Belinda

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Edición original: Belinda (Editori del Grifo, 1983).
Edición nacional/ España: Belinda (Ediciones Obelisco, 1985).
Guión y Dibujo: Guido Crepax.
Color: B/N.
Formato: tomo rústica 48 págs.
Precio: 450 pts.

 

Belinda, historieta de 25 páginas publicada en 1967 (con una breve coda de 7 páginas que vio la luz en 1982), es una obra menor del maestro Guido Crepax (Milán, 1933-2003): una exploración de la ciencia ficción pulp que le apasionaba -como vimos en La astronave pirata (1968)-, mezclada con los delirios pop que, poco a poco, derivarían en onirismo y que acabarían siendo la marca de fábrica más identificable (junto a la sensualidad, también aquí presente) de su majestuosa producción; un divertimento, en suma, que confronta referentes variados y atrapa el espíritu lúdico de su tiempo.

Belinda es bella. Belinda es erótica. ¡Belinda es una heroína nostálgica! Los aromas, el humor, las rarezas y la geometría de los 60 constituyen la frescura y la sorpresa de esta historieta que conserva la magia y la sugestión de un pasado muy cercano, de un pasado del que Belinda despierta en nuestra época en que, si bien ha cambiado el orden de los acontecimientos, el juego continúa…” [Extraído de la contraportada]

La trama de Belinda está construida alrededor de una anécdota de cine de drive-in. Una oscura organización, apodada “tragadiscos”, ataca en los lugares más insospechados para robar vinilos. Cientos de miles de LPs han caído en sus manos… o en sus garras, porque los asaltantes no son exactamente humanos. Belinda, líder de una banda de moteros, les sigue la pista y acabará por desentrañar el desopilante misterio tras las sustracciones. Crepax se sirve de esta mínima excusa para jugar con algunas de sus armas favoritas.

La ciencia ficción, por ejemplo. Los ladrones, seres medio humanos, medio animales, resultan ser extraterrestres varados en nuestro planeta. Crepax los aborda casi como unos “4 Fantásticos” de pega, donde las metamorfosis no llegan por los rayos cósmicos sino por las especiales fisonomías alienígenas expuestas a la fauna de nuestro planeta. Así, contaremos con una mujer felina embutida en cuero, al estilo de Miss Fury o la Catwoman actual, que al desvestirse exhibe un sospechoso parecido con Cheetah, la enemiga de Wonder Woman (aunque lo más probable es que la idea proceda de Flash Gordon, tira de la que el autor era fan reconocido); un hombre pez que en aquel tiempo podría remitir al Monstruo de la Laguna Negra (La mujer y el Monstruo, 1954), pero que hoy día nos recordará mucho más a Abraham Sapien, el compañero anfibio de Hellboy; un hombre rinoceronte (más orgánico que el imaginado por John Romita para Spider-Man) que hace las veces de La Cosa, incluida una primera aparición destrozando un vehículo; y un líder insecto esperando salir de la crisálida como un Gregorio Samsa de andar por casa.

Cada página de Belinda está trufada de referencias dispares que van desde camisetas de Charlie Brown a discos de Bob Dylan o Joan Baez pasando por una extraña versión del Rat Pack (el grupo comandando por Frank Sinatra y Dean Martin) y otras más locales, apuntando a músicos o artistas italianos, que aquí se nos escapan. Reparemos en las estrafalarias indumentarias que recrea. Belinda viste un improbable conjunto de casaca y pantalón napoleónico con botas altas. No es lo más raro que veremos: durante el ataque del extraterrestre anfibio a un baño turco comprobaremos que los clientes (todos mujeres) van vestidos únicamente con tatuajes psicodélicos que ríete tú del especial bikinis de la revista Sport Illustrated.

Belinda, con la chaqueta desabotonada, los pantalones a media cadera y una cadena de moto en la mano, lista para la acción
Belinda, con la chaqueta desabotonada, los pantalones a media cadera y una cadena de moto en la mano, lista para la acción

Sin ser una obra particularmente erótica, pese a los reclamos de portada y contraportada, nuestra heroína se desnuda como los rateros con nuestras carteras, “al descuido”, es decir, que cuando se quiere dar cuenta le falta una prenda, o varias. El asunto, como siempre en el autor italiano, se aborda con naturalidad, igual que hará luego su discípulo Milo Manara. La desnudez en Belinda, más estética que sexual, es otro elemento de este extravagante cóctel donde, un poner, monos ataviados con equipación de fútbol americano salen del maletero del coche de un trasunto de Frank Sinatra.

La inventiva de Crepax arrolla con todo. Como el Moebius más libre, como el Kirby más desatado, las viñetas no se leen, se “sienten”. Belinda es un tebeo de atractivo sensorial, si bien -a posteriori- se le pueden encontrar justificaciones intelectuales, caso de necesitarse. Abruptamente acaba, dejando al lector desconcertado. Para los degustadores del autor, Belinda posee indudables seducciones, como el contraste entre la primera parte, con el estilo pop de los ’60, y la segunda entrega, más onírica, con el pincel más fino y los personajes moviéndose a su antojo de un lado a otro de la plancha. Nada que no hayamos visto (y mejor) en Valentina, la obra maestra, pero, en cualquier caso, un caramelo que no se debe despreciar.

  Edición original: Belinda (Editori del Grifo, 1983). Edición nacional/ España: Belinda (Ediciones Obelisco, 1985). Guión y Dibujo: Guido Crepax. Color: B/N. Formato: tomo rústica 48 págs. Precio: 450 pts.   Belinda, historieta de 25 páginas publicada en 1967 (con una breve coda de 7 páginas que vio la luz…

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Guion - 6
Dibujo - 9
Interés - 7

7.3

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Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
9 febrero, 2015 16:40

Pues desgraciadamente, no tengo nada de Crepax. Y hay que ponerle remedio. ¿Qué me recomendáis que sea bueno, fácil de encontrar (y si puede ser, no muy caro)?

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
9 febrero, 2015 16:41

Está claro que disfrutas más con un Crepax que con una crêpe.

Y tampoco le tengo el gusto a este tebeo. Está claro que nunca leeré todo lo apetecible que hay por ahí. Por cada tebeo que leo hay decenas que desconozco.

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
9 febrero, 2015 19:25

¡Gracias, Javier! Un mes de estos me los compro.

Agente Sadness
Agente Sadness
Lector
10 febrero, 2015 17:39

Aaaahhh… Crepax, junto a Frazetta, consiguieron elevar la representación gráfica de unas nalgas femeninas a la categoría de ARTE SUBLIME.

Arrebato dionisíaco de grupas magnas… «et in arcadia ego»…

No me miréis así, es la puñetera medicación…

Ya llegaréis a mi edad, gañanes…

AlexCruz
Lector
11 febrero, 2015 8:28

La verdad es increible el impacto e influencia del estilo grafico de Guido Crepax, un verdadero maestro de maestro… Sus historias realmente solo son fantasias sexualizadas estilo Barbarella, pero su estilo grafico influencio ni mas ni menos que a Moebius, Milo Manara y por su puesto a Frank Miller y me atreveria decir que al mismo Jack Kirby en su revolucionario estilo que re-invento a mediados de los 60s.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
14 febrero, 2015 3:22

Ha sido un auténtico placer, Agrafojo.

En serio. Hasta siempre, tío.