Edición original: Bedlam #1 a 4.
Guión: Nick Spencer.
Dibujo: Riley Rossmo.
Color: Jean-Paul Csuka.
Formato: Grapa.
Precio: $3,50.
Reseñar un cómic con un arco argumental inconcluso no es nuestra práctica más común, pero por diversas razones con Bedlam estamos haciendo esta excepción. Entre esos motivos, está que es una de las series nuevas de Image Comics que está captando cierta atención del público y de la crítica (de esto último para bien y para mal), y por ello no podemos dejarla pasar mucho más tiempo.
Sumado eso a otras cuestiones que no vienen al caso, nos encontramos comentando este cómic de Nick Spencer y Riley Rossmo (que en sí son otros dos motivos por los cuales no podemos evitar esta serie) hasta su reciente #4, que nos deja ante el comienzo de la recta final de su primer arco argumental.
Más allá de que no estemos ante un final cerrado, estos cuatro primeros números son material suficiente para hablar de Bedlam con ciertos fundamentos, aunque desde ya no tanto como para dar un veredicto, sino más bien un acercamiento inicial a un cómic atractivo.
Los autores
Uno de los motivos señalados para sentir el deber de posar nuestra atención sobre esta serie cuanto antes sea posible, son sus autores. Su guionista, Nick Spencer, es uno que construyó su carrera en Image dando el salto a la popularidad al colaborar en títulos medianamente relevantes de Marvel y DC Comics, pero reservando siempre su trabajo de autor para la editorial de la i donde claramente se siente cómodo para elaborar sus historias propias, diferentes al trabajo como contratado en las llamadas dos grandes. En Bedlam repite eso, trabajando libremente, haciendo y mostrando cosas que quizás no podría hacer en Marvel y DC, desarrollando su narrativa sin atenerse a géneros prefijados, con la libertad definitiva de estar realizando una serie regular de autor.
El dibujante, Riley Rossmo, es un artista notable que desarrolló su carrera casi completamente en Image, y aquí se une a Spencer para aportar desde lo visual, en particular a las temáticas psicológicas con dibujos que expresan notablemente los desórdenes mentales del protagonista, pero también trabajando muy bien en otros aspectos importantes para esta serie como secuencias de acción violenta, o la expresión de horror en rostros.
Su dibujo, además, está muy bien coloreado por Jean-Paul Csuka, cuyo trabajo es también muy importante para la valoración de esta serie, destacando especialmente en la mayoría de las escenas de flashbacks utilizando blanco, grises y rojo, captando la vista de inmediato. Y aparte de esos momentos en particular, la elección de paleta de colores en general es correcta, siempre opaca, acorde al tono de la historia, y permitiéndose en otras escenas especiales jugar con los colores, de modo que siempre se presta atención esta cuestión por una u otra razón.
El estilo de Bedlam, en sus primeras cuatro entregas
No es fácil definir a Bedlam, ubicándolo en un género, o estilo de historia. Podemos enunciar su premisa fácilmente: un asesino serial, similar al Joker, que luego de ser reformado por la medicina psiquiátrica colabora con la policía; pero no es tan fácil encajar al cómic en alguna casilla, porque es varias cosas a la vez y va mutando según los momentos de la narración, siendo esta una de las características más interesantes.
