar el encuentro de los participantes y obligarlos a matarse entre sí.
Si bien en un primer momento la mayoría de los estudiantes muestra su rechazo a participar en el juego, poco a poco aceptarán su destino, dando rienda suelta a sus instintos más primitivos y su afán de supervivencia, cediendo ante los deseos de sus captores y acabando con las vidas de sus compañeros. En estos primeros compases de la obra se observa una importante carga psicológica, en la que se puede analizar el rápido paso de los personajes por diferentes estadios y la forma en que nuestra naturaleza animal acaba aflorando, en contraposición a la ética humana.
Con un argumento tan sencillo y directo, cabe preguntarse dónde reside el éxito de Battle Royale. Partiendo de la base de una distopía, este tipo de historias, que dan cabida a un caos controlado y a una violencia latente desatada, intentan dar respuesta a dudas e hipótesis sobre lo que ocurriría en contextos con ciertas variaciones sociales, políticas o económicas, que exigen una adaptación del comportamiento humano a sus condiciones y despierta en los lectores una conexión con nuestros más bajos instintos, que nos lleva a preguntarnos si nosotros seríamos capaces de participar en el juego si nos viéramos obligados a ello, si podríamos suprimir nuestros propios códigos morales, olvidarnos de lo que está bien y lo que está mal, si liberaríamos nuestra naturaleza superviviente o la reprimiríamos, aun a costa de nuestras propias vidas.
El dibujo de TAGUCHI no se caracteriza por ser de una corrección exquisita, ya que comete ciertos errores anatómicos y de proporciones, pero resulta salvaje y visceral, lo que casa perfectamente con el tono argumental de la obra. El autor muestra sin tapujos los asesinatos y las mutilaciones que se producen entre los participantes en el juego, con un gran dinamismo y espectacularidad.
Battle Royale fue uno de los primeros éxitos de Ivrea, que publicó sus quince tomos entre marzo de 2004 y agosto de 2006, encontrándose agotada desde hace bastante tiempo y convertida en objeto de deseo de muchos lectores que no pudieron hacerse con aquella edición. A principios de septiembre, dicha editorial anunció una nueva edición de esta serie, basándose en la edición bunko japonesa, de tomos más pequeños, con más páginas y nuevas portadas, pero respetando el tamaño B6 (130×180 mm) de la edición original en tankôbon, tal como hicieron anteriormente con Jojo’s Bizarre Adventure. Se trata de un volumen en formato rústica con sobrecubiertas y con periodicidad bimestral. Incluye un epílogo escrito por TAKAMI Koushun, pero, aunque el tomo comienza con dos páginas de ilustraciones a color, es una lástima que no se incluyan las páginas en color del cómic. En cualquier caso, se trata de una edición de calidad, que viene a darle una segunda vida a la obra en nuestro mercado y representa una excelente oportunidad para que tanto los lectores veteranos para los que pasara desapercibida en su día, como las nuevas generaciones de aficionados al manga puedan conocer esta fantástica serie.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 7.9
Dibujo - 6.6
Interés - 8.4
7.6
Todos contra todos
Ivrea hace honor con esta reedición a uno de los primeros éxitos de su catálogo, una obra que merecía estar de nuevo disponible en el mercado, por ser una propuesta original que ha tenido tanta relevancia en diferentes medios culturales. Su argumento directo, la dicotomía entre moral y supervivencia a costa de los demás y su visceral dibujo la convierten en una lectura muy adictiva.