Una historia como la nuestra sólo podía tener un final
Segundo de los tomos que recopilan los distintos arcos argumentales de la colección Battlefields que el guionista irlandés Garth Ennis escribió para la editorial independiente Dynamite Entertainment desde el año 2008. Después de la primera entrega Battlefields: Las Brujas de la Noche dibujada por Russell Braun y con el 599º Regimiento de Bombarderos Nocturnos, escuadrón soviético formado íntregramente por mujeres, como núcleo argumental ahora toca visitar los mares del Sur de China para ser testigos de la invasión japonesa de Singapur de 1942 también en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Aunque la temática y la construcción es distinta a la de su predecesora esta nueva entrega vuelve a depositar gran parte su peso en personajes femeninos, esta vez uno solo, para relatar una historia de amor, venganza y tragedia con la que el autor de Hellblazer o Las Crónicas de Wormwood ha tratado de amalgamar distintos géneros, alguno de ellos totalmente ajenos a su impronta, triunfando al 100% con su cometido y regalando un nuevo relato de Battlefields para la estantería del recuerdo que nos da una perspectiva algo diferente de los relatos bélicos que suele facturar el guionista irlandés.
Carrie Sutton es una enfermera británica que tras ser violada y torturada, junto a otras mujeres, por miembros del ejército japonés en Singapur sobrevive milagrosamente a su propio fusilamiento en 1942. Tiempo después y ya recuperada de sus heridas vuelve a ejercer su oficio en un hospital militar del país asiático ocultando a todo el mundo el infierno por el que pasó afirmando únicamente haber sufrido una herida de bala. Una vez instalada allí conocerá a Billy Wedgewood, un teniente de aviación de la RAF (Real Fuerza Aérea Británica) herido en combate y con el que comenzará una relación sentimental que le hará volver a recuperar las ganas de vivir y mantener la esperanza de compartir con él un futuro próspero y feliz. Todo comenzará a torcerse cuando empiecen a llegar prisioneros japoneses capturados al hospital y Carrie decida vengarse de las atrocidades que los nipones cometieron con ella asesinándolos clandestinamente, algo que le impedirá desvincularse de su terrible pasado y crear una vida en común con Billy, militar de alto rango que le dará una perspectiva sobre la guerra que ella no comprenderá desembocando estos hechos en trágicas consecuencias para ambos.
Querido Billy no es la típica historia de guerra escrita por Garth Ennis en la que la testosterona, la virilidad y el compañerismo entre hombres copa todo el protagonismo de la propuesta como sucedía en la mayoría de series que escribió para la mítica Historias de Guerra en el sello Vertigo. Esta segunda entrega de Battlefields no elude la crudeza y el salvajismo propio de los retratos del irlandés a la hora de hablar de conflictos bélicos, pero su estética y construcción narrativa coquetea con el folletín, el drama o el relato romántico, construyendo una propuesta menos encorsetada en un sólo estilo debido a los límites que impone la hermética naturaleza argumental de este género. El autor de Crossed recurre a la narración epistolar desde el punto de vista de su protagonista para construir su propuesta y gracias a ello demuestra una sensibilidad a la hora de perfilar personajes femeninos que hasta ahora no había explotado. Cierto es que en Predicador, Bloody Mary, The Pro o Punisher MAX ya había escrito mujeres individualistas que escapaban de ciertos estereotipos adscritos al arte secuencial, pero la Carrie Sutton que protagoniza Querido Billy es uno de los más realistas, tridimensionales y empáticos que ha escrito en toda su carrera como guionista.
El mayor acierto de Querido Billy es que mediante su pareja de personajes principales, afrontando ambos los traumas experimentados en tiempos de guerra de manera diferente, se abordan temas interesantes como los daños colaterales sufridos por los civiles durante la Segunda Guerra Mundial, el perdón o la venganza. Ennis hace especial hincapié en una visión más impulsiva y primaria de los conflictos bélicos, tomando el punto de vista de una persona ajena a ese mundo que tras ser torturada y supuestamente asesinada por el enemigo no alcanza a comprender cómo los aliados pueden aceptar una rendición por parte del ejército japonés como una victoria cuando los nipones han dejado tras su paso un reguero de sangre y muerte repleto de víctimas que nunca recibirán justicia. Esta decisión crea un abismo insondable entre Billy y Carrie, cuando esta última no da crédito a que no se haga nada más por vengar el profundo dolor que los japoneses han infligido a miles de personas, afirmándonos de manera fehaciente que hay quienes tras experimentar este tipo de violencia injustificable no pueden rehacer su vida debido a las profundas marcas que el horror sin sentido deja en ellos. De este modo Ennis ejecuta una de las historias más trágicas y dramáticas de su obra, sin caer en la explicitud ni el sentimentalismo, guardando un equilibrio brillante a la hora de exponer los hechos que narra.
Para que ese tono de relato de cómic romántico (al menos en lo referido a la estética, porque si tenemos en cuenta el contexto la tragedia es la que bascula la historia) que insufla Garth Ennis a Querido Billy conforme un sólido todo narrativo la ayuda indispensable de Peter Snejbjerg se antoja de capital importancia. Aunque curtido en cómics más adscritos a la fantasía y lo sobrenatural como Hellblazer, Abe Sapien, Starman o Animal Man el ilustrador danés amolda su trazo a un tono realista, limpio, de línea tan sencilla como expresiva, enfatizando los pasajes más emocionales por medio de la calidez, pero no eludiendo remarcar la brutalidad de las secuencias localizadas en el contexto bélico gracias a una crudeza muy bien medida que se ve potenciada gracias a la notable labor de Bob Steen con la paleta de colores. El resultado es un apartado gráfico notable que se mimetiza totalmente con la prosa del autor de The Boys entregándose a la naturalidad a la hora de diseñar tanto a los personajes principales que pueblan el relato como las localizaciones espaciales en las que se moverán, confirmando así que la elección de dibujantes por parte de Dynamite Entertainment para trasladar a las viñetas la letra de Ennis es un acierto mayúsculo con el que cada uno de los arcos que componen la colección gana calidad artística.
Battlefields: Querido Billy confirmaba los niveles de calidad de los que podía presumir la cabecera escrita por Garth Ennis para Dynamite Entertainment ya en su segunda entrega y el futuro más que prometedor al que se enfrentaba como colección que abarcó ocho entregas. Aleta Ediciones ha publicado dos arcos argumentales más, Tanquistas y El Valle Feliz, que aquí serán debidamente reseñados y esperando no sean los últimos publicados por la editorial española ya que con ellos hemos llegado sólo al ecuador de la serie. Por ahora nos quedamos con las buena sensaciones transmitidas por este segundo volumen en el que encontramos facetas poco exploradas por parte de su guionista desmostrándonos que pude aventurarse con incuestionable éxito en otro tipo de estilos, narraciones o géneros sin perder un ápice de su talento y personalidad. En breve hablaremos del ya citado tercer tomo de esta Battlefields en el que volveremos a meternos en la boca del lobo de la mano de nuestro compatriota Carlos Ezquerra cuando un grupo de variopintos soldados británicos se adentren en terreno francés después del desembarco de Normandia armados con un sólo tanque y encontrando allí otro de los rostros más execrables y terribles de esa atrocidad llamada la guerra.
Me encantó esta historia de Garth, que aunque mantiene sus señas de identificación, es la más atípica de su género bélico
¡Hola Alberthor!
Totalmente de acuerdo, como relato guarda las señas de identidad del Ennis adscrito al género bélico, pero da una perspectiva hasta ese momento inédita en su impronta a la hora de abordar esta temática.
¡Un saludo!