Hace ya casi siete años que salía a la venta en Estados Unidos el primer número de Pretty Deadly, un cómic que llamaba la atención desde que se anunciaba su existencia, por un sencillo motivo: sus autoras. Y es que hablar de Kelly Sue DeConnick y Emma Ríos es decir mucho, son dos nombres a los que se puede asociar mucha calidad. La escritora es conocida y reconocida por su trabajo con la Capitana Marvel, aunque cuenta en su haber con obras muy interesantes, de las cuales destacaría la tristemente abandonada Bitch Planet para Image Comics, y también publicado aquí por Astiberri, donde volvía a demostrar enormes capacidades en el cómic externo a los universos superheroicos. Digo volvía porque este Bella Muerte es anterior, un año anterior para ser exactos. Por lo que toca a Emma Ríos es una artista a la que conocemos muy bien por aquí, sus dibujos hablan por si solos y la han convertido en una de las personalidades más relevantes del cómic, en nuestro país y en el extranjero, no en vano este mismo año se ha llevado el Eisner a mejor portadista, precisamente por el trabajo en el tomo del que es objeto esta reseña. A lo que hay que añadir su labor como guionista en Mirror o su trabajo como autora completa en I.D., todo 100% recomendable.
Kelly Sue DeConnick y Emma Ríos trabajaron juntas por primera vez en Marvel, un par de años antes de que viera la luz Bella Muerte, en una serie llamada Osborn, que versaba sobre el famoso villano de Spiderman y con la que tuvieron un éxito de crítica considerable. Hasta entonces DeConnick había hecho cosas menores, Emma Ríos sin embargo ya había realizado una miniserie del Doctor Extraño, el segundo volumen de Extraño, junto a Mark Waid, pero Osborn supuso un punto de inflexión que las llevó a realizar esta magnífica serie en 2013, ya en el mercado independiente, con un resultado sublime.
Así, Pretty Deadly resultaba ser una colección de 10 números, que veía la luz a razón de dos o tres números al año, y que era recopilada en dos tomos, formato que vimos aquí, con dos historias bien diferenciadas que llevaban como título el nombre de un animal. El primero era un alcaudón y tomaba forma de western para llevarnos al lejano oeste, mientras que el segundo se transformaba en oso y nos metía de lleno en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, esta vez en Francia y moviéndose ligeramente al género bélico. Ahora es el momento de la rata, una tercera parte que en Estados Unidos llegó con formato de miniserie de cinco números el pasado 2019. Esta vez las autoras nos llevan al Hollywood de los años treinta y, como no podía ser de otra manera, el toque que adquiere la obra es el del género negro.
No nos engañemos, la historia sigue su curso, continúa teniendo ese estilo a cuento que lleva arrastrando desde el primer número, donde un conejo le cuenta la historia a una mariposa, que por una parte me recuerda al Sandman de Neil Gaiman y por otra le da un toque de originalidad cósmica, a saber, manejando conceptos metafísicos conocidos para crear su propio panteón de deidades e inmortales con la capacidad de caminar entre nosotros. Por ello, aunque sean tres historias en diferentes lugares y épocas, habrá siempre un hilo que las conecta a todas. Ahora bien, si hay algo que me fascina de esta serie es Ginny, la hija de la muerte, la segadora de la venganza, es un personaje tan carismático que siempre consigue atraer la atención del lector, independientemente de la historia que se esté contando, cuando aparece ella se convierte en el centro.
Considero que La Rata es el mejor tomo de los tres, el giro al noir le sienta fenomenal para distinguirse de los dos anteriores, el guion está mejor estructurado que nunca, y el dibujo… Emma Ríos ya era espectacular, pero en esta historia se ha superado a sí misma. Recuerdo al leer su primer tomo pensar que era una artista con unas capacidades narrativas inmensas y un estilo precioso, pero el segundo tomo me descubrió una dibujante a la que le gusta jugar con las viñetas, cambiar, sorprender, la parte de la perspectiva de la máscara de gas se me quedó grabada en la retina, no se podía hacer mejor. Mentira, sí se podía hacer mejor y este tomo es la demostración, solo hay que pararse (imposible no hacerlo) en las páginas donde Ginny y el Hombre-Conjuro se van encontrando con el resto de segadores, porque mientras nosotros nos paramos las páginas parece que se mueven. El uso de los negros, de los espacios negativos, las perspectivas o las viñetas encima de páginas completas son algunas de las muchas cosas que podemos destacar, hasta las impresionantes portadas, dignas del Eisner que han ganado. Es el mejor trabajo de Emma Ríos y un de los mejores dibujos que he visto en los últimos años. Además en el color tenemos de nuevo a Jordie Bellaire, de la que hemos hablado mucho por ser de lo mejor que hay en este medio, por supuesto que hace un trabajo sobresaliente, como es habitual.
Vamos con la historia, ¿qué nos cuenta el cómic?, pues en formato de cuento y con una mitología muy rica, nos vamos a un relato algo más típico que mezcla la investigación de una muerte, con una especie de beat em up, donde Ginny y el Hombre-Conjuro van siguiendo las pistas que dejaron los últimos movimientos de Clara Fields, descendiente de la Sarah Fields del primer tomo y sobrina del Hombre-Conjuro, para encontrarse con los otros segadores, Hambre, Sed y Obsesión, siendo Ginny la de la venganza y la que los tendrá que vencer de diferentes formas. Todo ello genera una mezcla muy heterogénea y muy original que encumbra a esta obra al Olimpo del cómic independiente del presente siglo.
Bella Muerte: La Rata es un cómic que dice mucho, más allá de seguir expandiendo la mitología creada por las autoras, habla del mundo real, al poner a la industria de Hollywood y la investigación de la muerte de Clara, habla del mundo de las ideas, de la moral, del perdón, pero también se trasforma así misma en un metalegunaje, en una historia que reflexiona sobre las historias, arte hablando de arte. El número de cierre es una maravilla para los sentidos, simplemente me ha fascinado a muchos niveles.
Bella Muerte 3: La Rata
Guión - 8.5
Dibujo - 9.5
Interés - 9.5
9.2
Bello
Lo único malo que tiene este tomo es que se acaba. Debería ser ilegal que algunos autores finalicen sus obras.
No he leído la crítica entera, he hecho lectura en diagonal para sorprenderme cuando lo lea.
Bella Muerte es uno de los cómics más hermosos en lo estético y en lo emocional que he leído en muchos años y Emma Ríos es un tesoro nacional, me encanta su estilo tan personal y vivo.