Enunciándolo rápidamente, y sin develar nada, comenzamos la serie con una escena que bien podría ser de una historia de Batman (ya que también hay un personaje que se asemeja a un superhéroe/vigilante) y el Joker en su forma más violenta, y por ende podría tratarse de un cómic de superhéroes, con personajes y situaciones estereotípicas. Pero de allí muta en una trama más psicológica, con el protagonista tratado y afectado mentalmente, lo cual nos conduce a un flashback que entrega la escena más reflexiva y filosófica, con un enfoque crítico de la sociedad de control (enunciando Madder Red, ese personaje parecido al Joker, que la gente se puede salvar sola, sin necesidad de la intervención de otros…). De allí pasamos brevemente a una trama política, directamente relacionada con lo que antes afirmara el protagonista, sosteniendo directamente lo opuesto a lo dicho por aquél. Todo eso, en el #1. Luego de la primera entrega bien dialogada, y muy interesante si el lector se encuenta dispuesto a enfrentarse a ese tipo de diálogos reflexivos y un tanto profundos, nos metemos de lleno en una historia que combina alternadamente los géneros policial, suspenso, terror, thriller psicológico, acción…
Es evidente, entonces, que la narrativa de Bedlam no se queda quieta nunca, y de una u otra manera mantiene cautivo y atento al lector, porque siempre existe una tensión y está a punto de suceder algo. Esto, es una marca de autor de Nick Spencer, jugando con esos elementos sumado a las sorpresas, que a veces resultan absurdas pero en el desarrollo ulterior de la narración cobran sentido.
Una valoración inicial de Bedlam
Por lo enunciado en el apartado anterior, Bedlam promete tornarse una serie cada vez más interesante. No obstante, sus cualidades no son las de un cómic muy popular, ya que su atractivo pasa por cuestiones que no son las que conquistan al público masivo, al contar con gran cantidad de diálogo, momentos de reflexión detenida y prolongada, y referencias a posturas ideológicas y filosóficas de nuestra sociedad. E incluso, el caso policial de este primer arco argumental también trata problemáticas sociales actuales y de esa manera presenta de otra manera, de una forma más práctica, podríamos decir, lo que se expone en el mencionado discurso de Madder Red.
Desde ya, que la popularidad o no de la serie no es es lo que más nos interesa y con fortuna no será un factor determinante para su desarrollo (dependerá de que los autores puedan mantenerla sin importar los números de ventas, que de todos modos por el momento son relativamente buenos). Por el contrario, lo atractivo de Bedlam será que se mantenga ese enfoque crítico del comienzo, elaborado continuadamente como puede hacerse en una serie regular, abordado prácticamente a través de diferentes casos policiales, y no menos importante, a través del personajemuy carismático (a pesar de todo) que es Madder Red/Fillmore Press.
De esta manera, se conseguiría un cómic muy rico en contenidos variados, pasando de reflexiones que interpelan al lector sobre la sociedad en la que vive a escenas de acción violenta o pruebas que conducen a la deducción de quién era el culpable de los asesinatos. Claramente, esta no es una oferta muy en común en el mercado, lo cual aporta a la riqueza y a la valoración de Bedlam, y hace que sea importante que consiga mantenerse en esta tónica, y tal vez podría ser aún mejor, por un tiempo prolongado. Aunque no hay que apresurarse, sino que se debe seguir mes a mes su publicación.
A esta serie le eche el ojo hace tiempo y estoy muy interesado en que llegue a España, me encanta el guionista y e dibujante aunque no lo conocia me ha sorprendido para bien, me encanta este estilo de dibujo,sobre todo en las partes en blanco y negro.
Si llega por estos lares tiene un comprador seguro
Tiene muy buena pinta, Madder Red da auténtico mal rollito
La hostia. Siento el exabrupto pero no tengo una mejor manera de expresar lo que esta serie me inspira. Es, para mí, la grandísima sorpresa de esta temporada en Image, en la que TODAS las piezas encajan a la perfección para entregarnos un cómic que conecta conmigo en todos los aspectos posibles, atrayéndome profundamente todos y cada uno de los géneros y técnicas narrativas empleadas, tanto a nivel de dibujo como de guión. Esos diálogos, esas situaciones… ¡Y ese protagonista!
Creo que debo dinero o algo a Daniel por incluir este cómic en sus sugerencias «jalogüineras», insistiéndome en su lectura. LA. PUTA. HOSTIA.
Perdón otra vez.
P.D. Gran reseña.
Totalmente deacuerdo contigo Reverend Dust
Desconcertante. Para mi esa es la palabra. Desconocia de su existencia. Pero ya me ha picado y a la espera de una decente edicion española. Si Reverend la recomienda así, garantia ‘must have’.
