Nuestra Patrulla X
¡Atención Patrulla X!¡Os llama el Profesor Xavier!
Las Bibliotecas Marvel fueron y son uno de los proyectos más ilusionantes del mercado español para recuperar cómics clásicos. Esta nueva iteración del formato creado originalmente por Forum en 1999 nos trae además la publicación (más o menos) cronológica de aquellos tebeos que, dependiendo de la edad de cada uno, se descubrieron de formas muy diferentes. Pero es 2023 y la BM comienza a publicar con este volumen las aventuras de La Patrulla X. Y lo hace llegado el año 1963 y en un mes, septiembre, que estará grabado a fuego para los fans de la Casa de las Ideas. Es en noviembre de 1963 cuando comienzan a publicarse tanto Los Vengadores como La Patrulla X (aunque tú, lector veterano que recuerdas el cross-over noventero «Lazos de Sangre» ya conocías este dato).
Cualquier cosa que se diga de la creación de estos cómics queda forzosamente coja frente a una de las obras fundamentales de la divulgación de cómics de finales del siglo XX en nuestro país, X-Men: El Precio de un Sueño de Julián M. Clemente y Lorenzo F. Díaz. No me cansaré nunca de recomendar este libro, ahora imagino inencontrable fuera de ciertas páginas de segunda mano. Pero no nos desesperemos por ello puesto que siempre podemos dar algún dato o aportar una visión que no sea exactamente lo contado por otros.
Los seis números que contiene este tomo (#1-6) nos presentan varios aspectos narrativos que serán fundamentales en la historia de Marvel. Por el lado más viñetil, el #1 presenta al profesor Xavier, un ¿filántropo? que dirige el colegio más pequeño del mundo ya que solo tiene cuatro estudiantes: Cíclope, el Hombre de Hielo, el Ángel y Bestia. Tanto Xavier como sus estudiantes son mutantes, concepto que Stan Lee supuestamente incluyó para no tener que contar/inventar cómo obtienen sus poderes cada uno de los superhéroes que aparecen aquí. Sin él saberlo, el concepto de mutante acabaría siendo inseparable de la propia Marvel. Volviendo al cómic, Lee hace uso de una estrategia narrativa clásica como es el de poner el lector en la piel del “nuevo”, en este caso la última incorporación a la escuela de Xavier: Jean Grey. A través de la joven conoceremos a los personajes y sus poderes, no quedándonos nada claro si lo de Xavier es realmente un lugar de enseñanza o un campo de entrenamiento para una milicia armada. Como última novedad de este número debut, tenemos al villano, el hoy en día archiconocido Magneto, que volverá a aparecer numerosas veces en los primeros años de la serie.
Si de villanos hablamos, en el #2 el grupo se enfrentará al Desvanecedor, en el #3 a la Mole y en los #4, 5 y 6 de nuevo a Magneto, en esta ocasión acompañado de su Hermandad de Mutantes Diabólicos (+ Namor en el #6). Precisamente contra la Mole #3 aparece un problema enorme para la serie y es que Xavier y sus poderes pueden acabar funcionando como un “arregalotodo”; es decir, si la cosa se pone muy mal, el profesor siempre puede manipular la mente del villano, o directamente hacerle una lobotomía. Lee al menos será rápidamente consciente de esto como se ve en los #5 y 6, desarrollando una mayor autonomía del resto de héroes.
Como he mencionado en otras de mis reseñas de BM, no deja de sorprenderme las cosas que cambiaron años después y cómo Lee iba improvisando sobre la marcha. Por ejemplo, la Bestia no hablará como un empollón hasta el #4 o los poderes de Jean irán evolucionando poco a poco. Impacta mucho más cómo el discurso de la sociedad temerosa de los mutantes no acaba de tener sentido en estos primeros números. La Patrulla X colabora con la policía y el ejército, pocas personas parecen asustadas por ellos; incluso en el #2 se nos presenta un enlace del Gobierno de los EE.UU. con el equipo (llamado Fred Duncan). Muchas de estas ideas serán desechadas rápidamente y algunas nadie las echará de menos como los pensamientos románticos de Xavier hacia Jean Grey en el #3 que, por ser suaves, ha envejecido bastante mal y en mala hora serían rescatados en la infame saga de Onslaught más de 30 años después. Da la impresión de que, para evitar problemas, Lee hace que la pelirroja se encapriche de Scott Summers/Cíclope, al que Jack Kirby dibuja como si la ropa se la eligiese su abuela. Me gusta mucho cómo aparece representada Jean Grey, un tipo de personaje femenino que comienza a alejarse del modelo Susan Richards/Janet Van Dyne, a las que Lee escribía como irritantes y frívolas. Es un acierto también la inclusión de Mercurio y la Bruja Escarlata como contrapunto necesario a las ideas supremacistas de Magneto, abriendo la puerta a la rehabilitación como héroes de los hermanos.
Poco se puede añadir sobre la gran pareja de Marvel, Stan Lee y Jack Kirby. Como en otras obras de la época, se nota que Lee improvisa mucho, prestando la atención justa a la continuidad de la propia serie. Lee necesitará varios números para desarrollar personalidades independientes para cada uno de los personajes pero acabará encontrando el tono adecuado entre aventuras y (ligera) comedia de enredos. Como opinión personal, Lee tenía dificultades para no hacerse pesado en los cómics de 20 paginas o más, exceptuando en Los 4 Fantásticos y El Asombroso Spiderman, y aquí no es una excepción. Otra cosa es Jack Kirby. Sin ser de sus mejores trabajos, el Rey es el Rey y es una gozada ver sus secuencias de acción, especialmente las que tienen lugar en la Sala de Peligro, donde se nota que Kirby disfrutaba de la libertad que le permitía coreografías esos momentos como le viniera en gana. Mención aparte merece el diseño de Magneto, uno de los más míticos de esta primera etapa de la Marvel moderna.
El volumen termina con la “graduación” de los héroes, consiguiendo escapar de Magneto sin la ayuda del profesor. En los meses que siguieron debutarían nuevos escenarios (la tierra salvaje) y nuevos personajes (Unus el Intocable, Ka-Zar) y la serie continuaría creciendo aunque nunca llegaría al nivel de calidad de otras cabeceras clásicas de la editorial. Aún así, y siempre olvidándonos del “monstruo” en que acabó convirtiéndose la franquicia mutante, estos números de inicio son una lectura entretenida que se pueden disfrutar sin ser un superfan de los clásicos Marvel.
Lo mejor
• El esfuerzo de Lee y Kirby para darle un toque distintivo a una nueva serie de grupo
Lo peor
• Algunos de los argumentos se sienten alargados y a duras penas se justifican 22 páginas de historieta