Hace 4 días dijo Spencer que sale en Mayo el TPB con los 6 primeros números. 178 paginacas por 10 dólares… Brutal.
Si cae por España yo pico, me habeis convencido. Me gusta la estética pero sobre todo argumentalmente las posibilades que ofrece ese planteamiento del psicópata «reformado».
Reverend Dust si eso es así que alguna editorial se haga con la licencia Yaaaa
es de agredecer reseñas de comics como este o prophet al que ni siquiera me habria acercado de no haberlo reseñado aqui. gracias y seguid con este gran trabajo descubriendonos mas comics como estos.
Leí el primer número aprovechando la oferta aquella de comixology y bueno… el dibujo me llama la atención, sobre todo el uso del color. Y la historia resulta lo suficientemente intrigante para querer leer más pero no me acaba de convencer. No tengo problemas con escenas fuertes de violencia pero para mi gusto Bedlam se pasa un poco de la raya, no es que sea de mal gusto (que a veces también) es más que es demasiado perturbadora, apabullante y creo que más de una vez gratuita pero sin el divertimento de la hiperviolencia de Tarantino, por ejemplo.
Aún así el final del número lo salvaba un poco. Igual me atrevería a leer el número dos pero tendría que ser un día que me levantara con ganas de enfrentarme a él.
Syx, yo te recomendaría que esperaras a leer todo el primer arco en lugar de juzgarlo por el número 2 porque, del mismo modo que en el 1, es muy posible que creas que alguna de las escenas más violentas que aparecen sean fortuitas y, como tú has dicho, gratuitas, pero todo responde a la naturaleza del propio arco, al antagonista (por así decirlo, que esto no es A contra B) detrás de los crímenes que vienen y vendrán.
Entiendo que soy muy efusivo en mis defensas, tampoco os dejéis llevar por mi entusiasmo, que esto no es para todos los estómagos (si bien no por ser explícito, que no lo es demasiado). Pero es que me encanta, joder xD
Lo de la niña en el primer número no me gustó naaada de nada, por ejemplo.
Bueno, supongo que un arco le podría dar. Ya si con eso sigo con la misma sensación no creo que leyera más.
El ejemplo que citas (que si hay algún moderador cerca yo agradecería que te lo pusiera dentro de la cajita de spoilers) es una doble declaración de intenciones: la del protagonista y la del guionista. Creo que el monólogo acerca de la dualidad tragedia/estadística era suficientemente revelador de esto e impide que esto sea tratado de «gratuito» en modo alguno, por mucho que a ti te resulte chocante por la naturaleza de la víctima.
Vamos, que te has marcado un claro…
»¿Es que nadie piensa en los niños?» :D
Bueno, no he dicho qué pasa. Sí, puede que me lo haya marcado no lo niego XD Y en parte entiendo la intención pero no soy fan de las formas. Todo muy excesivo, como una versión muy hardcore y ahostiable del Joker ¿? No sé.
Si se vuelve a hablar por aquí de la serie y me acabo el primer arco ya te cuento qué me parece.
No has dicho qué pasa pero tanto el contexto como tus motivos para odiar la escena son bastante elocuentes 😀 Cualquier comparación con el Joker se diluye a partir del número 1, en el que más que copiarlo se le parodia y se crea un personaje con mucho más trasfondo (básicamente porque la gracia de Joker es que no lo tiene), un asesino artístico que se reforma sin perder un ápice de su psicopatía inherente.
Hablaremos en el futuro pues. Con suerte en la reseña del tomo español (porque significaría que existe uno).
Solo leí hasta el número 3… la libreria lleva retraso en la entrega
realmente, estoy intrigado con este tebeo y su premisa…
aunque algo no me acaba de cuadrar, no se…
esta claro que todo tiene un sentido y un porqué… y le voy a dar el margen a Spencer para que lo desarrolle… el dibujo / color acompañan perfectamente…
pero no se…
algo hace que me encaje… cada vez se está quedando mas atrás en la cola de lecturas del mes….
Ya son ganas, Jorgenexo, ya son ganas… 😀